Citroën DS3 THP 150: Pionero de la estirpe

El DS3 se ha convertido en el estandarte de la nueva línea DS de la marca francesa y ha sentado las bases de sus proyectos de presente y futuro. Muestra de ello es que estamos ante la apuesta de Citroën para el Campeonato del Mundo de Rallyes a manos del laureado piloto Sébastien Loeb. Con el novedoso utilitario de tres puertas y 3,95 metros, la marca del doble chevrón demuestra un gran trabajo en la mesa de diseño, consiguiendo un producto atractivo que llama la atención gracias a una estética, ante todo, diferente. Y más allá de la apariencia se distingue por un chasis muy dinámico, basado en la estructura del C3 pero pensado para ritmos más alegres, ya que invita a una conducción más deportiva. Con la próxima llegada del DS4 y del DS5 a corto plazo la saga crecerá pero, mientras tanto, el primero de la familia ha llegado para dar batalla no sólo al Mini Cooper sino también a modelos como el Alfa Romeo Mito, el Abarth Punto Evo o el Audi A1.

Por donde primero entra el DS3 es, sin duda, por la vista. Para ello, los diseñadores de Citroën han trabajado a fondo, dando como fruto un vehículo que se convierte en el centro de atención de todas las miradas a su paso. Su apariencia, compacta y robusta, se combina con un diseño muy llamativo y que, ante todo, cumple con la premisa de romper con todo lo que conocíamos hasta la fecha de la marca francesa. Precisamente bajo esta idea nace el concepto de anti-retro, utilizado por Citroën para calificar al DS3. El frontal del vehículo destaca por su agresividad, factor que ya se percibe al observar sus ópticas. Además hallamos la gran parrilla delantera, que integra el logotipo de la marca con sendas líneas cromadas que parecen estirar visualmente los dos chevrones. Las líneas de luces diurnas LED situadas en los laterales le aportan un look moderno y sofisticado. Por otra parte, el catálogo de personalizaciones es amplísimo. A modo de ejemplo, ofrece nada menos que 38 combinaciones diferentes de colores de carrocería y techo. Claro está, por tanto, que no será fácil cruzarse con dos DS3 iguales. Y si este automóvil se distingue por ser llamativo por delante, lo mismo sucede por detrás, principalmente a causa de la peculiar superficie posterior acristalada sobre la que se monta el techo flotante. En el portón, las protagonistas son las grandes siglas DS, visibles a bastante distancia para hacer aún más reconocible al vehículo desde la lejanía. El doble escape cromado remata una zaga cuyo voladizo es mínimo, contribuyendo así a la imagen compacta del utilitario francés.

Citroën ha buscado mantener, dentro del DS3, un nivel de vistosidad acorde con el que posee en el exterior. Y lo ha logrado gracias a elementos como la banda horizontal que recorre el salpicadero, que engloba las tomas del aire acondicionado. Ésta puede personalizarse en diferentes colores y materiales, al igual que sucede con el pomo de la palanca de cambios. Es fácil encontrar la posición más adecuada para conducir, gracias a las posiciones manuales que ofrece el asiento y a la posibilidad de adaptarnos el volante en altura y profundidad. Una vez acomodados, percibimos una postura de conducción baja, factor reafirmante del carácter racing del vehículo. Al hablar de la segunda fila de asientos debemos considerar su uso como más apropiado para dos pasajeros, ya que la plaza central es más bien testimonial. Asimismo, la altura al techo en esta zona del vehículo es algo justa para personas de más de 1,80 m. El nivel de calidad que percibimos es muy bueno, con los ajustes entre los paneles muy bien conseguidos y un tacto general agradable. Sin embargo, no da la sensación de encontrarse muy por encima de su compañero de marca C3. Por el tamaño del vehículo podríamos deducir que el maletero ofrece una escasa capacidad pero, con la configuración para cinco pasajeros, logra un volumen de 285 litros, lo que supone una buena cifra para un vehículo de 3,95 metros. Lo que sucede es que el diseño de la zaga provoca que la boca de carga no sea especialmente grande, con lo que no podrán alojarse objetos de determinadas formas o volúmenes abultados.

Entre las variantes de mecánicas que componen la gama DS3, hemos seleccionado la motorización 1.6 THP de gasolina de cuatro cilindros con 156 CV de potencia. Se trata del segundo bloque más potente de cuantos se ofertan con el modelo, solo superado por los 200 CV de la versión Racing. Con el THP "pequeño", el vehículo logra acelerar hasta los 100 Km/h desde parado en sólo 7,3 segundos, señal inequívoca de la enérgica conducta del bloque con el que, además, consigue una velocidad máxima de 214 Km/h. Su par máximo es de 240 Nm entre 1.400 y 4.000 rpm. Aunque se agradecería algo más de ímpetu a bajas vueltas, en cuanto superamos las 2.000 rpm entrega toda la fuerza necesaria para mover el vehículo con gran soltura. En el terreno del consumo, el DS3 podría mejorar ligeramente ya que, aunque no se trata ni mucho menos de una cifra excesivamente elevada, genera una media homologada de 6,7 litros cada 100 Km que asciende hasta los 9,4 en conducción urbana. Es decir, algo por encima de algunos de sus competidores. En lo que se refiere a emisiones, registra 155 gramos de CO2 por kilómetro. El motor va asociado a una transmisión manual de seis velocidades muy escalonada y que goza de un tacto preciso de la palanca. Para ajustar el consumo, el DS3 incorpora un indicador de cambio de marcha que informa sobre el momento adecuado para variar de relación y realizar una conducción más eficiente en materia de ahorro de combustible y emisiones.

El DS3 monta una estructura de suspensión independiente a las cuatro ruedas, de tipo McPherson con muelles helicoidales, amortiguadores y barra estabilizadora en el eje delantero, y de brazos longitudinales, traviesa deformable, muelles helicoidales y amortiguadores en el eje posterior. Si bien está basado en la plataforma del C3, la marca gala ha realizado ajustes específicos en la suspensión con los que se logra un comportamiento más firme con el objetivo de extraer un mayor rendimiento dinámico en carreteras reviradas. Y es que en este terreno es donde el DS3 despliega algunas de sus mayores virtudes. Su encomiable estabilidad invita a incrementar el ritmo para comprobar que está dotado de un chasis preparado para ofrecer una notable diversión. No en vano se caracteriza por una destacable agilidad que hará disfrutar a los amantes de las carreteras de montaña. Denota una gran precisión en la dirección lo que, además de generar una formidable sensación de control sobre el vehículo, transmite toda la información necesaria acerca del firme que se encuentra bajo nuestros pies. El espíritu deportivo tiene el contrapunto en el capítulo de la comodidad, ya que el tarado de mayor dureza hace que las reacciones sean algo más secas que las que puede generar el C3, pero sin que la conducción nunca llegue a resultar incómoda. En defensa del confort hay que comentar el trabajo realizado tanto en materia de insonorización como en cuanto a vibraciones, muy poco perceptibles desde el interior del habitáculo.

Su equipamiento de serie referente a la seguridad incluye seis airbag (frontales de conductor y acompañante, laterales y de techo), control de estabilidad con ASR, ABS con ayuda a la frenada de urgencia y repartidor electrónico de frenada. Completan el listado las dos fijaciones Isofix para sillitas infantiles. Cabe remarcar, además, que el modelo ha recibido cinco estrellas en los test seguridad de Euro NCAP.

Citroën se ha lanzado al segmento de los utilitarios "fashion" con el DS3 por un motivo principal. Y es que, aunque el Mini ocupe de momento un lugar privilegiado, existe un público que busca un vehículo diferente, con personalidad propia que se distancie del pequeño alemán. Y éste es el lugar del DS3, un vehículo rompedor en cuanto a estética y que ofrece una dinámica deportiva, un equilibrado bloque 1.6 THP y una habitabilidad más que aceptable para su segmento a un precio razonable.