La reducción de accidentes durante el confinamiento y la previsión de mejorar los datos de siniestralidad en 2020 podrían irse al traste este verano. Datos recientes de la Dirección General de Tráfico (DGT) alertan de cierta euforia en conductores que están excediendo los límites de velocidad animados porque las carreteras están más vacías y también de una cierta despreocupación en cuanto al uso de los elementos de seguridad.
Concretamente un estudio de la DGT refleja un aumento del 39% del porcentaje de conductores que circularon con exceso de velocidad entre el 15 de marzo y el 7 de mayo comparado con el mismo período del año anterior, mientras que 10 de las 24 personas fallecidas ocupantes de turismos y furgonetas en estas semanas no hacían uso del cinturón de seguridad cuando se produjo el accidente. En los primeros 54 días de confinamiento el número de accidentes mortales se ha reducido un 71% mientras que el de personas fallecidas lo ha hecho un 69% (49 en total), en un contexto en el que la movilidad se ha reducido en torno a un 70%.
También el estado de alarma ha tenido un impacto en la distribución de los accidentes mortales entre diferentes tipos de vías. Así, las autopistas han registrado 19 de las 49 personas fallecidas, un 39% del total, cuando este porcentaje suele rondar el 25%.
El 75% de fallecidos en carreteras convencionales
Pero no perdamos de vista a las vías convencionales, porque siguen siendo las carreteras más peligrosas, aun cuando tienen la velocidad limitada a 90 km/h. La Fundación Línea Directa acaba de publicar el estudio ‘Carreteras convencionales: el agujero negro de la seguridad vial’, en colaboración con Centro Zaragoza en el que se analizan los datos de la última década. La conclusión no puede ser más impactante: las carreteras convencionales han sido el escenario de 7 de cada 10 fallecimientos en accidentes ocurridos en vías interurbanas, con un total de 10.500 muertos entre 2009 y 2018. Esta cifra multiplica por tres el número de fallecidos en autopistas y autovías. El número de heridos graves también es más elevado, representando el 72% del total. En este reportaje te explico por qué las carreteras convencionales son las más peligrosas.
Recordamos que en España tenemos 148.396 kilómetros de carreteras convencionales, sobre un total de 165.624 kilómetros que componen la red de carreteras. Son vías de doble sentido, la mayoría de un solo carril por sentido y generalmente sin arcén y sin mediana. Casi la mitad de los españoles (47%) utilizan a diario estas vías convencionales.
Pero ahora, la pregunta que todos nos hacemos, es cómo va a afectar el estado de alarma y la desescalada en el balance final de siniestralidad a finales de este año en concreto en estas carreteras convencionales. La conclusión de la Fundación Línea Directa es que el número de fallecidos en el conjunto del año se va a reducir un 27% con un total de casi 600 muertos frente a los 800 del año anterior en estas carreteras. Pero ya ha adelantado en rueda de prensa que son datos muy optimistas, dado que el estudio se hizo del 28 al 6 de marzo, y ahora con nuevas estadísticas en la mano, todo les hace prever que la reducción será menor.
Más turismo interno y mayor uso del coche
Y hay varios factores que van a estar involucrados, especialmente cuando comience el verano, con el final de la fase 3 de la desescalada prevista en las primeras provincias a partir del 22 de junio. ¿Qué va a pasar a partir de entonces? Va a aumentar la movilidad entre provincias, se va a incrementar el uso del vehículo privado por ser el medio de transporte más seguro, va a aumentar el turismo nacional interno y va a haber mayor densidad de tráfico en carreteras convencionales con un parque de vehículos más envejecido. Todos estos factores unidos a un mayor exceso de velocidad y a una menor preocupación por la seguridad en la conducción es lo que hace pensar que este verano la siniestralidad no se reducirá tanto como cabría esperar.
Francisco Valencia, director general de Fundación Línea Directa, también apunta a una posible reducción de la inversión en las carreteras, que ya acumula un déficit de mantenimiento desde la crisis de 2008, “pero no siempre tenemos que echar la culpa a otros. No olvidemos que los conductores tenemos cabeza y tenemos que ser más prudentes porque los que nos jugamos la vida somos nosotros”, ha dicho durante la presentación del estudio.
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La salida de vía, el accidente más común
El estudio de la Fundación Línea Directa destaca la violencia de los accidentes que se producen en estas vías convencionales, siendo la salida de vía, sobre todo en rectas, el accidente más repetido (35%) y que más muertos ocasiona (37% del total). También destaca que un 78% de los fallecidos se produjeron en vías sin arcén o con dimensiones inferiores a 1,5 metros.
En cuanto al período del año con más accidentes, el verano se lleva la peor parte con un 40% de las muertes entre junio y septiembre. No es casualidad que los puntos negros más peligrosos de las carreteras convencionales estén situados cerca de la costa.
Cataluña (17%) y Andalucía (13%) ocupan los primeros puestos en número de fallecidos, mientras que Euskadi (0,7%) y Cantabria (1%) son las regiones con menos muertes en sus carreteras secundarias. Si se tiene en cuenta el número de accidente por kilómetros de vía, Cataluña (0,48) y la Comunidad de Madrid (0,45), son las regiones con más accidentes por kilómetro, muy por encima de la media nacional, que está en el 0,23. En el lado opuesto se encuentran Castilla-La Mancha (0,03), Navarra, Extremadura y Aragón (0,06).
A favor de desdoblar carriles
El estudio incluye una encuesta a más de 1.200 conductores que critican con fuerza (7 de cada 10) el estado y mantenimiento de las carreteras convencionales. Consideran que los puntos más peligrosos son las intersecciones y cruces, la visibilidad e iluminación y la presencia de animales. En cuanto al tipo de usuario, la presencia de ciclistas genera peligro en 8 de cada 10 conductores.
Pero los propios conductores no están exentos de culpa, pues un 81% admite haber cometido conductas ilegales e irresponsables al circular por vías secundarias y un 28% reconoce haber sido multado alguna vez. Superar el límite de velocidad (72%) es la infracción más repetida, seguida de no respetar la distancia de seguridad (35%) y estacionar el vehículo en el arcén de la carretera (20%).
Entre las medidas mejor acogidas para mejorar la seguridad vial de las carreteras convencionales, 9 de cada 10 conductores están a favor de desdoblamientos de carriles en los tramos más peligrosos. Es más, un 39% estaría dispuesto a pagar un peaje para costearlos. También hay un 60% que valora positivamente la instalación de bandas sonoras, una buena ayuda para los conductores que se distraen o se duermen al volante. Los radares tienen una percepción más negativa y sólo los aplauden un 30% de conductores en España, “a pesar de ser una medida muy eficaz para reducir la siniestralidad si se instalan en los puntos adecuados”, dice Francisco Valencia.
El gobierno invierte una mínima parte de lo que recauda en impuestos al vehículo y combustibles, en mejorar las carreteras convencionales. Quizá sea el momento de pedir explicaciones por ello.
Claro que entonces, igual se queda usted sin galardones...