Alfa Romeo Giulietta, diseño italiano y corazón Alfa

El Alfa Romeo Giulietta muestra un último lavado de cara con ligeros retoques estéticos, nuevas propuestas de motorizaciones y alguna evolución tibia de equipamiento. Durante su presentación comentaron que España se iba a conformar con dos bloques (un gasolina y un diésel) pero quieren darle un empujón, antes de desvelarse si habrá o no próxima generación. Pronto estará disponible en la combinación que probamos: propulsor diésel 2.0 que rinde 170 CV y acabado Veloce, que llega para sustituir al anterior Quadrifoglio pero con menos potencia.

El aspecto estético siempre ha sido punta de lanza para los modelos Alfa Romeo. El reconocimiento del diseño italiano va más allá de los superdeportivos o la alta costura y en este caso son capaces de actualizar un modelo en venta desde 2010 y que siga pareciendo bonito. Mucho se especula sobre la desaparición del Giulietta pero también se han filtrado imágenes de un modelo que aparecería antes de 2022, así que por ahora todo está en el aire.

Las modificaciones respecto al modelo anterior son mínimas, de ahí que sea muy complicado identificarlos. La clave es fijarse en el adorno que estrena el paragolpes delantero en color amarillo y que también encontramos en el difusor trasero. Hay nuevos colores disponibles en la paleta pero al tratarse de un modelo Veloce también tenemos detalles que realzan su deportividad como: La rejilla, los retrovisores, los tiradores de las puertas y los maros de los antinieblas en color Dark Miron, las inserciones en acabado carbono para los faros.

En cuanto a su perfil podemos ver los faldones laterales algo ensanchados y las llantas de 18’ en color negro. Si nos fijamos bien las pinzas Brembo amarillas son más grandes en este equipamiento así como los tubos de escape. La unidad probada es color Gris Stromboli pero hay disponible 8 más con este acabado.

No estamos ante un modelo nuevo así que las medidas siguen siendo las mismas: 4,35 metros de largo por 1,79 de ancho y 1,46 de alto con una distancia entre ejes de 2,63 metros. Una batalla centímetros por debajo de la media del segmento C pero que apenas le perjudica en la habitabilidad interior frente a sus rivales.

El acceso a las plazas traseras es algo incómodo por la forma curvada de sus puertas pero la apertura de estas es suficiente tratándose de un compacto. Con el asiento colocado en la posición de un conductor medio hay espacio para una persona de 1,80 metros o más y el diseño de la banqueta mejora la altura al techo. No sucede igual en la plaza del medio, que es más dura y en la que solo podrá viajar alguien de tamaño pequeño bien avenido con sus acompañantes.

El maletero, en cambio, si es de los más pequeños del segmento con 350 litros de capacidad. Su boca de carga está algo elevada y el piso queda por debajo pero a cambio tenemos varios enganches para mantener el equipaje y bolsas agarrados, una luz interior, puerto para la carga y una rueda de recambio que ya no es habitual y te salva de más de una. Cuenta con un acceso a las plazas traseras para guardar objetos largos como esquís y con los asientos abatidos la capacidad pasa a ser de 1.045 litros.

Si el diseño exterior no ha variado demasiado, la evolución del interior es más bien… escasa. Se reduce a una nueva oferta de asientos y tapicerías además de la pantalla central firmada por Alpine de 7 pulgadas. Su estética retro concuerda con su sistema y calidad, por no tener no tiene ni navegador. Eso sí, es compatible con Android Auto y Apple Carplay por lo que al final, nos ha sido casi tan eficaz como cualquier otra.

La posición de conducción del Giulietta tiene algunos peros si eres de estatura compacta. El volante puede regularse en profundidad y altura pero queda bastante elevado en cualquier caso, de ahí que tengas que levantar (también) el asiento. La postura queda algo alejada del suelo, un detalle que muchos conductores agradecen. Personalmente prefiero tener el centro de gravedad más bajo para sentir mejor la carretera.

Tampoco cuenta con demasiados espacios para guardar objetos o no se encuentran donde es habitual. Por ejemplo, no tenemos el hueco para el móvil delante de la palanca de cambios así que deberemos guardarlo en el reposabrazos. Los asientos tienen un mullido cómodo y una sujeción aceptable para el uso habitual del vehículo.

Las costuras amarillas son parte del pack Veloce como también lo es el volante y las molduras del salpicadero y las puertas en símil de carbono. La palanca de cambios y los pedales metalizados también llegan con este acabado además de los asientos deportivos, si los quieres calefactables y con memoria es una opción, también el equipo de audi Hi Fi Bose.

Dicen que la belleza está en el interior, pues bien… en el caso de los modelos Alfa Romeo no debes fiarte ni de su belleza exterior ni de su escaso equipamiento. Si quieres entender el porqué de la pasión por esta marca debes ir más allá, a su corazón o motor (en este caso) pero también a sus huesos.

El propulsor diésel 2.0 Multijet rinde 170 CV como hemos dicho y ofrece 350 Nm de par sobre las 1.750 rpm. Esto lo convierte en un compacto de motor vivo, con fuerza desde bajas vueltas y sus prestaciones son las siguientes: acelera de 0 a 100 8,3 segundos y alcanza los 214 km/h de velocidad máxima. Su consumo homologado es de 4,6 litros a los cien pero durante nuestra prueba conseguimos bajarlo solo a 7 litros. Calza unos neumáticos 225/40 tanto delante como atrás y el sistema de frenos con disco ventilado en ambos ejes es de 281 milímetros de diámetro delante y 264 atrás.

Este bloque va unido a un cambio automático de doble embrague TCT que se ha mostrado correcto en su uso urbano y por vías rápidas pero que en cuanto nos hemos metido en tramo de curvas se ha quedado lento.

Los 170 CV del Giulietta son útiles para el día a día, realizar adelantamientos con seguridad y tener ese margen de potencia en vías rápidas pero donde mejor se dejan sentir es en una carretera de curvas. El selector de modos DNA que modifica la actuación de algunos parámetros para los modos Dynamic, Neutal y AllWether, específico para momentos de baja tracción. Al activar el más deportivo el control de tracción ofrece cierto margen y se activa una función electrónica que simula un autoblocante, de ahí que el paso por curva sea casi como el de un GTI.

También es importante renunciar al confort del cambio automático, que pasa a ser algo lento en este entorno, y tomar el control de las marchas mediante las pequeñas levas tras el volante.

Con el modo Dynamic activado notamos como se endurece el tarado de las suspensiones pero también actúa sobre la respuesta del motor y la dirección. Es entonces cuando puedes disfrutar de lo realmente importante en un Alfa, su chasis.

El modo Neutral está pensado para su uso habitual, de ahí que el motor sea más plácido en bajas y el cambio automático actúe lo antes posible para mejorar sus consumos y eficiencia. La suspensión es más blanda pero aún y así no es de las más confortables, mientras que la dirección se vuelve fácil y algo artificial en este modo sin estar desmultiplicada.

Este Alfa es mínimamente deportivo en cualquier situación y ahí está el quid de la cuestión, por este motivo todavía existen fans de esta marca. Clientes que valoran más su aspecto emocional al volante que las comodidades de la tecnología y digitalización de los habitáculos. El motor ofrece un empuje muy bueno desde bajas revoluciones y es lo suficientemente elástico para poder ser exprimido casi en cualquier momento. Lo mejor no es su potencia, es el equilibrio con el chasis que le da cobijo.

Es realmente sorprendente el aplomo que muestra en el paso por curva, con una estabilidad que te permite ir probando e ir aumentando la velocidad o exigencia al Giulietta, que cumple sin problemas. Además, como no se excede en potencia no es necesario montar un sistema de frenos exagerado. El tacto de las pinzas es blando para mi gusto pero eficaz y no llega a ser inseguro en ningún momento.

Otro ejemplo de que su mejor cara la ofrece entre curvas es el sonido. Si en una circulación normal o urbana el ruido del motor es más bien desagradable, en cuanto activas el modo Dynamic y exiges más a su contador la cosa cambia. No es que sea una melodía deportiva, ni mucho menos pero desaparece el típico ruidito a diésel de antaño.

El equipamiento y los sistemas de seguridad y ayuda a la conducción es, de lejos, la asignatura pendiente de Alfa Romeo, con todos sus modelos. El nuevo Giulietta no iba a ser diferente. Actualmente está disponible en dos niveles de acabado: Super y Sport. La Veloce probada contaba con sensor de aparcamiento delantero, cámara trasera, los espejos exteriores plegables electrónicamente y control de crucero. Algunos detalles como los asientos eléctricos, el navegador o los faros bixenon son opcionales y olvidémonos de avisadores de cambio de carril, frenada de emergencia y demás sistemas… Eso sí, tiene Start&Stop.

Terminé la prueba del Alfa Romeo Giulietta con muchas dudas y alguna que otra sorpresa. Primero por su precio, que supera los 30.000 euros y que está por encima de lo esperado teniendo en cuenta su equipamiento tecnológico y ayudas a la conducción. Sus rivales en el segmento compacto están muy avanzados en este aspecto y a precios mucho más interesantes.

Eso sí, ninguno de ellos ha conseguido sorprenderme por su dinamismo como lo ha hecho el Giulietta. Las sensaciones al volante eran más próximas a las de un GTI de potencia limitada que no a las de un vehículo de uso diario. Probablemente su diseño será uno de los motivos de compra más recurrentes y razones no le faltan, pese a ser un modelo con años a sus espaldas no se le ve desfasado y su estética italiana sigue levantando pasiones.