Racing en cuerpo y alma
Eran las once de la mañana cuando nos entregaban este depredador del asfalto, la verdad es que una vez lo tuve de cerca me sorprendió su pinta de coche carreras-cliente. Los colegas de la profesión ya me habían avisado con lo que me iba a encontrar, así me comentaban que me iba a sorprender de grata manera su imagen puramente "racing" y en verdad que estaban en lo cierto. Capó de carbono (7,5 kilos menos que uno convencional), ventanas y luneta trasera de policarbonato en lugar de cristales, así como un sugerente calzado de carreras para uso diario como son los "slicks" opcionales Toyo Proxes R888 de 225/40 ZR18 - de serie monta las efectivas Michelin Pilot Sport 2 en medida 235/40 R18 - son los elementos más visibles de este portento del asfalto. Dichas "gomas" se encuentran enfundadas en unas atractivas llantas rojas de diseño radial. La guinda al pastel la pone la serigrafía que recorre toda su escultura. Aunque cabe dejar claro que los detalles racing se encuentran homologados para circular por la calle no para competición.
Un vehículo tan especial como éste con un claro enfoque "racing" deja en buen lugar el apartado de la habitabilidad, pues al tratarse de un dos plazas debido al acomodo de una "jaula de seguridad" de cuatro puntos de apoyo, a modo de barras antivuelco en lugar de asientos facilita un incremento considerable del espacio de carga. Incluso se ha previsto - con buena lógica - una red para delimitar el espacio de carga, todo un elemento de enorme utilidad para evitar que el equipaje posicionado en dicho espacio vaya desplazándose continuamente. La postura de conducción es de libro para aquellos que decidan una conducción más racing, pues no sólo disponemos de una palanca del cambio lo bastante corta parta insertar los cambios con mayor precisión sino que se ubica en una mejor postura para llegar con nuestro brazo desde el asiento. El pedalier queda también a la postura correcta para los pies, además de mostrar la distancia correcta entre los pedales para poder realizar maniobra que eviten caer de vueltas el motor como un punta-tacón. Culmina esta labor de precisión unos asientos tipo backet con seis puntos de sujeción firmados por Sabelt, que si en ciudad son un verdadero suplicio, fuera de ella no hay quien te mueva del asiento por mucho que lo intentes.
Bárbaro es también su motor tetracilíndrico de 2.0 litros que con la ayuda del turbo logra extraer nada menos que 230 caballos. No sólo encandila por su escape que emite toda una sinfonía metálica difícil de explicar sino también porque al volante es otro elemento más aparte de la cabina, antes comentada en el apartado de la habitabilidad, que te hace sentir como piloto. El poder con el que empuja desde abajo es tal que te hace pegarte al asiento como una lapa, ni siquiera rehúye de moverse en regímenes altos, por lo que disfrutamos de lo lindo a la hora de hacer nuestro habitual recorrido en tramos de montaña. Como ya hemos señalado su sonido te embauca tanto que te invita continuamente a apurar cada una de las velocidades hasta movernos en la línea que delimita el corte de inyección, incluso a probar su capacidad parea realizar salidas rápidas como si de una competición que se tratara. Sin lugar a dudas es una mecánica que apasiona desde el primer momento de su manejo. Claro que tanta energía y la obediencia con la que la entrega a borbotones la potencia tiene su contrapartida en el consumo que se puede disparar has los 18 litros si practicamos una conducción deportiva. Incluso tampoco ayuda a la hora de moverse por ciudad pues aproximarnos a los 13 litros de media no es ninguna locura. Estos dos factores hacen palidecer la nota media final hasta desplazarnos a los 11,7 litros.
Una de los elementos que más y mejor contribuyen al comportamiento de este deportivo es la cura de adelgazamiento en 123 kilos, que se hace patente a la hora de abordar horquillas, curvas cerradas y en pendiente, propias de las carreteras de montaña. De ese más de centenar de lastre, 39 kilos provienen de prescindir de todos los airbags - salvo el del conductor - y de los asientos traseros. La inclusión de los asientos tipo backet, así como los cinturones con arnés de seis puntos de anclaje y los guarnecidos inferiores de aluminio rebajan en otros 25 kilos esa cantidad. Mientras que el empleo de fibra de carbono en el capó logra rebajar 7,5 kilos y la utilización de policarbonato en lugar de los tradicionales cristales rebajan en otros 5,7 kilos su peso. El resto de kilos cifrado en 45,8 provienen de eliminar los lavafaros, así como el climatizador - solo opcional al igual que el sistema de escape de titanio -. Para colmo también puede ofrecer unos simislicks rayados Toyo 888 de lo más racing - como hemos citado en el apartado correspondiente a diseño -, cuyo blando compuesto se agarra como una lapa al asfalto, lo que permite incrementar en mayor medida la estabilidad del vehículo. Elemento vital del vehículo - ya que es el único que está en contacto con el suelo - que se suma a una suspensión más rígida tanto en extensión como en compresión, ya que se ha tenido que adaptar a las mayores cualidades prestacionales que el resto de sus hermanos. El Megáne resulta ser tan incisivo y preciso en su conducción que nos sentimos parte del mismo y cuando más le "apretamos las clavijas" más nos provoca para que tratemos de llegar al límite de adherencia. El tren delantero muestra tal agilidad para inscribirse en las curvas, incluidas las de radio de giro más reducido fruto de una dirección, que nada tiene que ver con la eléctrica del resto de sus hermanos. Basta comentar de dicha dirección, que lejos de tener que hacer ligeras correcciones de volante se comporta de tiralíneas ayudado por un autoblocante tarado al 35 por ciento, que se comporta a las mil maravillas. Todo ello convierten al R26R en una auténtica máquina de precisión donde los cambios de apoyo los realiza en un abrir y cerrar de ojos ayudado por un motor que en todo momento se muestra vigoroso. La posibilidad de desconectar por completo un control de estabilidad (ESP) nada entrometido permite calificar a este producto de sublime en su comportamiento, ya que nos permite aprovechar de su afinada puesta a punto como para que "no pare la fiesta".
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El ritmo frenético y endiablado que transcurre en su habitáculo es contenido por un equipo de frenos a la altura de las circunstancias, pues confía en un equipo de frenos ventilados. Firmados por Brembo cuenta con discos acanalados de 312 mm delante y 310 mm detrás, que se muestran tan potentes como resistentes a la fatiga. Su tacto en todo momento es fantástico, ya que son bastante dosificables y cuentan con mordiente en todo momento. Por lo demás, el equipo de seguridad se cierne en una jaula de seguridad de cuatro puntos de anclaje homologada para calle - no para competición -, los cinturones de seis puntos de anclaje y el airbag del conductor.
Tras disfrutar de lo lindo con el R26R he de reconocer que me ha embaucado en todo momento este compacto con pinta de Grupo N adaptado a la calle para ser conducido a diario. Todo un auténtico carreras-cliente tan manejable y divertido de conducir, que te permite inscribirte en cualquier trofeo racing de turismos como el TRT organizado por el RACE o abordar un rallysprint para después aparcar por un momento tanta energía y relajarte yendo a la piscina en estos calurosos días de verano con total tranquilidad. Progresivo y hasta cierto punto fácil de conducir, pero extremo y contundente cuando se le exige sobre manera, todavía sigo atónito tras recordar lo que tuve entre manos.
un colega mío lo tiene y es una máquina