Genética de alto rendimiento
Su atractivo estético es innegable y su personalidad "racing", ya implícita en los genes del Coupé, resaltan todavía mucho más gracias a los elementos específicos del RS. Lo más destacado exteriormente son sus espectaculares llantas oscuras de 18 pulgadas (de 19 en opción y de serie en el Cup con pinzas de freno en color rojo) aunque no se queda tampoco atrás el escape con salida trapezoidal ubicado en posición central. Igualmente, destaca su alerón trasero, y su parachoques frontal con una sección central pintada en negro mate, al igual que las carcasas de los retrovisores. Este elemento le confiere una notable agresividad a su morro, independientemente del color exterior elegido para su carrocería (Amarillo Sport, Gris Casiopea, Blanco Glaciar, Negro Nacarado o Rojo Vivo). En cuanto a las medidas, los nuevos parachoques y los pasos de rueda ensanchados así como el resto de modificaciones del RS comportan que sus medidas sean 4,30 m de largo por 1,85 de ancho y 1,43 de alto, es decir 4 cm más ancho y 3,6 más bajo que un Mégane estándar.
Dado que sólo se ha desarrollado el RS sobre la carrocería del Coupé, algo lógico teniendo en cuenta que las diferencias entre el tres puertas y el cinco puertas son tantas que se trata casi de dos modelos diferentes con entidad propia, no se puede decir que sea el rey de la funcionalidad precisamente. Y es que su forzada arquitectura le limita en algunos aspectos. Así, por ejemplo, su pronunciada curvatura descendiente de la línea de techo hace que las plazas traseras sean muy justas en altura, mientras que su luneta posterior de reducidas dimensiones comporta que su visibilidad trasera sea limitada. De cualquier forma, son "sacrificios" de funcionalidad y confort que el propietario de este tipo de vehículos conoce, asume y está dispuesto a hacer a cambio de las "recompensas" mecánicas y dinámicas. Por lo que se refiere a los detalles exclusivos del RS en el interior, son numerosos, destacando los asientos deportivos con el logotipo bordado en el reposacabezas y que pueden ir tapizados en dos colores, el pedalier de aluminio, el volante deportivo (que incluye la típica costura en el centro para indicar cuando está centrado), los relojes de la instrumentación con fondo de color, con el velocímetro analógico en lugar de digital del Mégane "normal", o el indicador de cambio de marcha. En cuanto al Cup, equipa de serie unos asientos tipo bacquet firmados por Recaro de excepcional agarre lateral, aunque algo incómodos para entrar y salir.
El corazón que anima a esta hipervitaminada versión del Mégane es un dos litros turboalimentado que desarrolla 250 CV de potencia con 340 Nm de par máximo. Está asociado como única opción de transmisión a un cambio manual de seis velocidades. Sus prestaciones son ciertamente brutales: 250 km/h de velocidad máxima con una aceleración de 6,1 segundos de cero a cien; algunas décimas más rápido que varios de sus rivales que le superan incluso en potencia. Con ello se pone de manifiesto de nuevo el buen hacer de sus responsables de desarrollo, que han logrado además un consumo medio homologado de 8,4 litros a los 100 km/h, de nuevo unas décimas por debajo del de algunos de sus rivales directos. El RS equipa un dispositivo sonoro que avisa al conductor para que cambie de marcha justo antes del corte de la inyección, que se produce a las 6.500 revoluciones. Pese a que sube de vueltas con rabia superada la zona media, su potencia no es todo lo explosiva que cabría esperar de una mecánica turbo de 250 CV, lo cual no quiere decir que su potencial mecánico no sea elevadísimo. Para lograrlo, los ingenieros franceses argumentan que se han empleado hasta un 25% de componentes nuevos en el motor "base", reforzando especialmente algunas piezas e incorporando otras especiales (turbo, intercooler, sistema de admisión...). Opcionalmente puede equiparse con un curioso dispositivo denominado RS Monitor que proporciona información y datos interesantes sobre el motor y la telemetría del vehículo.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
En el RS enseguida se experimenta que no es sólo el motor lo que hace que sea rápido sino también un chasis excepcional y una fantástica dirección. Ésta última es precisa y muy eficaz por la rapidez de sus reacciones y la precisión en la ejecución de los movimientos; igualmente ofrece un tacto adecuado en cada momento y proporciona información muy válida para el conductor sobre el estado del firme. En cuanto al chasis, el Cup es del orden de un 30-35% más rígido en lo que a muelles y dureza de suspensiones se refiere, con unas barras estabilizadoras más gruesas. Esto hace que la versión Cup sea bastante más seca de reacciones, factor que se acentúa por sus llantas de 19". Por ello, la variante más deportiva ciertamente ofrece un comportamiento más ágil y dinámico en circuito, pero por el contrario resulta incómodo en circulación abierta por carreteras bacheadas. La conducción de la otra variante es algo menos exigente y se percibe menos esa brusquedad, aunque hay que apuntar que ninguna de las dos requiere una destreza especial para su manejo. Gracias a las ayudas a la conducción, rodar rápido es hasta sencillo puesto que el Renault Sport Dynamic Managenent (el sistema de control de estabilidad) ofrece tres posiciones que se ajustan al estilo de pilotaje y al ímpetu de cada usuario en cada momento.
El equipo de frenos, con discos ventilados delante de 340 mm y discos macizos de 290 mm detrás, cumple su cometido de forma ejemplar. Incluso la prueba de fuego que supone rodar en circuito (Coches.net tuvo la ocasión de evolucionar con el RS en el Circuito de Ascari) fue superada con creces por el RS. Por lo que se refiere al resto de elementos de seguridad, cuenta con la habitual dotación de dispositivos electrónicos de asistencia a la conducción de un vehículo de sus características. Además, tratándose de Renault -abanderado de la seguridad desde hace décadas- ha sido un elemento ciertamente cuidado, como lo demuestra el largo listado de sistemas propuestos, de serie o en opción: testigos visuales de cinturones abrochados en las cinco plazas, Sistema de Control de la Presión de los Neumáticos, faros direccionales bi-xenón con orientación de las luces de cruce en las curvas, encendido automático de los faros, activación automática de los limpia, limitador-regulador de velocidad, ESP con función de control de subvirado, Sistema de Asistencia al Frenado de Emergencia, etc.
La ventaja que ofrecen los compactos deportivos de altas prestaciones hoy en día es que por un precio más que razonable se puede disfrutar de un potencial mecánico que hace unos años estaba reservado solamente a grandes deportivos con carísimos costes de adquisición y mantenimiento. Además, ofrecen no sólo un grado de polivalencia muy aceptable (espacio pasajeros y carga, etc.) sino que cuentan con un confort excelente también para el día a día que los convierte en vehículos razonables por consumo y nada excluyentes por su exigencia de conducción, y sin olvidar que ofrecen unos niveles de seguridad de primera categoría. También es destacable señalar en este caso que el RS se fabrica en la planta que la marca francesa tiene en España (Palencia) y es la primera vez que la firma gala opta por ensamblar en nuestro país un deportivo de semejantes prestaciones y técnicamente tan específico como el RS.
Pos tudime le coche tienes porke perro ladror poko mordedor