Los híbridos son los nuevos diésel. En los mercados donde la dieselización era baja, los híbridos nacieron con el objetivo de reducir el consumo de los coches de gasolina con prestaciones equivalentes, pero en Europa, eso ya lo hacían los diésel. Hoy, los híbridos son legión, sobre todo el segmento SUV, donde antes todo era diésel. Pero hay coches que mantienen su apuesta por el diésel y hoy vamos a probar uno de ellos, el Alfa Romeo Tonale diésel, con etiqueta C, 130 CV y un precio desde 37.000 euros. ¿Sigue siendo razonable comprar un diésel? Vamos a intentar dar respuesta a esta pregunta.
Este Alfa Romeo monta un motor de cuatro cilindros de 1,6 litros y 130 CV con inyección directa, turbocompresor, intercooler y start-stop. Eso sí, sin ningún tipo de electrificación. La marca homologa para este coche una velocidad máxima de 194 km/h, una aceleración de 0 a 100 km/h. mediocre de 10,9 segundos y un consumo bajo de 5,6 litros a los 100 de media con unas emisiones de 147 gramos de CO2 por kilómetro que no le eximen de pagar un 4,75% de impuesto de matriculación, como el resto de Tonale salvo el híbrido enchufable, dicho sea de paso.
Consumo del Alfa Romeo Tonale Diésel de 130 CV
En el apartado del consumo, las cifras de homologación son las siguientes: 6,9 litros a los 100 km a velocidad baja, es decir, reproduciendo las condiciones de uso en ciudad y siempre por debajo de 60 km/h., 5,4 a velocidad media, en conducción semi-urbana con picos de 80 km/h., 4,7 a velocidad alta, que equivale a conducción en carretera hasta 100 km/h. y 6 litros a velocidad muy alta, que reproduce el consumo en autopista hasta a 130 km/h.
En un uso habitual, con este coche es fácil estar cerca del consumo homologado. Yo lo he estado usando una semana completa y lo tenía, antes de empezar a grabar el vídeo, en 5,8 litros/100 km, con algunos trayectos con dos personas por debajo de cinco litros a velocidad tranquila. Donde más gasta es en ciudad y da la sensación de que el culpable es el cambio, ya que, al tener solo seis marchas, reduce en muchas ocasiones ocasionando un exceso de consumo que, tal vez con uno de esos cambios modernos de ocho o nueve marchas se evitaría. En carretera, el consumo se quedará con facilidad siempre por debajo de los 6 litros e incluso en autopista, a velocidad legal y salvo que sea una autopista de montaña, con muchas subidas, tampoco pasará de esos 6 litros.
El rendimiento del motor es el que puede esperarse en un coche diésel de este peso. No acelera mucho, pero recupera bien y, sobre todo, tiene unos bajos interesantes. Cierto que hasta 1.500 vueltas es algo perezoso debido a su baja cilindrada, pero superado ese régimen, mueve el coche con solvencia y, sobre todo en modo Sport, ofrece más reactividad al pedal del gas y, sobre todo, apura más las marchas.
En modo Sport también suena más. En realidad no es que haga mucho ruido, pero es que estamos acostumbrados últimamente a coches de gasolina o eléctricos, que hacen poco o ningún ruido y recuperar un diésel ha significado recuperar ese traqueteo y ese sonido que, pese al buen trabajo de aislamiento de la marca, están siempre presentes.
A este Tonale le faltarían algunos caballos más, sobre todo, a coche cargado. 130 CV en un coche de este tamaño es el mínimo exigible, pero con una potencia diésel de 180 CV sería mucho y competiría mejor con sus rivales híbridos y su respuesta más enérgica gracias al apoyo de los motores eléctricos. Como hemos explicado, la caja de cambios automática de doble embrague tiene seis velocidades y es relativamente suave de funcionamiento. Y además, puede usarse mediante las levas, unas levas grandes y de aluminio.
Comportamiento dinámico del Alfa Tonale diésel
Alfa Romeo es una marca que siempre ha presumido de la deportividad de sus chasis. En este caso, no obstante, la plataforma es compartida con el Jeep Compass y tiene esquemas McPherson en ambos ejes, un sistema que va muy bien para montar un eje trasero motriz que, en este caso, sin embargo, el Tonale diésel ni lleva ni puede llevar. Con esta suspensión, de tarado medio, el Tonale es un coche confortable que busca ofrecer un buen rendimiento en autopista en este apartado.
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El diésel no puede tener suspensión electrónica, pero los ingenieros de la marca han trabajado muy bien para convertir un bastidor pensado para un Jeep con unas cualidades fuera de carretera aceptables, en el de un coche 100% de asfalto y con cierto toque deportivo. Además, tenemos un modo Sport que le ofrece un plus de reactividad y que alarga un poco más las marchas si hace falta.
Aunque es cierto que este motor de 130 CV difícilmente pondría en apuros al chasis, Alfa Romeo ha hecho un buen trabajo de puesta a punto tanto de la suspensión como de la dirección, una de las especialidades de la casa. Este Alfa tracciona muy bien y resulta más ágil de lo que su peso podría hacer pensar. Y tiene una buena frenada, de las de antes, con una buena modulación.
Del Tonale hemos hablado ya en muchas ocasiones, así que solo un ligero recordatorio de dimensiones y diseño. Mide 4,52 de largo, por 1,84 de ancho y 1,60 de alto. Y es realmente alto, ya que la altura libre al suelo es de menos de 16 cm, de manera que este es un coche poco dado a abandonar el asfalto. La distancia entre ejes es de 2,63 metros. Estéticamente y, pese a las limitaciones que impone partir de una plataforma de otro fabricante, el Tonale es un Alfa Romeo se mire por donde se mire: frontal con el triángulo Alfa, faros triples, llantas típicas con círculos, banderitas italianas…
El habitáculo del Alfa Romeo Tonale diésel
También el interior del Tonale es muy Alfa, con disposición clásica de todos sus elementos. Destacan la instrumentación digital de 12,3 pulgadas que, no obstante, mantiene los dos círculos típicos de la marca, una pantalla central de 10 pulgadas con un interfaz muy mejorado, la posibilidad de montar cámaras de 360 grados, el botón de encendido en el volante, el climatizador fuera de la pantalla, un cargador de teléfonos en la consola, las ya citadas levas para el cambio, que también son opcionales y la disponibilidad del sistema Alexa, siempre que se pague una conexión a internet.
Las plazas traseras son correctas, con una distancia entre filas generosa, una altura a techo normal y una anchura que no es de las mejores del segmento, pero que es perfecta para un uso de dos pasajeros que es para lo que este y casi todos los coches del segmento, están pensados. Tienen ventilación, reposacodos y una trampilla que conecta con el maletero.
Y por lo que respecta al maletero, que solo tiene apertura automática en el acabado superior Ti (nuestra unidad es un Sprint) y que reivindica 385 litros en las versiones híbridas, en este caso, al no haber ninguna batería que ocultar bajo el piso, se aprovecha el doble fondo para conseguir 500 generosos litros que se multiplican por tres, hasta 1.500 al abatir los asientos traseros.
Equipamientos y precios
En el Alfa tenemos tres versiones: Super, desde 37.032 euros, Sprint, que es la que corresponde a nuestra unidad, que cuesta desde 39.507 euros y Ti, que sale por 41.982 euros. Nuestra unidad Sprint añadía extras como el paquete deportivo (levas y pedales de aluminio), el paquete de conducción autónoma, con cámara de visión periférica y todas las ayudas a la conducción que no lleva de serie o el paquete invierno con volante y asientos con calefacción. Con todo ello, se va a 43.875 euros.
El Tonale diésel es una alternativa ya limitada dentro de la propia gama, pero que sigue siendo interesante para casos muy determinados que pasan, sobre todo, por aquellas personas que sigan haciendo muchos kilómetros y que los hagan por vías rápidas. No disponer de etiqueta Eco y un precio similar al del gasolina de idéntica potencia, que sí la tiene por su hibridación ligera, le penalizan, pero el rendimiento del diésel y su agrado de conducción, siguen estando un punto por encima de los gasolina.
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