De ría a ría por la Sierra del Barbanza
La Sierra del Barbanza es una alineación montañosa situada en la Península del Barbanza, en la provincia de La Coruña. Se enmarca entre la Ría de Muros y Noya y la Ría de Arosa, en el extremo Occidental de Galicia.
Esta pequeña cordillera conforma uno de los terrenos más abruptos de las Rías Bajas, alcanzando cotas superiores a los 600 msnm a apenas 5 kilómetros del mar. Gracias a esta orografía tan quebrada, es posible observar la prominencia de muchas de sus montañas en todo su esplendor.
Esta ruta me había sido sugerida por Carlos Mariñas, Director de Noemborques Rutas, una de las personas que más sabe de todo terreno y turismo de Galicia ya que su empresa, se dedica a la realización de rutas, cursos y paseos programados o a medida de diferentes niveles para todo terreno, todo caminos, turismos y auto caravanas, en toda Galicia.
Sobre el papel se mostraba irresistible, ya que ofrecía mar, montaña, impresionantes vistas y, una gastronomía de las más envidiables de nuestro país, todos los alicientes que una buena ruta SUV debe de tener.
Así que sin dudarlo, decidimos dar comienzo a la ruta en la población de Corrubedo, cuyos dos atractivos más destacables, sus dunas y su faro, nos ofrecían ya de entrada un comienzo perfecto.
El Parque Natural Dunas de Corrubedo y Lagunas de Carregal y Vixán o simplemente Parque Natural de Corrubedo, es un parque natural español localizado en el vértice occidental de la península de Barbanza, entre la ría de Arosa y la ría de Muros y Noya. Su superficie es de casi 1000 hectáreas y comprende las dunas y la playa junto a las lagunas de Vixán y de Carregal.
Es importante destacar de esta zona su gran riqueza faunística (el 70% de las especies de anfibios y reptiles presentes en Galicia), y prueba de su importancia medioambiental son las figuras de protección que con los años se le han ido otorgando: Parque Natural desde el 5 de junio de 1992. Sitio RAMSAR, desde el 26 de marzo de 1993. Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), desde 2001. Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), desde el 19 de junio de 2003 y Zona de Especial Protección de los Valores Naturales (ZEPVN), desde el 19 de junio de 2003.
El principal atractivo del Parque es su duna móvil, única en Galicia, que tiene una extensión de más de 1 kilómetro de longitud, 250 metros de anchura y una altura de 20 metros; existe una red de caminos para no invadir la zona dunar y pasarelas que enseñan el lugar del modo más completo.
También son de gran interés la laguna de agua dulce de Vixán que nació al cerrarse una flecha arenosa que la separó del mar, limitando así los aportes de agua a varios arroyos; y la laguna salobre de Carregal, que mantiene la comunicación con el mar y por eso sus aguas tienen mayor salinidad.
Acercándonos a algunos de los parking pudimos realizar las primeras fotos de nuestra ruta de hoy, que a renglón seguido continuaríamos con la visita al Faro de Corrubedo. En un enclave privilegiado, el Faro se ubica en la entrada sur de la Ría de Muros, una zona muy peligrosa para la navegación por los bajos diseminados en un amplia área y expuesta a los temporales en superficie.
La construcción del faro se inició en mayo de 1852, y se inauguró el 20 de febrero de 1854. Con óptica de 3º orden, luz fija blanca y un alcance de 15 millas.
El arquitecto proyectó el edificio con una fachada semicircular hacia el mar y rectangular hacia la tierra, para paliar los efectos de los temporales y su torre, de 14 metros de altura, tiene el plano focal a 32 metros sobre el nivel del mar.
Varios accidentes causados por la confusión entre su característica y la del faro de Sálvora obligaron a una reforma en 1921, en la que se sustituyó la óptica y la linterna, y se instaló un sistema de pantallas oscilantes para marcar los bajos. El problema se palió, pero los marinos seguían confundiéndole con el de Sálvora, y en 1934 se cambió su característica a luz roja, quedando electrificado en 1935.
Desde su atalaya se ven las luces de los faros de Finisterre y Cíes.
Volviendo a Corrubedo, desde sus mismas calles tomamos las primeras pistas, en una zona boscosa y casi comidas por la vegetación, exuberante en esta zona, nos alegramos de pasar por ellas no solo por el placer que nos produce la sensación de aislamiento al transitarlas, sino por saber que con nuestro paso, estamos colaborando a mantenerlas abiertas y viables para su eventual uso por los servicios de emergencia, que en muchas ocasiones encuentran su paso cortado a lugares de difícil acceso por encontrarse estas totalmente cerradas.
Un poco más adelante nos encontramos con una complicada trialera, un paso complicado no tanto por la dificultad de tracción, que no supondría ningún problema para cualquier SUV, sino por algunas grandes piedras enterradas que nos encontramos y que se podían volver peligrosas para los bajos de un SUV sin proteger. En caso de tener los bajos protegidos es una zona apta y muy, muy divertida, en caso contrario, hay "escapatoria" por una carretera local cercana que nos libraría del escollo.
En muchas ocasiones, cuando voy a preparar rutas por el norte, para evitar imprevistos problemas, las realizo con un TT en lugar de con un SUV, de esta manera si la cosa se complica más de la cuenta, tengo "artillería" en la recámara para salir del paso.
En esta ocasión, nuestro compañero fue un Toyota Land Cruiser en su última versión, con motor 2.8 D4D de 177 CV; habrá quien pueda pensar que no es lo mismo hacer la ruta con un SUV que con un verdadero TT, como es este, pero realmente, si realizas la ruta sin tener que meter reductora (como es el caso), con los neumáticos originales (muy similares a los que montan los SUV), la única diferencia está en la altura libre al suelo, y para saber si esta es apta para un SUV o no, no hace falta más que ver el paso antes de afrontarlo.
A lo largo de nuestra ruta, el control de tracción entró en un par de ocasiones, lo mismo que lo habría hecho en cualquier SUV, por lo que cabe afirmar sin lugar a dudas, que la ruta que hoy os traemos es totalmente apta para estos coches.
Pues así, de cháchara, y dejando a un lado de la pista una trialera solo apta para TT´s preparados, detrás de la que se me fue la vista, llegamos al Monte Tahume.
Situado en la parroquia de Olveira, con 242 m. de altura, es la segunda cima más alta de Ribeira. Ofrece unas preciosas vistas de la Ría de Muros y Noya y de la cara norte de la Península del Barbanza, así como del Monte Louro, el Cabo Finisterre y de las islas de Sálvora y Ons.
Ojeando hacia el interior, podemos ver el Parque Dunar y el Faro de Corrubedo.
Seguimos por una estrecha y solitaria pista y al llegar a la carretera pasamos por la capilla de Jesús, María y José y, poco más adelante llegamos a la Iglesia de San Pedro de Muro. De 1720 es de gran sencillez en cuanto a formas y decoración, salvo la fachada, de inspiración neoclásica; se compone de un gran frontón que descansa sobre cuatro pilastras con capiteles jónicos, dos grandes pináculos rematan los extremos del frontón y del vértice arranca el campanario de inspiración barroca y grandes proporciones.
Volvemos a coger pista y a ascender, lo que a tramos nos va permitiendo tener unas inmejorables vistas del Monte Tahume, del que venimos y, más adelante, y puesto que seguimos dirección norte por la cara oeste de la sierra, de la Ría de Noia.
El punto más septentrional que hoy alcanzaremos se sitúa en el Mirador situado en la cima del Monte Enxa, de 539 m. de altura, localizado al sur de Porto do Son en la ría de Muros y Noia.
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Es una de las cumbres de la Sierra de Barbanza desde la que pueden admirarse, en un entorno marítimo y forestal, las mejores vistas de la ría desde Ribeira hasta Finisterre, con la inmensidad del océano sirviendo de fondo, así como contemplar, en una vista casi aérea, toda la serie de pequeñas aldeas, caseríos, huertas, bosques y arboledas que tapizan esta hermosa parte de la sierra barbanzana.
La mayor parte del tiempo, incluso en verano, el monte Enxa aparece cubierto por niebla, bruma o por aquellas nubes que, traídas por el viento y la brisa marina, se quedan enganchadas en la cumbre.
En esta zona se asentó un primitivo recinto castreño y hoy se levanta la Estación de Seguimiento Marítimo.
Proseguimos nuestra ruta, ahora en dirección sur, contando con la frecuente presencia de caballos salvajes, lo que añade aún más atractivo a un enclave habitado desde tiempos prehistóricos, y que entre nubes y prados, nos va acercando a un nuevo mirador, a una nueva posibilidad de contemplar unas vistas extraordinarias.
En esta ocasión nos dirigimos hacia La Curota (A Curota), una montaña de 618 metros de altura, situada en el municipio de Pobra do Caramiñal.
El mirador de La Curota, situado en una cima de 498 metros, es el punto de mayor visibilidad de las Rías Bajas, pudiendo observarse en un día despejado todo el litoral comprendido entre Cabo Finisterre y el Monte de Santa Tecla, en la frontera de Galicia con Portugal.
Como consecuencia, desde el mirador se pueden divisar las rías de Arosa, Pontevedra, Vigo y Muros y Noya. A su vez, también es el mejor escaparate sobre tierra firme para observar las Islas Atlánticas de Galicia: Arosa, A Toxa, Sálvora, Ons, Cíes y Cortegada, paisajes que varios autores han convertido en el mirador con las mejores vistas de Galicia.
De camino a la cima existe otro observatorio intermedio, denominado A Curotiña (386 metros), y dedicado al escritor Ramón María del Valle-Inclán. Tanto el mirador de A Curota como el de A Curotiña fueron declarados Sitios Naturales de Interés Nacional, por la visión panorámica que ofrecen, en 1993.
Este monte, como ya hemos podido comprobar a lo largo de nuestro recorrido, está poblado por numerosos caballos y vacas paciendo en libertad, lo que le proporciona un gran interés ecológico y turístico para los amantes de la naturaleza. La Curota sufrió, al igual que el resto de la Sierra del Barbanza y muchos otros montes gallegos, la oleada de incendios forestales de Galicia en 2006, viendo muy diezmada su vegetación original.
Continuando nuestro descenso hacia Pobra do Caramiñal, paramos junto a la estatua de Valle Inclán, lugar al que solía acudir el célebre escritor. La estatua en piedra está orientada a las magníficas vistas del lugar.
Se puede ver la costa de la comarca de Barbanza, Vilagarcía, la Illa de Arousa, Vilanova de Arousa, Cambados, O Grove, las islas de A Toxa y Sálvora.
Terminaremos nuestro descenso y la ruta de hoy en el municipio de Puebla del Caramiñal, situado en la cara sur de la península del Barbanza, bañado por las aguas de la Ría de Arosa. Encajado entre las aguas de dicha ría y la sierra del Barbanza, limita con los términos municipales de Riveira, Boiro y Puerto del Son.
A Pobra do Caramiñal surge como entidad propia hacia 1822 como la unión de dos cascos urbanos: la Villa del Caramiñal (perteneciente al Señorío del marqués de Parga), y la Puebla del Deán (perteneciente al Señorío del Deán de Santiago). De esta unión se conservan en el actual casco urbano sus dos iglesias parroquiales: Santa María la Antigua del Caramiñal, comenzada en 1506, cuya nave principal data de 1702 y que fue concluida a mediados del siglo XVIII; y la de Santiago del Deán, edificio gótico marinero de los siglos XIV y XV.
En el siglo XIX viviría una época de prosperidad, fruto de las fábricas de salazón fundadas por conserveros catalanes en la antigua zona industrial de O Areal, que se prolongó hasta los años 20 del siglo pasado, cuando desaparecen la mayor parte de ellas debido a la escasez de sardina. Actualmente quedan 2 importantes conserveras en Puebla del Caramiñal.
Como principales monumentos de Puebla además de los ya citados, cabe destacar la Torre de Xunqueiras, antigua fortaleza medieval que fue convirtiéndose en residencia entre los siglos XVI y XVIII; la Torre de Bermúdez, construcción señorial del siglo XVI de estilo plateresco, uno de los mejores ejemplos gallegos del estilo renacentista en edificios civiles y actual sede del Museo Valle-Inclán, que residió en la localidad y donde tuvo varias residencias que a día de hoy aún se conservan, alguna en estado ruinoso; o sus Cruceiros, existen 27 cruceros, de los siglos XVI, XVII y XVIII, entre los que destacan por su calidad artística y antigüedad los de Santa Cruz de Lesón (1595), San Lázaro o el del Cristo do Pichón (1750), entre los cruceiros "de fuste" y los de Xunqueiras (1679) o Moldes entre los de "capeliña", tipo particular de crucero llamado así debido a que la raíz termina en una pequeña capilla abierta en la parte delantera, que lleva dentro a la Virgen, en el techo de esta capilla se encuentra la característica cruz de los cruceros.
También son notables el antiguo Puente medieval de la Misarela, el Pazo do Couto, y la Casa Grande de Aguiar.
Una visita al puerto pesquero nos recuerda que es la hora de comer y que la inmensa extensión de costa de toda la región, permite a las Rías Baixas tener una gran despensa marinera en todos y cada uno de sus pueblos.
En cuanto a la oferta primordial de las Rías Baixas destacan las almejas, la ostra o el mejillón, una de las delicias gallegas por excelencia y que se sirve de múltiples formas, cocido, a la vinagreta, en salsas o con guisos.
Las nécoras, langostas, berberechos, vieiras o navajas también serán un lujo para nuestro paladar, sin olvidar la zamburiña, de tamaño aproximadamente 2 ó 3 veces inferior a la vieira, que concentra un sabor y textura de mayor calidad, y que sola, a la plancha en su propia concha, nos mostrará todas sus virtudes.
De postre podremos degustar arroz con leche, torrijas, leche frita, queso de tetilla con membrillo, cañas fritas rellenas de crema, requesón, filloas y chulas, entre otros postres representativos de la provincia.
En cuanto a los vinos, que decir, dentro de Galicia se distinguen cinco denominaciones de origen: Monterrei, Rías Baixas, Ribeira Sacra, Ribeiro y Valdeorras y además, la comunidad cuenta con tres indicaciones geográficas con derecho a mención Vino de la Tierra, que son: Betanzos, Valle del Miño-Orense y Barbanza e Iria.
Y puesto que hemos recorrido el corazón de la Sierra de Barbanza, no hay excusa para no probar alguno de los mejores caldos de la comarca; el acierto consistió en elegir un "Altares de Postmarcos", un vinazo, creado en la propia Pobra do Caramiñal con uva Albariño y un envejecimiento de año y medio en depósito, para "dar en las narices" a los que no entienden un Albariño con crianza.
Esta es una de esas rutas que no sé muy bien como terminar, lo tiene todo, por lo que lo único que voy a añadir es que estás a tiempo de realizarla coincidiendo con alguna de las principales fiestas de Pobra Do Caramiñal, la del Carme dos Pincheiros (que se celebra normalmente el tercer domingo de agosto), y la de Jesús Nazareno (el tercer domingo de septiembre). Una ruta para hacer... y repetir.
No tienes ni idea...decir que Galicia es fea es no tener ni pajolera idea.