Ruta SUV: De Villaviciosa a Ribadesella

Unir las rías de Villaviciosa y Ribadesella se presentaba como un proyecto de ruta único. De un simple vistazo a un mapa, se podía ver que cualquiera de las opciones que se nos presentaban para hacerlo no tenían desperdicio.

Podíamos hacerlo sin apenas separarnos de la costa o casi sin tocar esta, todo por pistas y carreteras de montaña. Finalmente decidimos que era una ruta para mostrar como en tan poco espacio, esta zona de Asturias es capaz de llevar lo mejor del mar y la montaña a las retinas de sus visitantes.

Comenzamos nuestra ruta en Villaviciosa, de la que tenéis toda la información en la ruta por La Comarca de la Sidra que os ofrecimos el pasado mes de febrero ya que fue el punto y final de aquella ruta.

Tras un recorrido por el conjunto histórico artístico que nos ofrece esta villa, saldremos por la N-632 paralelos a la ría y evitando la autopista A-8 hasta que nos encontramos el desvío al Castillo de Celorio (Castiello de Selorio).

Esta magnífica Casa–Palacio comenzó a construirse a finales del S. XVII, pasando por diferentes usos hasta su actual reconstrucción, que se llevó a cabo con materiales nobles de recuperación respetando la estética que le fue propia a su época. Distribuida en tres plantas, la extensión de su edificación ha hecho posible la creación de amplios espacios donde siempre ha primado la idea del espacio, sobre el aprovechamiento.

Se encuentra rodeada de pradería y bosques y a tan solo 4 Km. de una de las más espectaculares playas de Asturias, la playa de Rodiles, dentro de la Reserva Natural de la Ría de Villaviciosa, así como a las playas de la Griega, La Isla o Lastres.

Siguiendo por la N-632 y antes de llegar a Castiel, tomaremos la AS-257 en dirección a Lastres, aunque antes, al llegar a Luces, giraremos a la izquierda para acercarnos a su faro.

Luces pertenece a la parroquia de Lastres y al concejo de Colunga, por lo que su Ayuntamiento es el de Colunga. Tiene un par de capillas, una en el mismo pueblo y otra a las afueras, y en su término hay que destacar el Faro de Luces, mal llamado Faro de Lastres, porque dicho Faro esta en Luces, otra cosa es que el puerto de mar sea el de Lastres.

El faro está en funcionamiento desde 1994, es el último faro construido en Asturias. En septiembre de 2001 se instaló una nueva óptica, para conseguir la característica actual de 5 destellos blancos cada 25 segundos. La altura sobre el nivel del mar es de 117 metros, su alcance de 23 millas marinas y en sus alrededores, se puede disfrutar de unas imponentes vistas de verdes praderas, el mar y los imponentes acantilados de los cuales el faro protege a los navegantes.

Deshaciendo nuestros pasos, llegamos ahora si, a Lastres, que se ha sumado en la primavera de 2014 al selecto club de los “Pueblos más bonitos de España”. Premio Príncipe de Asturias a Pueblo Ejemplar, ofrece una de la más bellas y típicas estampas portuarias del litoral asturiano y destaca por su peculiar disposición y adaptación al terreno.

Los barcos pesqueros, con el fondo escalonado de una bella localidad marinera, conforman una de las imágenes más representativas de la esencia marítima de la región.

Esta localidad fue escenario de la serie de televisión Doctor Mateo que emitió Antena 3 entre 2009 y 2011, en la que aparece bajo el nombre de San Martín del Sella. Entre sus monumentos más destacados cabe citar la Iglesia de Santa María de Sábada, del siglo XVIII y estilo barroco neoclásico, declarada como bien de interés cultural.

También, en lo alto de la villa, en el campo de San Roque, se encuentra la Capilla de San Roque, con un mirador desde el que se contempla una impresionante panorámica de Lastres, así como de la Sierra del Sueve y de la franja litoral. El Barrio de los Balleneros, la Torre del Reloj, o la Capilla del Buen Suceso, son otros de los puntos que no nos debemos perder en un recorrido por los rincones más representativos de Lastres.

Siguiendo por la carretera de la costa llegaremos a la playa de La Griega, también conocida como de La Cabaña del Mar, es la más cercana a Colunga, capital del concejo del mismo nombre. El río Colunga o Liberdón, desemboca en la propia playa, describiendo un pequeño meandro y vertiendo sus aguas en el Mar Cantábrico, al tiempo que divide la playa en dos.

Al este de la playa, en sus acantilados se encuentra el famoso y espectacular yacimiento de huellas de dinosaurio. Al lado del puente de la ría tenemos un panel indicador y una senda de unos cientos de metros que, excavada en la ladera de la colina, nos llevará hasta las icnitas, que aparecen aquí sobre un estrato calizo inclinado ligeramente en dirección al mar.

Representaron el paso de dinosaurios cuadrúpedos de tamaño gigantesco (saurópodos) que se desplazaban sobre lo que fue una antigua laguna costera fangosa hace unos 150 millones de años.

Las enormes dimensiones de estas huellas, alguna de las cuales llega a alcanzar los 1,30 metros de diámetro, permite que se las pueda considerar entre las de mayor tamaño descubiertas hasta el momento en todo el mundo.

Seguiremos nuestro recorrido hasta llegar a Colunga, conocida comúnmente por los paisanos como la Capital del Mundo, título que comparte con Lastres, y por el que surgen rivalidades entre los lugareños de ambas metrópolis.

En esta villa de origen medieval podréis disfrutar del gran patrimonio monumental que alberga su casco histórico y recorriendo sus calles os encontrareis con edificios de todos los estilos.

Tiene una de las iglesias del arte asturiano más importantes, la de Santiago de Gobiendes, representativa de la última etapa del prerrománico asturiano; el palacio de Gobiendes, Monumento Histórico Artístico; la iglesia parroquial de Santa María de Sábada, El ayuntamiento, con el blasón de la familia Álvarez de Colunga, que pasa a ser el emblema del concejo; la iglesia parroquial de San Cristóbal.

De nuevo volveremos a coger un pequeño tramo de la N-632 hasta llegar a La Isla, que toma su nombre de un islote al que se accede a pie en bajamar.

La playa de la Isla es un largo arenal dorado de 800 metros, ventoso y de fuerte oleaje. El islote que le da el nombre se sitúa en el margen izquierdo de la playa y queda unido a la misma en bajamar a través de un tómbolo.

Al este aparece una zona llamada El Barrigón, otra playa a la que se accede con marea baja. A unos metros, en la Playa de la Espasa, tienes un restaurante que merece la pena, se llama Fito Mar y en él podrás degustar la mejor andarica (nécora) de tu vida... o casi.

Dejamos La Isla y el mar, para ascender por la montaña e introducirnos en la Cordillera del Sueve, formación montañosa relativamente joven, surgida hace unos 35 millones de años durante la Orogenia Alpina, proceso de formación de las montañas durante el cual aparecieron la mayoría de las cordilleras que vemos en la Tierra en la actualidad.

La sierra del Sueve se extiende en dirección NE-SO, partiendo casi desde el nivel del mar hasta los 1161 m de altura del Picu Pienzu. Este desnivel ha de salvarse en menos de 4 km en línea recta desde la costa hasta lo alto de este pico, lo que convierte al Sueve en una magnífica atalaya de la costa cantábrica, así como de gran parte del interior centro-oriental de Asturias y de las montañas de los Picos de Europa, la zona de Ponga, Redes, hasta la Sierra del Aramo más allá de Oviedo, donde se encuentra el ya mítico Angliru.

Perteneciente a los concejos de Colunga, Caravia, Ribadesella, Parres y Piloña, realmente se trata de dos sierras contiguas, la del Sueve, con el Picu Pienzu como la cota más alta y más cercana al mar de todo el litoral asturiano; y la del Fitu, con el pico del mismo nombre como más alto, uno de los collados más famosos de la Sierra del Sueve y donde se levanta una antigua atalaya de hormigón: el Mirador del Fito.

Lo primero que nos sorprenderá al llegar al Fito es el propio mirador. Inaugurado en 1927, tiene forma de ovni de pequeño tamaño del que parece que hubieran descendido los alienígenas y se hubieran dejado olvidada la escalera.

Los lugareños lo bautizaron rápidamente como cazu, por su forma de taza. Se construyó para que los turistas que ya frecuentaban la zona pudieran disfrutar de las vistas sin el obstáculo visual de los árboles.

La cercanía de la costa, a escasos 5 kilómetros, y el enclave en que nos encontramos permite, en una visión de 360º, otear el Cantábrico, el verde de las praderas del valle y, algo más lejos, la imponente mole de los Picos de Europa.

La AS-260 que nos acercó hasta el Fito, hará lo propio hasta acercarnos a Arriondas, eso sí, deleitándonos con su revirado trazado, a tramos muy húmedo y en el que nos alegraremos de disponer de la tracción integral que el X-Trail nos brinda.

Arriondas es una villa asturiana, localizada a 65 km de Oviedo, se halla en la vega formada por los ríos Sella y Piloña, que se juntan cerca de ella.

Gracias al Descenso Internacional del Sella, la actividad turística en la villa ha crecido notablemente en los últimos años. Así, el turismo activo ha proliferado y son numerosas las empresas dedicadas a organizar descensos en kayak, piragua, etc. por el río Sella. En este río también se pesca salmón durante la temporada veraniega. No en vano, Arriondas es considerada la capital salmonera de España.

Si, como es natural, te sientes tentado a realizar un descenso por el Sella, te recomiendo que acudas a la Escuela Asturiana de Piragüismo, donde por una parte, te ofrecerán el mejor servicio al respecto y donde, "puerta con puerta" se encuentra "El Chiringuito Motero de Arriondas".

Esta pequeña cabaña, que está abierta desde el mes de abril hasta.... que la lluvia y la nieve lo permiten, te permitirá escuchar buena música rock, podrás desayunar, nunca te faltará el aperitivo, dispondrás de unos buenos platos asturianos, platos combinados, hamburguesas..., te podrás tomar una copa al atardecer y, los días buenos, hasta podrás tomar el sol tumbado en una hamaca situada en la pequeña pradera en la que está situada.

Lo mejor de todo, sin embargo, está en la persona que dirige el local, y que ha conseguido que este sea uno de esos sitios "que hay que conocer". Beatriz Peláez "Bea", es la persona que ha conseguido que merezca la pena "desviarse lo que haga falta", para recalar, al menos por un rato, en su chiringuito y disfrutar, además del tranquilo ambiente que el lugar ofrece, de su amabilidad y simpatía.

La N-634 nos llevará otra vez en dirección al mar, pero en esta ocasión hasta Ribadesella, uno de los principales puertos asturianos del siglo XIX.

El concejo cuenta con numerosas empresas dedicadas al deporte de aventura, como piragüismo, espeleología o escalada. El primer sábado de agosto después del día 2, se celebra el famoso Descenso Internacional del Sella, donde acuden deportistas de todo el mundo y se celebra una gran fiesta local.

También destaca por la variedad turística que ofrece, y sobre todo por las actividades que rodean a la cueva de Tito Bustillo, famosa por sus pinturas prehistóricas y por las huellas de dinosaurio.

Su representación arquitectónica de Ribadesella es amplia y extensa, ya sean éstas edificaciones religiosas, civiles o populares.

Como lugares de interés cabe citar la ya nombrada Cueva de Tito Bustillo, considerada una de las mejores representaciones de arte rupestre del mundo y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; La Iglesia de Santa María Magdalena, en la que destacan los frescos de la cúpula, de los hermanos riosellanos Uría-Aza; El Palacio de los Prieto-Collado, actual Oficina de Correos; La Casa de "El Escudo", casa natal de Darío de Regoyos; La Plaza de la Reina Mª Cristina, de origen renacentista, donde se encuentra el Palacio Prieto-Cutre, sede del ayuntamiento; La Torre de la Atalaya, del siglo XIX, y de clara inspiración medieval, algo propio del Romanticismo; La Ruta del Puerto, conjunto de seis paneles, pintados por Antonio Mingote, en el Paseo de La Grúa, que repasan la historia de la Villa desde la Prehistoria a nuestros días; El Paseo de la Playa y Playa de Santa Marina, elegante paseo donde se fusionan los impresionantes palacetes y casas de indianos con el Mar Cantábrico en su estado puro; El Paseo de la Princesa Letizia, un amplio paseo marítimo que va desde el final del puente del Sella hasta la Lonja del Pescado, y junto con la paralela Calle de los Marqueses de Argüelles forma una ancha avenida en la cual están situadas mirando al puerto, la mayoría de las sidrerías y restaurantes.

Y hablando de la ya Reina, Letizia, es momento de hablar de gastronomía, y es que cuando la mantequilla y el chocolate se nos empiezan a ir de las manos, entra en juego el marketing (¿innato?) de los reposteros, y los pasteleros de Ribadesella han echado el resto en esto de la innovación pastelera con la creación de las "Letizias", pastas y bombones que "se inventaron" en 2004, a cuenta del compromiso matrimonial de los actuales reyes. Las "Letizias" son unas pastas y bombones de chocolate con praliné y pasta de almendra, "ligeritas" vamos, que se han hecho famosas en todo el principado y allende sus lindes.

Nuestra ruta terminaba aquí, en Ribadesella, con el placer de haber unido dos rías utilizando para ello una serranía impresionante, sin embargo, y dada la cercanía a Ribadesella, quisimos dar unos pasos más y acercarnos a un lugar impresionante, La Cuevona de Cuevas del Agua, uno de los escasos ejemplos mundiales de cavidades por las que serpentea el asfalto.

El pueblo de Cuevas goza de una situación privilegiada, su orografía envidiable a orillas del río Sella y al pie de la montaña, unido a su peculiar acceso, le convierten de alguna manera en una auténtica aldea pérdida, donde se conservan como en pocos lugares las señas de identidad de la vida rural. Se trata del pueblo del municipio con mayor número de hórreos, y junto con las cercanas poblaciones de Tresmonte y Xuncu ofrece numerosos elementos etnográficos y muestras de arquitectura tradicional.

La grandiosidad de sus bóvedas, iluminadas para mayor satisfacción de conductor y acompañantes, y los cerca de 300 metros de recorrido conceden una sensación desconocida frente al volante. Es fácil deducir que esta inmensa caverna ha sido desde siempre el único acceso a la aldea de Cuevas del Agua. Un paso que anteriormente discurría por un vial habilitado por los vecinos, y que la modernidad y la urgencia de las comunicaciones, convirtió en el último tramo de una carretera local que muere poco después de atravesar la cueva.

La Cuevona es el único paso a un paraje sorprendente, casi secreto, donde la tranquilidad es la misma que siglos atrás, y donde casas y hórreos conviven con el río silencioso, los hombres a caballo, las vacas y gallinas por los caminos, las hortensias y las coles...

Y vaya, que casualidad que es la hora de comer, y en mal sitio nos encontramos para tales menesteres. Asturias tiene dos características que quedan reflejadas en sus costumbres culinarias: por un lado las costas al mar Cantábrico, que le proporciona abundantes elementos marinos, y por otro la cordillera Cantábrica, en la que cría ganado en semi-libertad, dando lugar a carne y leche de características autóctonas, como la vaca casina.

En la ya citada ruta de Nava a Villaviciosa, hacíamos especial hincapié en los potentes guisos y carnes, por lo que hoy, por cercanía y variedad, lo haremos en la tradición marinera de muchos pueblos asturianos, que provee a la región de una buena materia prima y de variados platos, como son las sopas de pescado y de marisco, el besugo a la espalda, el besugo a la chopa (xarágu), el rape (pixín), la merluza a la chopa o a la sidra, la ventresca de bonito asada, el rollo de bonito y, por encima de todo, la caldereta, guiso hecho con diversos pescados y mariscos.

También se elaboran platos con la lubina, el cabracho (tiñosu), el salmonete, las angulas, etcétera. Algunos pescados tienen preparaciones muy populares, como la sardina (es típica la de Candás), y la parrocha. Algunos de los ríos asturianos (entre los que se encuentra el Sella) proporcionan pescados como la trucha, el salmón atlántico, etcétera. Son muy conocidos el pulpu con patatines, pequeño pulpo que se cuece con patatas.

No hay una producción muy grande en comparación con Galicia, debido a que la mayoría de la pesca de marisco se hace de forma artesanal, pero quizás por esto, esta nos ofrece algunas exquisiteces como los bueyes de mar (ñocles), langostas, bogavantes (bugres), centollos, erizos de mar (oricios), nécoras (andariques), etc.

Finalmente, habremos realizado 90 Km. por paisajes increíbles a lo largo de una ruta que, en esta ocasión, enamorará a los lectores apasionados de la Citroën C15, porque efectivamente, esta ruta, si se podría realizar con esta veterana furgoneta.

No obstante, y por la particular orografía de las carreteras asturianas, la facilidad para encontrarnos tramos en umbría, húmedos o llenos de hojas de arboles, y la altísima posibilidad de encontrarnos barro en el momento en que decidamos coger cualquier pista para acercarnos a una apartada aldea, hacen de los SUV el vehículo ideal para transitar por estos parajes, y prueba de ello, es la cantidad de vehículos de este tipo que podemos encontrar por la zona, una zona que, dado su benévolo clima, se presenta como destino idóneo para visitar justo ahora, cuando llegan los calores más rigurosos propios del verano.