Rodaje de un coche nuevo: ¿qué hacer y qué no hacer?

El rodaje de un coche nuevo es, básicamente, el proceso de adaptación y asentamiento de los diferentes componentes del motor y la transmisión durante los primeros kilómetros de uso.

Este proceso, que puede variar en forma de ejecutarlo y duración según cada fabricante, ayuda a que las distintas piezas se ajusten adecuadamente entre sí tras la fabricación, lo que puede mejorar la eficiencia y prolongar la vida útil del vehículo.

Con el paso del tiempo, sin embargo, la forma en que se debe llevar a cabo esto ha cambiado. Entonces, ¿qué hacer y qué no hacer en el rodaje de un coche nuevo en la actualidad?

Motores y demás componentes de un coche nuevo han ido evolucionando con el paso del tiempo; con lo cual, el rodaje es prácticamente innecesario actualmente de la forma exhaustiva en la que lo era hace 15 años.

Así lo explica Antonio Manzano, asesor técnico del RACE: “ya todos los fabricantes han eliminado el rodaje porque los materiales son de muy buena calidad y vienen ajustados al milímetro. Gracias a esto, no tienen el desgaste de la cámara del cilindro, que sí ocurría en los coches antiguos y que hacía que el aceite se ensuciase rápidamente y por eso había que cambiarlo a los pocos kilómetros de uso del coche”.

A pesar de ello, es recomendable ser cautelosos en algunos aspectos, al menos durante los primeros 2.000 kilómetros después de la compra.

Si buscamos entre algunas recomendaciones que dan los fabricantes para un coche nuevo, encontramos una frase de Torben Flenner, líder del equipo de entrega de vehículos de BMW Welt, que podría ayudarnos a resumir perfectamente todo lo que explicaremos a continuación: “evita los límites del vehículo durante los primeros kilómetros”. En esta fase de rodaje, esto aplicaría a lo siguiente:

Se recomienda no circular a más de 3.500 rpm y 150 km/h en los coches diésel y 4.500 rpm y 160 km/h en los de gasolina. Así se conseguirá que elementos del motor como cilindros y pistones, así como la transmisión, vayan acoplándose entre sí.

Se estima que durante los primeros 300 kilómetros, los neumáticos no ofrecen todas sus prestaciones de agarre, debido a que es el tiempo que tarda la parafina o silicona que se aplica tras la producción en retirarse de la banda de rodadura. Modera la velocidad.

Al igual que pasa con los neumáticos, su rendimiento óptimo comienza al cabo de unos kilómetros; en este caso, en torno a los

500 km. Almohadillas y discos necesitan generar roce entre sí para empezar a funcionar de una manera más efectiva.

Someter a la suspensión a un sobreesfuerzo durante los primeros 1.000 kilómetros de rodaje del coche nuevo puede traer graves consecuencias a la larga. Evita sobrecargar el vehículo en este periodo de tiempo.

Uno de los aspectos más delicados en los coches nuevos de hace años era el cambio de aceite tras los primeros 1.000 kilómetros. Hoy en día, esta necesidad ya ha desaparecido, ya que los aceites nuevos sintéticos con aditivos y estar preparados para ser efectivos durante largas distancias, así que no debes preocuparte por ella en el periodo de rodaje.

Y recuerda que, a pesar de tener en cuenta todo esto al comienzo de la vida del vehículo, es importante siempre realizar un mantenimiento del coche según su tecnología.