El Ford Mustang ha sido actualizado con cambios estéticos, de acabado y equipamiento; pero las modificaciones más importantes tienen que ver con el chasis (ampliamente revisado), la gama de motores (con un V8 5.0 de 450 CV y un 2.3 EcoBoost de 290) y las transmisiones disponibles (nueva caja manual de 6 marchas y automática de 10 velocidades). Los precios del Mustang 2018 parten desde 41.300 euros sin descuentos.
De algunas presentaciones internacionales, uno vuelve a casa con mejor sabor de boca que de otras. Esta vez, regreso desde Niza con la sensación de que, pese a contar con más de medio siglo de leyenda a sus espaldas, el Mustang es más Mustang que nunca. Puede que se haya modernizado, civilizado e incluso “europeizado”, pero tengo la absoluta certeza de que el pony car no sólo cuenta con el cariño del público, sino de la propia Ford. Las modificaciones recibidas por el Mustang en los últimos años siempre han sido para mejor, y en 2018 ha vuelto a repetirse la historia.
Afinado y afilado
Vaya por delante que no se trata de un simple restyling del modelo desvelado originalmente en 2015. Muchos de los cambios recibidos tienen que ver con el apartado dinámico; pero empecemos por lo que está a la vista. Y si algo se deja ver en el Mustang es su potente frontal, ahora todavía más llamativo si cabe. El capó ha sido rebajado en 2 centímetros e incorpora dos salidas de refrigeración. La parrilla, más ancha y ligeramente más baja, se rodea de unos faros full-LED con carcasas más afiladas. Y por supuesto cambia también el paragolpes, más agresivo por diseño, mejor refrigerado y con un labio inferior más prominente para favorecer la sujeción del eje delantero a velocidades elevadas. Los finos grupos luminosos LED integran ahora las luces antiniebla.
La vista lateral sigue intacta (excepto por los nuevos diseños de llantas y unos deflectores en los pasos de rueda), pero sí hay novedades en la trasera, donde las ópticas adoptan una cierta curvatura; pero casi más vistoso es el nuevo paragolpes, con un difusor de gran tamaño y, en la versión GT, dos salidas de escape a cada lado. Aumenta la paleta de colores de carrocería, que ahora nos da a elegir entre 11 posibilidades.
Se agradece que el habitáculo luzca mejores materiales de recubrimiento y parezca más cuidado, aunque todavía le falta un poco para estar al nivel de otros Ford. Desentona el nivel de algunos plásticos y algún detalle de acabado como el cierre de la guantera, pero la impresión general es de mejoría. Y en cuanto al confort, se nos ofrece la posibilidad de equipar asientos refrigerados y volante calefactado. La pantalla de la consola central sigue siendo de 8”, pero ha sido adaptada a SYNC 3 y es compatible con Android Auto y CarPlay.
Llama poderosamente la atención el nuevo cuadro de instrumentos digital (y opcional) con pantalla de 12”. Ha sido diseñado para cambiar su presentación dependiendo del modo de conducción elegido: puede tener una apariencia convencional, con cuentarrevoluciones y velocímetro redondos o, como sucede en los programas deportivos, conceder todo el protagonismo al régimen de giro del motor, con un indicador lineal de gran tamaño y apariencia muy racing.
Actualización mecánica y de chasis
Y ahora, repasemos todo lo que afecta a la experiencia de conducción. Empezando por los motores, hay una noticia algo mala y otra muy buena. La mala es que el 2.3 EcoBoost de cuatro cilindros ha rebajado su potencia a 290 CV (27 CV menos) aunque a cambio entrega 440 Nm de par (8 Nm más); y la buena noticia es que el 5.0 V8 de la versión GT ahora alcanza unos generosos 450 CV (29 CV más) con el mismo par de 529 Nm. La diferencia está en su mayor estirada: la potencia máxima llega a 7.000 rpm, y la “zona roja” queda marcada a 7.500 rpm. El Mustang GT acelera de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos.
La caja manual de 6 velocidades recibe una evolución técnica para incrementar su durabilidad y reducir el tiempo de cada operación de cambio; en este sentido, la gestión electrónica provoca una especie de “punta-tacón” automático en cada maniobra de reducción, acelerando el motor para adecuar su régimen a la siguiente marcha engranada. También llega una caja automática Selectshift de 10 velocidades -sí, 10 velocidades- en sustitución de la anterior de 6 relaciones. Podemos combinar cualquiera de los dos motores con la transmisión manual o automática.
El chasis ha aumentado su rigidez a través de diferentes medidas: el eje trasero ha sido reforzado, las barras estabilizadoras son de mayor grosor y los amortiguadores de serie son más firmes. A partir de ahora está disponible como opción un equipo de amortiguadores MagneRide de resistencia variable, diseñados para adaptarse a gran velocidad al estado de la pista y a la brusquedad en nuestras maniobras, así como a los distintos modos de conducción del vehículo. A propósito, a los programas de conducción existentes (Normal, Sport, Circuito y Nieve/Mojado) se suma el modo Circuito de Aceleración, inspirado en las carreras “cuarto de milla” y que cumple las funciones de ‘launch control’ vistas en otros deportivos. También se añade el programa My Mode que permite configurar cada parámetro del vehículo de manera individual. Incluso es atenuar o potenciar el sonido del escape, si queremos ser considerados con nuestros vecinos… o no.
El equipamiento de seguridad activa se incrementa con el control de crucero adaptativo y los asistentes de precolisión con detección de peatones, abandono de carril y mantenimiento de carril.
Más divertido, más "canalla", más Mustang
El evento de presentación internacional organizado por Ford nos brindó la oportunidad de conducir el nuevo Mustang por las hermosas carreteras los Alpes Marítimos franceses. Elegimos en primer lugar el verdadero plato fuerte: el Mustang GT con carrocería fastback. Lo primero que nos enamoró fue su imagen, reforzada por el intenso color naranja de su carrocería; y lo segundo, la deliciosa tonalidad de su V8, en la que los ingenieros de la casa aseguran haber trabajado para hacerla aún más adictiva.
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Nos pusimos en marcha al volante de la versión manual de 6 velocidades, y justo al incorporarnos a la autopista comprobamos la mayor elasticidad del propulsor V8 y su infinita estirada. Así se demuestra que en los tramos por carreteras secundarias nunca nos viésemos obligados a subir de tercera velocidad: el resto son para viajar con calma y disfrutar del paseo. Y eso es algo que me encanta del Mustang V8 y su motor atmosférico: si no lo subimos de medio régimen, nos regala un bonito ronroneo y un empuje suave, al tiempo que contiene su sed. Pero si pasamos de allí, la sensación de fuerza se multiplica, el susurro se convierte en bramido y el relax se transforma en emoción. Eso sí, la adrenalina se dispara al mismo ritmo que los consumos: por mucho que el promedio homologado sea de 12,1 l/100 km, duplicaremos esa cifra con mucha facilidad. Pero eso en un Mustang GT poco importa, porque la música de su V8 no nos dejará pensar en otra cosa.
Me gustó el funcionamiento de la caja manual revisada de 6 velocidades. Los cambios son precisos, con un recorrido muy marcado y de tacto, digamos, “viril”. Pasar de segunda a tercera y de tercera a segunda le hace a uno sentirse como Steve McQueen -aunque luego están los espejos para recordarnos lo contrario-.
Los cambios aplicados sobre el chasis se dejan notar, y en mi opinión han sido un acierto. El modelo anterior daba la sensación de no poseer un dinamismo a la altura de su motor, y ahora lo encuentro más equilibrado. No es un superdeportivo, desde luego, y sigue encontrándose más cómodo en las rectas que en cualquier otro lugar, aunque se le nota más decidido al entrar a las curvas y más ágil en los cambios de dirección. Sigue tirando de morro, sobre todo con el pesado V8 ahí delante, pero la mayor rigidez de ambos ejes da confianza al conductor, hace que el coche gire más plano y sin embarga evita sacrificar la vertiente rutera que también pedimos a un Mustang. Hay que apuntar que todas las unidades provistas por Ford equipaban las suspensiones ajustables MagneRide, de manera que no puedo hablaros aún sobre el comportamiento del equipo de serie.
La otra versión que pude probar era totalmente opuesta: descapotable, con motor de cuatro cilindros y con cambio automático. Su carrocería me sigue encantando; renuncia a la icónica silueta del fastback, pero a cambio, aporta el inigualable disfrute de conducir sintiendo el viento con el sonido del motor al fondo. Lástima que el EcoBoost turboalimentado de 2.3 litros no emita ni por asomo la misma melodía del V8… Aunque para ser justos, es un gran motor por todo lo demás: sus 290 CV son más que suficientes para cualquier uso, cuenta con un generoso par de 440 Nm a 3.000 rpm y su consumo de 9,0 l /100 km con caja manual es claramente inferior. Y en realidad suena bastante bien, si no hubiésemos escuchado antes a su hermano mayor; desde allí ya no hay vuelta atrás… Otra cosa es que los 8.000 € de diferencia entre uno y otro motor sean decisivos a la hora de hacer cuentas.
También me ha parecido interesante el cambio Selectshift de 10 relaciones. Presenta un funcionamiento suave y efectivo mientras va trabajando de manera continua en busca del régimen de giro ideal sin apenas dejarse notar, y por lo tanto me parece aconsejable para el Mustang convertible, un modelo más dirigido al disfrute pausado. Lo que me resulta confuso es utilizarlo en modo secuencial con las levas de cambio, aunque sólo sea porque es difícil predecir cuál será la marcha más conveniente en cada momento; para mi gusto, más de 6 ó 7 velocidades son contraproducentes en conducción deportiva. Pero usándolo en modo puramente automático, me parece casi irreprochable a falta de una prueba más detallada. Si os interesa esta nueva transmisión, tiene un sobrecoste de 3.000 €. Ah, y si queréis un Mustang descapotable, también es 4.000 € más costoso que un fastback.
Nos hubiese gustado conducir el deseable Mustang Bullitt (de nuevo con el espíritu de Steve McQueen), edición especial ausente en esta presentación dinámica pero que sí es protagonista del stand de Ford en el Salón de Ginebra. Desde allí, mi compañero Gerard Farré nos presentó esta versión de 464 CV en su vídeo con los superdeportivos más destacados de la feria suiza.
A la venta desde 41.300 euros
El Ford Mustang 2018 llega a los concesionarios españoles con la siguiente lista de precios oficiales, que no contempla posibles descuentos o promociones:
Ford Mustang Fastback EcoBoost 41.300 € Ford Mustang Fastback EcoBoost Aut. 44.300 € Ford Mustang Convertible EcoBoost 45.300 € Ford Mustang Convertible EcoBoost Aut. 48.300 € Ford Mustang Fastback GT 49.300 € Ford Mustang Fastback GT Aut. 52.300 € Ford Mustang Convertible GT 53.300 € Ford Mustang Convertible GT Aut. 56.300 €