Probamos dos coches de película, el BMW M5 de última generación F90 y el primer M5 con motor V8, el E39 (1998-2003). El nuevo M5 está animado también por un motor V8, pero en esta ocasión es biturbo y declara 600 CV. Un auténtico cohete que sólo cuesta la módica cifra de 136.700 euros.
El primero es uno de los mejores deportivos para disfrutar en familia del momento, mientras que el segundo sigue siendo una auténtica ganga dentro del mercado de segunda mano con unidades en buen estado que rondan los 20.000 euros.
Ambos coches son de película. El F90, el nuevo, ha aparecido junto a Tom Cruise en Mission Impossible Fallout (2018) mientras que el E39 fue el gran protagonista del corto de cine Star, dirigido por Guy Ritchie con Clive Owen y Madonna como actores en 2001 para BMW Films.
Los probamos los dos en Andorra en algunas de las mejores carreteras de todo el Pirineo, en la más alta de toda la cordillera y todo ello ante unos paisajes también dignos de la gran pantalla.
Como ha cambiado todo en tan poco
Cuando los pones uno al lado del otro, el nuevo parece tan grande como un Serie 7, mientras que el clásico aparenta tener el tamaño de un Serie 3. Este es un claro ejemplo que demuestra lo que han llegado a crecer las cotas en todos los segmentos del mercado en apenas 20 años.
Este E39 de 1999 mide 4,78 metros de largo, 1,8 metros de ancho y 1,43 metros de alto. Su distancia entre ejes de 2,83 metros, lo que garantiza buena habitabilidad interior y gran estabilidad en conducción deportiva.
Con casi 5 metros el F90 es 18 centímetros más largo, 10 centímetros más ancho con 1,8 metros, pero casi igual de alto, apenas 4 centímetros más. La batalla también crece, 15 centímetros hasta rozar los 3 metros.
Sobre la báscula el clásico anuncia 1.720 kilos de peso, mientras que el nuevo declara 210 kilos. Eso sí, cuando te bajas del E39 y te subes al F90 parece que la diferencia de peso sea de media tonelada.
Obra del diseñador japonés Joji Nagashima, la Serie 5 E39 es una de las que mejor aúna el estilo tradicional de la firma bávara con la modernidad. Incluso hoy dos décadas después sigue ofreciendo una línea moderna y elegante.
El F90 tiene una presencia más musculosa, más masiva. En el frontal presenta unos riñones de gran formato y unas entradas de aire del tamaño del Eurotunel. En el capó destacan unas nervaduras en su parte central que también las puedes apreciar mientras conduces.
Las llantas de aleación de 18” del E39 parecen de juguete al lado de las de 20” opcionales del F90 (2.700 euros). Estas llantas de 20” son necesarias a la hora de montar los frenos opcionales compuestos.
El equipo de frenos del E39 lo conforman discos ventilados de 345 mm delante y 328 detrás. Por otro lado, el F90 recurre a discos carburo de silicio con refuerzo cerámico opcionales (11.243 euros).
Estos discos compuestos miden 410 mm de diámetro delante y 396 mm detrás. Cuentan con pinzas de 6 pistones en el tren anterior y de un pistón en el posterior. Un conjunto que además de incrementar sobremanera la capacidad de decelerar rebaja el peso con respecto a los de acero de serie en 23 kilos.
La última evolución del M5 calza uno de los mejores neumáticos deportivos del mercado, el Michelin Pilot Sport 4 S. Precisamente los neumáticos delanteros del F90 tienen la misma anchura que los traseros del E39, 275. Esto se debe a que además de crecer en todas las cotas, ahora el M5 es tracción integral en lugar de propulsión.
La estrella que vemos en el flanco de los neumáticos junto a la leyenda Pilot Sport 4 S es el código marcaje del fabricante que corresponde a “BMW M”. Lo que significa que estos neumáticos han sido diseñados específicamente para este M5.
Cómodo, amplio y bien equipado
El F90 rebosa tecnología de última generación por los cuatro costados. Pantallitas por doquier, control gestual, gráficos dignos de Star Wars y conectividad hasta límites insospechados.
La calidad de acabados es perfecta, con materiales de primer nivel y ajustes intachables. Se nota que BMW ha dado un salto cualitativo importante. El cuero blanco le sienta bien pero se me antoja delicado en un uso diario.
Los asientos delanteros son muy cómodos. Ideales tanto para el día a día, para viajar como para disfrutar en conducción deportiva. Sujetan muy bien pero al mismo tiempo con gran confort. Cuentan además con regulación eléctrica, memoria, climatización, calefacción y por si faltaba algo masaje.
Siguiendo la moda actual se pierden los indicadores analógicos tradicionales en pro de una pantalla digital. Cosas de la modernidad. Se puede configurar y en función del modo de conducción que seleccionemos varia su presencia.
La pantalla de 12,5” que hay en la parte alta del salpicadero es táctil. Pero en marcha es casi mejor recurrir al mando del i-Drive que hay en el túnel central. Mucho más intuitivo, cómodo y práctico.
La segunda fila ofrece dos amplísimas plazas exteriores y una central que podemos llegar a usar en casos ocasionales. ¿Te gustan estos cinturones con los colores de BMW M? No, no son de serie. Apenas hay que añadir unos módicos 383,29 euros para que luzcan así de bonitos.
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El maletero si bien se ve algo penalizado por las prominentes paredes laterales, brinda un espacio de carga alto y una gran longitud. 530 litros muy aprovechables que además cuentan con un fácil acceso.
M5 E39, un icono a precio de saldo
El M5 E39 fue presentado en el Salón de Ginebra de 1998 y se mantuvo a la venta hasta 2003. Esta tercera generación del M5 fue la primera en recurrir a un motor V8, los anteriores usaban un 6 cilindros en línea.
Su V8 atmosférico de 5 litros declara 400 CV a 6.600 rpm y 500 Nm a 3.800 rpm, aquel era el mismo motor del Z8. Está asociado a una caja de cambios manual de 6 relaciones y fue el primer modelo de BMW en equipar de serie el control de estabilidad DSC.
Esta unidad que mi amigo Carlos me ha dejado muy amablemente cuenta con pequeñas modificaciones estéticas como los logotipos de BMW sustituidos por unos “M” y una radio aftermarket.
Hoy sigue estando a precio de saldo. Convirtiéndolo en uno de los deportivos de bandera más asequibles del mercado. Hay unidades desde 14.000 hasta 40.000 euros, estando la mayoría de ellas entorno a los 18.000 y 25.000 euros.
Desde que salió al mercado en 1998 me encanta, compré prácticamente todas las revistas del mundo en las que salió una prueba y siempre he querido tener uno. Sus prestaciones siguen siendo más que dignas y su V8 suena de maravilla.
Anuncia una punta limitada electrónicamente a 250 km/h y un 0 a 100 km/h en 5,3 segundos. En conducción normal apenas gasta 12 l/100 km de media. Todo ello combinado con una calidad excepcional.
M5 F90, una nave interestelar
Igual que el E39, el F90 está animado por un motor V8. En esta ocasión de 4,4 litros sobrealimentado por dos turbocompresores. Una mecánica que está llena a lo largo y ancho de todo el cuenta-revoluciones.
Entre 1.800 y 5.600 rpm brinda 750 Nm de par máximo y de 5.600 a 6.700 rpm 600 CV. Un rendimiento sensacional que se transmite al asfalto de la mano de su sistema de transmisión integral.
El sonido de este V8 biturbo es muy bonito. Quizás me gustaría que pudiera llegar a ser un poco más estridente, un punto más macarra. Pero bueno, la musicalidad que ofrece está tan bien lograda que quizás mejor dejarlo como está.
Los registros frente al cronómetro son atómicos. Acelera de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos y una punta de 305 km/h al estar equipado con el paquete M Driver que cuesta unos módicos 3.500 euros. De serie está limitado a 250 km/h.
BMW deja de usar su sistema de cambio de doble embrague DKG en este nuevo M5 para recurrir a la archiconocida ZF de 8 relaciones, bautizada aquí como Steptronic. Un cambio ultra-rápido en modo automático, suave cuando hace falta, violento cuando interesa y con opción de modo 100% manual.
Esta ZF la puedes disfrutar en modo manual tanto con las levas que hay detrás del volante como con la palanca tradicional. Una palanca que va como Dios manda, subes de marcha tirando de ella hacia atrás, y reduces empujándola hacia delante, como en un coche de carreras.
El nuevo M5 ofrece un equilibrio dinámico brillante. Es cómodo tanto para realizar largos viajes como en el día a día. Pero al mismo tiempo te permite disfrutar al volante del primer al último metro recorrido.
Es increíble lo efectivo y neutro que llega a ser. Su chasis es transparente, comunicativo. Sin controles te permite pasarlo en grande en conducción deportiva, sabiendo siempre lo que está pasando y lo más importante, lo que va a pasar.
La dirección es un elemento clave de esta transparencia, de esta buena comunicación con la carretera. En modo Sport Plus brinda un peso casi ideal, si fuese un pelín más dura ya sería perfecta. Pero en líneas generales aporta una gran precisión en el guiado del tren delantero.
Por fin BMW M hace unos frenos espectaculares. Ya era hora. Un compuesto de carburo de silicio y cerámica que ofrece buen tacto en frio pero que al mismo tiempo en un uso intensivo se muestra impecables. Te permiten detener el coche siempre justo donde quieres y como quieres. Son perfectos.
En resumidas cuentas
En España el BMW M5 tiene un precio base de 136.700 euros. 182.965 euros si lo equipas igual que esta unidad de pruebas. Una cifra que ya no parece una salvajada cuando pones en valor lo cómodo que es en el día a día, lo que te permite disfrutar en una carretera de montaña y lo bien equipado que va.
Eso sí, únicamente con lo que cuestan los frenos de carburo de silicio y la tapicería de cuero, dos opcionales que suman 21.000 euros te podrías comprar una unidad de M5 E39 en buen estado.
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