Suzuki Grand Vitara 1.9 DDiS:

Parece que los años no pasan por alto para este incombustible todoterreno que tiene una vejez inmejorable, prueba de ello es su tercer liderato consecutivo dentro del segmento 4x4 en el mercado español. Para lograr tal privilegiada posición su receta es bien sencilla: precio competitivo, magnífico rodar en pista, acertado aspecto exterior e interior impecablemente rematado

En cuanto a su aspecto exterior, la versión 2009 del Gran Vitara es prácticamente idéntica a su antecesor, salvo en el tamaño - 3 centímetros más largo - y algunos elementos estéticos como la parrilla de nuevo diseño, los retrovisores exteriores con los intermitentes integrados y las llamativas llantas de cinco brazos. Elementos todos ellos que potencian el atractivo de esta versión de cinco puertas, que siempre ha gozado de una gran aceptación entre los usuarios de los 4x4.

Desde el punto de vista de la habitabilidad el Grand Vitara es un vehículo bien resuelto pues sus 4,50 metros de largo le permiten contar con una batalla de 2,64 metros, toda una generosa distancia que proporciona alojar a cinco pasajeros en su interior sin que su confort se vea comprometido en ningún caso. El maletero con 505 litros de capacidad se posiciona como uno de los más amplios de su categoría, gracias en gran parte a sus formas bastante cúbicas. Además se encuentra bien rematado y cuenta con un pequeño compartimento bajo el piso del mismo para ocultar pequeños objetos. El hecho de situar la rueda de repuesto en el portón limita el acceso al mismo si aparcamos en línea. Respecto al puesto de conducción, el Gran Vitara ofrece una postura de conducción correcta, a pesar de que su volante sólo lo podemos regular en altura. En cualquier caso es fácil encontrar la postura correcta. Ahora la nueva instrumentación aparte de ser más vistosa ofrece mandos al volante retroiluminados para facilitar su accionamiento nocturno. Mientras los mandos de la climatización son ahora de mayor tamaño y muestran un manejo más intuitivo.

De motorizar esta versión a gasóleo se encarga un propulsor turbodiesel F9Q de origen Renault, que cuenta con dos válvulas por cilindro, inyección directa por conducto común, turbocompresor e intercoler. Se trata en realidad del turbodiesel 1.9 dCi que los japoneses rebautizaron en la generación anterior como DDiS y que ofrece una potencia de 129 caballos a 3.750. La rumorosidad del mismo unido al ruido procedente de rodadura evita que el silencio en marcha se haga patente, aunque por el contrario no llega a ser demasiado molesto como para evitar nuestro confort. Dicho motor anda más bien algo escaso de bajos, por lo que el rendimiento óptimo del mismo lo encontramos a partir de las 2.000 vueltas, momento en el que se estira sin apuros hasta las 4.000. Aunque dicho margen de utilización no es muy amplio, el Grand Vitara se muestra alegre cuando lo mantenemos en ese margen de vueltas, próximo a las 3.000, momento en el que sale a relucir todo su par de 300 Nm a 2.000 rpm. Dicho margen tan corto aconseja una caja de cambios de seis velocidades con el objetivo de sacar un mayor rendimiento al motor con un escalonamiento de los desarrollos más adecuado. Recomendamos dicha transmisión porque la manual de cinco velocidades que lleva el actual peca de unos desarrollos más bien cortos, que aunque van encaminados a sacar un mejor partido al motor penaliza algo el consumo a la hora de viajar por carretera. De esta manera una sexta más larga bajaría la cifra. En cualquier caso, tampoco podemos decir que es nada desacerbado, pues tras haber medido 8,7 litros/100 km durante la prueba se puede decir que no está nada mal si tenemos en cuenta su tamaño. En cuanto al tacto del mismo, nos ha parecido demasiado tosco y lento, ya que obliga a engranar cuidadosamente la inserción de cada uno para no errar con el cambio.

Construido sobre la base de un chasis monocasco autoportante y reforzado con falsos largueros soldados a la estructura, que descansa sobre suspensiones independientes - tren delantero McPherson y multibrazo detrás - anclada a un subchasis intermedio, logra que los poco más de 1.700 kilos que pesa el Grand Vitara interfieran realmente poco en su dinamismo. La suspensión ayuda a contener el balanceo de la carrocería ofreciendo un tarado muy equilibrado del conjunto muelle amortiguador, pues mantiene en todo momento al habitáculo con un notable grado de aislamiento. Noble y seguro en su rodar sobre asfalto el todoterreno de Suzuki se muestra cómodo tanto en las autovías como en las curvas lentas de las carreteras secundarias donde se desenvuelve con confianza. Además la dirección informa en todo momento de todo lo que acontece tanto dentro como fuera del asfalto. Ya que estamos hablando de rodar fuera del asfalto diremos que nuestra unidad de pruebas estaba debidamente preparada para estos menesteres, ya que equipaba el kit Adventure, que optimiza en mayor medida sus capacidades a la hora de hacer un uso intensivo por campo. Dicho equipamiento incorpora muelles y amortiguadores con 30 mm más de altura sobre el resto de versiones y que le viene fenomenal para esta versión de cinco puertas, que adolece de un ángulo ventral un poco justo. Junto a este elementos se suman las protecciones inferiores del cárter, escape y depósito, que sin duda son de gran ayuda a la hora de circular por zonas escabrosas. Además y aunque toques los bajos con el suelo evita que dañes cualquier órgano vital del vehículo. Para colmo de bienes la adopción de tracción total con reductoras y diferencial bloqueable en largas y cortas, accionable mediante un interruptor circular, contribuye a que su comportamiento en campo sea aún más eficaz atreviéndose con terrenos resbaladizos más o menos extremos. Si bien su reductora poco desmultiplicada, poca altura libre al suelo y su ángulo ventral hechan para atrás una aventura más arriesgada. Es en pista donde podemos pasárnoslo "como enanos" pues el leve subviraje que puede producirse al tomar las curvas más cerradas puede pasar a un divertido y controlado sobreviraje cuando levantamos el pie del acelerador.

Otro de los apartados que más nos han sorprendido gratamente ha sido el de los frenos, que sorprenden por su solvencia y dureza. Enérgicos en su comportamiento se muestran inagotables al desaliento. Sin lugar a dudas la adopción de discos en el trasero - en lugar de aquellos anticuados tambores que portaba la anterior generación - ha contribuido a mejorar su respuesta. Completa su equipamiento el correspondiente control de estabilidad, siempre en alerta aunque no más de lo necesario, pues se encuentra bien tarado y sólo entra en funcionamiento cuando realmente es necesario.

Su elegante y atractiva estética, acogedor, bien rematado y equipado habitáculo, eficacia en carretera, buenas prestaciones camperas y competitivo precio convierten al Grand Vitara en santo y seña entre los todoterrernos compactos. A pesar de las crisis Suzuki se ha "puesto las pilas.