Tras la actualización recibida a mediados del año pasado por el todocamino alemán, de 4,43 m de longitud, su estética se ha acercado bastante a su hermano mayor, el Touareg. Esta vez probamos la versión más racional de las tres que integran su gama diésel y quizá la que ofrece una mayor comodidad de conducción gracias a su transmisión de doble embrague. Se trata de la variante que monta el bloque 2.0 TDI de 140 CV de potencia que, junto con la afamada caja de cambios DSG, integran un eficaz conjunto mecánico.
Por otra parte, una dinámica basada en un alto grado de estabilidad y confort, sumada a un remarcable nivel de refinamiento interior abarcan parte de la retahíla de virtudes que atesora este completo 4x4. El SUV de la firma de Wolfsburg rivaliza con un nutrido grupo de todocaminos entre los que se hallan el Ford Kuga, el BMW X1, el Toyota RAV4, el Nissan Qashqai y el Honda CR-V.
Diseño
El último restyling del SUV alemán supuso un rediseño de su frontal, basado en líneas muy horizontales que recuerdan mucho a su compañero de marca, el Touareg. En la parrilla llaman la atención las láminas dobles cromadas, con el gran logo de Volkswagen en el centro, que quedan totalmente integradas con la forma de las ópticas. Éstas se componen por una sofisticada línea de LED y por faros bi-xenón que, de forma opcional, pueden contar con el asistente de luz de carretera Dynamic Light Assist.
En el sector inferior del frontal se encuentra la parrilla central con dos hendiduras laterales que albergan los faros antiniebla. La silueta del vehículo se caracteriza por la línea de cintura ascendente así como por los pasos de rueda prominentes. El marco cromado de la superficie acristalada supone un aporte de elegancia, mientras que las barras del techo confieren un toque adicional de dinamismo. También cabe señalar que monta llantas de aleación ligera tipo "Boston" de 17 pulgadas.
Mientras tanto, en la zaga del vehículo puede apreciarse que los faros son de dos piezas, sobresalen ligeramente de la carrocería y también cuentan con un nuevo diseño. En el interior de los faros destaca la presencia de los elementos en forma de "L", lo que supone un nuevo parecido a los que posee el Touareg.
Habitabiliad
Vayamos dentro del habitáculo, donde comprobaremos que el vehículo ofrece una posición de conducción elevada, cumpliendo con la premisa típica de los SUV. Ello, como es de imaginar, genera una notable visión sobre el asfalto, lo que ayuda a fomentar la sensación de control durante la conducción. Entre las novedades que ha recibido el habitáculo del Tiguan en su última renovación se encuentran el sistema detector de fatiga, la pantalla del ordenador de a bordo a color y la preinstalación del sistema VW Universal Bluetooth.
Podemos apreciar que estamos ante un automóvil con acabados de muy buena calidad y un interior ergonómico, con un panel de mandos práctico e intuitivo con el que es fácil familiarizarse. El acabado Excellence de la unidad probada equipa la exclusiva tapicería de cuero Vienna, de tacto muy agradable.
Si nos vamos a la parte trasera veremos que la versatilidad es otra de sus ventajas. Y es que esta banqueta permite un desplazamiento longitudinal de 16 centímetros, lo que posibilita ganar espacio para las piernas o, en su defecto, ampliar el espacio destinado al maletero cuando se necesite. Además, los respaldos pueden regular su inclinación. No obstante, no hay que pasar por alto que en esta zona viajarán más cómodamente dos ocupantes que tres, debido a que el espacio para la plaza del centro es algo estrecho.
De cara a alojar el equipaje cabe tener en cuenta que el maletero cuenta con un volumen de 470 litros, capacidad que puede crecer hasta los 1.510 litros si abatimos los asientos traseros. Se trata de un espacio más que considerable si lo comparamos con muchos de sus rivales. Por su parte, el vehículo dispone de un buen número de espacios para guardar pequeños objetos.
Mecánica
Esta vez hemos escogido probar el motor intermedio de la gama diésel del Tiguan. Se trata de la mecánica 2.0 TDI de 140 CV de potencia, que eroga un par máximo de 320 Nm entre 1.750 y 2.500 rpm. El conocido turbodiésel de Volkswagen se distingue por una gran elasticidad, comenzando la entrega de fuerza desde muy bajas vueltas. Ofrece un rendimiento prestacional bastante bueno, aunque si ésta es nuestra prioridad será más recomendable escoger el TDI de 170 CV.
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Con este turbodiésel de 140 CV y el cambio automático DSG, el Tiguan puede rodar hasta los 188 km/h de velocidad punta y completar 0-100 km/h en 10,2 segundos, idéntico valor que con el mismo motor y cambio manual.
La renovación aplicada por Volkswagen ha afectado positivamente a este bloque, pues ha supuesto una mejora en términos de consumo gracias, sobre todo, a la incorporación de las medidas eficientes Bluemotion Technology de la firma alemana. En este sentido, la versión que hemos conducido registra una media homologada de 6,0 l/100 km. Las comentadas tecnologías también han logrado reducir las emisiones hasta los 158 g/km de CO2.
La transmisión DSG que monta nuestra unidad, de siete velocidades, es toda una institución hoy en día dentro de Volkswagen. Hablamos de un cambio de doble embrague cuyas grandes virtudes son su rapidez de respuesta y la suavidad de funcionamiento que proporciona. El tema de la rapidez viene propiciado porque el primer embrague gestiona las marchas impares y el segundo, las marchas pares y la marcha atrás. De esta forma, gracias a un engranaje continuo, la marcha inmediatamente superior o inferior siempre está engranada sin llegar a estar activa. Así, en el momento que se precisa el salto de marcha, éste se realiza de forma mucho más rápida que si sólo trabajara un embrague.
Comportamiento
Nada más ponernos al volante del automóvil alemán nos damos cuenta que estamos ante unos de los SUV más eficaces en el capítulo dinámico. En primer lugar, debe tenerse en cuenta su alto nivel de confort, en la línea de lo que es habitual en los automóviles de la firma germana. Goza de un tarado de suspensión muy equilibrado con el que consigue reaccionar de forma muy neutra en curva y con un nivel de balanceo mínimo, sobre todo si valoramos el volumen del vehículo. Por carreteras rápidas, su conducta es cercana a la de una berlina, aspecto que se observa principalmente en la suavidad con que absorbe las irregularidades.
Si pese a ello nuestras expectativas dinámicas son superiores, el Tiguan puede equipar de forma opcional el sistema DCC de suspensión adaptativa electrónica. Este sistema permite variar entre tres modos de conducción, Normal, Confort y Sport. El primero de ellos es el más acertado para rodar por autopistas, mientras que el segundo está pensado para carreteras con algún que otro bache. Por su parte, el modo Sport aporta una mayor firmeza de suspensión con la que alcanza una estabilidad aún mayor.
Para complementar dicho programa deportivo tenemos la posibilidad de escoger la posición Sport del cambio DSG. De esta forma, la entrega de fuerza se estira hasta un régimen más elevado, extrayendo el máximo rendimiento posible del motor.
Al tratarse de una versión 4Motion, aprovecharemos el valor añadido que nos brinda la tracción a las cuatro ruedas. Además de una mayor motricidad al rodar por asfalto en circunstancias de baja adherencia, hace posible alguna que otra excursión fuera de carretera. Eso sí, no debemos olvidar que no estamos ante un todoterreno puro y duro, por lo que su hábitat fuera de asfalto no pasa de pistas forestales sencillas. Sobre este firme, muestra una vez más una comodidad de alto nivel.
Seguridad
En materia de seguridad, el Tiguan equipa airbags delanteros para conductor y acompañante, airbags laterales delanteros y airbags de cabeza traseros. Asimismo, entre las diversas ayudas electrónicas destaca el programa electrónico de estabilidad, que trabaja de forma conjunta con el asistente de frenada, el ABS, el EDS, el ASR y el MSR. A ello cabe sumar el sistema detector de fatiga, que se encarga de alertar al conductor de forma óptica y acústica si se detecta una pérdida de concentración al volante. Equipa también anclajes Isofix para sillas infantiles.
Valoración final
Entre las principales ventajas del todocamino alemán destaca su eficacia dinámica, bastante cercana a la de una berlina gracias a su gran compromiso entre confort y dinamismo. Por su parte, la versión mecánica intermedia del 2.0 TDI que hemos probado, de 140 CV, se caracteriza por una importante elasticidad y un consumo bastante ajustado. Además, las rápidas reacciones del cambio automático de doble embrague DSG de siete velocidades consiguen sacar el máximo rendimiento de dicho motor. Todo ello está rematado con un habitáculo muy versátil y espacioso formado por materiales de calidad, aunque con un precio que puede resultar un poco elevado.
Me interesa llamame. Pf. gracias