Región de Murcia, No-Typical
Más allá de las playas del Mar Menor, de las cálidas temperaturas durante todo el año y del omnipresente Mediterráneo, la región de Murcia ofrece otros atractivos que no por menos conocidos son menos interesantes que los anteriormente citados.
Tras la ruta del pasado mes por los Pirineos, en esta ocasión volvemos al sur para realizar una ruta que nos llevará por variadas y entretenidas pistas, embalses y muy variada vegetación, uniendo dos lugares, Cieza y Calasparra, que además, nos ofrecerán una más que interesante gastronomía con la que poner el broche de oro a un recorrido, “diseñado” para ser realizado por un SUV.
A Cieza, lugar donde empezaremos nuestra ruta de hoy, se accede desde la autopista A-30 de Albacete a Murcia o por la carretera N-301; desde Murcia dista 42 Km., desde Alicante 110, Albacete 105, Almería 250 y Valencia 193 Km.
Cieza es la capital de la Comarca de la Vega Alta del Segura y puerta natural de la actual Región de Murcia por el norte hacia Castilla-La Mancha. Justo antes de entrar a la ciudad, pararemos para marcar el WP de salida de nuestra ruta, empezar a grabar el track que realizaremos y realizar las primeras fotos de nuestro coche, un Kia Sportage, a los pies de la Ermita del Cristo del Consuelo.
Construida en el siglo XIX, la Ermita del Cristo del Consuelo se sitúa en la cima de una colina desde la que se domina la Vega del Segura. Alberga la imagen del Santísimo Cristo del Consuelo, en cuyo honor se celebró un año jubilar en 2012-2013. La imagen originaria, destruida durante la Guerra Civil española, databa del siglo XVII. La imagen actual es una copia idéntica a la original de principios del siglo XIX que se encontraba en Caravaca de la Cruz, pero que fue trasladada a Cieza tras la destrucción de la imagen original.
Pocos metros más adelante pararemos para fotografiar el Monte de la Atalaya, que pertenece a las estribaciones de la Sierra del Oro, por donde circularemos más tarde, alzándose majestuoso sobre la ciudad y sobre su principal templo, la Basílica de Ntra. Sra. de La Asunción.
Declarado Bien de Interés Cultural y edificado en el siglo XVIII sobre una iglesia anterior de los siglos XV o XVI. De particular interés resulta su peculiar campanario, de planta octogonal, si bien sólo el primer cuerpo de este campanario data de la fecha de construcción del resto de la Basílica, pues los dos cuerpos posteriores datan del siglo XIX. En el interior del templo se conserva una importante colección de imaginería contemporánea, con presencia de piezas de autores tan capitales como González Moreno, Capuz, Planes, Pinazo o Álvarez Duarte.
Un refrigerio en alguno de los bares del municipio nos permitirá casi con toda seguridad, entrar en contacto con el habla tradicional e histórico de Cieza, que se enmarca, junto al habla del Valle de Ricote, Molina o Murcia, en el denominado dialecto murciano. Este dialecto se halla casi totalmente diluido con el castellano, aunque aún persiste y se caracteriza por su entonación y por la no pronunciación de la "s" final.
Lo cierto, es que explicado por alguien con este marcado acento, es más fácil imaginar el desarrollo de una de las fiestas más importantes de Cieza, el lanzamiento del hueso de oliva.
Este concurso tiene su origen en el mes de Julio de 1995, cuando Mariano Marín Ato y José María Martínez Villa (fundadores de la Asociación Amigos de las Oliveras) idearon un concurso que consistía en el lanzamiento de huesos de oliva con la boca y sin "canute". Desde su primera edición, en la que se podía escoger entre lanzar un hueso de oliva o uno de cereza, a la última, en la que solo se permitió lanzar huesos de oliva, esta fiesta ha pasado de experimento a tradición. El lanzamiento de hueso de oliva se puede definir como una fiesta multitudinaria que en las últimas ediciones ha llegado a reunir a más de 20.000 personas y que hace de atracción turística para los extranjeros.
Nuestra ruta de hoy, tiene aproximadamente unos 55 Km. y puedo adelantar que su duración fue de unas 3 horas. A diferencia de otras, en las que vamos alcanzando diferentes pueblos o centros habitados, en esta ocasión, entre nuestra salida de Cieza y la llegada a Calasparra, tan solo pistas y vistas nos acompañarán en nuestro recorrido, por lo que, además de agua para beber, puede ser una muy buena ruta para llevar una comida campestre o, dado que unir las dos poblaciones por carretera es sumamente rápido y cómodo, elegir Cieza o Calasparra como alojamiento y, desde luego, lugares donde comer o cenar.
A este respecto conviene recordar que los ingredientes gastronómicos de la Región Murciana poseen en algunos casos personalidad propia, y existen ocho denominaciones de origen de productos vegetales, incluyendo el arroz de Calasparra (una variedad de arroz bomba redondo), el pimentón de Murcia, la pera de Jumilla y los quesos “de Murcia” y “de Murcia al vino”.
Dependiendo de nuestro horario, bien podemos hacer un recorrido por Cieza, que entre sus muchos atractivos nos ofrece ver la Iglesia-Convento de San Joaquín y San Pascual, la Iglesia de San Bartolomé, la fachada principal de la Plaza de Abastos, construida en 1929 por Julio Carrilero, ubicada en la Plaza de España, el Molino de Teodoro…
Nosotros partiremos desde el puente de Hierro dirección a Mula, para nada más salir de la ciudad comenzar una importante subida que nos llevará hasta el Santuario del Buen Suceso, templo patronal ubicado en lo alto de la sierra, en el paraje de La Atalaya, desde donde se domina toda la vega ciezana.
Tras deshacer nuestros pasos para llegar a la misma pista que traíamos antes de desviarnos para subir a La Atalaya, continuaremos introduciéndonos por la zona norte de la Sierra del Oro. Esta es la sierra por antonomasia de pueblos como Cieza y Abarán, encuadrada dentro del sistema subbético, donde las masas de pino carrasco se extienden en las alturas de las escarpadas laderas, y donde no faltan la coscoja, el romero, el tomillo, el lentisco o el afamado esparto, que aparecen en las zonas mas abiertas.
Aunque nos movemos en altitudes que por poco superan los 500 mts. la sensación es la de estar inmersos en alturas superiores a los 1500 mts. La pista es estrecha, con barrancos de diferentes altitudes a nuestra derecha que a ratos, nos permiten ver grandes extensiones de vega y, al fondo, las estribaciones de la Sierra del Puerto.
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La pista se va complicando a ratos. Siempre en subida, los regueros provocados por el agua hacen trabajar todo el recorrido de las suspensiones del Sportage, que se va comportando perfectamente y que se va comiendo los desniveles sin despeinarse, finalmente, nos termina de convencer en una subida, en curva a izquierdas, con bastante tierra suelta donde para continuar había que superar un reguero que dejó al coche en un completo cruce de puentes, al ser capaz de, con suma facilidad, gestionar que la tracción llegase a la rueda de cada eje apoyada en el suelo y seguir avanzando con apenas un leve derrape de las ruedas sin tracción.
Como todos los coches que utilizamos en estas rutas, el Sportage no es un auténtico TT, pero como SUV, he de decir que es uno de los que mejores aptitudes camperas tiene de cuantos he probado, e incluso el tarado de sus suspensiones, a pesar de comportarse realmente bien en carretera, es el menos seco y de los más aptos para circular por pistas.
Tras un pequeño tramo de carretera, volvemos a coger pista, que se va estrechando hasta que llegamos a la rambla de El Cárcabo. Situada en la margen derecha del río Segura, en el tramo medio de éste, se caracteriza por recoger las lluvias de una cuenca relativamente pequeña pero que puntualmente origina caudales de cierta importancia. Su particularidad reside en su naturaleza abrupta y salvaje, con barrancos como el de las Murtas. Esta rambla termina en el Embalse de Cárcamo, cuya presa se sitúa a apenas 1 Km. al margen derecho del Segura.
La pista se ensancha, se abre, al igual que el paisaje, que cambia para mostrarnos campos de cultivo en lo que nos lleva hasta el Embalse de Alfonso XIII. Este embalse debe su existencia a la larga serie de avenidas acaecida sobre la década de 1870, y principalmente la sufrida el día 15 de octubre de 1879, catalogada de altamente catastrófica, y que provocó la celebración en Murcia, en marzo de 1885, del Congreso contra las Inundaciones de la Región de Levante, de cuyas conclusiones se desarrolló un amplio plan de defensa contra las inundaciones titulado “Proyecto de Obras de Defensa Contra las Inundaciones en el Valle del Segura”, firmado en el año 1886. El pantano en el río Quípar estaba incluido como obra a estudiar dentro de este plan.
La autorización para la ejecución de sus obras fue concedida por Orden Ministerial del 5 de septiembre del año 1903, dándose comienzo de inmediato los trabajos, para finalizarlos en el año 1915. La presa está emplazada en una cerrada del río Quípar, en el término municipal de Calasparra, a escasos kilómetros del límite entre dicho término y el de Cieza, en el angosto denominado “los almadenes del Quípar”, y a un kilómetro escaso de la desembocadura del propio río Quípar en el Segura.
Nosotros “vadeamos” dos de sus brazos, el primero totalmente seco y el segundo con un pequeño caudal tras lo cual, la pista nos va elevando hasta un punto en el que, a la distancia, tenemos nuestra primera vista de Calasparra.
Todavía nos quedará un rato de pista, rodeados de pinos y carrascas hasta llegar a las inmediaciones del municipio, cuya primera y destacada vista que nos ofrece es la de la muralla del castillo musulmán y su torre cristiana (XIII-XVII).
El castillo de Calasparra figuraría explícitamente en la Carta de Donación de Sancho IV en 1289, y la Carta Puebla de 1412, por lo que se supone preexistente a la ocupación cristiana. Se trataría de un Hisn, término que designaría un fuerte, con doble muralla, que podía albergar una pequeña población en caso de necesidad. El castillo cayó en desuso después de la misma refundación de la Villa y la construcción del Palacio de la Encomienda (1412).
Nosotros, localizamos entre los tejados de las casas el campanario de la Iglesia de San Pedro. Es el templo más antiguo y mayor del municipio, por lo que su historia es buena muestra de la propia historia del pueblo.
Edificada por los caballeros de la Orden de San Juan, los primeros datos documentales se remontan a 1414. En 1812 sufrió el saqueo de las tropas del mariscal Soult. Reconstruida en 1820, en 1873 deja de pertenecer formalmente a la Orden según decreto de las Cortes. Fue incendiada el 25 de febrero de 1936 y vuelta a restaurar al concluir la contienda civil.
Bajo su fachada, nosotros damos por concluida la ruta de hoy, son casi las tres de la tarde y los lamentos de las tripas hacen que le prestemos especial atención a un cartel que anuncia el arroz de Calasparra, que junto con el del delta del Ebro y el de Valencia, son los tres únicos arroces españoles con denominación de origen.
Arroz con magro y habas, arroz y jardín, arroz viudo (con pocos ingredientes y buen sofrito), arroz con mondongo (estómago y patas de cabrito), arroz con ajos tiernos, sepia y almejas… son algunas de las opciones que se nos ofrecen además de los típicos Moje, la ensalada de alubiones, el zarangollo, el “caldico” de espárragos, los guíscanos (níscalos), fritos; andrajos, aletría, michirones, el “conejico espatarrao”, la “piernecica” de cabrito al horno en llanda…
Sin duda, las playas del Mar Menor, las cálidas temperaturas durante todo el año y el omnipresente Mediterráneo, son y seguirán siendo señas de identidad de la región murciana, pero sin disfrutar de ninguna de ellas, nosotros habíamos realizado una jornada “de escándalo”, disfrutando del verde de los bosques, la tranquilidad de solitarias y variadas pistas, de las aptitudes camperas de nuestro SUV y, finalmente, de un festín gastronómico de primera.
Actualmente, el eslogan turístico de Murcia es “Destino Región de Murcia”, que en 2012 vino a sustituir al anterior “No-Typical”, en ambos casos, basados en la asunción de la imposibilidad de estereotipar a la Región con un sólo rasgo identificativo ya que Murcia es un conjunto de muchos de ellos. Sin duda, podemos decir que esto es así, y hoy, a lomos de un Kia Sportage, hemos descubierto un rasgo más, No-Typical, pero Si-Amazing.
Me ha gustado mucho, sabeis buscar los mejores sitios. seguid asi
#32. Que prefieres, 32 grados a las 3 de la mañana, 40 a las 12 de mediodía y erial por paisaje, o 14 grados a las 3 de la mañana y 24 a mediodía...y por paisaje...puedes ver las etapas de la vuelta ciclista por Cantabria hoy mismo...verde, vida, agua...no hay peligro de escorpiones...