La marca japonesa Toyota nos invitó una vez más a su ya clásica Toyota Aventura 4x4, que esta vez se desarrolaría en Galicia, cerca de Vigo. La organización puso a nuestra disposición los tres modelos 4x4 con los que cuenta la marca: el Land Cruiser, el RAV4 y el Hilux. Nuestra primera elección fue el Toyota Land Cruiser 60 Aniversario. Este imponente todoterreno monta un motor diésel 3.0 D-4D con una potencia de 190 CV y 420 Nm de par máximo. Además, cuenta con un montón de sistemas de ayuda que optimizan el rendimiento en el campo y, en caso de necesidad, pueden llegar a sacarnos de verdaderos líos sin que tengamos que controlar nada más aparte del volante. Él solo es capaz de estudiar la situación y aplicar diferentes soluciones para conseguir la mayor tracción posible.
También es cierto que para los más puristas esto va a quedar prácticamente en el olvido ya que al conectar la reductora y los bloqueos central y trasero prácticamente todos los sistemas se desactivan y es el conductor el que toma los mandos por completo. La primera de las rutas, al volante del Land Cruiser calzado con neumáticos All-Terrain, brilló más por los increíbles parajes por los que circulamos que por la dificultad de la misma. Hay que tener en cuenta que en la fila de coches se encontraban varios RAV4 que a priori no ofrecen tantas cualidades off-road como este. A ritmo tranquilo fuimos superando todos los obstáculos sin apenas la ayuda de la reductora ni de ningún control, disfrutando de los increíbles colores que nos ofrecían los prados y bosques gallegos. La ruta nos llevó hasta el hotel donde pasaríamos la noche para reponer fuerzas. Después de una gran cena con exquisiteces gallegas nos fuimos pronto a la cama para partir con la salida del sol, como aquel que dice, porque las previsiones eran de lluvia todo el día... ¡Dicho y hecho! La mañana se presentó con una fuerte niebla acompañada de llovizna.
Era el turno de comprobar hasta dónde llegaría el RAV4. Este modelo estaba equipado con el motor diésel 2.2 D-4D de 150 CV y transmisión automática. Con una altura al suelo menor que la de su hermano mayor y con unas capacidades en montaña aún por descubrir, nos pusimos "manos al volante". Nada más partir pudimos comprobar cómo la fina lluvia que había estado cayendo durante toda la noche embarró de forma considerable todos los caminos por los que pasábamos. Nuestra unidad estaba calzada con las gomas de serie y eso era un hándicap a la hora de rodar con barro suelto y zonas deslizantes. No obstante, nos asombró como afrontaba una tras otra las zonas del recorrido y salía airoso de cada una de ellas. Eso sí, con cuidado.
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Un servidor no había tenido el placer de conducir uno de estos, pero hablando con varios de mis compañeros de profesión ya lo señalaban como uno de los todocaminos con más posibilidades del mercado. Después de la experiencia quedé totalmente convencido. El Toyota Hilux no tuvimos ocasión de probarlo, pero la unidad de prueba que nos acompañó durante la jornada también superó sin ningún problema todo el recorrido. Sus angulos de ataque, ventral y de salida le penalizan respecto a los otros dos modelos 4x4 de Toyota por lo que hay que ser un poco más cautos a la hora de circular por trialeras o pasos con un desnivel acusado si no queremos dañar alguna parte del coche. Sin duda, fué una jornada redonda, tanto por los bellos parajes por los que pasamos, como por la dificultad añadida del barro y la lluvia que se cruzaron en nuestro camino y que no pudieron frenar a los 4x4 de Toyota.
Los Toyota son grandes todoterreno sin duda alguna. Dejenme comentarles que, yo con mi Freelander, tambien he hecho rutas como la de las fotos sin problema ninguno y con gomas mixtas de nada menos que 235/50/18. Lo digo para los que dudan de la fiabilidad de todo un Land Rover especialista en 4x4.