Toyota Aygo 5p. X-Play: Por poco más de 10.000 euros.

El Aygo es la apuesta de Toyota por el segmento A, el de los coches urbanos. Se trata de un vehículo pensado para la ciudad, pequeño, eficiente y sobre todo “divertido”. La gran baza de este modelo son las múltiples opciones de personalización que propone, algo que se ajusta a la perfección al gusto de los más jóvenes. Hace unos meses recibió una nueva puesta a punto en forma de lavado de cara y nuevas opciones de equipamiento. Ya se encuentra a la venta, con un precio de partida de 10.690 € (con descuentos) para el 3 puertas y acabado X-Play.

Toyota hizo un buen trabajo con el Aygo. Así lo demuestra el buen número de ventas cosechado desde el lanzamiento de ésta última generación en 2014. Cuatro años después, casi cinco, la marca actualiza a su modelo de entrada a la gama con algunas mejoras en el apartado del diseño y otros aspectos como los materiales del interior o el equipamiento.

Esta unidad de pruebas que podéis ver en las fotografías, es el acabado de acceso X-Play con carrocería de 5 puertas y cambio manual (lo hay en automático). Su precio de partida es de 10.900 euros con los descuentos aplicados, 310 euros más caro que en 3 puertas, una opción que yo personalmente recomendaría por su mayor practicidad.

Pese a tratarse del grado de equipamiento más básico, lo cierto es que no va tan mal equipado como uno pensaría. El Aygo es un coche sencillo pero ya trae de serie llantas de aleación bitono de 15 pulgadas, rueda de repuesto temporal, retrovisores eléctricos y calefactables, cierre centralizado con mando a distancia, faros halógenos con luz diurna LED, ópticas traseras LED, cámara de visión trasera, asistente al arranque en pendiente, sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas, conectividad Apple CarPlay y Android Auto, bluetooth, volante multifunción y palanca de cambios forrados en cuero, 6 airbags y anclajes Isofix en las plazas traseras, entre otros.

A partir de aquí, empieza la personalización. Toyota ofrece la posibilidad de configurar al Aygo con múltiples opciones, tanto de equipamiento como de aspecto. Por ejemplo, este modelo de pruebas está acabado con el color blanco para la carrocería (0 €), el pack x-style rojo (250 €), que añade carcasas de los retrovisores en negro, molduras laterales en rojo y vinilo rojo en la parte baja de la parrilla delantera y en el faldón trasero, además del vinilo de techo en color rojo (250 €). Sin embargo, para el interior, en este acabado, no hay posibilidad de cambiar el color de la tapicería de tela ni tampoco el de los guarnecidos.

Con los vinilos rojos, que también están disponibles en color negro si así lo preferimos, cambiamos totalmente el aspecto exterior del coche y le añadimos un toque personal diferenciador por 500 euros. En total, este modelo de pruebas cuesta 11.400 euros (con descuentos).

No se trata de un nuevo modelo, o hasta incluso no deberíamos ni llamarlo restyling del Aygo. Los cambios de diseño exterior se centran básicamente en el frontal. Mantiene la característica “X” de la parte delantera pero ahora con un formato tridimensional más marcado y sin estar pintada en color de contraste. También se ha modificado la parrilla inferior y los marcos de los faros antiniebla.

Los faros también son nuevos y ofrecen ahora un diseño un poco más fino y agresivo. Del mismo modo se ha añadido una moldura en la parte inferior de éstos que podrá ser de color negro o plata a juego con el color de contraste de la carrocería.

En la parte trasera sólo cambian los grupos ópticos, no su forma, que es la misma, sino la nueva firma lumínica que ofrecen los LED.

Para el interior los cambios también son mínimos. Se ha renovado con nuevas tapicerías y nuevas opciones de color para los acabados más altos. El cuadro de instrumentos también presenta un efecto ligeramente más tridimensional y algunos materiales y recubrimientos se han mejorado ligeramente para dar una impresión de mayor calidad.

El Toyota Aygo es un coche pequeño. Sus cotas son las siguientes: 3,46 metros de largo, 1,61 m. de ancho, 1,46 m. de alto y tiene un batalla de 2,34 metros. Es un vehículo pensado para la ciudad, o para ir a trabajar. Y en la mayoría de los casos se situará como un segundo coche dentro de la estructura familiar.

Entre sus rivales, por tamaño y precio, se encuentran los Seat Mii, Skoda Citigo y Volkswagen Up!, el Kia Picanto, el Hyundai i10, el Renault Twingo, el Smart Forfour, el Fiat Panda o el Suzuki Celerio. Y por supuesto el Citroën C1 y el Peugeot 108, con los que comparte absolutamente todo. Al fin y al cabo, son el mismo coche con un “vestido” distinto.

Debido a sus reducidas cotas tan sólo está homologado para cuatro ocupantes. Las plazas delanteras son cómodas, aunque los asientos no sujetan demasiado lateralmente hablando. Cuenta con ajuste manual en longitud y en altura, mientras que el volante sólo puede ajustarse en altura. Un hecho que complica un poco encontrar una posición de conducción cómoda para los conductores de mayor estatura.

La sensación de amplitud no es muy generosa, pero sí más que correcta. El hecho de contar con una consola central entre asientos muy estrecha amplifica un poco la sensación de espacio.

El diseño del salpicadero es bastante básico, otorgando especial protagonismo a la pantalla táctil del sistema multimedia. Los materiales son bastante espartanos y predomina en prácticamente toda su totalidad el plástico duro. Tan sólo el volante y la palanca del cambio presentan un acabado símil cuero que se agradece.

El sistema multimedia digital se agradece, y el hecho de estar disponible desde el grado de equipamiento más básico es todo un acierto. Este sistema ofrece las funciones de audio, radio, CD, MP3 o streaming, y llamadas por bluetooth. La navegación corre a cargo de nuestro smartphone que podremos conectar vía Apple CarPlay o Android Auto y en el que deberemos elegir nuestro navegador favorito, ya sea Google Maps, Waze o cualquier otro. También cuenta con cámara trasera de serie.

No viene con climatizador automático, así que es como volver unos años atrás, donde había que ir variando a menudo el selector para aumentar el aire frio o caliente al cabo del rato si nos habíamos pasado o quedado corto.

Las plazas traseras sorprenden por su espacio para las piernas. Ofrecen una buena distancia hasta los respaldos delanteros tratándose de un coche tan pequeño. Obviamente, las personas con una estatura superior a la media irán un poco justas, incluyendo la altura al techo. El acceso a la segunda fila no es del todo malo ya que las puertas tienen un buen ángulo de apertura, aunque habrá que agachar un poco la cabeza para evitar el riesgo a golpearnos con el techo. Por cierto, las ventanillas traseras son de tipo compás.

El maletero es pequeño. Ofrece una capacidad de 168 litros en configuración estándar, mientras que un Seat Mii, un Volkswagen Up! y un Skoda Citigo ofrecen 250 l., un Renault Twingo 174 l., un Smart Forfour 185 l., un Hyundai i10 252 l. o un Kia Picanto 255 litros. Los respaldos pueden abatirse para ganar en volumen de carga, aunque se queda un escalón bastante pronunciado en la parte baja que dificulta un poco la distribución de los bultos u objetos. No hay que esconderlo, el del Toyota Aygo es el maletero más pequeño del segmento.

Estos vehículos tan pequeños tienen una función clara: llevarnos del punto A al punto B. Poco más se les puede pedir. Sus reducidas cotas los hacen perfectos para moverse por las grandes ciudades y encontrar aparcamiento de forma rápida, o como mínimo de una forma menos costosa. Es un coche ágil, con un radio de giro reducido perfecto para callejear por las zonas más estrechas.

En carretera abierta, más concretamente en vías rápidas, sufre un poco por su menor estabilidad y bajo peso. Este Aygo no llega a los 1.000 kg y el viento lateral se nota bastante. También el “efecto ventosa” cuando adelantamos a un camión, por ejemplo. Además, su motor no está pensado para mantener ritmos altos, aunque aguanta perfectamente los 120 km/h… en llano o bajada. En subida habrá que bajar una marcha y pisar bien el acelerador.

El Toyota Aygo sólo está disponible con un motor de gasolina de tres cilindros y 998 cc de cilindrada. No tiene turbo, es atmosférico, y ofrece 72 CV a 6.000 rpm y sólo 93 Nm de par a 4.400 rpm. Por lo tanto, a bajas vueltas se percibe bastante anémico, sólo utilizable este rango de revoluciones a la hora de circular por ciudad. Fuera de ella, de la mitad para arriba.

El motor se asocia a una caja de cambios manual de 5 relaciones, aunque también existe la posibilidad de elegirlo con cambio automático, con peores registros de aceleración, consumo y emisiones que el manual. Según su ficha técnica el Aygo manual gasta 4,1 l/100 km de media, ofrece una aceleración de 0 a 100 km/h en 13,8 segundos y alcanza los 160 km/h de velocidad punta. En la práctica a mí me gastó un poco más, en torno a los 5,5 l./100 km.

En carretera se mantiene bastante estable dentro de sus limitaciones. Su corta distancia entre ejes lo hace un coche bastante reactivo y, aunque la dirección es poco informativa, el guiado es más que correcto. Tiende ligeramente al balanceo ya que sus suspensiones son blandas, pero a la vez resultan bastante cómodas. Sólo en grandes baches o resaltes la trasera tiende a rebotar un poco cuando vamos descargados. En cuanto a los frenos, presentan un poco de fatiga tras un uso intensivo en una conducción más deportiva pero, francamente, ese no es el cometido de este coche.

El Aygo será el compañero de viaje ideal, bueno, de viaje no, mejor de trayecto, de todos aquellos que busquen un coche pequeño, barato, bonito… para moverse por su ciudad o para usarlo como vehículo en desplazamientos diarios al trabajo, por ejemplo.

Tampoco hay que descartarlo como opción de un primer coche cuando nos sacamos el carnet de conducir. Un coche para empezar, con unas cotas ajustadas, buen ángulo de giro, un motor decente… y sobre todo pintón, con tonalidades alegres, diferentes combinaciones de colores, vinilos, etc… En definitiva, lo que les gusta a los más jóvenes.

¡Y por poco más de 10.000 euros! Más no se puede pedir.