Cómo reparar arañazos: Guía rápida

Hace unos años Nissan lanzó un tipo de pintura autorreparable, denominada Scratch Guard Coat, con una tecnología basada en la utilización de una capa de resina plástica de alta elasticidad que elimina de forma automática las rayadas superficiales de la carrocería con el efecto del calor ambiental. La pequeñas rayadas del barniz desaparecen de forma “natural” con el paso del tiempo.

Sería magnífico que todos los coches montasen esta tecnología, que lamentablemente no ha llegado a popularizarse; y es que tampoco resulta infalible: solo es efectiva en arañazos de mínimo grosor, muy superficiales.

De momento, y mientras no se invente una pintura a prueba de golpes, librarse de un arañazo, rayada o rasguño va a seguir siendo algo inevitable, una situación que en un momento u otro se sufre con el uso del coche: al aparcar, en los túneles de lavado, al proceder a la carga de un bulto en el maletero, al repostar y golpear con la manguera del surtidor sobre la zona de la boca de llenado.. las situaciones en las que podemos recibir un rasguño en la carrocería son múltiples.

Si el desperfecto no es grande, podemos intentar reparar ese arañazo nosotros mismos, sin la ayuda de un taller especializado. Pero antes hay que analizar el tipo de arañazo que ha recibido la carrocería.

La profundidad del mismo es la clave. Existen desde microarañazos provocados por algunos túneles de lavado, que van matizando la pintura con el tiempo, pasando por arazaños que solo afectan al barniz, la capa superficial, y no tocan la pintura, hasta arañazos profundos en los que se visualiza la capa de imprimación que hay debajo de la pintura o incluso la chapa, en los casos más graves. Si se ve la chapa, ese punto podría ser una fuente de oxidación, algo que es preciso evitar como sea. Los arañazos superficiales podemos intentar eliminarlos por nosotros mismos, pero los en los arañazos más profundos la reparación es más difícil y se recomienda acudir un taller profesional de chapa y pintura.

Si decidimos reparar nosotros mismos el arañazo, porque es de poca profundidad y lo vemos factible, lo primero que hay que hacer es lavar el coche. Es necesario trabajar sobre una superficie limpia, sin restos de suciedad, ya que de lo contrario se provocarían nuevas rayadas al aplicar la pasta de pulir. Una carrocería limpia también nos permitirá localizar con mayor precisión los arañazos y su profundidad.

Hay varios métodos para disimular o eliminar por completo los arañazos. Los más comunes son:

Se aplica a mano con una bayeta de microfibra, frotando en movimientos circulares y durante unos 5 minutos, sin apretar en exceso. Es el sistema ideal y más sencillo para acabar con los microarañazos.

También podemos utilizar una pulidora para acelerar el proceso, aplicando la pasta de pulir sobre una boina. Tened en cuenta que hay pasta de pulir con diferentes grados de abrasión. Podemos optar por una más agresiva, para reparar arañazos profundos, u otra con menor capacidad de abrasión para ir rebajando poco a poco la superficie. O combinar el uso de las dos. Al final de proceso puede usarse una pasta de abrillantado para dar un acabado más intenso e incluso podemos proceder a un encerado de la chapa para mejorar su protección.

Otro método a seguir es utilizar lija al agua de grano muy fino, para ir rebajando la capa de barniz, para posteriormente aplicar el pulimento. Es un método aconsejable en caso de arañazos que no desaparezcan con una simple pasada de polish, debido a su profundidad. El lijado permite ir hasta la capa inferior del arañazo, donde difícilmente se llega con la pasta. La pintura de carrocería suele tener una buena capa de barniz, por lo que el margen para rebajar con lija es más alto de lo que parece. Aún así, hay que ir con precaución al lijar, para no pasarse y llegar a la capa de pintura.

En el caso de arañazos muy profundos, en los que se ha perdido parte del color de base, el uso de rotuladores de color puede ser una buena solución. Como es lógico, es importante buscar el color exacto del coche, una referencia que suele estar indicada en el vano motor o en el maletero. Si no la localizamos será necesario consultar un muestrario de colores que contrastaremos con la propia chapa, para buscar la referencia correcta. Al aplicar el pincel, el sobrante de pintura debe eliminarse con un posterior pulido, una vez bien seco. De esta forma el retoque queda mejor disimulado. El uso del rotulador suele dar mejores resultados en colores sólidos y oscuros que en metalizados y claros.

En situaciones en los que hay demasiados rasguños localizados en un área muy concreta o éstos son muy profundos, puede ser necesario optar por aplicar pintura en spray directamente sobre el área afectada. Antes hay que enmascarar las zonas adyacentes al desperfecto, para evitar que queden pintadas con la nube que genera la el exceso de pulverización de la pintura al aplicarse sobre la chapa. Hay que aplicar varias capas de pintura espaciadas unos 15 minutos, por norma general y dependiendo del tiempo de secado del producto. Mejor varias capas de poco grosor que pocas y demasiado intensas.

Tanto con el rotulador como con el spray, el resultado que se consigue es disimular el rasguño, pero difícilmente se obtiene un resultado profesional.

Para eso están los talleres de chapa y pintura, para solucionar desperfectos de cierto nivel que nosotros no podemos disimular en casa. Si no estamos seguros de efectuar una reparación correcta, mejor no liarse. La reparación de chapa y pintura es un trabajo que requiere conocimientos y destreza, es casi un arte. Hay que ser consciente que estas reparaciones “caseras”, aun siendo posibles, pueden no dar el resultado óptimo, aunque hayamos puesto la mejor intención. De ahí que insistamos en que hay que valorar bien el desperfecto para decidir la mejor estrategia a seguir.