Porsche hizo historia- el pasado miércoles al mostrar por primera vez el Taycan, su primer deportivo eléctrico; pero en realidad es hoy cuando ha dado comienzo esta nueva época para la marca alemana con motivo de la inauguración de la renovada factoría de Zuffenhausen. Esta ceremonia, a la que hemos tenido el honor de asistir, no sólo presenta un carácter simbólico sino también práctico, pues hoy se inicia también la producción en serie del nuevo Taycan.
El evento contó con la presencia de la plana mayor de Porsche junto con altos cargos del Gobierno y las Administraciones públicas alemanas, como el Ministro Federal de Transporte e Infraestructuras Digitales, el Presidente del Gobierno Estatal de Baden-Wurtemberg y el Alcalde de Stuttgart.
Su participación escenificó el esfuerzo realizado de manera conjunta por la las autoridades, la propia Porsche y sus empleados para asegurar no solamente el futuro de la compañía sino también la conservación y creación de empleo en el área de Stuttgart, ciudad tan implicada en la historia de Porsche que incluso cede su escudo al logotipo de la marca. En este sentido, la fabricación en serie del Taycan creará 1.500 nuevos puestos de trabajo en esta factoría de la que también salen los Porsche 911 y 718.
Sorprende que las tareas de renovación y desarrollo de la planta alemana hayan llevado algo menos de cuatro años (la decisión de permanecer en de Zuffenhausen fue tomada a final de 2015) y que el trabajo se haya desarrollado sin afectar de manera significativa a la producción del resto de modelos. Teniendo en consideración que la construcción de la nueva planta ha incluido una nave de pintura, una planta para la producción de motores y componentes eléctricos, una nave de ensamblaje de vehículos y las conexiones entre todas ellas, haberlo conseguido en un espacio tan corto de tiempo me parece todo un logro. Y todavía lo es más que se haya cumplido con la fecha prevista para su inauguración, el 9 de septiembre, considerando que un proyecto de este calibre conlleva la participación de mil y un actores de toda clase y condición.
Un objetivo fundamental de la nueva fábrica es aplicar y sostener una metodología de producción "neutral en CO2"; para ello, se recurre a fuentes de energía “limpias” para generar electricidad, al biogás para la generación de calor y a la electrificación de todos los vehículos logísticos. Por otra parte, se procura que el proceso productivo sea flexible y sostenible, con el mínimo desperdicio de recursos y esfuerzos. De hecho, el interior de cada edificio de Zuffenhausen casi parece más el de un hospital por su organización y pulcritud; todo parece perfectamente calculado y orquestado, sin prisa pero sin pausa. También ayuda a causar esta impresión la ausencia de líneas de producción tradicionales, reemplazadas aquí por el uso de vehículos autónomos que transportan como en un silencioso ballet las distintas secciones de cada vehículo a ensamblar.
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Una nueva factoría, un nuevo automóvil y una nueva etapa. Desde Porsche aseguran estar preparados para esta época de cambios y para el futuro que está por llegar. En Stuttgart dicen tener un plan; y aunque los próximos años serán decisivos para éste y todos los fabricantes, al menos en el caso que nos ocupa todo va según lo previsto, en fecha y con fundamento.
A propósito. El Taycan acaba de nacer pero no estará solo por mucho tiempo: más pronto que tarde tendrá un hermanito al que todavía no han puesto nombre pero será muy parecido al concept Mission E Cross Turismo.
