192 CV de nervio... o confort
El Seat Ibiza es sin lugar a dudas uno de los modelos más populares entre los jóvenes conductores de nuestro país. Jóvenes y no tan jóvenes ya. En general el utilitario de la marca española es un coche que prácticamente siempre aparece entre las opciones que baraja un comprador que busque este tipo de vehículos del segmento B.
Seat se ha ganado esa confianza produciendo un coche correcto en cuanto a calidad, con una habitabilidad franca pese a sus pequeñas cotas, una gama motora con varios grados de potencia, carrocería de tres o cinco puertas y familiar ST… pero sobretodo, si hay algo que yo valoro especialmente del Ibiza, es su dinámica de conducción. A mi parecer de las mejores de este segmento, junto con la del Ford Fiesta.
Y precisamente de esto último tiene mucho la versión que he tenido el placer de conducir durante esta semana. Hablo del Seat Ibiza Cupra, el máximo exponente dentro de la gama Ibiza, un auténtico lobo con piel de cordero.
Tras la escueta actualización que recibió el Ibiza hace apenas un año y que añadía poco más que una nueva pantalla multimedia, nuevos acabados para el interior y una puesta al día mecánica, el Ibiza Cupra se empapa de esas mejoras en el habitáculo y añade un motor de mayor cilindrada, más potente, con más par... y ¡con cambio manual! Además, también ofrece novedades en la suspensión para que el conductor pueda modificar el temperamento del vehículo. Suena bien, ¿no?
Sigue siendo el mismo
En la introducción ya os he comentado prácticamente todas las “novedades” visuales y de equipamiento que podemos encontrar en el nuevo Cupra. A la pantalla multimedia, que de serie es de 5 pulgadas y ahora en opción se puede instalar una de 6,5 pulgadas que complementa al sistema Media System Plus, se le añade un nuevo juego de llantas de 17 pulgadas de serie (plateadas, aunque en opción se pueden pedir negras), un nuevo tapizado bicolor para los asientos deportivos, que nuevamente en opción podrán ser de cuero, y la verdad es que poco más.
A simple vista es difícil diferenciarlo de un Ibiza Cupra de 2014, por ejemplo. La versión más rácing del utilitario mantiene el kit de carrocería específico que le añade un toque más deportivo. El aumento de tamaño de la calandra y la toma de aire inferior tipo panal de abeja, las entradas de aire laterales del frontal ligeramente sobredimensionadas y un paragolpes trasero mucho más agresivo, gracias al difusor negro inferior de gran tamaño y a la salida de escape central en formato trapezoidal, le aportan esos acentos "sport" que mencionaba.
Las carcasas de los retrovisores en negro forman parte del equipamiento de serie del Cupra. Sin embargo, las pinzas de color rojo que montaba la unidad de pruebas se facturan aparte por 177 euros. En la parte final del artículo os hablo más detenidamente del equipamiento.
En el interior se percibe un coche bastante agradable, sencillo en su diseño y en el nivel de los acabados, pero aporta una sensación agradable y más que correcta en general. Es cierto que abusa de algunos plásticos duros mejorables, por ejemplo los de las puertas, pero en el segmento de los coches utilitarios es lo habitual. Por el contrario, el tacto de la goma utilizada para el salpicadero resulta convincente.
En lo referente a la habitabilidad no presenta cambios. Los asientos de corte deportivo me han gustado mucho. Creo que presentan una excelente relación entre confort y sujeción lateral que, por lo general, agradará a todos los públicos. Son muy cómodos y a la vez sujetan a la perfección el cuero ante una conducción deportiva. Nada que objetar.
Las plazas traseras no destacan especialmente por su increíble espacio, pero en cualquier caso podrán viajar mínimamente bien dos adultos de estatura media. El espacio para las rodillas es un poco justo pero la altura al techo no está nada mal. El Ibiza está homologado para cinco ocupantes, así que la plaza central, sobre el papel, es utilizable. Sin embargo resulta realmente incómoda y poco habitable. La banqueta está un poco más elevada y la altura hasta el techo se reduce bastante. Además, no se ha resuelto bien el hueco para situar los pies. De esta forma, como opinión personal, la justificaría únicamente para un caso esporádico o de emergencia. También hay que destacar que al ofrecer tres puertas el acceso a las plazas traseras no es demasiado confortable.
Por último, me queda hablar del maletero. Con 292 litros de capacidad, el espacio de carga del Ibiza Cupra es el mismo que en cualquier otra versión del utilitario español. No parece una cifra demasiado generosa pero echando un vistazo a los modelos de la competencia podemos ver como se sitúa en la línea general que marcan los pequeños utilitarios deportivos del segmento: Ford Fiesta ST (290 litros), Volkswagen Polo GTI (204 litros), Renault Clio RS (300 litros), Alfa MiTo QV (270 litros), Opel Corsa OPC (285 litros), Peugeot 208 GTI (285 litros) y DS3 Performance (285 litros), entre otros.
Un motor aún más interesante
La gran novedad del nuevo Ibiza Cupra reside bajo el capó. Seat ha decidido añadir más madera al propulsor y para ello, en vez de apretar aún más el turbo del pequeño 1.4 TSI de 180 CV, lo que ha hecho la marca ha sido “jubilarlo” y en su lugar situar un bloque de 1.8 litros de cilindrada, también turboalimentado, de 192 CV (como el del Polo GTI).
¿Qué gana el Cupra con este cambio? Además del incremento de potencia en 12 CV y un turbocompresor un poco más desahogado, la gran mejora se aplica en el par motor. De los 250 Nm que ofrecía el 1.4 TSI pasamos a una cifra de 320 Nm. Además, al disponer de mayor cilindrada también se ha trabajado para que todo ese par estuviera presente desde más abajo y en un mayor rango de potencia (de 1.450 a 4.200 rpm).
Con la nueva mecánica las prestaciones del Cupra también se han visto afectadas (en positivo). Ahora el Cupra acelera de 0 a 100 km/h en apenas 6,7 segundos y podría alcanzar los 235 km/h de velocidad punta, que obviamente no he podido comprobar.
La marca española expone en la ficha técnica que este motor es un poquito más eficiente que la versión anterior. En este caso el consumo de combustible se sitúa en una media homologada de 6,2 l/100 km con unas emisiones de CO2 de 145 g/km. Durante la prueba el consumo combinado que reflejaba el ordenador de a bordo se situaba en 7,5 l/100 km clavados, aunque si decidimos afrontar un puerto de montaña a buen ritmo no será nada descabellado ver medias superiores a los 15 l/100 km.
Otra novedad es la inclusión de una nueva caja de cambios, en este caso manual. El aumento del par motor ha obligado a los ingenieros de Seat a prescindir de la transmisión de doble embrague anterior en pro de una de accionamiento manual de seis relaciones capaz de gestionar esos 320 Nm de par. Y yo que me alegro, de veras. Siempre he defendido el cambio manual en los pequeños GTI por su mayor diversión y sensación de pilotaje. La verdad que en este aspecto hay diversidad en el segmento ya que algunos rivales apuestan por el cambio automático, como el Renault Clio RS o el Volkswagen Polo GTI, y otros sin embargo por el manual como el Peugeot 208 GTI o el Ford Fiesta ST. Para gustos colores.
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Ahora sí: un utilitario deportivo de verdad
Las mejoras mecánicas no se quedan solamente con la actualización mecánica. No. El nuevo modelo añade la suspensión variable pilotada al selector de modos de conducción Seat Drive Profile. Al activar el modo de conducción más deportivo, el Cupra, la suspensión se endurece para garantizar las mejores prestaciones dinámicas al volante.
El anterior Cupra pecaba de un exceso de rigidez en los amortiguadores provocando una sensación de dureza excesiva cuando no se quería conducir de forma enérgica. Además, los baches, resaltes en la calzada o firmes en mal estado provocaban bastante fatiga al cabo de un rato al volante. Ahora podemos ajustar a voluntad la dureza de la suspensión.
De esta forma el Ibiza Cupra gana en confort de marcha sobre todo en ciudad y en autopista, donde no es necesario que el coche se mantenga firme y tan aplomado al asfalto. Podemos ir tranquilamente a hacer la compra, los desplazamientos al trabajo serán más confortables y evitaremos las quejas de la pareja sentada en el asiento del acompañante cada vez que pasemos un badén (sí, lo sufrí cuando conduje el modelo anterior).
Pero claro, un Cupra es un Cupra… y quien se compra un Cupra sabe lo que quiere. No hay problema. Apretando el "botón mágico" de la suspensión se percibe súper deportivo. Duro, estable y preparado para aguantar hasta la conducción más extrema en circuito. En esta ocasión no he rodado en pista, pero sí que he aprovechado el fin de semana para realizar a ritmo alegre algunas de mis carreteras de montaña favoritas. Y el Ibiza Cupra no defrauda en absoluto.
Esta “pelotilla” sobrealimentada es uno de los coches más divertidos, efectivos y rápidos que puede encontrarse en este segmento B. Sigo pensando que el Ford Fiesta ST es la referencia, va un poco más allá gracias a la infernal puesta a punto de su chasis, pero ahora el Cupra le sigue muy pero que muy de cerca.
Es un coche rapidísimo en cualquier tipo de vía pero destaca soberanamente en los puertos de montaña. En este ámbito transmite muchísima seguridad, no hace extraños y sigue las instrucciones del volante al milímetro. La puesta a punto del chasis tiene mucho que ver, aunque también entra en escena el sistema XDS, que frena la rueda interior delantera para traspasar todo el par posible a la rueda exterior con más apoyo y tracción. Es un sistema muy efectivo, pero presenta un pequeño problema: la fatiga. Al estar continuamente pinzando, los frenos tienden a recalentarse más de la cuenta si mantenemos un ritmo elevado durante varios kilómetros con la consiguiente pérdida de mordiente.
El motor es una bomba de relojería. Se puede circular perfectamente sin pasar de las 1.600 rpm con muchísimas garantías, discretamente, sin hacer ruido y, por qué no, ahorrando gasolina. Pero lo mejor de todo es saber que ahí delante nos aguardan 192 CV esperando la orden para dar lo mejor de sí. Basta con hundir hasta el fondo el acelerador para salir catapultados en prácticamente cualquier rango de revoluciones, acompañados por un agradable ronroneo de tintes deportivos que nos ofrece la doble salida de escape central.
El aumento de cilindrada y par motor hace que ahora el Ibiza Cupra salga mucho mejor a bajas vueltas y permite no tener que recurrir al cambio tan frecuentemente. Por cierto, la palanca de cambios ofrece recorridos precisos y se pueden engranar marchas de forma rápida sin apenas errores. Ahora el motor se percibe más lleno, dando lo mejor de sí en la zona media del cuentarrevoluciones, aunque si desconectamos el control de tracción y salimos fuertes de una curva en marchas cortas se aprecian importantes pérdidas de tracción.
En resumidas cuentas: el nuevo Ibiza Cupra añade más contundencia al conjunto. Es más rápido que su antecesor, mejora también en el paso por curva y ahora nos permite configurar la suspensión a nuestro agrado dependiendo de lo que queramos hacer con el coche. ¡Ah! Y con el cambio manual es aún más divertido…
Precio y equipamiento
El acabado Cupra está posicionado como el más completo de la gama Ibiza, y no sólo por potencia, recordemos que es el Ibiza más potente que jamás se ha fabricado en serie, sino que también lo es en lo referente al equipamiento.
Como equipamiento de serie ofrece: llantas de 17 pulgadas, faros antiniebla con función de curva, faros bi-xenón con luz diurna tipo Led y lavafaros, frenos de disco traseros, conectividad Bluetooth, asientos deportivos de tela, 6 altavoces, climatizador, cristales tintados, regulador de velocidad electrónico, elevalunas eléctricos, retrovisores exteriores eléctricos y calefactables, volante deportivo, suspensión adaptativa Drive Select o los sensores de luz y lluvia, entre muchos otros.
Además, la unidad de pruebas que veis en las fotografías añadía como equipamiento opcional lo siguiente: color Gris Dynamic para la carrocería (426 €), sensores de aparcamiento delanteros y traseros (364 €), pinzas de freno rojas (177 €), Pack Invierno con asientos calefactados (364 €), Pack SC con Easy Entry, ajuste en altura del asiento del pasajero y reposacabezas central trasero (125 €), Media System Plus con pantalla táctil de 6,5” (208 €), Pack Navegador (416 €) con actualización cartográfica obligatoria (125 €), conectividad Full Link (177 €) y luz ambiente (73 €).
Personalmente creo que algunos de estos elementos opcionales pueden ser perfectamente prescindibles si queremos ahorrarnos algunos euros en la compra del Ibiza Cupra. Hay una cosa que sí me gusta, y es que, a diferencia de Volkswagen, por ejemplo, el precio de los extras no es demasiado elevado y permite configurar el coche al gusto del consumidor sin tener que hacer un desembolso exageradamente importante.
Seat también nos propone como equipamiento opcional un spoiler de techo un poco más prominente (138 €) y unas taloneras laterales (228 €) para añadir un toque aún más deportivo al aspecto del Cupra. También ofrece cuatro estilos de llantas, incluidas unas naranjas, de 17 pulgadas (de 780 a 900 €), asientos deportivos forrados de Alcántara (416 €) o el techo solar (676 €) entre otras opciones. Todas ellas no las montaba nuestro coche.
Y por último, nos queda hablar del precio. Veamos: el Seat Ibiza Cupra sólo está disponible con carrocería SC de tres puertas, y debido a que ahora monta un cambio manual es aproximadamente 1.500 euros más barato que el modelo precedente. Su precio base es de 21.400 euros, al que deberemos sumar los 2.455 euros del equipamiento extra que se le ha añadido. Por lo tanto, esta unidad de pruebas tiene un precio de 23.855 euros tal y como la veis en las fotografías. Sin embargo, actualmente la marca ofrece un descuento comercial de 4.000 euros, por lo que se queda en unos interesantes 19.855 euros… casi “full equipe”. No está nada mal.
Y ahora vengo yo y vendo ese mismo coche, vaya como que es el mío jajajaja