El SUV compacto de Mitsubishi se renueva con una imagen más dinámica que nunca. Ahora el frontal adopta el Dynamic Shield, un elemento de diseño que lo acerca al Outlander, dando lugar así a una imagen de familia.
La calandra es la pieza clave de este rediseño, con una amplia apertura para la refrigeración ahora se encuentra envuelta por tres piezas cromadas de gran formato. Un nuevo look que le sienta de maravilla a este modelo que suma ya más de 1 millón de unidades vendidas desde que llegó al mercado por primera vez en 2010.
Otros cambios que merece la pena resaltar a nivel estético son las llantas de 18”, antena tipo aleta de tiburón así como pilotos traseros con tecnología LED. Las líneas de tensión del lateral no cambian pero siguen ofreciendo una estampa de lo más atractiva.
Echemos un vistazo al interior
Son numerosas las mejoras que se han introducido en lo que a equipamiento se refiere. Destaca la incorporación de levas tras el volante, cuando se escoge el cambio automático, el volante multifunción con mandos integrados y un nuevo sistema de navegación mucho más fácil de usar y claro que antes.
El sistema de navegación MMCS o Mitsubishi Multi-Communication System con pantalla táctil de 7” y ranura para tarjeta SD es de serie en el nivel de acabado Kaiteki, el tope de gama de la firma nipona. Bajo el apoya-brazos central incorpora una conexión USB.
La calidad de acabados es más que correcta, sobre todo si tenemos en cuenta el precio. Tanto el diseño de los distintos elementos que conforman el habitáculo como los materiales empleados a la hora de darles forma le permiten competir de tú a tú con sus rivales más directos.
Tanto las posibilidades de regulación de la columna de dirección como del asiento del conductor podemos lograr un buen nivel de confort al volante del ASX. Quizás, las personas de menor estatura necesitarían un par de puntos más de regulación.
Con una longitud de 4,35 metros de largo, una anchura de 1,81 metros, una altura de 1,64 metros y una batalla de 2,67 metros da lugar a dos filas de asientos confortables para adultos de todas las tallas.
La altura libre al techo y la anchura de las dos plazas delanteras son más que destacables. La posición elevada de los asientos junto a una amplia superficie acristalada permite disfrutar de una gran visibilidad del entorno. A la hora de maniobrar la luneta posterior es algo pequeña y cuesta ver a través de ella. El techo panorámico de cristal aporta una enorme luminosidad al interior. Con apretar un botón podemos cerrar una persiana de forma eléctrica siempre que queramos.
El acceso a la segunda fila es bueno gracias al tamaño de las puertas y al ángulo de apertura de las mismas. La banqueta posterior recoge bien las piernas y el respaldo es regulable en inclinación. El espacio a la altura de la cabeza para los pasajeros de estos asientos traseros también es destacable.
El maletero tampoco se queda corto. Si bien declara un volumen de 416 litros que no parece nada del otro mundo, sus dimensiones son muy aprovechables. Tanto la anchura como la longitud y la altura a bandeja permiten sacarle el máximo partido al espacio de carga.
Si colocamos el respaldo posterior en su posición más vertical el maletero crece hasta los 442 litros (+26 litros). Abatiendo la segunda fila logramos un piso completamente plano con un volumen máximo de 1.219 litros. La segunda fila dispone de sistema de plegado asimétrico de tipo 60/40.
Efectivo y cómodo
El Mitsubishi ASX es muy cómodo, incluso ahora que equipa llantas de 18”. Su equipo de suspensión aporta mucha estabilidad pero al mismo tiempo filtra con gran eficiencia las irregularidades del firme.
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El esquema formado por un Mc Pherson delante y un Multi-Link detrás con barras estabilizadoras en ambos ejes aporta enormes dosis de agilidad al conjunto. La puesta a punto del chasis merece una nota bastante alta.
La versión que probé era el tope de gama, el 220 DI-D con tracción integral y caja de cambios automática en color Rojo Orient. Lo que más sorprende en los primeros metros de conducirlo es que parece más ligero de lo que en realidad es. Este modelo declara 1.545 kilos sobre la báscula.
La gama en nuestro país la completan otro motor diésel, el 160 DI-D con 114 CV que puede configurarse con tracción delantera o 4WD. La entrada a la gama es un gasolina 160 MPI de 117 CV sólo disponible con tracción delantera.
En autovía se muestra estable y confortable, mientras que en secundaria saca a relucir el brillante set-up de su chasis. Inclina relativamente poco pero lo que más llama la atención es lo neutro que se muestra en los cambios de apoyo y la gran capacidad de tracción que garantiza el sistema de tracción integral 4WD.
La dirección permite guiar el tren delantero con precisión. Para mi gusto el calibrado de la misma es algo blando, quizás un poco de dureza ayudaría a transmitir un mayor nivel de feedback al conductor. El radio de giro es bastante reducido, sobre todo al llevar conectado el sistema 4WD en modo Lock.
El equipo de frenos está formado por discos ventilados de 294 mm delante y macizos de 302 mm detrás, las pinzas del tren delantero son de dos pistones, uno detrás. Incluso en conducción deportiva aguantan muy bien y el pedal se mantiene firme.
El motor que probamos declara 150 CV a 3.500 rpm y 360 de 1.500 a 2. 750 rpm. Estas cifras teóricas se traducen en la realidad en una buena capacidad de recuperación en la zona baja del cuenta-vueltas. Queda claro que no hace falta acercarse para nada a las 4.000 rpm, dado que la potencia máxima llega mucho antes y no aporta nada seguir subiendo de vueltas. Este motor diésel es relativamente silencioso y no vibra en exceso.
En esta primera toma de contacto conduje una unidad con caja de cambios automática. En el día a día olvidarte del pie izquierdo y no tener que recurrir a un tercer pedal es un lujo que una vez lo pruebas cuesta dejar a un lado.
Bien es cierto que en una conducción deportiva no es uno de los mejores cambios automáticos del mercado. Las levas detrás del volante permiten gestionar el modo manual pero no suele responder ni con rapidez a los comandos ni exactamente en el momento que queremos que lo haga. Al tratar de aprovechar las marchas en modo manual parece como si los escalonamientos de las distintas relaciones sea algo largo. En D y a ritmo suave va de cine.
Durante la prueba tuvimos la oportunidad de hacer una brevísima escapada por un camino de tierra bastante embarrado. La verdad es que fuera del asfalto el ASX con tracción integral es una auténtica delicia. Tanto por lo bien que te lo puedes llegar a pasar conduciéndolo como por lo cómodo que es a la hora de neutralizar los baches y piedras del camino.
En resumidas cuentas
La nueva estética la sienta muy bien, sigue siendo muy cómodo y efectivo tanto en carretera como fuera del asfalto. Si a todo ello sumamos un precio de tarifa de sólo 15.900 euros gracias a las campañas actuales lo convierten en una de las opciones más interesantes de su segmento. Sin los 2.000 euros de la financiación y los 3.000 euros que aporta la marca el precio del modelo base con motor gasolina 160 MPI de 117 CV se queda en 20.900 euros.
Feo a morir, no se come ni un rosco frente a la competncia tan guapa...nissan, honda, toyota...