Probamos la versión con motor de gasolina de tres cilindros y 115 CV del nuevo Volkswagen Polo, la versión más potente de la gama Polo si exceptuamos el GTI. Su filosofía de coche económico y utilitario es lo que hace del Polo una excelente alternativa si estáis buscando un compacto para el día a día con los acabados y calidad de construcción conocidos en Volkswagen.
Este fabricante alemán presentó la sexta generación del Polo hace ya un año, con mejoras en diversos puntos que permiten dar continuidad a la historia de éxito de este modelo, del cual se han vendido más de 14 millones de unidades desde su andadura comercial allá por el año 1975. Sigue siendo uno de los compactos del segmento B más matriculados en nuestro país y también uno de los modelos construidos en España más exportados. La fábrica de Volkswagen en Navarra es la principal fabricante a nivel mundial del Polo, desde que adquirió la responsabilidad de producirlo, en 1984.
34 años después, de la fábrica de Navarra siguen saliendo unidades de este modelo, que mantiene su excelente nivel de ventas gracias a su importante revisión estética y mecánica, que lo han convertido en casi un Golf en pequeñito.
Digo esto porque el nuevo Polo se construye con la plataforma MQB del grupo Volkswagen, la misma que “viste” al Volkswagen Golf, el Touran, el Tiguan, el Passat, el Seat León e Ibiza, el Audi A3… una plataforma que ha permitido modernizar la mayoría de modelos del grupo alemán y que se caracteriza por su modularidad, ligereza y buenas prestaciones.
Esta sexta generación del Polo ha mejorado en comportamiento dinámico, en seguridad y en economía de uso diario, además de haber recibido unos retoques estéticos, como siempre, muy conservadores.
La unidad del Volkswagen Polo que tuve ocasión de conducir venía pintada en un bonito Naranja Calatea (opcional), que potencia la mayor imagen deportiva que luce el nuevo modelo, de nuevo un poco al estilo del Golf. De hecho, esta unidad corresponde al acabado Sport, lo que le da un aire algo más dinámico y juvenil.
Imagen más deportiva
El nuevo exterior del Polo se caracteriza por tener una silueta ligeramente más alargada que la del modelo anterior, que viene condicionada por unas nuevas medidas que lo han hecho crecer en longitud y anchura, pero no el altura. La nueva plataforma modular transversal (MQB) le da unas proporciones más dinámicas, gracias a una larga batalla, que coloca las ruedas muy en los extremos, lo que unido a unos voladizos cortos dan una imagen más deportiva. Los diseñadores también han creído oportuno remarcar una línea en el lateral del coche, que lo cruza en toda su longitud y en inclinación, en forma de cuña, para generar ese aire más deportivo.
El frontal del Polo es el clásico ya visto en otros modelos de la marca, y está inspirado claramente en el del Golf. La parrilla va unida a unos faros muy estilizados, con luces diurnas y tecnología LED, que le dan una mirada muy agresiva y llamativa. La trasera tiene un aire menos complejo, pero la incorporación de un paragolpes con las salidas de escape rectangulares integradas y, por supuesto, un spoiler, se muestran acordes con el resto del coche.
A mi personalmente me convence el “nuevo” diseño, ya que ha permitido hacer del Polo un compacto más atractivo sin perder en absoluto su identidad. Es algo que los constructores alemanes saben hacer como nadie: cambiar un diseño sin alterar la base. Eso, guste o no, ha quedado demostrado que les funciona.
Elementos comunes
Cuando te sientas frente al volante, todo te resulta bastante familiar. Es evidente que las sinergias del grupo hacen que algunos diseños y materiales se repitan en modelos de marcas diferentes. Así, el salpicadero con líneas muy horizontales y “limpias” con esa moldura que lo cruza a todo lo ancho, me recuerda bastante al de un Seat Ibiza y, por supuesto, al de un Volkswagen T-Roc, con el que comparte, por ejemplo, la pantalla digital central.
Esta pantalla digital forma parte del sistema Discover Media de radio y navegación, una opción que equipaba nuestra unidad de pruebas. Se maneja de forma táctil o bien a través de los dos mandos giratorios y las 8 techas de acceso directo que hay en los laterales. La usabilidad y calidad de los gráficos es excelente, nada que reprochar.
Volkswagen también ofrece de forma opcional un cuadro de instrumentos digital, el VW Digital Cockpit, que lamentablemente no equipaba la unidad de prensa que veis en las imágenes. En su lugar montaba un cuadro de instrumentos analógico con una pantalla TFT monocolor en el centro, muy bueno en cuanto a información y facilidad de lectura pero no tan configurable y llamativo como el digital. En cualquier caso, la visualización de la información mientras conduces es fácil y no requiere desviar en exceso la vista de la carretera. En este coche el climatizador es tradicional, es decir, se maneja mediante diales y pulsadores, nada de pantallas táctiles. El volante, forrado en cuero y con su parte inferior ligeramente achatada, también tiene teclas multifunción, con un grupo destinado al control de ACC o control de crucero adaptativo.
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Otro equipamiento destacado, aunque opcional, es el cargador inalámbrico del móvil, que se sitúa en el hueco frente a la palanca del cambio, muy práctico, en el que también se han colocado dos tomas USB.
En estas plazas delanteras se percibe una buena terminación general y todo aparenta robustez. El tacto de los plásticos es algo duro, pero parecen ser de calidad.
En las plazas traseras el espacio es el esperado en un vehículo de su tamaño, ya que dan cabida a dos pasajeros de forma cómoda y un tercero que debería viajar ocasionalmente, ya que el espacio que queda es estrecho y cuenta con un túnel de transmisión que perjudica la colocación cómoda de las piernas.
El maletero ofrece una capacidad de 351 litros y, por lo tanto, se sitúa entre lo mejor de su segmento, al nivel del de un Seat Ibiza (355 litros) y por encima de los maleteros de un Kia Rio o un Hyundai i20 (326 litros), Ford Fiesta (303 litros) o Nissan Micra y Renault Clio (300 litros), entre otros.
Tres cilindros
Hemos escogido una de las opciones de motor más interesantes de la gama Polo: un gasolina TSI de tres cilindros con 115 CV, suficientemente potente para exprimir las buenas cualidades del chasis y a la vez económico en el gasto de uso diario. Tiene un consumo medio oficial de 4,5 l/100km., cifra difícilmente alcanzable en un uso “normal”. Cierto es que pude ver en el ordenador de a bordo 4,7 l/100km. de media circulando por las rondas de Barcelona a 80 km/h en tráfico fluido y practicando una conducción “ecológica”; pero lo habitual es ver la cifra en torno a los 6 l/100 km. circulando por carretera y ciudad.
Es un consumo razonable para la cifra de potencia que ofrece el coche. El motor, por otro lado, contribuye a limitar ese gasto de combustible gracias a su comportamiento suave y lineal, aunque no le vendría mal algo más de par a bajas vueltas. Hasta las 1.500 vueltas va algo justo de empuje, ya que teóricamente sitúa su par máximo entre las 2.000 y 3.500 vueltas.
Esto también condiciona las recuperaciones, sobre todo en quinta y sexta, ya que los desarrollos en esas marchas son bastante largos con el objetivo de reducir el consumo. No obstante, no se puede tener todo en un motor de gasolina de tres cilindros, que en general gusta por su agradable sonoridad y finura de funcionamiento. Se une a un cambio manual de seis velocidades, aunque también hay una versión con cambio automático DSG de 7 relaciones, a un precio algo superior.
El chasis está muy bien ajustado, y permite guiar el coche de forma muy fácil y segura. El Volkswagen Polo es de aquellos coches que viran bastante plano, que cuenta con una dirección incisiva y precisa, bastante informativa. Se siente dinámico, ágil y rápido en carretera de montaña y también en ciudad. Su conducción es muy agradable y os gustará si sois propensos a una conducción de estilo deportivo.
Volkswagen ha equipado a este compacto con algunos sistemas de ayuda a la conducción ya vistos en otros modelos del grupo. Además del ya comentado ACC (opcional), también monta de serie el sistema de vigilancia Front Assist con frenada de emergencia en ciudad y detección de peatones. Otros sistemas opcionales disponibles son el detector de ángulo muerto con la alerta de tráfico trasero y el sistema Park Assist, entre otros.
Precio competitivo
Esta versión de gasolina con cambio manual se vende por 18.483 euros, sólo en acabado Sport. Alguno de sus rivales, como el Kia Rio, el Hyundai i20, el Seat Ibiza o Nissan Micra, por citar algunos, sitúan su tarifa a un precio similar, por lo que el pequeño Volkswagen resulta bastante competitivo. No obstante, si lo queréis equipado a tope, las opciones pueden hacer subir la tarifa hasta acercarla a la de un Volkswagen Golf básico.