El Golf más polivalente
Con el Sportsvan, la marca de Wolfsburg pretende rejuvenecer la imagen del Golf Plus, modelo al que sustituye y que no supuso precisamente una explosión de ventas. Su heredero aprovecha las virtudes de aquel modelo y añade una magnífica eficiencia, sobre todo en la variante que hemos probado. Bajo el capó monta el motor 1.6 TDI de 110 CV con tecnología BlueMotion, bloque asociado a un cambio automático DSG. También destaca por su polivalencia aumentada, con un habitáculo práctico y modulable que deja clara su predilección por las familias.
Teniendo en cuenta este objetivo, no extraña su alto confort de marcha, si bien no renuncia a ofrecer buenos resultados en conducción dinámica. Eso sí, sin llegar al nivel del Golf convencional. El precio de la unidad que hemos probado, sin tener en cuenta extras, es de 27.310 euros. No es, por tanto, un vehículo económico, pero ha sabido en este sentido situarse en una posición intermedia entre rivales como el Opel Meriva o el Ford C-Max, por un lado, y el BMW Serie 2 Active Tourer o el Mercedes-Benz Clase B, por el otro.
Proporciones compactas
Comencemos por repasar las diferencias entre la variante monovolumen del Golf y sus hermanos con carrocería de cinco puertas y familiar. Para empezar, debemos tener en cuenta que estamos ante un vehículo de 4,34 metros, lo que supone un aumento de longitud de 8,3 cm. con respecto al Golf compacto. También le supera en altura, con 12,6 cm. más hasta llegar a 1,58 m. Mientras tanto, el Sportsvan es 22,4 cm. más corto que el Golf Variant (de carrocería familiar). No hay variaciones entre ellos si nos fijamos en su anchura, que es de 1,81 m.
Pero si hay que comparar al Sportsvan actual con un modelo ése es el Golf Plus, al que ha sustituido. Y es que en el nuevo monovolumen la distancia entre ejes ha crecido 5 cm., alcanzando los 2,69 metros. Por otra parte, hay que considerar que el voladizo delantero es más corto que antes, aunque la mayor modificación en este sentido la ha afrontado al voladizo trasero. Éste ha crecido considerablemente con el objetivo de proporcionar más espacio para el equipaje.
Al margen de las dimensiones del Golf Sportsvan, si nos fijamos en su apariencia, comprobamos que uno de sus rasgos más característicos se encuentra su silueta compacta. No hay que pasar por alto el diseño de la parrilla que, con las tres franjas cromadas horizontales, logra generar una imagen de mayor anchura visual. También debe destacarse, mirándolo de perfil, la amplia superficie acristalada que forman las ventanillas.
Interior espacioso y versátil
Una vez que nos introducimos en el monovolumen alemán, observamos que cuenta con un espacioso puesto de conducción. El hecho de contar con una altura al techo aumentada con respecto al Golf de cinco puertas nos aporta una sensación de mayor amplitud. En materia de diseño interior, la sobriedad típica de Volkswagen es la principal característica. En la parte superior de la columna central se sitúa una pantalla multifunción, ubicada a una altura óptima para poder mirarla sin que tengamos que bajar mucho la mirada mientras conducimos.
Por su parte, la palanca de cambios se encuentra en una posición algo más adelantada que en el Golf de cinco puertas, con lo que se consigue un mayor nivel de ergonomía. Se aprecia una buena calidad de acabados y cuenta con una presencia de huecos para dejar pequeños objetos bastante amplia. También dispone de prácticos elementos como las mesas abatibles tipo avión en los respaldos delanteros.
Cuando nos sentamos en la segunda fila vemos claramente que los 5 cm. extra de batalla que ofrece el Sportsvan si lo comparamos con su hermano corto son muy importantes de cara a obtener una amplitud para las piernas realmente buena. Para ganar la máxima longitud en este sentido podemos hacer uso del desplazamiento longitudinal de 18 cm. que ofrecen estos asientos, que también pueden reclinarse. Dada la relevancia de la capacidad de carga en un automóvil de naturaleza familiar como el Golf Sportsvan, la marca alemana lo ha dotado de un magnífico maletero de 590 litros que permite cargar objetos de hasta 1,80 m de largo si abatimos los asientos traseros.
Nuestra unidad pertenece a la terminación Advance, la segunda más equipada de la gama, e incluye entre su dotación airbags frontales, laterales, de cortina y de rodilla, control de estabilidad, detector de fatiga, volante multifunción de cuero, sistema de navegación Discover Media, cuadro de instrumentos con pantalla multifunción Plus, Tempomat, pantalla táctil a color de 5,8 pulgadas, sistema multimedia con reproducción de MP3, ocho altavoces, lector de SD y entrada USB. También cuenta con climatizador bi-zona, asistente de aparcamiento delantero y trasero, sensor de lluvia y llantas de aleación de 16 pulgadas, entre otros elementos. En cuanto a opcionales, la unidad que hemos probado equipa control de crucero adaptativo (325 euros) y asientos de cuero Vienna calefactables (2.705 euros).
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Alternativa ahorradora
De cara al capítulo mecánico, hemos escogido para esta prueba la versión de menor caballaje de la gama de gasóleo, cuya principal prioridad es la eficiencia. Hacemos referencia al motor turbodiésel 1.6 TDI de 110 CV de inyección directa y cuatro cilindros, un bloque que cuenta con un par máximo de 250 Nm entre 1.500 y 3.000 rpm y se distingue por una correcta entrega de fuerza a bajas revoluciones. No obstante, se agradecería un comportamiento algo más enérgico por debajo de las 2.000 vueltas. Una vez por encima de este rango, la entrega del par mejora considerablemente.
En cuanto a prestaciones, completa el 0 a 100 km/h en 11,3 segundos, un valor que no está nada mal si tenemos en cuenta su cilindrada y potencia. Mientras tanto, su velocidad punta es de 192 km/h. En términos de consumo, hay que subrayar que estamos ante un motor que gasta realmente poco, aprovechando al máximo la conocida tecnología BlueMotion de Volkswagen. Con unas emisiones de 104 g/km de CO2, homologa un consumo medio de 4,0 litros cada 100 km. Nuestro consumo fue de 5,4 litros cada 100 km, una muy buena cifra extraída de un recorrido en que combinamos ciudad, autovía y carretera de montaña.
Si bien está disponible con transmisión manual, en nuestra unidad el bloque turbodiésel está asociado a una caja de cambios automática de doble embrague DSG de siete velocidades (1.880 euros más que la versión manual), que viene además con levas en el volante. Un escalonado muy equilibrado y una destacable rapidez de cambio son las principales características de esta transmisión. En cuanto a la insonorización, es un tema algo mejorable, puesto que a velocidades superiores a los 100 km/h cierta sonoridad del motor llega al habitáculo algo más de la cuenta. En cualquier caso, esto es testimonial, y no por ello disminuye confort.
Cómodo y aplomado
A la hora de valorar los aspectos dinámicos del Golf Sportsvan empezamos por su sistema de suspensión. Con un tarado que tiende a suave, la comodidad sale a relucir desde que nos ponemos en marcha. Asimismo, su sistema de amortiguación copia los pequeños baches de la calzada de forma muy eficaz. En general, su conducción transmite una suavidad claramente pensada para familias, principal público objetivo de este modelo.
El hecho de ser más alto que el Golf de cinco puertas provoca que su carrocería registre oscilaciones algo mayores en los cambios de apoyo cuando conducimos por carreteras de curvas. Sin embargo, ello no merma en gran medida sus cualidades dinámicas, basadas en el confort de marcha y en un alto nivel de estabilidad. Si se quiere reforzar aún más este último aspecto, será necesario escoger versiones de potencia superior a la probada. Y es que, mientras que nuestra unidad dispone de eje trasero de barra de torsión, la 2.0 TDI de 150 CV monta tren posterior multibrazo. La verdad es que sería preferible que todas las versiones incorporaran este último para garantizar la dinámica más optimizada posible.
En lo que se refiere a la dirección del monovolumen alemán, se distingue por su refinada conducta y por un grado de precisión muy alto que facilita la conducción en cualquier circunstancia. Uno de los hábitats favoritos del modelo de Volkswagen son las autovías y autopistas. Y es que por sus grandes rectas muestra un importante aplomo, reforzado por su considerable batalla. Ello está acompañado por una notable calidad de rodadura, lo que da como resultado un automóvil concebido para cubrir distancias considerables sin inmutarse. Por su parte, su equipo de frenado responde de forma contundente cuando le solicitamos una detención repentina.
Conclusión
Los amantes del Golf a quienes les ha aumentado la familia en los últimos tiempos a buen seguro que tendrán en cuenta su versión monovolumen. Con esta versión Sportsvan dispondrán de un vehículo más espacioso y versátil del que sacarán provecho tanto los ocupantes de la segunda fila como el propio equipaje. Y todo ello conservando el alto nivel de confort a la altura del Golf de cinco puertas, si bien a la hora de practicar una conducción dinámica percibirán algún ligero balanceo debido a la mayor altura de la carrocería. El considerable equipamiento de serie y el nivel de eficiencia del motor 1.6 TDI de 110 CV que hemos probado son otras de sus virtudes.
Me acaba de dar la empresa este coche en diciembre. A partir de 120 no es que sea ruidoso, es super ruidoso, un tractor. Los consumos son bastante altos para un diesel. Trayectos que antes hacía con un golf 6, y motor diesel 1.6 110cv con un depósito ahora voy al depósito y medio largo. Yo no sé si debe a las modificaciones que han tenido que hacer desde que han pillado a VW con lo de lo emisiones, que pesa mas o que es pero el coche es muy decepcionante en cuanto a las prestaciones del motor. El interior, un churro. El maletero no es que sea espectacular y a la hora de abatir los asientos se queda un escalón. Después de la muy decepcionante experiencia no me compraría este coche como particular nunca.