Volkswagen Golf R 2.0 TSI DSG 270 CV: Un GTI extra deportivo

El Volkswagen Golf R llegó al mercado como heredero del mítico R32. En el pasado más reciente existieron dos generaciones distintas de R32. El Golf de 4º generación fue el primero en contar con una versión R32. Estaba animado por un motor V6 atmosférico de 3,2 litros que rendía 241 CV y contaba con un sistema de tracción integral. Evidentemente también lucía un conjunto de elementos de carrocería específicos así como unas llantas exclusivas. En 2006 llegó el segundo R32, basado en la 5º generación del Golf. Al igual que el modelo anterior también estaba propulsado por un V6 de 3,2 litros, esta vez con 250 CV, la gran novedad era la posibilidad de montar el cambio DSG. El excelente rendimiento del motor 2.0 TSI del Golf de 5º generación hacía sombra al R32, mucho más caro y con unas prestaciones muy parecidas. La marca alemana ha solventado este conflicto interno presentando el nuevo Golf R. Se trata de una versión potenciada del motor 2.0 TSI, ahora con 270 CV y a su vez presenta la última generación del sistema de tracción integral 4 Motion. Ahora el Golf R si que se distancia del GTI en lo que a prestaciones se refiere.

Las dos generaciones del Golf R32 eran muy fáciles de reconocer pues contaban con un kit de carrocería muy diferenciado con respecto al del GTI. Está claro que el GTI de 4º generación pasaba casi completamente desapercibido, mientras que con el de 5º generación se recuperó una imagen mucho más deportiva que sin duda merecía este modelo. Ahora el Golf R quizás se queda demasiado corto pues visto de frente su estética es muy similar a la del GTI actual. Con una diferencia de precio superior a 7.000 € tendría que ser más visible y del mismo modo reconocible a primera vista. En la parte frontal cuenta con entradas de aire de gran tamaño luciendo un equipo de luz diurna en las dos entradas laterales del parachoques delantero. En lo que respecta a la calandra es prácticamente idéntica a la del GTI. Unas franjas horizontales de color rojo en el GTI son el elemento distintivo entre ambos, además el R luce una "R" sobre la calandra. Mientras que el GTI monta de serie llantas con dimensiones 7,5 x 17", el R cuenta con unas 7,5 x 18". En la parte trasera es donde encontramos mayor personalidad al Golf R, podríamos llegar a decir que uno no se da cuenta que está ante un "R" hasta que no puede fijarse en la trasera. Mientras que el Golf GTI cuenta con dos salidas de escape situadas en ambos extremos del parachoques, el R también presenta dos escapes pero esta vez en una posición mucho más centrada. La posición de los reflectantes traseros, el diseño del parachoques trasero y el acabado de los pilotos traseros también es distinto entre ambos modelos.

El Golf es un modelo que ha brillado en todas sus generaciones en lo que a habitabilidad se refiere. Es un coche que desde un principio ha demostrado ofrecer un interior apto para adultos de tallas muy dispares con lo que muchos hemos podido disfrutar al volante de este modelo sin tener que adoptar posturas incómodas. A medida que este compacto de Volkswagen ha evolucionado ha ido mejorando en este aspecto y podríamos decir que en la actualidad es uno de los mejores a la hora de sentarnos detrás de su volante. El R no es ninguna excepción, si bien hay modelos deportivos que radicalizan tanto el comportamiento de un vehículo que lo llegan a convertir en incómodo, este no es para nada el caso de este Golf. Volkswagen ha equipado a este modelo con unos asientos deportivos que sujetan muy bien tanto la cadera como la zona lumbar, pero a la vez ofrecen un agradable mullido. El espacio entre codos en las plazas delanteras así como la altura libre al techo es muy buena. Las plazas traseras no son las mejores de su categoría pero tampoco son las peores, pues ofrecen un espacio algo justo para las piernas de sus ocupantes. La plaza central de la segunda fila es mejor sólo destinarla a niños que no necesiten de elevadores ni sillitas infantiles pues es bastante estrecha. En lo que respecta al maletero merece la pena destacar su volumen más que respetable con 5 plazas de 275 litros. Si abatimos los respaldos de la segunda fila lograremos ampliar el espacio de carga hasta los 1.230 litros.

El motor 2.0 TSI es el gran protagonista de este modelo, como ya te hemos anticipado se trata de una versión potenciada del brillante propulsor del GTI. Estamos hablando de un cuatro cilindros en línea de 2 litros de cilindrada sobrealimentado por un turbocompresor. El GTI cuenta con una gestión electrónica que le permite ofrecer una potencia de 211 CV a 6.200 rpm y lo más importante, 280 Nm entre 1.700 y 5.000 rpm. Por otro lado, el Golf R presenta una potencia máxima de 270 CV a 6.000 rpm y un par máximo de 350 Nm entre 2.500 y 5.000 rpm. La entrega a bajas revoluciones es menos contundente que en el caso del GTI, pero cuando superamos las 2.500 rpm todo cambia para mejor. Y qué decir cuando nos acercamos a las 6.000 rpm, en ese momento el 4 en línea nos entrega nada menos que 59 CV más que en el GTI. La línea de escape también ha sido trabajada para ofrecer un sonido todavía más deportivo en el Golf R, algo que se puede apreciar tanto desde dentro del habitáculo como cuando escuchamos el coche al pasar. Esta unidad contaba con la caja de cambios secuencial de doble embrague DSG, una opción que supone un sobreprecio de 1.800 €. Muchos son los que para un modelo deportivo tienden a decantarse por una caja de cambios manual, no obstante, en esta ocasión merece la pena el desembolso, pues este cambio es sencillamente perfecto y permite sacarle todo el partido a los 270 CV. Si bien el consumo medio declarado es de 8,4 l/100 km esta cifra puede superar los 14 l/100 km en conducción deportiva, aún así es un dato mucho más bajo que los registros del tragón V6 que montaba el antiguo Golf R32.

El Golf GTI es uno de los referentes de su categoría en lo que a efectividad se refiere, por tanto el R va más allá. El Golf R es un deportivo en toda regla, vestido con una carrocería de turismo compacto de tres puertas en este caso, recordemos que opcionalmente podemos contar con una versión de cinco. Si bien ofrece un comportamiento muy firme, para nada llega a ser incómodo, con lo que los ocupantes del habitáculo siempre gozan de un buen nivel de confort. Un BMW con suspensión deportiva es mucho más incómodo que el Golf R. En el tren delantero monta un esquema tipo McPherson con amortiguadores de cuerpo roscado y barra estabilizadora, mientras que en el trasero presenta un paralelogramo deformable, también con barra estabilizadora. La altura al suelo es bastante reducida, con lo que tendremos que tenerlo en cuenta a la hora de sortear entradas a garajes algo complicadas. Del mismo modo tendremos que vigilar a la hora de circular por caminos no asfaltados, sobretodo para no dañar los bajos del vehículo, dada su reducida altura libre. Al contar con el motor 2.0 TSI mucho más ligero que el 3.2 V6 del R32, el Golf R es más ágil que su antecesor. El anterior modelo se mostraba demasiado pesado y acusaba una fuerte tendencia al subviraje, algo que ha quedado solventado con este nuevo modelo. Este mejor comportamiento lo podemos disfrutar tanto en tramos de carretera muy revirados, como en zonas más abiertas con curvas rápidas. Se trata de un coche muy completo, ideal para disfrutar en las carreteras típicas de las zonas de montaña.

El sistema de tracción integral 4 Motion que monta de serie el Golf R es uno de los grandes puntos a favor de este modelo. Se trata de la última evolución de este sistema Haldex que reparte el par motor entre ambos ejes. En superficies de baja adherencia se muestra muchísimo más efectivo que un tracción delantera y evidentemente que un trasera. Estamos ante un deportivo rápido, divertido y a la vez que seguro. Evidentemente, de serie incorpora control de estabilidad, ABS, control de tracción y un sinfín más de dispositivos de seguridad, tanto activa como pasiva diseñados para protegernos.

Es uno de los compactos etiquetados como GTI con un precio de tarifa más elevado del mercado, algo que también lo convierte en uno de los más exclusivos. El motor de 270 CV es brillante, la caja de cambios DSG impecable y la tracción 4 Motion imprescindible. Existe la posibilidad de encargarlo con cinco puertas lo que aumenta su versatilidad. El gran problema siguen siendo los 39.700 € que cuesta, una cifra difícil de digerir. De entre sus rivales más directos podríamos destacar: Audi S3 y BMW 130i.