Querido coche urbano: aún me acuerdo de ti
De cuando en cuando, tengo ocasión de probar uno de esos automóviles que me invitan a reevaluar el criterio de compra de un “coche de diario”. ¿Acaso será fácil aparcar un coche de más de cuatro metros y medio? ¿Hacen falta unas ruedas tan grandes como para que la de repuesto no quepa en el maletero? ¿Llevar a los niños al cole en un todocamino es fundamental para garantizar su seguridad? ¿Necesito 550 litros de capacidad de carga para guardar la compra del súper?
Durante el tiempo que conduje el recién actualizado Hyundai i10 por las calles de Madrid (con motivo de su presentación a la prensa) rondaban mi cabeza aquellas preguntas y algunas más. Lo bueno es que, al bajarme del coche, me di cuenta de que casi todas las cuestiones habían recibido respuesta. Y su lógica era aplastante.
La segunda generación del Hyundai i10 ya había demostrado sus cualidades como utilitario multiusos. Pese a tratarse de un automóvil encuadrado en el segmento A, y por tanto de pequeñas dimensiones, su excelente habitabilidad interior y su ágil comportamiento de “callejero nato” ya se habían ganado nuestro reconocimiento y también el del público. De hecho, si sumamos las ventas de las dos generaciones del i10 más las de su predecesor, el Atos que debutase allá por 1.999, la cifra total en Europa llega hasta 1.220.000 unidades entregadas.
El Hyundai i10 ocupa una confortable segunda posición en el ranking de ventas, sólo superado por el estéticamente acertado Fiat 500 y con cierta ventaja sobre Toyota Aygo, Kia Picanto, smart fortwo, Fiat Panda y Opel Adam. Pero en su conjunto, el segmento A viene experimentando un cierto declive en favor de vehículos con tal vez mejor relación entre tamaño y precio, como son los polivalentes del segmento B (léase Opel Corsa, Seat Ibiza, Kia Rio, Skoda Fabia, Renault Clio, Mazda2, Volkswagen Polo, Ford Fiesta o el propio Hyundai i20). Por lo tanto, para reafirmar su existencia, el “pequeño de la casa” necesitaba una puesta al día; para la que, en realidad, tampoco hemos tenido que esperar mucho tiempo, pues como recordaréis fue desvelada en el último Salón de París -aquí nuestro repaso a los mejores utilitarios de la muestra francesa-.
Así pues, el urbanita de la firma coreana ha recibido la típica actualización de mitad de vida comercial, aplicando aquellas modificaciones aconsejadas tanto por el propio paso del tiempo (tampoco tanto, a decir verdad, pues el modelo actual databa de 2013) como por la experiencia de los usuarios del modelo precedente.
Corregido y mejorado, que no aumentado
Las principales modificaciones externas se centran en el frontal, que luce una parrilla en forma de trapecio invertido, dejando atrás la figura hexagonal del modelo precedente. En los extremos superiores de dicho trapecio se sitúan unos proyectores para las luces diurnas (de tipo LED como opción), y que ahora son independientes de los grupos ópticos principales. Además del paragolpes delantero también cambia el posterior, que ahora presenta una amplia franja central en color negro flanqueada por unas luces antiniebla de forma circular; y por encima de aquellas notaremos que las ópticas cuentan con un marco oscurecido. También son distintas molduras protectoras de las puertas; y llegan nuevos diseños para sus llantas de acero o de aleación de aluminio, en medidas de 14 y 15 pulgadas. El catálogo de colores de la carrocería se amplía para ofrecer hasta nueve tonalidades distintas.
Pasando al interior del vehículo, si no nos fijamos puede parecer que nada ha cambiado. De acuerdo, llega un tejido en rojo para los asientos, podemos acceder a diferentes combinaciones de colores para el revestimiento del habitáculo (negro en contraste con rojo, naranja, gris o azul), pero el salpicadero presenta el mismo diseño básico ¿cierto? Cierto, pero situado en su centro encontraremos al nuevo sistema de infoentretenimiento (opcional, eso sí) con pantalla táctil de 7” y navegación. Este sistema integra la información del tráfico y tiempo atmosférico provista por TomTom Services Live y además es compatible con las plataformas de conectividad Apple CarPlay y Google Android Auto. Quiero apuntar que el nivel de acabado del habitáculo es muy positivo, con plásticos duros pero de buen tacto y ajuste, y con tapizados de buena factura.
También hay muchas más mejoras “de las que no se ven”. Para empezar, se ha mejorado la dotación seguridad activa incorporando detalles más propios de los segmentos superiores como la prevención de colisión frontal y el de aviso de cambio de carril (ambos “alimentados” por las imágenes de la cámara frontal del vehículo). El i10 también puede contar con sensores de aparcamiento y asistencia de arranque en pendiente. Y celebro que venga de serie la regulación de altura de los cinturones tanto como lamento que no lo sean los elevalunas eléctricos (en el acabado básico).
En cuanto al chasis, los ingenieros de la marca han revisado un par de detalles: interesantes: el equipo de suspensiones aumenta el tamaño de “silentblocks” y topes, y también se ha afinado la respuesta de la dirección, ahora menos desmultiplicada. Por el contrario, la gama de propulsores no cambia, de manera que siguen estando disponibles los dos mismos motores Kappa MPI atmosféricos de gasolina: el tricilíndrico 1.0 de 66 CV y el cuatro cilindros 1.2 de 87 CV. Ambos motores vienen asociados de serie a una caja de cambios manual de 5 velocidades, si bien el más potente nos permite elegir una automática de tipo convertidor de par y con sólo 4 relaciones.
Entre los más espaciosos de su categoría
Las dimensiones del vehículo permanecen intactas: 3,67 m de largo por 1,67 m de ancho y 1,50 m, con una distancia entre ejes de 2,39 m. Parece poca cosa, pero quienes nunca os hayáis subido al Hyundai i10 os vais a sorprender, especialmente si pasáis a las plazas de atrás. No tendréis problemas de altura a menos que superéis los 1,85 m, ni tampoco de longitud para las piernas. Además, la visibilidad es muy buena para todos los ocupantes del vehículo, gracias a la amplia superficie acristalada.
Donde no hay mucho que hacer es en cuanto a anchura: por mucho que el i10 esté homologado para cinco personas (salvo en el modelo básico), no es buena idea intentar alojar a más de cuatro adultos. A cambio, el acceso a través de las puertas traseras es muy cómodo, sin necesidad de agacharnos para evitar el marco. En el puesto del conductor se repite la cuestión de la anchura, y al menos en mi caso he debido elevar el asiento para que el codo izquierdo no toque el reposabrazos al girar el volante. Pero aparte de esto, es fácil acomodarse a pesar incluso de que el volante no es regulable en profundidad.
El maletero tampoco ha cambiado, aunque su capacidad de 252 litros es bastante buena para tratarse de un coche tan pequeño. No nos dará para irnos de viaje con toda la familia, pero debería cumplir perfectamente para el uso cotidiano. Si necesitamos más espacio de carga, siempre podremos abatir los respaldos traseros, divididos en dos secciones -algo que, por increíble que parezca hoy en día, algunas marcas que gustan de colgarse medallas no siempre ofrecen de serie-.
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Una experiencia de conducción refinada
Muy apropiadamente, la ruta preparada por la organización discurrió por el centro de la ciudad de Madrid y el caos de su tráfico; es decir, el típico entorno para el que “ha nacido” el Hyundai i10. No fue la situación ideal para detectar las mejoras realizadas en las suspensiones que aun siendo confortables (y no por ello blandas) me han parecido algo secas al superar los resaltos de control de velocidad. El i10 se mueve entre calles con gran agilidad, más ahora que su dirección ha ganado en "rapidez". Es un coche muy maniobrable tanto a la velocidad del tráfico, y aparcarlo en cualquier hueco es cosa de un suspiro.
En esta ocasión sólo pude conducirlo con el motor 1.2 tetracilíndrico de 87 CV; que además de la obvia diferencia de prestaciones respecto del 1.0 de 66 CV, refleja una finura claramente superior. El hecho de ser atmosférico no es un problema dada la ligereza del vehículo; y ocupado el coche con tres periodistas a bordo, no noté que el motor sufriese en ningún momento. Ni su aceleración ni sus recuperaciones van a humedecer vuestros ojos, pero dudo que necesitemos más para el uso al que el i10 se destina. Y eso que las relaciones del cambio manual son larguísimas; tanto que no tendremos que usar la cuarta velocidad mientras no salgamos a las rondas.
Me ha gustado mucho el tacto de la dirección, como decía; también el del cambio y los pedales con excepción del embrague, que tiene poco recorrido -aunque nos acostumbraremos en unos minutos-. La visibilidad es realmente buena en todas direcciones, algo especialmente útil cuando hemos de movernos por tráfico espeso. Y dejo para el final un aspecto que ha cambiado a mejor y al que personalmente doy bastante valor: el habitáculo queda bien insonorizado, no sólo respecto del motor
Este es uno de esos automóviles nos harán reevaluar nuestro concepto de "coche de diario".
sino también del ambiente; de manera que sufriremos menos el ruido de la cuidad y disfrutaremos más de una conversación a volumen calmado.
Así pues, como os dije al principio, casi todas las preguntas sobre el Hyundai i10 como "compra inteligente" habían recibido respuesta afirmativa. Pero aún quedaba una por resolver: ¿merece la pena en el sentido económico? Aquí la cuestión es más peliaguda, porque este coche, aun siendo pequeño por tamaño, presenta un elevado nivel de calidad y trae un buen equipamiento de serie, especialmente en cuanto a seguridad pasiva y activa. Esto cuesta dinero, claro está; con lo que nos acercamos peligrosamente en precio al segmento B. Y aquí es donde os toca decidir si las características del i10 son para vosotros una ventaja o un inconveniente.
Para que contéis con datos más concretos, cierro este artículo detallando el equipamiento y precios del Hyundai i10.
Pequeño pero bien "dotado"
El equipamiento de serie es interesante para tratarse de un utilitario pequeño. El acabado básico Klass (sólo disponible con el motor 1.0, por un precio de tarifa de 12.315 €) trae 6 airbags, control de presión de neumáticos, llantas de acero de 14”, asientos traseros abatibles (60:40), aire acondicionado, mando a distancia y alarma antirrobo. El nivel Tecno (opcional con el motor 1.0 desde 13.115 € y de serie con el motor 1.2 por 13.615 €) incorpora homologación para 5 plazas, llantas de aleación de 14”, retrovisores y manetas en el color de la carrocería, retrovisores y elevalunas eléctricos, volante y pomo en cuero, tapicería en azul o naranja, y radio CD MP3 con USB y Bluetooth. Por otros 750 €, el paquete Tecno Plus añade climatizador luces diurnas LED, climatizador automático, navegador con pantalla táctil, TomTom Live Services, CarPlay y Android Auto. Finalmente, el nivel Style (sólo con motor 1.2 desde 16.170 €) nos brinda lo máximo para este modelo: techo solar, faros con función cornering, asistente de arranque en pendiente y llantas de aleación de 15”.
El Hyundai i10 ya está a la venta en los concesionarios españoles, con un descuento de lanzamiento de 1.900 euros sobre el PVP oficial. Aplicada esta rebaja, los precios quedan del siguiente modo:
Hyundai i10 1.0 66 CV Klass 10.415 € Hyundai i10 1.0 87 CV Tecno 11.215 € Hyundai i10 1.2 87 CV Tecno 11.715 € Hyundai i10 1.2 87 CV Auto. Tecno 12.965 € Hyundai i10 1.2 87 CV Style 14.270 € Hyundai i10 1.2 87 CV Auto. Style 15.520 €
Los clientes que financien la compra disfrutarán de un descuento añadido de 1.000 euros, además de otros 600 € si entregan su "viejo" Hyundai en el momento de la compra.
Acabamos de comprar uno, en acabdo Tecno. Estamos encantados. Nos dejaron una unidad de demo y en un fin de semana le hicimos casi 250 Km, y genial.