La Sierra de Villafranca es una alineación montañosa que discurre de sudoeste a nordeste, paralela a la sierra de Gredos por su cara norte.
La vertiente meridional de esta sierra vierte sus aguas a los ríos Alberche y Tormes, de hecho, el río Alberche nace en las inmediaciones de esta sierra, en Fuente Alberche (entre San Martín de la Vega del Alberche y La Herguijuela).
En esta sierra se encuentran varios de los pueblos más altos de España, como Navasequilla (1.648 m), La Herguijuela (1.602 m), o San Martín de la Vega del Alberche (1.517 m), por los que pasaremos, aunque en esta ocasión llegaríamos aún más alto, ya que alcanzaríamos los 1.676 metros del vértice geodésico Cabeza Pelada.
Además de las bellezas propias que esta sierra nos ofrece, más que sobradas para justificar nuestra ruta, como guinda y prácticamente a lo largo de todo el recorrido, tendríamos a nuestra derecha algunas preciosas vistas de las montañas de la Sierra de Gredos, que nos acompañarían en una jornada en la que debido a la nieve que nos encontramos, le sacamos "todo", en lo que a tracción se refiere, a nuestra Isuzu D-Max.
Comenzaremos nuestra ruta en El Barco de Ávila, cuyo casco histórico tiene incoado expediente para una posible declaración como bien de interés cultural en la categoría de conjunto histórico. Mientras, su conjunto histórico que conserva elementos urbanos y edificios significativos de gran interés, tiene ya algunos de ellos declarados como bien de interés cultural, como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y el Castillo de Valdecorneja, así como las Murallas y Puerta del Ahorcado.
Extramuros destacan el Puente románico, popularmente conocido como "Puente Viejo"; el ya nombrado Castillo de Valdecorneja, originario del siglo XII que se sitúa dominando el río Tormes y el puente, en el punto más elevado del valle, actualmente pertenece a la Casa de Alba; la Puerta del Ahorcado, una de las antiguas puertas de la muralla, también conocida con el nombre de "Puerta de Ávila", y que debe su nombre a que según la tradición popular en esta puerta se ajustició por ahorcamiento a un alcaide de la localidad; o la Ermita del Santísimo Cristo del Caño, con una muy antigua tradición.
Saldremos de El Barco por carretera hasta llegar al Hermosillo, un pequeño pueblo desde el que se disfruta del panorama del macizo occidental de Gredos y de la Sierra de Béjar.
Situado en un entorno donde la naturaleza es la principal protagonista, entre encinares y prados y próximo al río Tormes, desde sus estrechas callejuelas accederemos a las primeras pistas, estrechas, rodeadas de vegetación y que sin pausa, nos empezarán a elevar sobre un terreno en el que cada vez iremos viendo la nieve más cerca.
Antes sin embargo de que nosotros pisásemos nieve, de lo que si empezamos a disfrutar fue de las espectaculares vistas que, primero con Hermosillo al fondo, y después con la grandiosidad de los picos de las montañas de Gredos como testigos de nuestro camino, nos fue regalando la ruta.
Finalmente, nuestra ascensión terminaría en el vértice geodésico Cabeza Pelada, donde superar los últimos metros de ascensión no fue fácil, debido a la en ocasiones gruesa capa de nieve helada que encontramos a esos casi 1700 metros de altitud.
Seguimos ya en bajada, encontrándonos tramos totalmente secos y otros con gruesos colchones de nieve que, en ocasiones, hacían que las ruedas se hundieran casi hasta el eje. Reductoras, desconectar los controles de tracción y estabilidad y decisión, fueron imprescindibles para superar algunos tramos que superaban con mucho, las capacidades de los neumáticos mixtos (más de carretera que de otra cosa), con los que venía calzada la D-Max.
Finalmente y justo en un tramo en que la cosa se empezaba a complicar y nos hizo dudar sobre la idoneidad de seguir o dar la vuelta, apareció la imagen de Cardedal al fondo de una pista completamente nevada.
En Cardedal cogimos una estrecha carretera que nos llevaría hasta La Lastra del Cano, municipio que se extinguió el 16 de agosto de 1976, incorporándose a Santiago de Tormes y que cuenta con apenas una veintena de vecinos.
De allí continuamos en dirección a Horcajo de la Ribera, espléndido mirador sobre la sierra de Gredos que conserva el encanto de los pueblos serranos con viviendas de piedra y corral anexo. Habitado por tan solo 40 personas, en él destacan su Iglesia y la Ermita, esta ya en dirección a la pedanía de Navasequilla, uno de los núcleos de población más altos de España, a 1.648 metros.
A ella llegamos y tras fotografiar su Iglesia de Santa Ana, intentamos seguir dirección norte por la pista que asciende al final del pueblo, con intención de llegar por las pistas de la sierra hasta La Herguijuela, sin embargo, en esta ocasión, la nieve fue un obstáculo insalvable, y tras varios intentos en una empinada cuesta arriba totalmente helada, decidimos "no liarla", y darnos la vuelta modificando nuestro plan inicial.
Pasando de nuevo por Navasequilla y Horcajo de la Ribera, bajamos hasta la Aliseda de Tormes, pueblo que no aparece en la reseña político - civil de la provincia de Ávila hasta 1785, ya que anteriormente estaba incorporado en la provincia de Salamanca; aunque de él existen referencias más antiguas, como la cofradía de la Pasión o de la Vera Cruz, fundada en La Aliseda en el año 1544.
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En el pueblo destacan su Iglesia de Santa Margarita con su reconocido retablo; el puente románico sobre el Tormes o el puente románico en el Arroyo de Misa.
De la Aliseda seguimos por carretera hasta Navalperal de Tormes, donde nos encontramos su iglesia parroquial de San Andrés Apostol, de los siglos XV y XVI; construida en estilo gótico durante varias fases, el campanario, al igual que el de un gran número de iglesias del valle del Tormes, constituye una torre exenta independiente de la nave principal de la iglesia.
Junto a la iglesia hay una estela de granito, encontrada al cambiar el pavimento de la Plaza del Toro, con la inscripción "Plaza de la Constitución, 1820" que nos remite a uno de los momentos de cambio político más importante de nuestro país, el llevado a cabo a partir de la vuelta del Rey Fernando VII tras la Guerra de la Independencia contra Francia y que dio pie a la redacción de la primera Constitución de nuestro país, la promulgada en las Cortes de Cádiz en 1812, derogada en 1814 y restablecida de nuevo en 1820.
Poco después de Navalperal nos desviaremos para dirigir nuestros pasos hacia San Bartolomé de Tormes, donde fotografiamos su Iglesia de San Bartolomé y continuamos por una estrecha pista hacia La Herguijuela, contemplando a nuestros pies las tempranas aguas del río Alberche, muy cerca de su nacimiento.
Antes de llegar a La Herguijuela, nos encontramos su pequeño embalse congelado y tras pasar el pueblo, de nuevo la nieve nos interrumpió el paso al intentar coger una pista hacia el este que después gira hacia el sur dirección Navacepeda.
Decidimos por lo tanto, tirar dirección noreste en dirección a San Martín de la Vega del Alberche, donde tras fotografiar su iglesia parroquial, nos dirigimos ya, en dirección sur, hacia el final de nuestra ruta de hoy, la población de Hoyos del Espino.
Hoyos del Espino es un pueblo muy turístico, con varios hoteles, hostales y más de 50 casas rurales. Desde 2006 se celebra el festival de música "Músicos en la naturaleza", en el que han participado desde su primera edición artistas de prestigio nacional e internacional, como Miguel Ríos, Joaquín Sabina, Mark Knopfler, Deep Purple, Sting o Bob Dylan, entre otros.
Desde este municipio sale la carretera que llega hasta la Plataforma de Gredos, situada en el municipio de San Juan de Gredos y punto de partida de la ruta para acceder a la Laguna Grande, en el Circo de Gredos, al Almanzor y a otros picos y lagunas del Macizo Central de Gredos. Justo en el cruce, se encuentra el monumento a la cabra hispánica, escultura de bronce sobre una roca.
Destacan en Hoyos su Ermita de Nuestra Señora del Espino, construcción del siglo XV en estilo gótico tardío con un retablo barroco. También su crucero gótico, cruz apuntada situada en el desvío hacia la basílica de Nuestra Señora del Espino.
Aunque por los pelos (las tres de la tarde pasadas), llegamos a Hoyos a la hora que había que llegar, la de la comida, y por suerte es uno de esos lugares donde se pueden saborear los platos típicos de la comarca.
Entre ellos podemos destacar las patatas revolconas con torreznos, la Sopa Castellana o las Judías de El Barco, las cuales podemos acompañar con un sabroso chuletón de Ávila o los productos de la Matanza. No faltarán unas estupendas Truchas Fritas para los que prefieran un plato más ligero pero igualmente sabroso.
Y para los amantes del dulce resaltar las perrunillas, los huesillos y los mantecados, los cuales se pueden degustar durante todo el año.
De nuevo, la imponente geografía de nuestro país nos había sorprendido, en esta ocasión además, nos lo había puesto realmente difícil gracias a la nieve en una ruta que por otra parte y si eliminamos el blanco elemento, es apta para cualquier tipo de conducción y TT. Y para finalizar esta nueva jornada de disfrute con la D-Max, la guinda gastronómica, algo que como comprobamos mes a mes, también es parte intrínseca de nuestra cultura, de nuestro país.
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