El Grupo PSA invierte con fuerza en el coche autónomo

Hace escasas fechas tuvimos ocasión de viajar hasta Vigo para asistir al evento Innovation Meeting, organizado por el grupo automotriz PSA (propietario de las marcas Peugeot, Citroën, DS y ahora también Opel y Vauxhall) en colaboración con la DGT y la Xunta de Galicia. Este encuentro, celebrado en el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia, congregó a representantes del propio CTAG, el Grupo PSA, la Dirección General de Tráfico y la Xunta de Galicia. Y por tanto, sirvió no sólo para exponernos la visión de Groupe PSA respecto automóvil del futuro (es decir, autónomo y conectado); sino a qué distancia nos encontramos de aquel objetivo desde el punto de vista tecnológico, industrial, normativo y social.

El CTAG es una fundación sin ánimo de lucro nacida en 2002 y participada por diferentes socios de carácter público, como la Xunta gallega, y privados, como la propia PSA. Entre muchos logros de diversa índole, este centro de I+D+i ha participado activamente en el desarrollo de distintos sistemas de seguridad activa que ya equipan los automóviles de la actualidad. En el caso de Peugeot y Citroën, podemos contar entre ellos con la alerta de riesgo de colisión, la frenada activa de seguridad, el aviso de cambio involuntario de carril, la vigilancia de ángulo muerto, el regulador de velocidad adaptativo, el reconocimiento de señales de velocidad y el asistente de aparcamiento, por citar algunos ejemplos.

Durante los últimos tres años, su Centro de Electrónica para Vehículos Inteligentes ha destinado parte de los recursos del CTAG al desarrollo de los sistemas ADAS (advanced driver assistance systems, “asistentes de conducción avanzados”) necesarios para hacer realidad el concepto de vehículo autónomo y conectado; un concepto que representa el futuro de la automoción para los principales actores del sector y, por lo tanto, también para PSA. En el caso del fabricante francés, la hoja de ruta hacia la conducción automatizada queda definida por el proyecto AVA (Autonomous Vehicle for All, “vehículo autónomo para todos”); un ambicioso plan que ya está en marcha con el fin de hacer realidad este tipo de automóviles de aquí a la próxima década, y sobre el que nos habló la Directora de Innovación e Ingeniería Avanzada del Grupo PSA, Carla Gohin.

Las diferentes tecnologías que sirven como base para este desarrollo quedan categorizadas en cinco niveles de autonomía. El Nivel 1 exige al conductor llevar siempre las manos sobre el volante, pero aporta asistentes de conducción ya presentes en algunos coches actuales como son el Control de crucero adaptativo y el Asistente integrado de autopista (que controla la trayectoria y velocidad del vehículo dentro de su carril). El Nivel 2 permitirá retirar las manos del volante si bien el conductor mantendrá su total responsabilidad y deberá estar listo para retomar el control en cualquier momento; como ejemplo de este Nivel 2 tenemos la Conducción automatizada en autopista, capaz de cambiar de carril de manera autónoma tras la indicación del conductor. El Nivel 3 retira parcialmente la exigencia de supervisión por parte del conductor, que estará preparado para retomar la acción tras el aviso correspondiente. En este nivel encontramos el Asistente de conducción en atascos y el Asistente de autopista, ambos capaces de circular sin nuestra intervención. El Nivel 4 nos dará la opción de alejarnos del volante y sentarnos cómodamente mientras el coche se conduce solo, gracias a los Asistentes 100% autónomos de atasco y autopista. Y finalmente, los automóviles preparados para el Nivel 5 ni tan siquiera precisarán que nadie los conduzca.

Todo lo comentado suena a ciencia-ficción, pero los avances tecnológicos nos están acercando rápidamente hacia el coche autónomo. Muchos de estos sistemas se encuentran en fase avanzada de desarrollo y ensayo; algunos ya están implantados a día de hoy y otros lo harán próximamente. Sin salir de PSA, el próximo DS 7 Crossback,disponible en enero de 2018, puede equipar funciones de conducción automatizada como Connected Pilot (control de crucero con mantenimiento de carril), Park Pilot (asistente de aparcamiento sin intervención sobre el volante o los pedales), Night Vision (detección nocturna de peatones o animales mediante infrarrojos) y Driver Attention (análisis de síntomas visibles de fatiga del conductor). Según indica la propia PSA "a partir de 2020 el coche autónomo ofrecerá más libertad al conductor para aprovechar su tiempo de manera distinta y eliminar los inconvenientes de la conducción"; y no será hasta alrededor de 2025 cuando veamos por la calles sus primeros automóviles preparados para el Nivel 4 de conducción autónoma.

Puede decirse, por lo tanto, que la tecnología va un paso por delante de los demás aspectos fundamentales para esta revolución de la movilidad: las infraestructuras y la reglamentación principalmente; sin olvidar aspectos legales como la responsabilidad legal y el aseguramiento de vehículos y usuarios, por no hablar de cuestiones socio-filosóficas como la toma de decisiones de las máquinas en el caso de una colisión inminente. Son muchas y muy variadas las cuestiones a resolver todavía. Resolverlas exigirá un decidido espíritu de implicación e impulso conjunto entre las partes implicadas; pero si lo que pudimos ver en este PSA Innovation Meeting sirve como ejemplo, parece que el camino hacia la movilidad del futuro está más despejado de lo que cabría imaginar.