Un “Tesla-killer” de 600 CV
Con el sorprendente Mission E recién desvelado en el Salón de Frankfurt, Porsche deja clara su intención de ampliar sus horizontes para asegurar el futuro de la compañía. Ya lo hizo años atrás con el lanzamiento del Cayenne y más tarde el Panamera, modelos destinados a ampliar la base de clientes con un productos más utilizables -e incluso con versiones diésel-, sin necesidad de renunciar al lujo y el sentido de la deportividad que se espera de cualquier Porsche.
Puede que este concept car no sea todavía una realidad tangible, pero en cualquier caso se convierte en el primer automóvil puramente eléctrico de Porsche. Y matando dos pájaros de un tiro, también en el primer rival verdaderamente serio que el en su camino. Porque, vistas las principales características del Mission E, puede decirse que la casa de Stuttgart se lanza a al cuello de la firma de Palo Alto.
El Porsche Mission E presenta una carrocería de cuatro puertas (las dos traseras de apertura “suicida”), con una silueta que recuerda a la del Panamera pero mucho más futurista a la hora de dibujar sus rasgos identificativos. Por ejemplo, si los faros de los Porsche de serie acostumbran a ser redondos, ovalados o en forma de gota, los de este ejercicio de diseño presentan forma de boomerang.
Al tratase de un automóvil eléctrico, la parrilla frontal se reduce a su mínima expresión, priorizando su uso como elemento aerodinámico para hacer fluir el aire a través de la carrocería. De hecho, las formas del vehículo tienen como primer objetivo reducir la resistencia al viento y sacarle partido para mejorar el dinamismo del conjunto.
La vista posterior destaca por la gran inclinación de la luneta, que parece insertarse bajo el alerón integrado. Bajo aquel, una fina línea iluminada por LED resalta la anchura de la carrocería, claramente marcada por los musculosos pasos de rueda. Y hablando de ruedas: fijaos en el complejo diseño de las llantas de 21” delante y 22” detrás.
El habitáculo cuenta con cuatro plazas, divididas en dos butacas independientes para cada fila. Aparte del volante, no encontraremos mucho parecido con cualquier otro Porsche. El salpicadero está plagado de pantallas digitales OLED tridimensionales de gran tamaño; y lo mismo sucede con la consola central, que además separa por completo los asientos del piloto y el acompañante. Como detalle curioso, un sistema de seguimiento de los ojos del conductor se encarga de averiguar qué instrumento está mirando, de manera que cuando emplee el mando selector del volante actuará sobre el menú que corresponda.
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Con quince minutos basta
Espectáculo sensorial aparte, pasemos a la principal novedad de este modelo: su esquema motriz. El Porsche Mission E cuenta con dos motores sincrónicos de imán permanente (según la marca, similares a los del 919 híbrido vencedor este año en las 24h de Le Mans) que trabajando de manera conjunta son capaces de entregar 600 CV de potencia. Para que nos hagamos una idea de sus prestaciones, el Mission E acelera de 0 a 100 kilómetros por hora en sólo 3,5 segundos, y de 0 a 200 km/m en 12 s. Además, este superdeportivo eléctrico está equipado con tracción integral y cuatro ruedas direccionales.
No menos interesante es el hecho de que la autonomía teórica alcanza un rango de 500 kilómetros, lo que una vez más sitúa al Porsche a la altura del Tesla Model S (de hecho, a priori puede recorrer casi 20 km más que el modelo estadounidense).
Y otra buena noticia, que espero se extienda igualmente al resto de vehículos eléctricos del mercado, es que sólo necesitamos 15 minutos de conexión a la red para almacenar un 80% de carga en las baterías, lo que permite recorrer un máximo de 400 km. La marca nos indica que la clave está en utilizar tecnología de 800 voltios, el doble que en los automóviles eléctricos de la actualidad. El Mission E también puede cargarse en estaciones de 400V, aunque ralentizando el proceso como es lógico. E incluso por inducción, dondequiera que esté disponible un punto de carga inalámbrico.
Puede que a largo plazo el futuro de la automoción esté en el hidrógeno, y tal vez incluso en el gas natural. Pero con la tecnología disponible en la actualidad, el camino más viable a corto y medio plazo está en la energía eléctrica. Y si Porsche lo dice, eso va a misa.
Pues a ver si hay suerte y esta vez no hacen como hace años con el prototipo del boxster y lo sacan así tal cual, sin ninguna modificación. A fin de cuentas de aqui a que lo pongan en venta poco a poco las tactiles y panel de instrumentos TFT se van a ir generalizando (más baratos de fabricar) y no lo venderan por menos de lo que te puede costar 911 o Panamera. Muy bonito prototipo.