Probamos el nuevo todocamino compacto de Volkswagen, el T-Roc, en su versión con motor de gasolina 1.0 TSI de 115 CV, la menos potente de la gama pero a la vez la más económica de compra.
Volkswagen ha denominado a su nuevo SUV del segmento compacto como T-Roc. La T deriva de modelos de gran éxito como el Tiguan y el Touareg, y Roc deriva del término inglés “rock”, y como la marca indica, “rocanrolea” al segmento, que es como decir que viene a bailar con todos sus competidores y ser el ganador del concurso.
Dejando a un lado estas complicadas disertaciones, lo cierto es que el Volkswagen T-Roc viene para cubrir un hueco importante en la oferta de SUV’s de esta marca alemana. Se sitúa por debajo del Volkswagen Tiguan, ya que mide 25 centímetros menos, y será el escalón natural entre este y el futuro Volkswagen T-Cross, el próximo SUV "urbano" de la marca. Mide 4,23 metros de largo, casi el mismo tamaño que un Volkswagen Golf, con quien de hecho comparte plataforma, la conocida MQB del grupo. Por lo tanto, es un SUV bastante compacto, que encaja con las necesidades de un público muy amplio. Tanto sirve para un uso diario en ciudad, como coche de empresa o como vehículo de familia. La conocida versatilidad de los SUV tiene en este Volkswagen un ejemplo clarísimo.
Opción muy válida
El mercado en general se decanta poco a poco hacia versiones con motor de gasolina, y cada vez menos hacia versiones diésel. Aunque la gama de este nuevo Volkswagen cuenta con una única versión diésel 2.0 TDI de 150 CV, la mayoría de versiones son con motor TSI, con un litro, litro y medio o dos litros de cilindrada.
Hemos probado durante unos días la versión de acceso, la que monta el motor de tres cilindros gasolina 1.0 TSI que da 115 CV. Esta versión con el acabado más completo, Advance Style, que se vende a un PVP de 24.463 euros. Esta versión con motor “downsizing” sólo se vende con tracción delantera. Las versiones con tracción integral o 4Motion se reservan a los T-Roc de mayor potencia y cilindrada, los que montan el motor de dos litros diésel o gasolina.
Es una de las versiones más atractivas para los que busquéis un SUV suficientemente potente y con un consumo relativamente contenido. La tecnología turbo en estos motores de baja cilindrada hace “milagros”.
El comportamiento y el consumo de combustible de este SUV es muy similar al de un Volkswagen Golf con el mismo motor, sólo 4 décimas por encima (4,7 l/100km el Golf, 5,1 l/100km. el T-Roc). Este es el consumo oficial. En la prueba, el consumo medio que registré fue de 6,8 l/100Km, bastante por encima del teórico.
Este motor va unido a una caja de cambios manual de seis velocidades, con sus dos últimas relaciones muy largas, quizás en exceso. Lo digo porque este motor responde muy bien desde parado y se muestra muy elástico en su respuesta, pero a la hora de recuperar en marchas largas se ve perjudicado por ese desarrollo, y obliga a reducir una o dos velocidades para impulsar correctamente el coche.
Siempre pruebo el coche cargado con la familia, y como digo, aunque no se “muere” fácilmente, sí que en algún puerto de montaña requiere llevarlo un poco alto de vueltas y bajar alguna marcha para recuperar régimen.
Ofrece 200 Nm de par máximo desde 2.000 vueltas y lo mantiene hasta 3.000 r.p.m., el margen más habitual de uso del propulsor. Estira hasta más allá de las 5.000 vueltas con rapidez, y con poco ruido mecánico. Las prestaciones son discretas (hace el 0 a 100km/h en 10,1 segundos) aunque es una potencia suficiente para un uso variado del coche, solo o en compañía. Otra buena opción en gasolina es el 1.5 TSI con desconexión automática de cilindros, que ofrece 150 CV. Es también la más adecuada si buscas un T-Roc de gasolina con cambio automático, ya que permite ir unido a un cambio DSG.
El Volkswagen T-Roc se nota ligero y seguro, con un tacto de conducción muy preciso. La carrocería balancea poco, gracias a unas suspensiones bastante firmes, un poco secas en sus reacciones, pero que no resultan incómodas. Hay que tener en cuenta que la unidad que probé venía equipada con llantas de aleación de 18 pulgadas con neumáticos de bajo perfil, un equipamiento que mejora no solo la estética, sino también el comportamiento de este SUV en carretera.
Buen espacio interior
La compacidad del T-Roc no le impide tener una distancia entre ejes bastante larga (2,59 metros), que ha facilitado un espacio interior notable. El acceso es muy bueno, tanto en las plazas delanteras como en las traseras. Atrás hay buena anchura, altura al techo y distancia entre filas, y caben tres adultos correctamente.
El de la plaza central, como es habitual, tiene limitado el espacio para las piernas debido a la presencia del túnel de transmisión, aunque en este caso, al ser un 4x2, resulta inútil. El respaldo de la plaza central se puede utilizar como apoyabrazos, y cuenta con una trampilla para esquís. En estas plazas traseras se viaja cómodo, aunque se echa a faltar algo más de ergonomía en los asientos. Hay salidas de calefacción, pero no es posible regular la temperatura.
El maletero tiene una capacidad de 445 litros. Es uno de los mejores entre algunos de sus rivales. Por ejemplo, el maletero de un Mazda CX-3 ofrece 350 litros, el de un Jeep Renegade 351 y sólo el de un Honda HR-V es superior, con sus 470 litros. Por lo tanto, el volumen de carga es uno de los puntos fuertes de este Volkswagen. El máximo está en 1.290 litros, que se consiguen abatiendo los respaldos de la segunda fila, que podemos hacer en una proporción 60:40.
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En el maletero tenemos un piso que puede colocarse en dos niveles. La unidad de prensa que probamos no equipaba rueda de recambio, sí kit antipinchazos, suficiente ante las probabilidades de sufrir un pinchazo, teniendo en cuenta de que la mayoría de propietarios van a utilizar este todocamino en carretera, al ser una versión 4X2.
Salpicadero de líneas simples
Las plazas delanteras ofrecen una buena sensación de espacio y de calidad percibida. El T-Roc que veis en las imágenes equipaba inserciones decorativas en color naranja calatea, a juego con el color de la carrocería. Estos paneles son lo primero que llama la atención en este salpicadero que, por otra parte, tiene un diseño bastante convencional. Recuerda bastante al del Volkswagen Tiguan, pero con el acierto de tener colocada su pantalla digital central en una posición más elevada, más integrada en el ángulo de visión del conductor.
La posición de conducción es elevada, como teóricamente corresponde a un vehículo con espíritu todocamino. Es más elevada que la de un Volkswagen Golf, y eso facilita su manejo, al mejorar el ángulo de visión respecto a los coches que nos preceden.
Frente al conductor tenemos un salpicadero en el que predominan las líneas rectas, que aparenta ser funcional y práctico, al más puro estilo de marca alemana. También es cierto que el aspecto de algunos plásticos se ve sencillo, excesivamente duro, sobre todo el de la moldura naranja que cruza el salpicadero a lo ancho. También parecen algo delicados los paneles en color “piano black” de la consola central y el volante, que habrá que ver cómo resisten el paso del tiempo y el uso continuado. Eso no quita que los ajustes sean buenos, que lo son.
Ese espíritu práctico de este coche ha llevado a sus diseñadores a colocar buenos huecos en las puertas y en la consola central, y un cargador de móvil inalámbrico frente a la palanca del cambio. Por encima de él hay dos conexiones USB, y otra de 12V a mano derecha. La guantera central es profunda pero su cubierta no es desplazable. Los asientos ofrecen un sujeción un poco justa, no tienen un mullido del todo firme, y están forrados en tela.
Conectado
El sistema de infotainment de este Volkswagen tiene una pantalla digital de 8 pulgadas, del tamaño similar al de una Tablet, y de uso completamente táctil. Tan sólo hay dos pequeños mandos giratorios, el resto se maneja a través de la pantalla o de las teclas funcionales de los laterales. Esta unidad probada equipaba el sistema Discover Media, que incluye el navegador, cuya actualización es gratuita los cinco primeros años.
También es posible conectar nuestro Smartphone, ya sea con sistema Android o IOS, a través de la app Connect, que integra Mirrorlink, Appel CarPlay y Android Auto.
Pero el nivel de digitalización en este SUV no se queda aquí. Una de las opciones más interesantes es el VW Digital Cockpit o cuadro de instrumentos digital, formado por una pantalla de nada menos que 11,7 pulgadas que muestra diferentes vistas de la información necesaria para la conducción. Podemos configurar los gráficos, que son excelentes, en tres modos: una vista con los relojes de cuentarrevoluciones y velocidad; una vista digital sin esferas, útil para ver los gráficos del navegador a pantalla completa, por ejemplo; y una vista digital sin esferas con información adicional (por ejemplo, con los datos del ordenador de a bordo), que podemos personalizar a gusto.
Este cuadro de instrumentos digital, muy similar al que Audi implantó por primera vez en su gama, demuestra que los instrumentos analógicos van quedando poco a poco para la historia. El nivel de precisión y de definición de estos gráficos hace que te olvides de la clásica tecnología de visualización de la información.
Personalizable
Una unidad como la que veis en las fotos con acabado Advance Style cuesta 27.425 € después de sumar opciones como el navegador o el Technology Pack, que incluye el Asistente de ángulos muertos "Plus" con asistente de salida aparcamiento, y el aviso de salida del carril "Lane Assist".
Este es un coche bastante personalizable, y podemos escoger el techo en color a contraste, en este caso en color negro, con un coste extra. Sin duda, estas opciones dan una personalidad más informal al T-Roc, que se desmarca de la sobriedad de un Tiguan o un Touareg. Este último se ha presentado ya totalmente renovado (enlace a la primera prueba en video en este enlace).
El Volkswagen T-Roc, junto con el Touareg, el renovado Tiguan y Tiguan AllSpace y los futuros Volkswagen T-Cross e ID-Crozz (eléctrico que llegará en 2020) forman parte de una “ofensiva” SUV muy evidente en esta marca alemana. El T-Roc es una pieza clave en esa estrategia, ya que lucha en uno de los segmentos más competitivos y demandados.
Caro, e interiormente pobre, muy por debajo de la calidad de materiales que ofrecen los coreanos. Una auténtica decepción entrar y sentarse en el vehículo.