Actualización.- Incorporamos a este artículo nuestro vídeo con la prueba realizada durante el evento de presentación internacional.
Volkswagen se une a la tendencia de los todocaminos deportivos con su última incorporación a la familia R, el Volkswagen T-Roc R. Competencia directa de su primo el Cupra Ateca, este T-Roc ‘cañero’, presentado en el salón de Ginebra, cuenta con un diseño específico, monta el propulsor 2.0 TSI de 300 CV y saldrá a la venta desde 47.055 euros.
Las modas tienen esto, puedes entenderlas o no. Cuando aparecieron los primeros SUV’s las opiniones sobre su diseño, funcionalidad y dinamismo eran de lo más diversas. A día de hoy nadie pone en duda qué quiere el cliente y su éxito comercial los ha convertido en la plataforma de nuevas propuestas como los todocaminos de corte coupé. ¿La última? Dotarles de un carácter deportivo también bajo la superficie. El último en pasar por nuestras manos es el Volkswagen T-Roc R y nos dirigimos al Col de Turini para comprobar si de verdad merece contar con ese apellido.
Lo primero que se espera de un nuevo miembro R es que lo parezca pero sin pasarse de la raya. Al más puro estilo GTI, el nuevo Volkswagen T-Roc R estrena detalles específicos que lo harán fácilmente reconocible pero que no llaman la atención descaradamente. Una discreción que le hace parecer menos capaz de lo que al final resulta.
Diseño hot hatch
Su frontal cuenta con un paragolpes más agresivo gracias a sus tomas de aire de mayor tamaño, enmarcadas en negro brillante. Las rejillas horizontales de aluminio anodizado y las nuevas luces diurnas LED verticales también son únicas de este modelo, equipado con faros con la misma tecnología.
De su silueta destacan las llantas de 19 pulgadas Pretoria en grafito oscuro mate que montaba la unidad probada. En España el T-Roc R de serie llega con unas Spielberg de 18 pulgadas que tampoco están nada mal. A través de sus radios podemos ver la pinza de freno, que también es específica y se identifica por el color negro y el logotipo R. No pasan desapercibidas las carcasas de los retrovisores y la combinación bicolor del techo es una opción de personalización.
Como sucede con su frontal, la zaga estrena un paragolpes del mismo color que la carrocería. En la parte superior vemos un alerón de mayor tamaño que el T-Roc ‘normal’ pero lo más destacable es su sistema de escape con dos tubos a ambos laterales. Se ofrece, de manera opcional, un sistema de titanio Performance R diseñado por Akrapovic y que no solo mejora su melodía, también su peso.
Por mucho retoque estético que le añadan, estamos ante un T-Roc y sus medidas siguen siendo idénticas. Mide 4,23 metros de largo por 1,81 de ancho y 1,57 de alto, con una batalla de 2,59 metros. Pierde capacidad de maletero con 392 litros frente a 445 litros de un T-Roc de tracción delantera. Sí son específicos el color Lapiz Blue Metallic y el Pure White. También está disponible en Rojo Flash Uni, Amarillo Cúrcuma Metallic, White Silver Metallic, Energetic Orange Metallic, Deep Black Perleffect e Indium Grey Metallic
Contención en su interior
Las variantes R de Volkswagen no se caracterizan por ser una oda a la deportividad, prefieren la moderación y el buen gusto. De ahí que los cambios en el interior sean más ligeros que en su exterior. El T-Roc del que partimos es un modelo que, si bien mantiene un diseño y equipamiento digno de Volkswagen, tiene algunos detalles que sorprenden por su justa calidad. El uso de plásticos duros solucionados con buenos encajes le ha valido alguna que otra crítica.
En este caso los detalles ‘sport’ como las inserciones en piano black, el uso del acero inoxidable para los pedales, las aplicaciones cromadas para los botones o el notable equipamiento ayudan a pasarlo por alto, ni que sea un poco. Como podemos ver, el logo R presente en este T-Roc todavía no es el nuevo, que se estrenará en el próximo modelo de la familia deportiva.
Los asientos deportivos (que no tipo baquet) son realmente cómodos y para una persona de tamaño medio su sujeción es muy buena incluso en tramo de curvas. De serie están tapizados en microfibra Artvelour pero opcionalmente puede añadirse el cuero Nappa. El volante achatado es ya una norma no escrita pero las costuras en tono Cristal Grey, también presente en el pomo del cambio, le dan el toque R definitivo. Las molduras del salpicadero pueden ser del tono de la carrocería, aportándole un toque juvenil muy adecuado para este modelo.
Como decía, no le falta ningún gadget tecnológico. Empezando por el virtual cockpit de 10,25 pulgadas al que tienes que acostumbrarte y que puedes personalizar a tu gusto. La pantalla central de 8 pulgadas también ofrece una calidad superior y como no, es compatible con Android Auto y Apple Carplay.
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¿Es un Golf R?
Sin duda sus similitudes con el Golf son infinitas, sin ir más lejos el motor. Este gasolina 2.0 TSI turboalimentado es de sobra conocido por nosotros, rinde 300 CV entre las 5.300 y 6.500 revoluciones por minuto. Ofrece un par máximo de 400 Nm pasadas las 2.000 vueltas y se estira hasta más allá de las 5.000, dejando una sensación de elasticidad y patada la mar de divertida pero también muy fácil de exprimir.
Solo se puede adquirir con el cambio automático DSG de siete velocidades pero gracias a las pequeñísimas levas tras el volante puedes tomar el control de su actuación, algo precipitada en los modos más eficientes. Su tracción 4MOTION hace que su conducción parezca cosa de niños, enviando la potencia al eje que más lo necesita en función de su adherencia y permitiendo un paso por curva muy, pero que muy rápido, y estable.
Todo apasionado del motor sabe que significa el Col de Turini. El mítico puerto del Rally de Montecarlo sirvió para poner a prueba su comportamiento dinámico y dejarnos claro que la esencia R está muy a salvo. Es necesario activar el modo de conducción RACE, que sustituye al habitual Sport, para poder exprimirlo al máximo y disfrutar del sonido de los escapes Akrapovic. Una melodía que esperábamos algo más llamativa...
La suspensión adaptativa (DCC) no llega de serie pero por 875 € no lo pensaría ni un segundo. Con este extra los cambios entre modo son mucho más perceptibles, sobre todo en cuanto al tarado de esas suspensiones. También se modifica la respuesta del motor, la dureza de la dirección y la cesión por parte de la caja de cambios automática.
Corre y mucho
Sus prestaciones justifican la entrada en la familia R. Tiene una aceleración 0 a 100 km/h en 4,8 segundos, solo dos décimas más que el Golf R y la misma que un Audi SQ2. Por si fuera poco cuenta con modo Launch Control, para que las aceleraciones sean coser y cantar.
Además, Volkswagen no solo ha metido potencia al tuntún, también ha realizado mejoras en el chasis con la intención de ofrecer esa conducción deportiva. Para empezar su carrocería está 20 milímetros más cerca del suelo, el sistema de tracción ha sido reajustado para priorizar el envío de potencia al eje trasero y el control de estabilidad es menos intrusivo.
Las medidas de los neumáticos de serie son de 215/50 mientras que la unidad probada montaba las 235/40 que llegan con las llantas de 19 pulgadas. El paquete de frenos Performance del Golf se ha incluido de serie en el T-Roc R y cuenta con discos ventilados de 17 pulgadas.
En cuanto sistemas de seguridad y ayudas a la conducción estamos ante un tope de gama con asistente de mantenimiento de carril, manos libres para atascos, frenada de emergencia, cámara trasera para aparcar, detector de ángulos muertos y fatiga… Una lista más que consistente.
Hablar de consumos durante una presentación es algo precipitado, más si has estado disfrutando de un puerto de montaña como el Turini. Su dato homologado en WLTP es de 8,5 litros a los 100 kilómetros y bajo una conducción eficiente creo que sería probable conseguirlo. En nuestro ordenador de a bordo el número no bajó de 10 litros.
Audi AQ2, Cupra Ateca, Skoda Kodiaq RS y el Hyundai Tucson N que está por llegar… El segmento de los SUV deportivos está que arde. Puede que no le veamos el sentido pero tampoco lo hacíamos a la moda de los todocamino y ya son una norma. Lo cierto es que tras comprobar que su dinamismo es casi idéntico al de un Golf R está claro que la decisión será puramente estética. Su precio de salida es de 47.055 euros, algo por encima del propio Golf R o su rival más próximo (incluso familia) el Ateca.
un buen desimulo de un lowcost