Puesta al día para seguir en la brecha
Refinado como un automóvil de representación y con una tecnología off-road a la última, el nuevo Toyota Land Cruiser proporciona la comodidad de marcha de una berlina, combinada con un correcto comportamiento en carretera, una capacidad de habitáculo más que generosa y una operatividad fuera del asfalto contrastada e impropia de su peso y dimensiones.
Una vez en el campo hay varios factores determinantes a la hora del buen hacer de un todoterreno; altura al suelo, capacidad de tracción, ángulos característicos, recorridos de rueda... y en conjunto el Land Cruiser cumple con la teoría a rajatabla añadiendo, lógicamente, la caja reductora y, en su caso, un chasis separado como los buenos TT de siempre. Estamos, por tanto, ante un todoterreno auténtico y no ante uno de estos SUV de nueva generación alérgicos al asfalto.
Un nuevo look
El diseño exterior es nuevo, aunque sólo en el frontal, ya que la trasera permanece sin cambios. Destaca la rotundidad del nuevo morro, con una parrila más grande y nos faros cuyas lágrimas arrancan en la propia parrilla. Las dimensiones no cambian y garantizan un habitáculo grande y muy habitable como resultado de una longitud, anchura y batalla que posibilitan unas cómodas plazas delanteras y un espacio sobresaliente para las piernas en las plazas traseras.
El maletero, si bien podría parecer más justo de lo esperado, es más que suficiente. Su acceso es bueno aunque el piso queda muy elevado por la presencia de la tercera fila opcional plegadacontra el suelo. Dispone de 621 litros de capacidad medidos hasta el techo que se pueden aumentar hasta los 1.934 litros si se abaten los asientos de la segunda fila y se accede mediante un enorme portón con apertura lateral que cuenta con un amortiguador que se encarga de asegurar de que no se cierre solo. La apertura lateral se mantiene pese a que la rueda de repuesto ha pasado a situarse bajo el piso del maletero (con acceso por fuera).
El piso del maletero dispone de dos railes (en las versiones más lujosas) que se pueden completar con parte del equipo opcional. La visibilidad trasera en cualquiera de sus ángulos es suficiente.
Respecto a su posible competencia hay que decir que mientras que algunos de sus posibles rivales, los grandes SUV, buscan acercarse poco a poco a comportamientos propios de vehículos de carretera este Toyota navega contra corriente y busca seguir siendo una referencia en cuanto a comportamiento y posibilidades fuera de carretera. No es, por tanto, un coche homologable en comportamiento en asfalto a un Mercedes Clase M (prueba del ML250 CDi Bluetec), un BMW X5 (prueba del X5 xDrive 50i), un Volskwagen Touareg o incluso el caro y refinado Porsche Cayenne (prueba del Cayenne S Diesel). Si buscamos rivales directos, debemos citar el Land Rover Discovery (prueba del SVD6 HSE), el Jeep Grand Cherokee (prueba del 3.0 V6 Diesel Overland), el Nissan Pathfinder o el Mitsubishi Montero sin descartar el Jeep Wrangler de batalla larga.
En cuanto al comportamiento dinámico, este Toyota no tiene el refinado tacto de un SUV en carretera pero se muestra suficientemente ágil y eficaz para desenvolverse con soltura. A pesar de sus más de dos toneladas de peso y aunque la carrocería se inclina de forma apreciable al tomar las curvas, su aplomo sorprende y el comportamiento en curva, es similar al de otros vehículos todoterreno mas pequeños y ligeros que, de no ser por unos neumáticos poco apropiados y enfocados a su uso fuera de las carreteras, podría incluso mejorar.
La dirección que sigue siendo de asistencia hidráulica ahora dispone de un control variable del flujo que modifica la asistencia en función de la velocidad. Es muy precisa aunque no lo suficientemente rápida para circular con mayor comodidad al ritmo que proporciona la enorme capacidad de respuesta de su propulsor.
En campo, la suspensión es un prodigio de digerir cualquier tipo de irregularidades gracias a un esquema de ruedas independientes en el tren delantero, mediante un doble triángulo y de eje rígido en el trasero. Dispone de muelles helicoidales y amortiguadores y puede contar con una suspensión opcional denominada “KDSS” que consta de dos cilindros hidráulicos conectados a las barras estabilizadoras que se encargan de controlar y contener las inclinaciones de la carrocería. También puede venir equipado con el sistema de amortiguación “AVS” que reduce el balanceo y el cabeceo a base de ajustar la dureza de los amortiguadores sobre la base de tres programas: Normal, Confort y Sport y o bien manualmente o mediante estos programas, la altura de los amortiguadores traseros se reduce o se estira de forma que la altura trasera se mantiene constante con independencia de la carga o de la velocidad a la que se circule en cada momento.
4x4 permanente con reparto de par
La tracción es permanente a las cuatro ruedas y dispone de un diferencial que distribuye el par entre las ruedas delanteras y traseras. En condiciones normales el 40 % del par se envía a las ruedas delanteras aunque puede variar asignando un nuevo reparto en función de las necesidades con hasta un más / menos, 10% adicional.
En pistas de tierra sorprende su eficacia, pues con esta nueva versión no se han perdido las aptitudes que desde siempre han sido características de este modelo. Es más, se podría decir que incluso han mejorado producto del recorrido de las suspensiones y la altura libre. Mención especial para su eje posterior, que no produce los habituales rebotes de los ejes traseros rígidos de este tipo de vehículos y que mejora la capacidad de tracción tanto en fuertes apoyos en carretera como en las zonas mas comprometidas.
Ya en zonas ratoneras, trialeras, roderas de tierra, y crestas con angulosos acabados, el comportamiento es a todas luces impecable. A esto contribuye un acertado diseño de sus ángulos de entrada y salida, que facilitan las difíciles negociaciones en este tipo de situaciones. Y para aquellas zonas donde es necesario superar obstáculos difíciles, como escalones de piedra altos o en lechos de los ríos, a partir de la versión VXL dispone del Multi-terrain System, con cuatro escenarios; Mud & Sand (barra y arena), Loose Rock (gravilla), Mogul (badenes) y Rock (piedras y rocas). El Crawl Control esta disponible para las versiones con cambio manual y sirve para limitar la velocidad de avance o descenso sin tener que prestar más atención que la requiera el volante así como nuestro entorno, con la posibilidad de seleccionar hasta tres velocidades máximas. Este sistema de nuevo vuelve a estar disponible sólo para las versiones más lujosas; VXL y Limited. Para las versiones con cambio automático se incorpora el control de descenso HAC, si bien es menos sofisticado que el Crawl Control, al no permitir seleccionar la velocidad máxima.
Decir también que en el campo su efectiva actuación se ve condicionada en cierta medida por el agarre de los neumáticos con los equipaba nuestra unidad de pruebas, que aunque no planteaban especiales incidencias provocaban que el ABS –no desconectable- se insinuase con bastante facilidad.
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Si sobre las malas superficies llama la atención su excelente calidad de rodadura, hay que decir que sobre el asfalto, tampoco lo hace mal. Su comedido rodar viene acompañado con unas reacciones dinámicas previsibles a pesar de su envergadura, tara y centro de gravedad. Su peso esta ahí, pero se controla sin demasiados esfuerzos. El tren delantero gira muy bien, reacciona rápido al primer gesto con el volante y proporciona una razonable progresividad para acometer con sencillez cada uno de los cambios de dirección. La frenada se asegura con un equipo que proporciona distancias y resistencias al esfuerzo cercanas a la de una berlina grande convencional.
Habitáculo para toda la familia
Una vez en su interior, las buenas sensaciones se mantienen con el plus de su mayor altura que tanto gusta y que se ha convertido en uno de los principales argumentos de los SUV y todoterrenos. Las plazas delanteras no tienen objeción. Sus asientos, formas y equipamiento atienden de sobra con comodidad. Los asientos traseros tampoco están mal y gracias al espacio del que disponen, tres adultos se acomodaran sin problemas.
Respecto a la presentación interior la primera impresión es de sencillez y robustez. Quizá acompañado de un aspecto demasiado serio pero que se resuelve con unos excelentes materiales y plásticos que encajan milimétricamente y que tienen aspecto de seguir así tras los muchísimos kilómetros de trato duro que probablemente sea el que reciba este coche. En cuanto a la información que transmiten los instrumentos del cuadro y la pantalla TFT, no hay problemas. Es clara, completa y fácil de atender. Los botones caen todos a mano y la climatización es excelente.
Se mantiene el tres litros diésel
En esta versión el motor de tres litros, 4 enormes cilindros y 190 caballos a 3.400 rpm, tiene tanto reclamo como el resto del vehículo. Y es que no importa su potencia, que es más que suficiente, sino cómo la transmite gracias a un par de 415 Nm a 1.600 rpm. Su empuje esta presente desde que prácticamente se inicia la marcha y este caso está unido a una caja de cambios automática francamente cómoda y que ayuda dentro y fuera de carretera.
La caja convencional con convertidor de par cuenta con dos modos de funcionamiento uno normal automático y otro, semiautomático que permite seleccionar la marcha mas larga con la se pretende circular, pero no la marcha que queremos insertar. Cuenta a su favor con que los cambios se suceden de forma muy suave y casi imperceptible. Su única pega es que deja caer demasiado el régimen de giro del motor mientras no se acelera lo que supone un retraso cuando se requiere respuesta inmediata.
Respecto a la acústica y suavidad de giro, el ruido de su mecánica diésel solo es claramente apreciable a ralentí, lo mismo que alguna pequeña vibración que se elimina conforme se va subiendo la velocidad de marcha. La parte negativa estaría en los consumos que si bien no sorprenden por su desmesura, no son contenidos y resultan bastante sensibles al tipo de conducción que se practique.
El equipamiento de seguridad no tiene crítica ya que dispone de airbags frontales, laterales y de cortina, ABS, anclajes isofix y controles de estabilidad y tracción entre otras cosas.
Esta versión VX arranca con un precio de 48.900 euros con un equipamiento de serie que incluye 3ª fila de asientos escamoteable manualmente, cámara de visión trasera, control de crucero, estribos laterales, llantas de aleación de 18" con nuemáticos 265/60 R18 (5p), pomo del cambio, palanca y tirador freno de mano en piel, retrovisores eléctricos, calefactados y plegables eléctricamente en color carrocería, sistema de suspensión KDSS, toma de 220V en el maletero, navegador Toyota Touch con Radio CD MP3/WMA, 9 altavoce, tomas USB y AUX, pantalla táctil multi-información de 7" y Bluetooth con audiostreaming.
El acabado VXL (61.100 euros con cambio manual y 64.000 euros con cambio automático) añade ajuste automático altura de faros, asientos delanteros regulables eléctricamente y calefactados, asientos de la 2ª fila calefactados, asientos de la 3ª fila con sistema eléctrico de plegado, climatizador Trizona (conductor, pasajero y trasero), cristales laterales traseros y luneta trasera oscurecidos, detector de Ángulos Muertos, alerta de Tráfico Trasero, volante regulable en altura y profundidad eléctricamente, equipo de sonido Premium JBL con 17 altavoces y 605 W, estribos laterales y pasos de puerta iluminados, ópticas delanteras y luces de conducción diurna de LED, lavafaros, lpanel instrumentos con detalles en madera, guantera portaobjetos refrigerada, sensor de encendido automático de luces, sensor de lluvia, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, cámaras de visión 360º, tapicería de piel, techo solar y, con cambio automático, bloqueo del diferencial trasero, Crawl control y sistema Multi-Terrain.
Finalmente, el acabado Limited, sólo disponible con caja automática (70.300 euros) añade a todo lo anterior asiento del conductor con memoria de posición, control de Crucero adaptativo, sistema Pre-colisión, reposabrazos delantero con nevera eléctrica, sistema de entretenimiento para las plazas traseras, tapicería de piel bitono y el sistema de Suspensión Variable Adaptativa AVS.
Para terminar hay que decir que para tratarse de un automóvil que no sigue las modas impuestas ni por los SUV ni por los otros todoterrenos de última generación, tiene como principales argumentos su solidez y su fiabilidad legendaria. Aunque es capaz de ofrecer un andar refinado si hace falta, es como una roca, indestructible y con unos interiores que no se inmutan a lo que se une unas suspensiones con sus amplios recorridos que se lo tragan todo. La fama le precede y de nuevo este Land Cruiser no es la excepción. Gran comodidad sobre pista y sobre el peor de los infiernos sobre piedras, calor o frío, junto a una enorme capacidad de avance que lo siguen manteniendo como un referente a lo largo de sus ya muchos, muchos años de existencia.
Buenos dias, Tengo un Land cruiser 3 puertas automatico con 200.000 km. y no me ha dado ningun problema. El asunto es que cuando nieva estando en 1 larga y girando en bajadas con algo de peralte el coche se lanza o se desliza y puede acabar cruzandose o chocando contra el bordillo o contra otro obstaculo. No sé si es porque llevo malas ruedas o porqué, pero al girar y tener que detenerse vienen los problemas. En velocidad corta pasa lo mismo ya que con nieve pisada y tener que detener el vehiculo tengo que pisar el freno y vuelve a deslizarse, aparte que estando en velocidades cortas y pisar el freno el vehiculo siempre tira algo. No se si a alguien le pasa esto o me podeis decir a que se debe. Muchas gracias