Presencia Premium de verdad
El Volkswagen Passat es un sedán de una marca generalista que lleva años luchando por tratar de separarse un poco de sus rivales naturales. A lo largo de las 8 generaciones que se han lanzado al mercado desde su creación en 1973, la última con código interno Typ 3G es de largo la más avanzada y más Premium de todas.
Probamos la motorización 2.0 TDI de 190 CV con tracción integral y acabado Sport. Estamos hablando del tercer modelo más caro de la gama la carrocería sedán cuyo precio base es de 42.760 euros.
De las cuatro líneas de equipamiento del Passat la Sport es además de la más deportiva, la más costosa, por encima de Edition, Bluemotion y Advance. Con respecto a los demás añade de serie: retrovisores plegables eléctricamente y calefactables, pilotos traseros LED, control de crucero ACC con regulación automática de distancia, Front Assist, asientos delanteros calefactables e inserciones de aluminio cepillado, llantas Dartfort de 18” color antracita, faros LED, radionavegador Discover Pro con pantalla de 8” y Digital Cockpit.
Como sucede en todos los modelos de Volkswagen la lista de opcionales es prácticamente interminable. Nuestra unidad, por tanto, contaba con unos pocos extras que llevaban el precio final a la módica cifra de 50.435 euros. Sí, ocho millones de las antiguas Pesetas.
Color blanco puro (230 euros), iluminación ambiente (240 euros), asiento ergoComfort con ajuste eléctrico, memoria y masaje para el conductor (1.025 euros), tren de rodaje adaptativo DCC (1.095 euros), techo corredizo panorámico (1.200 euros), cuero Nappa (780 euros)…
Estilo muy CC
En la familia Passat hay una tercera carrocería bautizada primero como Passat CC y como CC a secas después. Un cupé de cuatro puertas que siguió la moda que había iniciado el Mercedes-Benz CLS en 2005 pero a otra escala.
En la generación actual de la berlina de Wolfsburgo todavía existe esta variante CC, no obstante, cuando termine su ciclo de vida comercial no contará con una tercera evolución. Por ello el nuevo Passat convencional presenta un diseño de corte más deportivo, con un frontal que recuerda bastante a la última iteración del CC.
Las formas sobrias y elegantes de su carrocería así como la gran presencia de cromados, tanto en todo el contorno de la parte baja de la carrocería como en los marcos de las ventanillas buscan dotarlo de un aire más Premium, algo que claramente se ha conseguido.
La trasera quizás es la parte menos vistosa, pues se parece en mi humilde opinión demasiado a la del modelo anterior. Uno de los detalles de estilo que más me gusta es la línea de tensión que recorre todo el lateral a la altura de las manetas de las puertas.
Las llantas de aleación Dartford con medidas 8 x 18” en acabado antracita son una opción sin coste. De hecho de serie en el acabado Sport cuenta con estas mismas llantas pero con color plata. Calza neumáticos con medidas 235/45 R18.
El futuro ya está aquí
Una vez entramos en su interior lo primero que salta a la vista es el cuadro de instrumentos 100% digital formado por una pantalla de 12,3” que Volkswagen ha bautizado como Digital Cockpit. Vamos la misma solución que en Audi recibe el nombre de Virtual Cockpit.
Es por tanto, uno de los primeros modelos generalistas de gran difusión que adopta esta tecnología. Un tipo de avance que hasta hace bien poco sólo estaba al alcance de grandes berlinas de lujo y deportivos de altas prestaciones.
Hay quienes defienden el uso de indicadores analógicos con aguja real al estilo tradicional, no obstante, el Digital Cockpit ofrece una calidad de lectura y un tamaño ideales. En cualquier momento a través de los mandos del volante podemos personalizar por completo la apariencia de estos indicadores.
Ver el mapa del navegador en gran formato, gestionar la música del memory stick que tenemos conectado al puerto USB o realizar una llamada es sumamente sencillo gracias a las enormes posibilidades del Digital Cockpit. Este es de esos avances que parece claro que han llegado al automóvil para quedarse.
El acceso y arranque sin llave Keyless-Access (525 euros) es otra de esas soluciones que una vez te acostumbras a ellas es difícil dar un paso atrás. Es sumamente cómodo dejar el mando en el bolsillo sin tener que sacarlo para apretar ni un solo botón.
El asiento del conductor es muy cómodo, en nuestro caso todavía lo era más porque contábamos con el asiento ergoComfort con ajuste eléctrico, memoria y masaje para el conductor (1.025 euros). Con el acabado Sport también disponemos de serie con asientos delanteros calefactados.
Las casi infinitas posibilidades de regulación del asiento junto al desplazamiento longitudinal y vertical de la columna de dirección hacen que un adulto de cualquier talla pueda dar con la postura más cómoda al volante en pocos segundos.
Los mandos del climatizador también está a mano y en el centro del salpicadero merece destacar la presencia de una pantalla táctil de 8”. En ella además del navegador, teléfono, música y demás, también podemos ver indicadores deportivos del motor entre otras muchas funcionalidades disponibles…
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Los pasajeros de la segunda fila disfrutan de un espacio digno casi de una limusina de gran formato al estilo de un Audi A8, BMW Serie 7 o Mercedes-Benz Clase S. Buen espacio libre para las piernas, respaldo envolvente y muy confortable así como una generosísima altura al techo. Un Skoda Superb en este apartado lo adelanta a gran ritmo, situándose el checo al nivel de las variantes de batalla larga de todas las limusinas de lujo que hemos citando antes.
Otra de las múltiples opciones con las que se configuró esta unidad eran las cortinillas laterales de accionamiento manual y la eléctrica para la luneta posterior. 415 euros bien invertidos en el caso que tengamos que hacer a menudo viajes con niños pequeños detrás.
El maletero de la carrocería sedán es gigante con un volumen de carga de 586 litros. Los respaldos traseros se pueden abatir para cargar bultos de gran longitud. En el caso que necesitemos un trastero con ruedas siempre podremos decantarnos por el Variant con 650 litros. Son numerosas más las ventajas de este último como aprovechar la altura del espacio de carga manteniendo las cinco plazas, disfrutar de un acceso mucho más grande así como cargar bultos de tamaño estratosférico.
Grata sorpresa en lo que a chasis se refiere
Mi primera toma de contacto con el Passat actual fue durante el comparativo de berlinas generalistas con motor diésel que realizamos el año pasado. La experiencia aquel día fue muy breve y no acabó de convencerme. Ahora tras haberlo conducido durante más de 1.500 kilómetros puedo asegurar que sí me ha convencido.
Comparte la archiconocida plataforma MQB con el Golf, algo que se traduce en un montón de ventajas. Las dos principales son que es mucho más ligero y ágil que antes. Todavía lo es más al contar con el sistema de tracción integral opcional 4Motion.
El sistema 4Motion, además de aportar un notable plus de seguridad en condiciones climatológicas adversas, permite incluso llegar a jugar con el eje trasero en una zona muy revirada. Ofrece un feeling y un tacto parecido a lo que había podido experimentar con el Golf R, salvando las distancias claro está.
De la mano de la suspensión adaptativa DCC disfrutamos de dos coches en uno. En autopista se muestra estable y confortable con el modo Comfort. Mientras que en un puerto de montaña con el Sport tenemos un chasis mucho más rígido y bien asentado.
Los frenos de serie cumplen con creces el cometido. El tacto del pedal es bueno y permite una buena modulación. En una conducción muy deportiva e intensiva los podremos llegar a poner en un compromiso sufriendo un fading importante.
Antes de hablar del motor merece la pena destacar que por fin el cambio DSG disfruta de una función manual de verdad. ¡Ya era hora! La gestión electrónica del cambio permite sobrepasar el momento de potencia máxima e incluso aproximarnos al corte de inyección, algo que hasta la fecha había sido imposible.
Con ello podemos llevar a cabo una conducción deportiva gestionando nosotros mismos las marchas de forma manual como Dios manda. Deja esperar al momento que tu consideras óptimo y no cambia hasta que no accionas la leva derecha o la palanca hacia delante.
Este detalle hace que la experiencia de conducción con el cambio de doble embrague DSG ahora sea mucho más satisfactoria de lo que ya lo era antes. En modo automático “D” sigue siendo tan suave y efectivo como siempre.
Eso sí, le encuentro un importante "pero" a la caja de cambios: sigue siendo la versión de 6 relaciones. Si en su lugar contara con el DSG de 7 velocidades que equipa el BiTDI los consumos serían muy inferiores.
La mecánica de esta unidad es un 2.0 TDI con 190 CV, la segunda más potente después del BiTDI de 240 CV. Si bien este último ofrece unos niveles de empuje descomunales, los 190 CV parecen incluso algo más de 200 CV porque empujan con mucho brío.
En la parte baja del cuenta-vueltas eroga 400 Nm de par máximo de forma continua entre las 1.750 y 3.000 rpm. Aquí la tracción integral 4Motion vuelve a jugar un papel muy importante a la hora de aprovechar del primer hasta el último newton metro que entrega el motor.
Circulando dentro de los límites de la legalidad en vía rápida con el modo de conducción Eco logramos 5,8 l/100 km. A la que añadimos un trayecto urbano y algo de carretera secundaria a la ecuación es difícil bajar de 6,4 l/100 km de media. En el trayecto más largo que hice con 353 kilómetros logré una media de 7,2 l/100 km. En secundaria, con el modo Sport y aplicando una conducción deportiva alcancé 8,5 l/100 km.
En resumidas cuentas
Si tuviera que quedarme un Volkswagen Passat sería con carrocería familiar, Variant. Podría ser perfectamente un Passat Variant Sport con motor 1.4 T de 150 CV. Esta versión con todos los extras que creo convenientes para mis necesidades quedaría en 42.920 euros.
Un Skoda Superb Combi con el mismo motor 1.4 T de 150 CV pero con cambio DSG de 7 relaciones (el Volkswagen sólo puede ser manual de 6). Si tenemos en cuenta que la caja de cambios supone un incremento en Volkswagen de unos 3.000 euros y que he equipado al Superb con todavía más opciones sorprende ver que el precio quede en 36.210 euros. El checo comparte plataforma con el Passat y tanto en diseño como en calidad de acabados no tiene nada que envidiar a su primo de alemán.
Es un coche q cualquier persona desearía y lo más q llama la atención es q es moderno con ideas clásicas antiguas a mí me enamoró