Kia pro_cee'd GT

El Kia pro_cee’d GT es el primer modelo de la marca coreana en presentar un enfoque claramente deportivo, al más puro estilo de los famosos GTI que tanto nos gustan a los europeos. También es el coche más potente que tiene actualmente Kia en su gama de modelos, mostrándose como una de las marcas asiáticas con mayor progresión en los últimos años.

El modelo que hoy nos ocupa estas líneas se presenta como una excelente alternativa a los conocidos compactos con ciertas aspiraciones deportivas. Monta un propulsor de gasolina turboalimentado de 1,6 litros T-GDi que ofrece una potencia máxima de 204 CV, una cifra que lo sitúa como rival directo de modelos con características similares como el Opel Astra GTC 1.6 Turbo de 200 CV, el Citroën DS4 1.6 THP 200 CV, el Seat León en su variante SC FR 1.8 TSI de 180 CV (el Cupra se va hasta los 265 y 280 CV) o, un poco por encima en cuanto a caballos, el Alfa Giulietta Quadrifoglio Verde de 235 CV y el Volkswagen Golf GTi de 220 CV.

Kia lo califica como un modelo polivalente, con el que su propietario podrá disfrutar de la conducción deportiva en una revirada carretera de montaña o en el circuito pero que a la vez permite usarse normalmente para los trayectos cotidianos. Todo esto lo he podido comprobar durante esta semana que la marca me ha cedido el coche, y aunque algunas de estas afirmaciones son ciertas, otras no tanto… Te lo cuento a continuación.

Como buen GTI que es, el pro_cee’d GT ofrece un considerable remozado de la carrocería para adecuar su aspecto a las teóricas prestaciones que debe aportar un motor potente y unos reglajes del chasis pensados para una conducción dinámica. Contrariamente a lo que viene ocurriendo en los últimos años, donde los GTI apenas varían de sus homónimos estándar, en Kia sí que se han atrevido a dar ese paso adelante.

Comparándolo con un pro_cee’d normal son muchísimos los detalles exteriores que expresan la voluntad del vehículo de dejarse ver en público. Me di cuenta de que eran muchos los que giraban sus cabezas al pasar mi costado. Lo cierto es que a mí personalmente no me ha disgustado en absoluto, es más, aplaudo el valor de la marca en radicalizar el aspecto de este cee’d GT.

Valoraciones aparte voy a centrarme en explicaros un poco cuáles son todos esos elementos adicionales que le confieren ese aspecto tan rompedor. Empezando por delante se ha instalado un nuevo paragolpes con la entrada de aire inferior modificada de mayor tamaño y con una línea roja en su parte baja. También se aprecia como las luces LED de circulación diurna, que en el pro_cee’d están integradas en los faros, ahora están situadas en los extremos inferiores en un novedoso formato de cuatro LEDs cuadrados situados junto con los focos antiniebla. El entramado interior de la parrilla y la toma de aire es nuevo y se ha insertado el logotipo GT en la calandra.

De costado es quizás más parecido al normal, aunque también aporta algunos detalles específicos como los faldones laterales más acentuados, las llantas de aleación de 18 pulgadas y las pinzas de freno en rojo.

En la zaga también pueden apreciarse varios cambios con aires sumamente deportivos. El paragolpes es totalmente nuevo, con un estilo más marcado que recuerda ligeramente al formato adoptado en el frontal. Los pilotos antiniebla y de marcha atrás están situados verticalmente mientras que los grupos ópticos traseros continúan con el mismo diseño. El portamatricula negro a juego con el nuevo difusor inferior y los dos tubos de escape ovalados y cromados le confieren un aspecto mucho más prestacional.

Sólo está disponible con dos variantes de color para la carrocería: en rojo y blanco Deluxe. Este último se posiciona como el único extra disponible para la variante GT –todo el equipamiento es cerrado, no se puede quitar ni añadir nada- por el que tendremos que desembolsar una cantidad de 488 euros adicionales.

Si el exterior es sorprendente no lo es menos el habitáculo, que rebosa buen gusto, calidad y deportividad por los cuatro costados. Ofrece un diseño prácticamente calcado al del pro_cee’d normal, acentuado con detalles más deportivos que nos harán sentir bien arropados por una atmósfera claramente deportiva.

Monta de serie unos estupendos asientos delanteros firmados por la prestigiosa marca Recaro de los que sólo puedo hablar maravillas. Son cómodos, recogen la espalda y las piernas a la perfección gracias a sus pronunciadas aletas, pueden regularse en altura y, además, ofrecen regulación lumbar eléctrica y están tapizados en cuero y Alcántara. Una gozada.

El volante de cuero, la palanca del cambio de marchas y los paneles de las puertas incorporan costuras en rojo que enfatizan el carácter del modelo. El logotipo GT se ha añadido a la base del volante y a los asientos y se han instalado pedales deportivos de aluminio.

El cuadro de instrumentos está compuesto por un gran círculo en medio acompañado en los costados por otros dos segmentados. Estos dos nos informan mediante las típicas agujas del rango de revoluciones del motor y de la carga de gasolina. El aro central es digital, pudiendo elegir entre dos tipos de diseños distintos. Por un lado se presenta con el formato tradicional de velocímetro, mientras que si optamos por la segunda variante –se puede cambiar con el botón “GT” situado en el volante- se nos ofrece un esquema mucho más deportivo, con la velocidad expresada en números y dos indicadores laterales correspondientes al soplado del turbo y al par utilizado en cada momento. El centro de esta esfera se usa como ordenador de a bordo convencional.

La consola central está ligeramente orientada hacia el conductor para que éste pueda alcanzar todos los mandos del sistema de infoentretenimiento, del climatizador bizona y demás sin apenas esfuerzo. La pantalla táctil tiene un funcionamiento correcto y es realmente intuitiva. En ella podremos interactuar con el navegador, el sistema de audio o conectar nuestro teléfono vía bluetooth o por el puerto auxiliar. Por ponerle una pega, el navegador en un poco lento calculando la ruta.

Los materiales utilizados en la confección del habitáculo son agradables al tacto, con una combinación de acabados blandos y duros que no desentona para nada y un nivel de ajustes bastante bueno. Un aspecto que no me gustó tanto y en el que las marcas deberían poner un poco más de énfasis es en la parte baja de la consola, justo donde se acostumbra a apoyar la rodilla derecha. Esta parte, como en la mayoría de coches, es de plástico duro. El problema que tiene es que en una conducción "alegre" tenderemos a golpearlo varias veces, por lo que no es demasiado agradable. Con una simple capa acolchada esto se hubiese solucionado.

Otro punto donde destaca el pro_cee’d GT es en el espacio interior. Tanto en las plazas delanteras como en las traseras podrán viajar cómodamente cuatro adultos de estatura media. El quinto acompañante sentado en la plaza central trasera es posible que llegue a tocar con la cabeza en el techo dada la mayor altura de la banqueta en esta zona, además el bienestar se verá afectado por consecuencia de un mullido duro y un respaldo no demasiado cómo. El espacio para las piernas en la fila trasera es suficiente y sólo en casos extremos en los que el conductor o el copiloto desplacen el asiento hasta la posición más retrasada será difícil que incrustemos las rodillas en los respaldos.

El maletero no es de los más espaciosos del segmento pero tampoco de los peores. Los 380 litros de capacidad que homologa serán suficientes para el día a día, aunque un poco justos si debemos cargarlo a consciencia. Los respaldos de los asientos traseros son abatibles en proporción 60/40 aunque al tratarse de un tres puertas deberían haber mejorado la forma de plegarlos, instalando algún tipo de mecanismo que nos permitiera hacerlo directamente desde el maletero y no tener que meternos por dentro. Las formas rectas de las paredes del maletero favorecen el máximo aprovechamiento del espacio. También contamos con una práctica red para sujetar distintos objetos y evitar que se muevan durante la conducción y un falso fondo debajo del piso. El punto negativo lo encontramos en la boca de carga, demasiado estrecha y alta, que dificulta la introducción de bultos de gran peso y tamaño.

Como os he comentado al principio el pro_cee’d GT se podría catalogar como el primer modelo de Kia con un enfoque claramente deportivo. La nueva versión del motor 1.6 T-GDi está equipado con un turbocompresor de doble entrada y reforzado en sus componentes internos para entregar una potencia de 204 CV. Él par motor asciende hasta los 265 Nm.

El propulsor está asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades con las relaciones un poco más cortas que entrega la potencia a las ruedas delanteras. El pro_cee’d GT puede acelerar de 0 a 100 km/h en unos correctos 7,7 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 230 km/h. Homologa un consumo medio de 7,4 litros a los cien kilómetros y unas emisiones de CO2 de 171 gramos por kilómetro, sin embargo os puedo asegurar que ni por asomo fui capaz de acercarme a esa cifra de consumo. En mi caso, conduciendo como lo haría normalmente me fue imposible bajar de los 8,5 l/100 km.

Está claro que un coche de estas características también hay que probarlo con un estilo de conducción más dinámico, y es por esto que me desplacé hasta uno de nuestros circuitos de pruebas habituales para coches deportivos y semi-deportivos: el circuito de Can Padró que, con su peculiar trazado, más propio de una revirada carretera de montaña que de un circuito de velocidad, me serviría para encontrar su límite (o eso pensaba).

El trayecto hasta el circuito me sirvió para encontrarle las primeras virtudes y defectos. Así de primeras me ha decepcionado un poco el motor, al que le cuesta enseñar todo su potencial. A bajo régimen parece que llevemos un modelo con menos caballos. Será hasta casi alcanzadas las 5.000 rpm que no sentiremos los 204 CV empujando con fuerza. Un problema porque no estira más allá de las 6.400 rpm y el rango de giro óptimo se ve limitado. Su funcionamiento es bastante parecido al de un atmosférico, que no digo que no me guste, todo lo contrario, pero al tratarse de un motor turboalimentado se espera que la respuesta en bajas sea un poco más contundente.

Recupera bastante bien a medio régimen. Practicando una conducción normal serán pocas las veces que debamos reducir una marcha por falta de potencia. Si la vía lo permite no bajaremos de quinta velocidad casi nunca.

El desarrollo del chasis se ha llevado a cabo en el mítico circuito de Nürburgring Nordschleife, donde ha marcado el mismo tiempo que el Toyota GT86: 8 minutos y 45 segundos -lejos del 7:58:4 del Seat León Cupra 280-. El tarado de las suspensiones es mucho más duro que en el pro_cee’d estándar, pero sin llegar a ser demasiado extremo. El compromiso entre dinamismo y confort está bien resuelto, con un porcentaje mayor para el primero que para el segundo. Sólo en firmes en mal se hace un poco incómodo debido al constante rebote.

La dirección se ha endurecido un poco para ofrecer un guiado más preciso. No varía el grado de dureza ni tiene desmultiplicación a mayor velocidad pero está reglada de tal manera que se le coge el punto muy rápidamente. El coche gira muy plano, sin apenas balanceos de la carrocería, pero también subvira –“se va de morro”- bastante si la velocidad de entrada en curva es un poco superior a la ideal. Soltando el acelerador o acariciando ligeramente el freno volveremos a la trazada óptima.

Otro punto que no me ha gustado demasiado es el diámetro del aro del volante, igual de grande que el del pro_cee'd normal y algo incómodo al conduccir deportivamente. Su tacto es bueno pero un aro un poco más pequeño hubiese encajado mucho mejor.

Antes de entrar en materia olvidaros de los 8,5 l/100 km de consumo medio que os he contado antes y sumarle unos pocos más… ¡Casi 20 litros de media en conducción deportiva!

La mañana se presentó fría y el asfalto del circuito tampoco estaba en sus mejores condiciones. Algo le pasaba al pavimento porque ya en las primeras curvas se podía notar como el coche no agarraba nada. Sensaciones totalmente contrarias a las que había tenido en carretera abierta. Y os aseguro que no era ni el coche ni los neumáticos porque también estuvimos rodando con un Renault Clio RS y había que tomarse las cosas con mucha cautela.

Curvas abiertas que normalmente se pasan a fondo había que levantar el pie y hasta tocar ligeramente el freno porque el coche se descolocaba con muchísima facilidad. Total, como no iba a poder sacar conclusiones reales me dediqué a disfrutar y a rodar como si de una pista deslizante se tratase.

Lo primero de todo fue quitar el ESP para sentir mejor las reacciones y tener que trabajar con las manos para salvar las múltiples derrapadas. Ya en los primeros virajes me di cuenta que aunque en el cuadro de instrumentos apareciese en naranja “ESP OFF” éste sigue estando presente con una función mucho más retrasada. Entra en acción cuando piensa que la situación es insalvable, y en la mayoría de casos no era así.

El ligero subviraje que se percibe cuando circulas de forma deportiva en una carretera aquí había que multiplicarlo por veinte. Pero no sólo eso, porque la zaga también iba muy suelta y los contravolantes eran constantes. Las ruedas patinaban acelerando en recto al salir de la curva… Conclusiones cero. Bueno sí, el potente bramido que expulsa por el tubo de escape es sencillamente espectacular.

La unidad de pruebas en la que hemos centrado este test se trataba de una edición limitada a las 500 primeras unidades, denominada 1ª Edición. Desconozco si aún está disponible, pero sé que entre 15 y 20 unidades llegaron a los concesionarios Españoles, todo es preguntar.

Esta edición equipaba varios elementos adicionales sobre la versión estándar. Las llantas de aleación de 18 pulgadas con radios en color negro brillante, los retrovisores exteriores negros, los embellecedores interiores con el logo “GT” iluminado en rojo y numeración única –esta era la unidad 274/500-, la iluminación roja en los pies, los asientos delanteros y el volante calefactables y el freno de estacionamiento manual son esos elementos de más que se montan.

Después de una semana y más de un depósito entero de gasolina gastado puedo afirmar que este Kia pro_cee’d GT está muy bien pensado y fabricado. Hacía tiempo que se esperaba que la marca coreana diese ese salto con algún modelo más prestacional y a tenor de lo que he podido comprobar, les ha salido mejor de lo que podía esperar.

Es verdad que posiblemente no estemos ante el mejor GTI del mercado, porque ahora mismo hay productos muy muy buenos que le superan en prestaciones y comportamiento, pero también debo reconocer que me lo he pasado en grande con este coche, y precisamente esa es la intención de la marca: hacer disfrutar a su propietario. Corre, se comporta bastante bien, tiene un interior bien acabado con un ambiente muy deportivo y el habitáculo es lo suficientemente espacioso en cada una de sus plazas. ¿Qué más se puede pedir? ¿Más potencia? Quizás… pero en la mayoría de los casos nos sobrarán la mitad.

El nuevo Kia pro_cee’d GT, tanto en su versión especial como en la convencional, tiene un PVP de 28.650 euros. Espera, que ahí no queda la cosa. Actualmente cuenta con una campaña de descuento de ni más ni menos que 5.328 euros, por lo que su precio final se queda en 23.451 euros (23.939 € con la pintura blanca Deluxe White). ¡Ah! Y con los 7 años de garantía Kia. Un precio bomba que puede hacer mucho daño a la competencia.