Tavascán: esa es la denominación elegida por Cupra para el prototipo eléctrico que hemos visto muy de cerca en el Salón de Frankfurt. Cupra ha seguido una vez más la tradición de Seat a la hora de elegir nombres para sus coches, que en esta ocasión apunta a la localidad ilerdense de... Tavascán.
Parece que no hay manera de lanzar nuevos deportivos que sean cupés sin más: ahora todos tienen que ser SUV-cupés, pseudo-shooting-brake-cupés o crossover-cupés. El Tavascán parece encajar con esta última morfología, y lo hace de manera similar al también concept car Skoda Vision iV, con el que comparte la plataforma modular MEB para automóviles eléctricos.
Al igual que su primo checo, el español es un crossover de grandes dimensiones (no hay medidas oficiales todavía, pero se le nota), con una caída del techo pronunciada y una considerable altura libre al suelo. Sin valorar su estética, es de esperar que el frontal defina la línea de diseño de la marca para sus futuros modelos, con unas ópticas afiladas y un enorme logotipo central, esta vez blanco y no en cobre. Aquel tono se reserva para las inscripciones de la marca (delante) y el modelo (detrás), así como para sus enormes llantas de doble tono en medida de 22”. Las ópticas traseras quedan unidas por una línea roja luminosa, siguiendo la moda, mientras que la carrocería, con detalles en carbono, luce pintura en gris oscuro brillante.
Si el exterior del Tavascán podría ser al 90% el de un futuro automóvil de serie, su habitáculo es más propio de un showcar, como lo dejan claro sus cuatro semi-buckets tapizados en cuero y los paneles con puntos luminosos a modo de cielo estrellado. Sí hay elementos que podrían pasar a producción con pocos cambios, como el volante -muy racing-, la gran pantalla central de 13” y el cuadro de instrumentos totalmente digital de 12,3”.
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El Tavascán monta un motor eléctrico en cada eje y su potencia total combinada es de 225 kW (306 CV) con tracción a las cuatro ruedas, evidentemente. De este modo puede acelerar de 0 a 100 km/h en unos buenos -que no sorprendentes- 6,5 segundos: los eléctricos pesan mucho. La autonomía teórica según ciclo WLTP es de 450 km, gracias a su batería de iones de litio de 77 kWh de capacidad.
Precioso, sobre todo porque se aleja un poco de sus primos los alemanes, y tiene unas lineas mas latinas, mas italianas. Como bien dice el periodista, exceptuando los asientos y un par de cosas en la consola central, el coche no necesita ni un solo retoque. Ojala lo saquen en producion, porque es el tipico coche que te giras cuando vas por la calle, para disfrutar con la vista. porque me imagino que tendra un precio prohibitivo para la mayoria de los mortales.