Dos gurús de la Fórmula 1 diseñan un coche urbano
Gordon Murray y Osamu Goto han ideado un micro-coche esencialmente urbano para responder a las exigencias actuales del tráfico en nuestras ciudades y alrededores: tamaño minimalista, peso mínimo y consumo muy reducido.
El Project M mide sólo 2,50 metros de longitud por 1,35 de anchura y 1.60 de altura. Pese a sus dimensiones, el maletero tiene 160 litros de capacidad, ampliables a más de 700 abatiendo los dos asientos de los pasajeros, que van en posición ligeramente más retrasada que el del conductor, que va ubicado en el centro del coche
Es cierto, el Project M, realizado con el apoyo de la petrolera Shell -de ahí el nombre oficial de Shell Concept Car- puede parecer un tanto extravagante desde el punto de vistas de los cánones de la elegancia, pero desde el punto de vista funcional –el primer objetivo de un ingeniero- resulta perfecto, o casi perfecto para aquellos que piensan que la perfección es un estado inalcanzable.
En la época en la que el protagonismo en el estudio y concepción de los automóviles lo copan los diseñadores o estilistas, el trabajo de Murray y Goto reivindica la importancia de los ingenieros en la concepción de un automóvil.
Gordon Murray y Osamu Goto no son dos ingenieros cualquiera. Son dos maestros a los que se debe reverencia. Murray fue uno de los mejores ingenieros de F1 y el maestro del ‘gurú’ actual de la especialidad, el británico Adrian Newey. Tan sólo el mítico Colin Chapman, el fundador de Lotus, está a su nivel. Suyos fueron los diseños de los Brabham campeones del mundo, los McLaren de Senna y Prost, el McLaren F1 GT, considerado el mejor deportivo de la historia (y cuya versión de competición ganó las 24 Horas de Le Mans) y también el Mercedes McLaren AMG.
Goto, por su parte, conocía a Murray desde hace años. Este ingeniero japonés es el padre de los famosos motores Honda V6 Turbo y Honda V10 que dominaron el Mundial de Fórmula 1 entre 1986 y 1991 instalados en chasis Lotus, Williams y McLaren. Pasó a trabajar después en la propia McLaren –con Murray-, se ocupó de motores en Ferrari y trabajó para Sauber.
Murray lleva ya muchos años fuera de McLaren. Quería volar sólo y aplicar su saber a los coches de cada día, reinventándolos. Su Project M es una evolución del proyecto T25, que tuvo incluso una versión eléctrica.
Ambos, T25 y Project M muchas características comunes comenzando por el chasis iStream, que ha sido muy evolucionado. El Project M es más ligero, más aerodinámico y de menor consumo. El sistema iStream facilita el proceso de montaje del coche para que pueda tener un coste cuatro veces inferior al de un automóvil convencional. Incluso algunos componentes han sido realizados en impresoras 3D.
Del Isetta al Smart
A primer golpe de vista muchos encontrarán reminiscencias con el Smart, pero las diferencias son notables: tiene 3 plazas y el acceso se hace por la parte frontal del vehículo. Y sobre todo es capaz de acoger a personas de más de 1,85 metros de altura sin problemas; Murray, que supera el 1.80, no concibe diseñar un coche en el que no quepa.
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Los conductores más veteranos, por su parte, lo verán como inspirado en los pequeños automóviles de los años 50 y 60, como el Isetta, Heinkel o BMW, con forma de ‘huevo’ o cabina de avión, con los que marcas inicialmente germanas dedicadas a la aviación buscaron su reconversión en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando los aliados les prohibieron seguir fabricando aviones.
El Project M mide es 20 cm más corto y 25 cm más estrecho que el Smart. La superficie frontal, que tanto influye en la resistencia aerodinámica, está así reducida al mínimo. Para hacernos una idea: se necesitarían casi tres millones y medio de Project M para alcanzar la longitud de la Gran Muralla de China; habría que aparcar siete de ellos en batería para alcanzar el ancho de una portería de fútbol, la superficie ocupada por un Project M es la de una mesa de ping-pong y su radio de giro es de 6 metros, el mismo de la esfera del famoso reloj Big-Ben.
El coche pesa sólo 550 kg. (80 km menos que el T25 original, gracias a al empleo de fibra de carbono -en algunos casos reciclada- para la carrocería y el piso, mientras que el chasis es de tubo de aluminio), frente a los 890 kilos del pequeño utilitario germano.
Sus formas un tanto curiosas y quizás no muy agraciadas le confieren un Cx de sólo 0,29, excelente en un coche tan corto. El primer Smart, que media sólo 2,50 de longitud y tenía una anchura de 1,55 m, tenía un Cx de 0,37. Parte de su forma frontal viene dada por la necesidad de superar los ‘crash test’; para ello, la estructura deformable se inspira en las usadas en F1.
Motor de baja cilindrada
Osamu Goto no ha realizado un motor completamente nuevo. El costo del proyecto hubiera sido inasumible. Partió del tres cilindros del Smart. Dadas las dimensiones y peso del coche, la potencia es modesta, porque Goto ha buscado el mínimo consumo. Tiene 660 cc y da 45 CV, mientras que el par es de 64 Nm. El cambio es semiautomático de 5 velocidades.
La velocidad máxima está limitada a 145 km/h –aunque podría alcanzar los 156 km/h- y acelera de 0 a 100 km/h. e 15”8. El consumo debe ser inferior a los 2,7 litros de gasolina, en parte por el trabajo de Shell que ha confeccionado lubricantes de bajísimo índice de fricción, que permiten reducir las emisiones en más de 4 gr. de CO2.
Y una curiosidad: no dispone de dirección asistida. Los neumáticos estrechos para favorecer la aerodinámica y su bajo peso hacen innecesaria la asistencia. El resultado final es un ahorro de emisiones de CO2 a lo largo de la vida del vehículo del orden del 38%, incluyendo en ellas el CO2 emitido durante el proceso de fabricación.
A todos vosotros...Este es el coche que REALMENTE nos hace falta a TODOS y es el que realmente se PUEDE permitir cual quier español que no este en los panamá papers...Es lo que HAY mal que nos pese.....
#22 Tu conformate con tu Bicicleta de segunda mano y sin sillin.