Mazda acaba de presentar en Málaga la última evolución de su SUV de segmento B, el CX-3. La gama empieza con el motor 2 litros gasolina de 121 CV en acabado Origin con un precio de 20.645 euros, que con los descuentos de lanzamiento queda en 17.549 euros.
Por encima se encuentran las versiones 2 litros también gasolina de 150 CV, tanto con tracción delantera como total y el diésel de 1,8 litros y 115 CV. La versión tope de gama es el Zenith White Cruise que queda en 32.100 euros, 29.004 euros con descuentos.
Cuando algo funciona…
No lo toques, al menos reza el dicho y parece que es lo que ha hecho Mazda con esta puesta al día del CX-3. Este SUV del segmento B contaba ya con un diseño sumamente atractivo que apenas se ha visto alterado.
En la parte frontal la calandra cuenta con un rediseño en su parte interior. En el parachoques delantero encontramos nuevos faldones y faros antiniebla. Puede equipar nuevas llantas de 18” y en la trasera saltan a la vista los pilotos en LED. El color rojo metalizado Soul Red Crystal pasa a estar disponible por primera vez también en CX-3.
En el interior los asientos pueden contar con tapicería de cuero tanto en color negro como en color blanco. Los embellecedores del salpicadero también cambian, llegando la posibilidad de contar con inserciones en Alcantara.
En lugar del freno de estacionamiento tradicional con palanca ahora presenta un freno de mano electro-hidráulico con función AutoHold. Este cambio además de mejorar el día a día también ha permitido instalar un hueco posavasos y un reposabrazos central.
En las plazas delanteras el espacio es generoso. Los asientos son muy cómodos y permiten un gran número de posibilidades de regulación. La unidad que probé contaba además con regulación eléctrica y tapicería de cuero.
La mayoría de los mandos están muy a mano, merece la pena destacar la acertada situación del mando giratorio que permite gestionar el sistema multimedia desde el túnel central. Hay además numerosos huecos donde dejar pequeños objetos que llevemos encima como cartera, móvil, llaves, mandos y demás.
Las plazas de la segunda fila siguen la línea de las delanteras, son confortables y espaciosas. Con buen espacio para las piernas y una altura libre al techo reseñable. En el reposabrazos trasero integra un hueco posavasos.
El volumen de carga del maletero es completo para un coche de su segmento, con 350 litros se sitúa próximo al de turismos compactos de segmento superior. Abatiendo la segunda fila crece hasta 1.260 litros.
Lo mejor en conectividad y seguridad
Hoy en día es habitual que decisiones de compra lleguen a echarse a atrás por cuestiones de conectividad. Sí, parece raro pero es así. Hay una tendencia global a querer estar conectado constantemente.
El nuevo Mazda CX-3 cuenta con Android Auto y Apple CarPlay para que sigas disfrutando de casi todas las funcionalidades de tu Smartphone mientras estás en el coche. Una solución de última generación que se puede instalar como retrofit a los CX-3 del modelo anterior que contasen con Mazda Connect.
Ahora el CX-3 también está a la última en seguridad. Avisador de cambio de carril involuntario, freno de emergencia, sistema de detección de peatones, control de crucero con radar y función start&stop en retenciones…
3 motores a escoger
La gama está formada por tres motores. Por un lado, hay dos versiones del gasolina 2 litros atmosférico Skyactiv-G con 121 y 150 CV. La opción diésel se limita a un 1,8 litros turbo de 115 CV.
Los dos propulsores de gasolina han sido evolucionados para cumplir con la nueva normativa de control de emisiones. Con respecto a sus antecesores se mantienen en el mismo tramo impositivo.
Antes el motor de gasoil era un 1,5 litros con lo que ahora se han ganado 300 cc de desplazamiento. De 1.600 a 2.600 rpm rinde 270 Nm de par máximo, mientras que la potencia máxima de 115 CV llega a 4.000 rpm.
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Los ingenieros de Mazda han dedicado esfuerzos tanto a la hora de reducir emisiones como a mejorar el rendimiento del motor diésel. Incorpora inyectores piezoeléctricos con lo que se consigue una combustión a menor temperatura.
Con el natural sound smoother se ha tratado de reducir al máximo la rumorosidad y las vibraciones del motor turbo-diésel. También presenta una mejor insonorización en puertas y lunas.
Todo junto hace que para ser un diésel, sea bastante silencioso, claro está que se escucha cuando aceleras fuerte pero a ritmo constante y en la zona baja del cuenta vueltas vibra muy poco y apenas se escucha.
Al igual que el gasolina de 150 CV, el diésel lo podemos configurar tanto con tracción delantera como 4X4. En el nivel de acabado más alto, el Zenith los tres motores pueden contar con la caja de cambios automática de 6 relaciones.
La opción de la tracción integral es importante contemplarla para aquellos que residan en zonas de montaña con climatología adversa en invierno. Es un plus de seguridad que tiene un sobrecoste pero merece la pena.
Cómodo, a la vez que deportivo
En tierras malagueñas tuve la ocasión de conducir durante tres horas el nuevo motor 1.8 diésel en combinación con la caja de cambios automática y tracción delantera. Esta era mi primera toma de contacto con un CX-3 con lo que escogí la opción que más cambia con respecto al modelo anterior.
La caja automática de 6 relaciones es suave y cómoda en la posición “D”. Si pasas al manual puedes jugar tanto con la propia palanca como con las levas que hay detrás del volante. Sorprende lo rápido que responden las levas y lo bien que va jugar con este modo manual a la hora de desarrollar una conducción deportiva.
El motor es más que suficiente para mover con soltura el conjunto, ofrece 64 Nm de par extra con respecto a los 2 litros gasolina y llegan 1.200 rpm antes. A la hora de realizar adelantamientos responde con brío y el kick-down del cambio automático facilita mucho las cosas.
Después de la ruta, que principalmente transcurrió por carreteras secundarias de montaña, logré un consumo medio de 6,3 l/100 km. El CX-3 es un SUV muy ligero, en función de la motorización oscila entre los 1.184 y 1.332 kilos.
A nivel de chasis me sorprendió el tacto deportivo del conjunto. Mazda es una marca que tradicionalmente siempre tiende a brindar una configuración en todos sus modelos muy enfocada a aquellos que nos gusta conducir. Vamos que por lo general da forma a automóviles de talante deportivo, ágiles y divertidos.
Cuando el firme está en perfectas condiciones o medio bien ofrece un buen nivel de confort. Se muestra muy cómodo y sobre todo súper efectivo. Todo cambia cuando llegas a un tramo con un asfalto completamente roto, allí la suspensión rebota en exceso, copiando una a una todas las irregularidades del firme.
Es espectacular lo bien que llega a ir en conducción deportiva. Para tratarse de un SUV de segmento B hay ocasiones en las que crees que estás al volante de un compacto de segmento C, por lo aplomado y lo efectivo que llega a ser.
Lo mejor del conjunto es la dirección, con un tacto exquisito digno de un automóvil deportivo. Ofrece un altísimo nivel de comunicación en todo momento y permite guiar el tren delantero con una precisión milimétrica.
En resumidas cuentas
Personalmente lo encuentro atractivo. De su segmento es posiblemente el que más me gusta y el único que me llegaría a plantear. Lo haría tanto por el diseño como por la practicidad como el tacto deportivo que ofrece al conductor. Además su precio de lanzamiento de 17.549 euros lo hace todavía más interesante.
Motor de 2L. y 120 CV???? No me extraña que cumpla con la normativa de emisiones. Mucho arroz para tan poco pollo.