Desde que aterrizó en el mercado, hace ya una década, el Qashqai no ha hecho más que consolidar su enorme éxito en el segmento de los SUV compactos. En esta actualización, Nissan ha retocado levemente su aspecto y ha mejorado cuestiones como el equipamiento, el confort o la calidad de acabados para ponerle las cosas difíciles a rivales como Seat Ateca, Ford Kuga, Mazda CX-5 o Kia Sportage, entre muchos otros. El precio de este nuevo acabado superior Tekna+ es de 33.600 euros de serie si bien, teniendo en cuenta descuentos promocionales, la unidad probada se queda en 30.051 euros.
Lavado de cara
En su reciente puesta al día, la marca japonesa no ha optado por realizar cambios profundos a nivel de diseño exterior, sino que se ha centrado en actualizar algunas zonas para lograr un aspecto más moderno. Al fijarnos en el frontal, con un aire algo más agresivo, se aprecia la reformada parrilla, con superficies en color negro brillante y un logotipo de mayores dimensiones. Los faros, que son Full LED en esta versión Tekna+, son más estrechos que antes. En los laterales del frontal llaman la atención los embellecedores horizontales plateados.
También se ha renovado el paragolpes delantero, con una mayor superficie del color de la carrocería. Por su parte, los faros antiniebla son ahora de LED, de forma rectangular, se encuentran en una posición inferior y están visualmente más integrados. La forma del capó también se ha modificado, con las nervaduras en V más marcadas. En la zaga del Qashqai ha variado el diseño de los pilotos así como el paragolpes, que incorpora dos nuevos elementos cromados en la zona inferior.
Las variaciones en las molduras exteriores han provocado que el modelo crezca 1,7 cm de longitud hasta los 4.394 mm (que no afectan al interior) mientras que la anchura y la altura no cambian. Esta unidad equipa de serie unas vistosas llantas de aleación de 19 pulgadas de nuevo diseño además de embellecedores cromados de los retrovisores y la antena opcional de tipo aleta de tiburón en el techo (120 euros). También cuenta con el nuevo color metalizado de carrocería denominado Bronce Chestnut (481 euros).
Más confort interior
El puesto de conducción del actualizado todocamino de Nissan recibe novedades que lo hacen aún más cómodo. Cabe señalar la presencia de nuevos asientos delanteros, con un mullido más confortable y aún más envolventes que en el modelo antecesor. El fabricante nipón ha renovado también el volante, con un aspecto más deportivo y con la parte inferior achatada. Las terminaciones en el interior siguen siendo muy buenas y, si bien han evolucionado poco, lo cierto es que se perciben algunos materiales de mayor calidad que en el anterior Qashqai.
No hay que pasar por alto mejoras como las que recibe el sistema de infoentretenimiento Nissan Connect, cuyos menús a través de la pantalla de siete pulgadas tienen un uso más intuitivo. Al igual que en el modelo anterior, la segunda fila puede alojar a dos adultos de forma cómoda y con un generoso espacio para las rodillas. La plaza central es menos confortable debido a un mullido más firme y al tamaño del túnel central.
Mientras tanto, el maletero se mantiene sin cambios, por lo que conserva su capacidad de 430 litros, cantidad no demasiado ambiciosa si bien puede ampliarse a 1.585 abatiendo la segunda fila de asientos. La dotación de equipamiento de seguridad de serie en este nuevo acabado superior llamado Tekna+ es excelente. Además de seis airbags y control de estabilidad, el vehículo dispone de sistemas como control inteligente de cambio de carril, asistente de luz de carretera, reconocimiento de señales de tráfico o sistema anticolisión frontal con reconocimiento de peatones.
Asimismo, equipa control de ángulo muerto, detección de objetos en movimiento, detector de fatiga y alerta en salida marcha atrás. El equipamiento se complementa con un considerable listado de elementos como volante y pomo del cambio en piel, tapicería de piel Nappa en tono ciruela, control de crucero, asistente de arranque en pendiente, climatizador dual, navegador, cámara de visión 360º, asistente de aparcamiento, sistema de arranque sin llave, freno de mano eléctrico, Radio-CD, seis altavoces, entrada USB, Bluetooth y audio streaming.
Motor refinado y eficiente
La gama mecánica del actualizado Qashqai se mantiene sin cambios, por lo que sigue integrada por dos alternativas de gasolina y otras dos diésel. En el primer grupo se encuentran los motores 1.2 de 115 CV y 1.6 DiG-T de 163 CV mientras que el segundo lo forman el propulsor 1.5 dCi de 110 CV y el 1.6 dCi de 130 CV. Éste último, en su versión manual y de tracción delantera ha sido el escogido para esta prueba. Hay que recordar que esta mecánica también está disponible con cambio automático 4x2 y con manual 4x4.
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El 1.6 dCi de esta unidad se distingue por su refinada conducta, pues se caracteriza por un funcionamiento suave que contribuye a reforzar el placer de conducción propio del vehículo. Tiene una respuesta correcta a bajas revoluciones, que podría ser algo más impetuosa, pero cuando realmente saca lo mejor de sí mismo es a medida que va subiendo de vueltas. Es en este proceso en el que demuestra su comportamiento enérgico y su capacidad para mover el coche con una considerable soltura.
Asociada al motor se encuentra una caja de cambios manual de seis velocidades, que se distingue por un escalonado de marchas muy equilibrado, con una sexta velocidad de desarrollo más bien largo para fomentar el ahorro de combustible. En materia de prestaciones, este motor lleva al Qashqai a acelerar de 0 a 100 km/h en 9,9 segundos y a alcanzar una velocidad máxima de 190 km/h.
Este buen rendimiento va acompañado de un destacable nivel de eficiencia, pues registra unas emisiones de 116 g/km de CO2 y un consumo medio homologado de 4,4 l/100 km. Esta ambiciosa cifra fue algo superior tras la prueba pero los 5,6 litros obtenidos una vez finalizada suponen el reconocimiento de que el consumo ajustado es una de las prioridades de los ingenieros de la firma japonesa.
Mejoras dinámicas
Si bien a nivel de motor y transmisión el Qashqai se ha mantenido intacto, a nivel de suspensión y de dirección sí que se han producido algunas modificaciones. Comenzando por las primeras, hay que tener en cuenta que se ha rebajado la firmeza tanto de los muelles como de los amortiguadores con el objetivo de lograr una dinámica aún más cómoda que antes. Lo cierto es que, aunque se trata de una evolución muy sutil, sí que se percibe un comportamiento más suave y confortable si se compara con el modelo anterior, sobre todo al rodar por carreteras bacheadas o pistas de tierra.
Por otro lado, para lograr una mayor estabilidad, se ha aprovechado esta puesta al día para instalar unas barras estabilizadoras algo más gruesas que antes. A pesar de ello, el volumen y el peso del vehículo (una tonelada y media) hacen que se perciban ciertas oscilaciones de la carrocería si se anima el ritmo por sucesiones de curvas. En cualquier caso, al practicar una conducción tranquila la comodidad es realmente elevada.
Mientras tanto, la dirección ha visto modificada su gestión electrónica con una tecnología denominada control activo de recuperación, que mejora el retorno del volante a su posición natural al mismo tiempo que aporta un tacto más preciso en curvas. No hay que pasar por alto una novedad encargada de disminuir las vibraciones al volante, como es el caso del nuevo amortiguador dinámico del volante. También con el objetivo de potenciar el confort de los ocupantes reduciendo la sonoridad interior se han instalado materiales más aislantes y cristales traseros de mayor grosor.
Conclusión
En definitiva, el renovado Qashqai ha dado un paso al frente en diversos aspectos para ganar competitividad e intentar mantener su liderazgo en ventas frente a su cada vez más amplio abanico de rivales en su categoría. Además de actualizar su estética, más poderosa que antes, avanza tanto en calidad de acabados como en equipamiento tecnológico. Las mejoras llegan también al ámbito dinámico con el objetivo de lograr un comportamiento más cómodo y eficaz a la vez.