Actualización - El Grupo francés PSA (Peugeot Sociedad Anónima) y el grupo italo-norteamericano FCA (Fiat Chrysler Automotive) han cerrado un acuerdo de fusión. Según el comunicado hecho público, esta fusión combina las amplias y crecientes capacidades de las empresas para afrontar el reto de conformar la nueva era de movilidad sostenible.
La empresa resultante de la fusión será el cuarto fabricante global de coches con unas ventas mundiales cercanas a los 8,7 millones de unidades, unos ingresos de unos 170.000 millones de euros anuales y beneficios operativos (antes de impuestos) de 11.000 millones basados en la suma simple de los resultados de 2018. La fusión aporta, además, un ahorro en sinergias (plataformas y desarrollos compartidos y compras) cifrado en 3.700 millones de euros anuales. En el comunicado conjunto se destaca que estas sinergias se conseguirán sin cerrar plantas, un guiño de PSA al estado francés, accionista de la compañía y que fue uno de los obstáculos de la fracasada unión entre FCA y Renault planteada hace unos meses.
El consejo de administración de la nueva compañía estará localizado en Holanda, donde ya se encuentra la sede europea de FCA, y tendrá una representación equilibrada ya que la fusión se acuerda al 50% entre ambos grupos. Es decir, se crea una empresa nueva que da cabida a los accionistas de las dos actuales y que otorga el mismo valor a cada uno de los dos grupos. Carlos Tavares, el actual director general de PSA ocupará ese mismo cargo en la nueva empresa mientras que el presidente de la misma, un cargo más representativo y menos ejecutivo lo asumirá John Elkan, perteneciente a la familia Agnelli, máximo accionista de FCA. Ambos formarán parte del consejo de administración de 11 miembros.
Analizando la situación actual, la fusión conviene a ambas compañías ya que su posición actual, pese a no ser mala, era susceptible de empeorar si la situación macro-económica mundial también lo hiciera. PSA tiene una situación saneada tras el trabajo realizado por Tavares en los últimos años. No solo ha revertido una situación delicada hace una década para el Grupo francés, sino que ha obtenido beneficios récord y ha integrado en el Grupo una marca como Opel, (más información sobre esta fusión en este enlace) que estaba en números rojos tras años de desgobierno de General Motors y que ha vuelto a los beneficios dos años antes de lo previsto (más información sobre la estrategia de Opel en este enlace). El Grupo, no obstante, es muy dependiente de los mercados europeo y chino y en este último las cosas no le van bien ahora mismo. Por otro lado, tiene poca presencia en el mercado Premium y su proyecto de entrar en el mercado de América del Norte está en estado embrionario.
Fiat-Chrysler no tiene una situación fácil. Pese a los buenos números obtenidos por la dirección de Mike Manley y el crecimiento de Jeep en todo el mundo, la posición del grupo en Europa es excesivamente dependiente de un mercado volátil como el italiano y de un segmento, el de los coches pequeños, en la que Fiat es un experto pero que ofrece beneficios exiguos. Además, el Grupo tiene un déficit notable en tecnologías de electrificación ya que es uno de los grupos que más retrasado va en el desarrollo de motores y plataformas eléctricas.
Beneficios de la fusión
La fusión, por lo tanto, se articula en tres bases: la primera es la complementariedad de ambos grupos. PSA aporta una situación saneada, una presencia consolidada en los principales mercados europeos, una capacidad de producción importante en el continente, presencia en el mercado chino, una posición de liderazgo en el mercado de los vehículos comerciales ligeros en Europa fácil de extender a otros mercados y, sobre todo, unas tecnologías de electrificación en un estado bastante avanzado, con dos plataformas globales, una pequeña apta para modelos 100% eléctricos como el Peugeot e-208 y el Opel Corsa e y otra intermedia sobre la que desarrollará una serie de modelos híbridos enchufables. PSA también ha avanzado mucho en los últimos años en el desarrollo de sistemas de conducción autónoma (más información en este enlace).
FCA, por su parte, aportará su consolidada presencia en dos mercados en los que PSA no tiene una posición dominante: América del Norte mediante las plantas y la red de distribución de Chrysler-Dodge-Jeep y la fuerte presencia de RAM en el segmento de los vehículos comerciales y América del Sur, a través de la sólida presencia de Fiat en Brasil. La otra aportación de FCA, en este caso tecnológica, es la de plataformas para el desarrollo de vehículos Premium; las usadas hasta ahora por los modelos grandes de Chrysler y, sobre todo, por Alfa Romeo y Maserati que podrían usar tanto Peugeot como DS e incluso Opel sin olvidar la experiencia de Jeep en el desarrollo de modelos 4x4.
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La segunda base es la necesidad de ambos grupos de consolidar una posición de primer actor a nivel mundial que asegure sus bases económicas y su viabilidad a largo plazo. El resultado de la fusión será una empresa globalizada, con presencia en todos los mercados importantes y que tendrá, como únicas lagunas, la necesidad de revertir la situación en China, donde ambas pierden dinero como consecuencia de un mercado en recesión y la mínima presencia de ambas en otros mercados emergentes de fuerte expansión en los próximos años como son el Sureste Asiático y, sobre todo, la India.
Y la tercera, las ganas de Carlos Tavares de convertirse en el directivo de referencia de la industria automovilística. Tavares se fue de Renault-Nissan porque Carlos Gohsn le impedía liderar el Grupo y ha realizado un trabajo espectacular en PSA, tanto que se siente fuerte para meterse en una fusión de estas dimensiones y liderarla pese a los interrogantes que plantea.
Se prevé que la eficiencia generada por la optimización de las inversiones en plataformas de vehículos, gamas de motores y nuevas tecnologías aporten un ahorro aproximado del 40% de los 3.700 millones de euros de ingresos anualizados generados por las sinergias.
Debido a esta fusión, los grandes grupos automovilísticos, Toyota, el Grupo Volkswagen y la Alianza Renault-Nissan, empezarán a ver por el retrovisor a un nuevo candidato a establecerse como el primer productor mundial ya que la fusión PSA-FCA se situaría por delante de General Motors en la cuarta posición entre los grandes grupos.
Fiat nada atractiva como marca y Psa con esga fusion trataran de rascar pero imposible levantar cabeza, faltan muchos años para que arañen algo de la hegemonia de los alemanes, ...