Volkswagen Golf Variant TDI 150 CV

El aterrizaje de la carrocería familiar de la séptima generación del Golf llega con la polivalencia, la versatilidad y, sobre todo, el espacio como algunas de sus principales bazas. Y es que si los ocupantes se benefician del incremento de tamaño si lo comparamos con el modelo anterior, el equipaje recibe el mismo privilegio, pues el maletero ha crecido considerablemente para facilitar las cosas a la hora de viajar.

La mecánica más potente de la gama diesel es el motor 2.0 TDI de 150 CV con tecnología BlueMotion que hemos probado. No alcanza un grado prestacional que quite el hipo, pero éste tampoco es el objetivo de un modelo cuyas prioridades se basan en el uso familiar. Por ello, la comodidad y el ahorro de combustible están por delante del cronómetro. Al mismo tiempo, el Golf Variant mantiene la buena calidad de acabados de su hermano más “corto” y, si se escoge el acabado tope de gama Sport, viene dotado de un completo equipamiento tanto en materia de seguridad como en el terreno tecnológico y de confort.

Con la llegada de la séptima generación del popular compacto alemán ha visto también la luz su versión familiar. Las dimensiones del nuevo Golf Variant han evolucionado en todos los sentidos, pues es más largo, más ancho y más bajo que el modelo anterior. En primer lugar, su carrocería mide 4,56 m, lo que supone 2,8 cm más que antes. Como hemos comentado, también su anchura es mayor, con 1,8 cm más, mientras que su altura ahora es de 1,48 m, lo que significa 2,3 cm menos. Siguiendo con las proporciones, hay que subrayar que la distancia entre ejes ha crecido en 5,7 cm, hasta los 2,64 m.

Esta última cota es importante ya que es superior a la variante de 5 puertas y, por tanto, ofrece más espacio en la fila trasera para las piernas de los ocupantes. La nueva plataforma modular MQB del Grupo permite esta variación en la distancia entre ejes que no se daba en la anterior generación de este modelo.

Las líneas horizontales son las grandes protagonistas en el frontal del modelo de Volkswagen y, gracias a ellas, se genera una sensación de una anchura aún mayor. En esta zona también deben señalarse los faros, arqueados levemente hacia arriba, así como la línea cromada que recorre la parte inferior de la parrilla. El capó en forma de V es otra de las características del nuevo diseño.

El efecto del rediseño del modelo da lugar a una silueta más alargada y de apariencia algo más deportiva. No hay que pasar por alto en este sentido las nuevas barras de techo, culminadas con un discreto alerón trasero con el que el nuevo Golf Variant recibe un aspecto más elegante y dinámico. En la zona trasera, los nuevos pilotos de dos piezas ganan protagonismo y, además, hay otras variaciones importantes con respecto al Golf convencional. Y es que, mientras que la matrícula de éste se aloja en el paragolpes, en el Variant se integra en el portón, tal y como sucedía en el modelo precedente.

El Golf Variant es, sin duda, una alternativa ideal para aquellos conductores seducidos por el Golf pero que, por circunstancias familiares o de cualquier otro tipo, precisan más amplitud tanto para los ocupantes como para el equipaje. El trabajo en materia de aprovechamiento del espacio ha sido bastante fructífero pues, pese a ser 2,3 cm más bajo, la altura interior ha mejorado alrededor de 1 cm tanto en la parte delantera como en la trasera. Ello, acompañado a leves mejoras en amplitud general, se aprecia en un habitáculo más espacioso para los pasajeros. Eso sí, en la segunda fila será más recomendable para dos adultos, ya que la plaza central es más bien estrecha.

Hay que subrayar el salto registrado en cuanto a capacidad de maletero, pues se han ganado 100 litros con respecto al modelo anterior. De esta manera, el renovado Volkswagen alcanza los 605 litros de volumen. Asimismo, si se abaten los respaldos traseros, la capacidad crece hasta los 1.620 litros, lo que supone una mejora de 125 litros si lo comparamos con el volumen del Golf Variant que conocíamos hasta la fecha. Con los asientos posteriores en esta posición, es posible alojar objetos de hasta 1,83 m de longitud. En definitiva, se trata de uno de los maleteros de más capacidad del segmento, superando a rivales directos como el Opel Astra Sports Tourer o el Ford Focus Sportbreak.

En el centro de la consola se encuentra la pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento, bajo la cual están situados los mandos del climatizador. Otra de las novedades se halla en el freno de estacionamiento electrónico. Todo está a mano, con un acceso sencillo e intuitivo.

El interior dispone de una muy buena calidad de acabados, que se refleja tanto en el tacto agradable de la mayoría de mandos como en los ajustes de los paneles. Si repasamos el equipamiento de serie que incluye el acabado superior Sport de la unidad probada, cabe destacar los airbags frontales, laterales, de cabeza y de rodillas para el conductor, sistema Pre-Crash, control de estabilidad, ordenador de a bordo, climatizador bizona, sistema Tempomat, pantalla multifunción Plus y asientos delanteros Sport, entre otros elementos.

Nos hemos puesto al volante de la versión movida por el conocido propulsor 2.0 TDI con tecnología BlueMotion de 150 CV (ojo que no es la versión Bluemotion de bajo consumo, todavía pendiente de llegar al mercado) que, sin duda, es uno de los más equilibrados de la gama del Golf Variant si tenemos en cuenta su relación rendimiento-eficiencia.

En primer lugar, debemos subrayar que la máxima entrega de fuerza es de 320 Nm entre las 1.750 y las 3.000 rpm. Responde muy bien a bajas vueltas y su fuerza se mantiene a un gran nivel hasta las 2.800 rpm. Ello contribuye a que consiga un buen grado de aceleración, aunque sin que sea extraordinario en este aspecto. Necesita 8,9 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, mientras que puede rodar a una velocidad punta de 218 km/h.

Engranado al bloque se encuentra la caja de cambios manual de seis velocidades. Esta transmisión se distingue por un escalonado muy progresivo, con una sexta relación más larga para obtener un consumo más ajustado. También hay que tener en cuenta su suavidad de funcionamiento a la hora de engranar las marchas, lo que favorece la sensación de confort al volante.

Según los datos de la marca alemana, esta versión registra un consumo homologado de 4,2 litros cada 100 km. En conducción cotidiana, es fácil conseguir medias de 5,0 litros combinando tramos de carretera y autopista con sectores urbanos. El Golf Variant puede equiparse asimismo con cambio automático DSG o con tracción a las cuatro ruedas, si bien en ambos casos se produce un cierto incremento de consumo con respecto a la versión que hemos probado que puede ser determinante para muchos conductores.

Pese a contar con unas proporciones algo distintas, el comportamiento dinámico del Golf Variant no varía demasiado con respecto al Golf convencional. El hecho de disponer de una distancia entre ejes ampliada hace que manifieste un aplomo ligeramente superior, sobre todo al rodar por las grandes rectas de autopista. Por otra parte, su chasis brinda el mismo nivel de estabilidad de su hermano, por lo que proporciona unos notables resultados tanto si nos lo tomamos con calma como si elevamos el ritmo. Al movernos por ciudad, sus dimensiones le hacen algo menos maniobrable que el Golf de carrocería “corta”.

El esquema de suspensión no cambia, por lo que en la parte delantera cuenta con un eje McPherson, mientras que en la trasera monta un eje multibrazo (todos los Golf Variant lo llevan, prescindiendo del más simple de barra de torsión de las berlinas Golf con los motores de acceso a la gama). Dispone de un tarado muy equilibrado gracias al cual se obtiene un gran confort de marcha, incluso al movernos por carreteras en mal estado. Y es que la suspensión se encarga de absorber de manera muy efectiva las irregularidades de la calzada.

Hay que destacar que, por primera vez, el Golf Variant equipa de serie el diferencial electrónico de deslizamiento limitado XDS+. Este sistema, que actúa como una función integrada en el control de estabilidad del vehículo, logra incrementar la agilidad del automóvil. A través de unas imperceptibles intervenciones en los frenos de las ruedas interiores en las curvas se consigue mejorar el ángulo de giro. Al mismo tiempo, el sistema contribuye a conseguir una capacidad de tracción más optimizada eliminando el subviraje a la entrada de las curvas.

En conducción normal, este sistema apenas interviene pero si circulamos rápido en una carretera con muchas curvas cerradas, ayuda a colocar el coche en la entrada de las curvas y a trazar mejor las mismas, sin movimientos de deslizamiento del eje hacia el exterior del viraje..

Los adeptos al Golf a los que les ha crecido la familia recientemente son algunos de los conductores a los que más seducirá la renovada versión “break” del popular compacto. Con ella dispondrán de un habitáculo más grande y espacioso del que destaca sobre todo el maletero, que se sitúa entre los más generosos de su categoría.

La alta calidad de rodadura unida a un remarcable confort de marcha refuerza la idea de que estamos ante un vehículo concebido en base a las necesidades y preferencias de las familias. A todo ello le da vida, en nuestra unidad, el propulsor 2.0 TDI de 150 CV con tecnología BlueMotion, el más potente de la gama y uno de los más eficientes.

Volkswagen vende esta versión por 27.850 euros, un precio elevado en el que no están consignados los posibles descuentos que pueda ofrecer la marca. La variante con cambio DSG se factura a 29.320 euros, mientras que la que incorpora tracción integral con cambio manual cuesta 30.190 euros. El precio es caro porque sus rivales ofrecen un equipamiento similar por menos dinero. Su casi gemelo Seat León ST con el mismo motor y acabado FR costará 25.760 euros mientras que un Opel Astra Sports Tourer con el motor 2.0 CDTi y el equipamiento Excellence (con más elementos opcionales, eso sí), se queda, con descuento, en 22.750 euros. El precio del Golf es, eso sí, similar al Mégane Sports Tourer en el completo acabado GT y motor de 165 CV que cuesta 27.800 euros.