Hemos asistido a la 8ª Edición de la Volkswagen Race Tour, una jornada que nace con la vocación de acercar a los clientes de la marca las últimas novedades, ofreciéndoles la posibilidad de disfrutar de ellas en un circuito de velocidad. Con el nuevo Beetle como protagonista, hemos disfrutado de diferentes pruebas tanto en circuito como off road (con el Tiguan y el Touareg), que nos han ayudado a conocer mejor los coches que conducíamos, sus sistemas de seguridad, y a buscar sus límites, en una jornada divertida y emocionante. La Volkswagen Race Tour 2011 dio comienzo en el circuito madrileño del Jarama , ha pasado por Los arcos (Navarra), esta semana se está celebrando en Castellolí (Barcelona) y terminará en Monteblanco (Huelva) del 12 al 14 de diciembre. Las pruebas Con el fresco que acompaña a esta época del año y tras un café para entrar en calor, primero nos hemos subido al nuevo Beetle 2.0 TSI de 200 CV y después al Golf GTI 35 Aniversario, para dar unas vueltas a toda velocidad en el circuito de Castellolí. Es toda una experiencia y pese a dar dos vueltas con cada modelo, uno se queda con ganas de más. Sin embargo, lo más divertido, para mí, neófita en estas lides, ha sido el circuito Mickey Mouse instalado en el paddock; un recorrido totalmente ratonero donde hemos puesto a prueba nuestras habilidades al volante de un Polo GTI y hemos podido comprobar que este vehículo es un verdadero juguete que responde, te sigue y te ayuda en cada giro. Dos vueltas con el Polo por este trazado y los brazos empezaban a hormiguear, mucho mejor que ir al gimnasio. Muy divertido también ha sido comprobar cómo funciona el sistema de control de estabilidad sobre pista mojada (claro que lo divertido, en realidad, han sido las dos primeras vueltas, con el sistema desactivado). En cualquier caso, digno de ver; Cogimos un Volkswagen Polo y lo pusimos a prueba en una frenada brusca sobre firme deslizante, pero sólo en parte. Es decir, dos ruedas pisaban sobre seco y dos sobre mojado. Con el sistema de estabilidad desactivado, el coche se cruzaba absolutamente. Con el sistema activado, pudimos comprobar cómo el Polo frenaba totalmente recto. Hasta quitamos las manos del volante para evitar corregir la dirección, y vimos que, efectivamente, ni era necesario aguantar el volante.
Llegando ya el mediodía y con el sol en lo alto hemos pasado al circuito off road. Primero con el Touareg. Tanto en subidas como en bajadas extremas, así como en el paso por grandes socavones del terreno, donde es importante el trabajo de ejes, el coche lo ha hecho prácticamente todo solo. Ha bastado con ponerlo en modo off road y aumentar un poco la altura del suelo. En la bajada, el control lo llevaba el Touareg, sin necesidad de tocar freno y en la subida, acelerando, ninguna desviación. Por último una ruta con un Tiguan "Country", por una pista, en la que también se ha comportado muy bien. Nosotros hemos disfrutado con esta divertida jornada, forma parte de nuestro trabajo, pero también es nuestra labor contar que este tipo de mini cursos son tan divertidos como necesarios. Es importante que conozcamos cómo es en profundidad el coche que conducimos, qué podemos esperar de él y hasta donde pueden llegar. Así podremos sacarles mejor partido y, en un circuito, llevarlos al límite con cierto control.
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Puede que sea bien pero me parece un poco pequeño para mis 4 hijos, quizas me conformaria con el tiguan.