Pequeño por fuera y grande por dentro
Opel sorprendió en 2002 cuando presentó el Meriva, un monovolumen derivado de su utilitario de pequeño tamaño, el Corsa. Este segmento entonces todavía por explotar cuenta hoy con un nutrido número de modelos, sin embargo, el Meriva sigue siendo un referente.
Con su segunda generación crece ostensiblemente en tamaño puesto que el Corsa también lo ha hecho. Todo ello se debe a que la gama Opel ha crecido por la parte de abajo con la llegada del Adam, más pequeño que un Corsa.
Probamos el motor 1.6 CDTI de 110 CV, una mecánica que nos ha gustado tanto por su buena entrega como por sus ajustados niveles de consumo. En lo que a habitabilidad se refiere sus mayores cotas lo hacen más espacioso.
Ábrete sésamo
Una de las características más destacadas del nuevo Meriva es el diseño de sus puertas traseras, una solución conocida como puertas de apertura tipo suicida. Actualmente son pocos los automóviles que han optado por este diseño dado a que ofrece sus ventajas y sus desventajas.
Para lograr un habitáculo lo más amplio posible el Opel Meriva cuenta con unos voladizos delantero y trasero lo más cortos posibles con los ejes lo más separados posibles. La batalla de 2,64 metros es muy larga si tenemos en cuenta que la longitud del vehículo es de sólo 4,3 metros.
A nivel estético, mientras que el Meriva es bastante atractivo tanto desde delante como desde detrás, el lateral de la carrocería es quizás la zona menos agraciada del conjunto. Presenta una línea de tipo zig zag a la altura de las ventanillas que parece algo improvisada, como si hubiese sido añadida a posteriori una vez el coche ya había sido diseñado.
Aunque el ángulo de apertura sea el mismo que en una puerta convencional, éstas se abren en sentido opuesto. Esto complica las cosas a la hora de entrar y salir en lugares con poco espacio para abrir la puerta. Otro problema lo encontramos a la hora de sentar y colocar a un niño en su sillita de retención. Mientras que en una puerta de apertura convencional quedas a la altura del respaldo, muy cerca del niño, con las puertas suicidas necesitas abrir al máximo la puerta para poder llegar al cinturón.
No obstante, en una plaza de garaje amplia o en la calle aparcando contra la acera, allí donde podamos abrir sus puertas traseras de par en par disfrutamos de un acceso de lo más cómodo. El Ford B-Max ofrece una solución todavía más práctica dado que no presenta pilar central entre puerta delanteras y traseras, además de que éstas últimas son correderas.
Las plazas traseras son el gran protagonista de este modelo, no en vano, ofrecen un alto nivel de confort. Tanto el destacable espacio para las piernas de sus ocupantes como una plaza central aprovechable gracias a su respaldo bastante plano la convierten en una de las mejores de su segmento. Además, sus dos mitades asimétricas disponen de regulación longitudinal de forma independiente.
La primera fila ofrece una gran sensación de espacio con un salpicadero que se encuentra lo suficientemente alejado. Se echa en falta una base del asiento delantero con algo más de longitud que recoja mejor las piernas.
La consola central presenta un diseño un pelín demasiado anticuado, hoy en día estamos ya acostumbrados a ver en pantallas táctiles incluso en utilitarios de pequeño tamaño como el Renault Twingo. Emparejar el teléfono móvil o bien para gestionar el navegador requiere pasar por varios menú que no son todo lo intuitivos que uno esperaría.
Entre los asientos delanteros cuenta con un sistema de raíles sobre el cual hay un hueco con tapa que integra el apoyabrazos, una bandeja en un nivel inferior y algún que otro hueco más un poco por debajo. Todo ello hace que puedas vaciar tus bolsillos en ellos para así tener a mano cartera, mando del garaje, telepeaje...
A la hora de conectar nuestro Smartphone a la toma USB para cargar o bien para conectar una memoria flash con música lo tendremos algo complicado. Este conjunto de elementos porta-objetos que se integran entre los asientos delanteros hacen que sea harto difícil llegar a esa toma USB.
El maletero es muy práctico, con un sistema de doble fondo en el que la posición más alta del piso queda enrasada con la boca de carga. En configuración de 5 plazas el volumen que ofrece es más que respetable con 400 litros. Los acabados del maletero son buenos y destaca por ofrecer de serie un siempre práctico gancho portabolsas y una buena iluminación. Estos son aquellos pequeños detalles que luego a la postre te facilitan la vida en el día a día.
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Si abatimos la segunda fila pasamos a disfrutar de unos generosos 1.500 litros, el espacio resultante es completamente plano gracias a unas protecciones que integra en la parte posterior de los respaldos de la banqueta trasera. Además, el Meriva ofrece la posibilidad de abatir el respaldo trasero en tres mitades de tipo 40/20/40.
Buenas sensaciones al volante
Para nuestra prueba tuvimos a nuestra disposición una unidad con el motor 1.6 CDTI con el acabado SS Excellence. Estamos hablando de la segunda versión diésel más potente de la gama con 110 CV de potencia máxima, cifra que entrega a 4.000 rpm.
Esta mecánica de 4 cilindros en línea sobrealimentada por un turbocompresor con una cilindrada de 1.598 c.c. brilla por su gran entrega en la zona baja del cuenta-vueltas. De forma continuada entre las 1.750 rpm y las 2.000 eroga nada menos que 300 Nm. Esto hace que podamos circular la mayor parte del tiempo con marchas largas en esta zona disfrutando de una buena reserva de par y de unos consumos ajustados.
La caja de cambios manual de 6 relaciones permite aprovechar al máximo todo el potencial de este motor diésel. El tacto de la palanca es bastante deportivo y ofrece sensación de calidad por el buen guiado dentro de la "H".
En lo que a consumos se refiere logramos una cifra más que destacable de 5,3 l/100 km, bastante cerca de los 4,4 l/100 km que anuncia el fabricante. La verdad es que por lo que llega a empujar el motor parece mentira que gaste tan poco. La clave de todo ello es que incluso con marchas largas si aceleras siempre sale y con alegría.
Con el asfalto algo húmedo o bien con las marchas más cortas los 300 Nm de par ponen en compromiso al tren delantero. No obstante, el control de estabilidad y el control de tracción ayudan a gestionar la caballería disponible sin sobresaltos.
La dirección es bastante comunicativa, lástima de la posición del volante, demasiado inclinada casi como en un vehículo comercial. Por otro lado, el equipo de frenos es más que sufciente para los 1.518 kilos que pesa.
En lo que a comportamiento dinámico se refiere el Meriva merece una buena nota. Las cotas de su chasis son las óptimas para lograr la máxima estabilidad, no en vano, mide casi 2 metros de ancho y su distancia entre ejes de 2,64 metros es más que generosa. El equipo de suspensiones filtra muy bien las irregularidades del asfalto pero a la vez se muestra firme a la hora de trazar curvas a buen ritmo.
Sorprende lo plano que llega a girar en las curvas, apenas balancea. El tacto general del Meriva es bastante parecido al de un Corsa. Sólo cuando vas cargado a tope podrías llegar a notar que falta algo de potencia pero aún así en esta situación el 1.6 CDTI responde por encima de lo que uno espera.
En resumidas cuentas
Tanto en los desplazamientos cuotidianos de ciudad como en trayectos largos de autovía y carretera secundaria ofrece un brillante nivel de confort a sus ocupantes. Además con 4,3 metros de largo es un coche muy fácil de aparcar. Un buen compromiso entre dimensiones contenidas en el exterior y un amplio habitáculo dentro hacen que sea un coche ideal para cumplir con las necesidades de incluso una familia de 4 miembros.
La gran ventaja del Meriva es que con un coche de un tamaño casi de utilitario disfrutas de un amplio y confortable habitáculo casi a la altura de lo que podrías encontrar en un monovolumen compacto.
El precio base del modelo 1.6 CDTI con acabado Excellence es de 21.265 euros, esta unidad incorporaba varios extra como la pintura metalizada (443 euros), el paquete exterior que incluye techo solar panorámico y llantas de 17" (885 euros) y el paquete visibilidad con faros automáticos, sensor de lluvia y retrovisor interior fotosensible (298 euros). Actualmente sobre este modelo Opel ofrece un descuento de 1.575 euros lo que deja el precio final con todo este equipamiento en 21.316 euros.
tengo una meriva con 280000 km conprare otro