Schaeffler es uno los grandes proveedores de sistemas para automoción y trabaja en el campo de los motores eléctricos. Responsable del equipo Abt de Fórmula E que impulsa Audi, esta compañía ha realizado un coche sobre la base de un RS3 Sedan que supone un auténtico escaparate de todo lo que esta tecnología puede proporcionar en términos de prestaciones.
Si os interesa la competición sabréis que los grandes constructores han decidido desoír los cantos de sirena de la F1 y apostar por la Fórmula E. Es más, algunos de los ‘motoristas’ presentes en la F1 han dado el salto también a la competición de monoplazas eléctricos. Es un paso que tiene su sentido. La competición siempre ha sido un banco de pruebas para los automóviles de serie y eso ya no sucede en la Fórmula 1 actual donde los coches siguen usando motores de combustión y una aerodinámica que va en sentido contrario a las necesidades de los coches de serie.
En la Fórmula E todos los coches son iguales y la energía de la batería es idéntica para todos pero cada fabricante puede desarrollar su propio motor dentro de las limitaciones impuestas por el reglamento: 250 kW de potencia máxima como punto clave. ¿Podrían trasladarse estos motores a las coches de serie? Schaeffler dice que sí. Y ha querido probarlo. Para ello, ha tomado cuatro de los motores que ha realizado para el equipo Audi-Abt, del que no sólo es partner si no también patrocinador, para demostrarlo.
La base del vehículo es un Audi RS3. Y para impulsarlo se utilizan cuatro motores idénticos a los que monta el ABT Schaeffler FE01 de Fórmula E. Cuatro propulsores de 220 kW, para un toral de 880 kW, es decir prácticamente 1.200 CV.
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Compact Dynamics, una de las filiales del grupo Schlaeffer, es quien ha realizado el motor y también se ha ocupado del control electrónico de la potencia. De momento, es un ejercicio técnico, una acción para demostrar que la inversión de las marcas en la Fórmula E no es tan solo una herramienta de marketing. Tal vez esto último sea, por ahora, lo menos importante.