Probamos la versión del Volkswagen Polo que funciona indistintamente con gas natural o gasolina. El precio de serie de esta versión, movida por un motor 1.0 tricilíndrico de 90 CV, es de 19.620 euros, aunque hay que tener muy claro que este importe final será inferior gracias a las diferentes ayudas que se ofrecen en todo el país en función de la comunidad autónoma.
Alternativas como el Polo TGI demuestran que las variantes híbridas y eléctricas no son las únicas salidas para un mercado automovilístico que cada vez mira de forma más clara y evidente hacia la utilización de energías más limpias y eficientes.
El poder de una letra
Para reconocer las mínimas diferencias entre el Polo TGI y cualquier otra versión del modelo alemán habrá que emplearse a fondo. Y es que, exteriormente, solo se distingue del resto de la gama por la letra “G” de su apellido. A lo largo de la historia, el Polo se ha caracterizado generalmente por un diseño poco arriesgado, apuesta que le ha funcionado a la perfección a Volkswagen. En esta última generación, en la que se integra el TGI, ha sucedido algo similar. No hay que pasar por alto, desde el punto de vista de estética exterior, su semejanza con respecto a su hermano mayor, el Golf.
El morro está presidido por una parrilla ancha integrada por franjas horizontales, tal y como suele ser habitual en los diferentes modelos del fabricante alemán, que se integran con los achatados faros. De la parte trasera cabe comentar que los pilotos entran visualmente en el portón, lo que facilita ser vistos y reconocidos con facilidad.
El cambio más significativo registrado en la última generación del Polo y, por consiguiente, también presente en este TGI, ha tenido lugar en las proporciones. Y es que la utilización de la plataforma MQB A0 ha venido acompañada de un incremento de tamaño si se compara con la generación precedente. De esta manera, el vehículo dispone de una longitud de 4,05 m y una anchura de 1,75 m mientras que su distancia entre ejes es de 2,56 m. La única cota que ha disminuido ha sido la altura, que ha recortado un centímetro hasta los 1,46 m. Sobre el exterior de la unidad probada hay que señalar que dispone, opcionalmente, de pintura efecto perla (505 euros).
Eficiencia a cambio de capacidad de maletero
En el interior, una de las mínimas diferencias del Polo TGI con respecto al resto de Polo es el indicador de GNC, situado en la parte izquierda del panel de instrumentos, mientras que el de gasolina se halla en la zona derecha. También hay que tener en cuenta la presencia del testigo de color verde específico que informa cuándo el vehículo rueda con gas natural.
El interior del habitáculo es igual de espacioso para los ocupantes que el resto de versiones del Polo, con un puesto de conducción confortable y una segunda fila de asientos que puede acoger a dos adultos de forma cómoda tanto por altura como por anchura y longitud para las piernas. Donde hay cambios que afectan negativamente es en materia de alojar el equipaje. Y es que la capacidad del maletero se ve afectada por la presencia de los dos depósitos de GNC situados bajo el plano del mismo, lo que implica una reducción del volumen disponible en 100 litros, pasando de 351 a 251 litros.
Con el objetivo de buscar el precio más competitivo posible, pero limitando la gama a la mínima expresión, el Polo TGI solo puede adquirirse en el acabado básico Edition. Su equipamiento incluye aire acondicionado, paquete Connectivity con USB y Bluetooth, radio Composition Media con pantalla táctil de 6,5 pulgadas, asistencia de arranque en pendientes, sistema Front Assist con freno de emergencia en ciudad y limitador de velocidad, entre otros elementos.
Ahorrador por naturaleza
Sin duda, el factor más interesante de esta versión es su mecánica, pues el Polo TGI está dotado de un motor 1.0 de tres cilindros y 90 CV de potencia que puede funcionar bien con gasolina bien con gas natural gracias a sus tres depósitos (dos de gas natural comprimido y uno convencional de gasolina). El objetivo de esta alternativa no es otro que reducir tanto las emisiones contaminantes como el desembolso a la hora de repostar, pues el gas natural emite menos CO2 e implica un coste por kilómetro casi un 30% inferior al de la gasolina.
Este propulsor está dotado de un par motor máximo de 160 Nm entre 1.800 y 3.800 rpm con el que obtiene una razonable capacidad de respuesta que será suficiente para la mayoría de conductores, sobre todo para aquellos que no busquen súbitas aceleraciones ni ansíen una conducción deportiva. Eso sí, en circunstancias como la subida de repechos a velocidad constante se aprecia cierta carencia de empuje, sobre todo si el coche va bastante cargado. En materia de prestaciones, cabe señalar que el vehículo necesita 11,9 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, mientras que su velocidad máxima es de 183 km/h.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
El combustible prioritario en todo caso es el GNC (gas natural comprimido), por lo que es el que se emplea para mover el vehículo siempre que los dos depósitos (de 13 kg en total) cuenten con él. Como excepción a ello hay que citar el momento del arranque del vehículo, que se realiza con gasolina para volver de inmediato al GNC. En cuanto ambos depósitos de gas natural se vacían, la alimentación del motor se produce mediante la gasolina del tercer depósito. Cabe señalar que no se percibe ningún tipo de variación de comportamiento a la hora de producirse el cambio de combustible. Solo se aprecia un leve incremento de sonoridad al comenzar el uso de gasolina.
Hay que tener en cuenta que, pese a que el vehículo indique que el GNC se ha agotado por completo, el sistema siempre guarda una pequeña reserva que se emplea en situaciones puntuales. La gran baza de circular en GNC es que el consumo medio ronda los 3 kg cada 100 km, lo que supone un gasto de unos tres euros para recorrer esta distancia según los precios actuales del GNC. Se trata, por tanto, de una mejora evidente con respecto al hecho de circular con gasolina. En este caso, la media de este motor 1.0 es cercana a los 5 l/100 km.
Además, hay que tener en cuenta que esta versión dispone de la etiqueta Eco, con numerosas ventajas como el acceso a centros urbanos en episodios de alta contaminación o posibles descuentos en ciertos peajes o aparcamientos. Como desventajas, no hay que olvidar que aún existen relativamente pocos puntos de recarga de GNC en España, aunque están creciendo a buen ritmo.
El motor 1.0 va asociado a un cambio manual de cinco relaciones que se caracteriza por su suavidad de funcionamiento y un correcto escalonado de marchas. No hay que pasar por alto que la quinta marcha tiene un desarrollo más largo, lo que muestra que está concebida para obtener la máxima eficiencia durante la conducción, por ejemplo, por vías rápidas o autopista.
Con el confort y la agilidad del resto de la gam
Desde el punto de vista dinámico, esta variante TGI del Polo no tiene ningún hándicap si se compara con el resto de versiones mecánicas. Y es que, el hecho de contar con los depósitos adicionales no implica ningún perjuicio en sus cualidades en este sentido, pues su comportamiento sigue situándose al nivel del resto de compañeros de gama. Al igual que ellos, esta versión se distingue por un importante equilibrio entre confort de marcha y estabilidad.
No hay duda de que el ámbito urbano es uno de sus entornos predilectos, ya que por las calles de ciudad demuestra su notable capacidad de maniobrabilidad. Está dotado de un tarado de suspensión que, a pesar de que tiende a firme, es capaz de absorber de forma eficaz los pequeños baches de la calzada. Ello se convierte en una ventaja al circular carreteras en mal estado. Por otra parte, al rodar por carreteras de curvas, pone de manifiesto un importante grado de agilidad. Asimismo, se muestra aplomado rodando por las grandes rectas de autopista.
Por su parte, la dirección proporciona un tacto directo y suave así como una importante sensación de control durante la conducción. No hay que olvidar la eficacia del equipo de frenos del Polo TGI, que permite detener el vehículo de forma contundente. Por todo ello, queda demostrado que esta versión está pensada para un uso que va mucho más allá del puramente urbano y que es capaz de brindar unas buenas cualidades como vehículo para todo tipo de escapadas.
Conclusión
En definitiva, el Polo TGI aúna todas las virtudes del utilitario alemán pero con la ventaja principal de ofrecer un nivel de eficiencia realmente ambicioso que permite bajar considerablemente el coste por kilómetro. Es evidente que se trata de una interesante alternativa para flotas pero, obviamente, también para particulares que hagan bastantes kilómetros al año, que piensen en el medio ambiente y que busquen aligerar su gasto en combustible. Todo ello sin olvidar, no obstante, que la presencia de gasolineras en España es aún algo reducida, sobre todo fuera de grandes núcleos urbanos.
Pero si apenas existen estaciones de servicio que ofrezcan el GNC ??. El Polo es el mejor urbano de cuatro metros del mercado y con su versión TSI de 95-115 CV va sobrado y su consumo no es para nada elevado.