La conducción temeraria está considerada como una de las infracciones más graves que se pueden cometer al volante de un automóvil, incluso puede acarrear sentencias penales para el culpable. El término conducción temeraria engloba muchos tipos de infracciones que te contamos a continuación.
Se considera conducción temeraria a todas aquellas acciones relacionadas con la conducción de un vehículo que ponga en riesgo la seguridad tanto del propio conductor, como la de sus acompañantes, otros usuarios de la vía, peatones inclusive. Así lo redacta el artículo 380 del Código Penal: la conducción temeraria consiste en conducir un vehículo a motor o un ciclomotor con temeridad manifiesta y con ello poner en concreto peligro la vida y la integridad de las personas.
Según la ley de Seguridad Vial, una sanción por conducción temeraria está calificada como muy grave, con multas que pueden ir desde los 500 euros y la retirada de 6 puntos del carné hasta penas de cárcel y la retirada completa del permiso de conducir.
¿Qué se considera conducción temeraria? Conducir con un nivel de alcohol en sangre elevado, drogas en el organismo, conducir a una velocidad muy superior a la permitida, no respetar las señales viales de tráfico poniendo en riesgo a otros usuarios, conducir en sentido contrario a la marcha, o realizar una acción deliberada y de duración destacada que puedan crear un peligro.
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La conducción negligente, que puede parecer lo mismo, está sancionada con una falta grave, pero se refiere a aquellos conductores que conducen “despistados”, sin prestar la atención necesaria a la vía, o que superan ligeramente la velocidad máxima. Algún ejemplo de conducción negligente podría ser usar el teléfono móvil o la pantalla multimedia mientras se conduce, buscar objetos en los compartimientos del coche, conducir haciendo eses, leer un mapa sin detener el vehículo, etc… La multa económica es algo más leve pero también puede acarrear pérdida de puntos de carné según la gravedad.
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