Alpine A110 R: Todo por las prestaciones
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Alpine A110 R: Todo por las prestaciones

Joan Dalmau

Joan Dalmau

3 opiniones

El Alpine A 110 R es el más radical de la gama, un coche pensado para su uso y disfrute en circuito, pero que también se puede utilizar en carretera, sobre todo, si ésta tiene una curva detrás de otra. Su modo de empleo es complicado, sin retrovisor central, con cinturones tipo arnés y con una suspensión firme, pero conducirlo promete emociones fuertes, así que, vamos con ellas.

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El motor que utiliza este coche es el 1.8 TCe que utilizaron modelos de Renault ya desaparecidos como el Espace, el Talismán o el Mégane. Esta es su versión más extrema, con 300 CV a 6.300 vueltas y 340 Nm de par. Inyección directa, cuatro válvulas por cilindro, turbo… lo que se hacía cuando todavía se hacían motores de combustión.

Un motor potente, elástico de 2.000 vueltas para arriba, que acelera bien, con contundencia, pero de manera progresiva, sin altibajos, sin saltos, en el que se nota la entrada en acción del turbo y su empuje… Un motor que va situado detrás del puesto de conducción, en posición transversal y atacando al eje trasero a través de una caja de cambios… automática.

El Alpine A110 R es un juguete. Su chasis es fantástico y permite aprovechar todo el potencial del motor.
El Alpine A110 R es un juguete. Su chasis es fantástico y permite aprovechar todo el potencial del motor.

La caja, fabricada por Getrag tiene siete marchas y es de doble embrague. Es rapidísima y funciona con una precisión casi quirúrgica. Cuando llegas al corte de inyección, corta, lo que es estupendo, pero, además, te permite bajar marchas de manera increíble. Para entendernos, si al bajar la marcha, el motor se queda por debajo del corte, la marcha entra. Eso hay muchos coches, incluso muy, muy deportivos, en los que o sucede. La caja es de lo mejor de este coche.

Volvemos al motor. Gasta poco. El coche es ligero y a 120 en autopista, se queda en 7,5 litros. En carretera y a ritmo fuerte, gasta un poquito más… pero no os arruinaréis. Punta limitada electrónicamente a 285 km/h. 0-100 en 3,9 segundos, tres décimas menos que un A 110 S.

El chasis del Alpine A110 R

Ir deprisa con el Alpine A110 R es muy sencillo. Eso sí, es un coche que no admite que te relajes.
Ir deprisa con el Alpine A110 R es muy sencillo. Eso sí, es un coche que no admite que te relajes.

Suspensión de paralelogramo deformable en ambos ejes, un 10% más rígida, con un chasis específico. Vas sentado más cerca del suelo que en cualquier otro A 110 y notas la carretera. La suspensión es 1 cm más baja, pero puede bajarse otro centímetro porque los muelles son regulables. Los amortiguadores también, tanto en extensión como en compresión. Y las barras estabilizadoras son más firmes, un 10% la delantera y un 25% la trasera.

Un chasis de circuito para usar en carretera. El coche es más ligero y es más rígido. Y la suspensión es muy dura, pero muy eficaz. La dirección también se ha retocado. Sigue siendo excesivamente asistida para mi gusto, pero es muy precisa y necesita muy poco movimiento para mover el coche porqué este es tremendamente ágil.

La frenada, infatigable y muy fácil de modular, es otra de las virtudes del Alpine A110 R.
La frenada, infatigable y muy fácil de modular, es otra de las virtudes del Alpine A110 R.

Transmite. El A 110 R transmite todo. Notas todo. La dirección, la suspensión, los frenos, el sonido del motor, notable siempre, pero agradable, de deportivo auténtico, todo transmite. Es un coche de sensaciones, un deportivo auténtico. Acelera de manera muy rápida, cambia de apoyo con una facilidad brutal y… como frena. Alpine ha conseguido unos frenos excepcionales en todos los sentidos. El coche frena en muy pocos metros, la frenada es perfectamente modulable, con un tacto de pedal que tenía ya casi olvidado con tanto eléctrico de frenada virtual y con una resistencia a la fatiga insólita en unos frenos sin carbono.

El comportamiento es, ante todo eficaz. Como todo coche de motor central y tracción trasera tiene una motricidad ejemplar porqué tiene mucho peso sobre el eje trasero. Eso hace que el morro flote un poco, pero en este R menos que en otros A 110 porque la suspensión es más firme. Al límite parece que quiera morrear un poco al acelerar, por esa mínima pérdida de agarre delante al traccionar tan bien desde atrás, como si al eje trasero le molestara que estuviera el delantero en contacto con el suelo, como si le importunara. Pero con los Michelin Pilot Sport 2 Cup que lleva, se recupera muy pronto la adherencia delante y ese subviraje desaparece rápidamente.

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No probamos el Alpine A110 R en circuito, pero parece diseñado, sobre todo, para carreteras de montaña.
No probamos el Alpine A110 R en circuito, pero parece diseñado, sobre todo, para carreteras de montaña.

Y todo eso lo vas sintiendo. El coche lo retransmite con fidelidad. El Alpine A 110 R es de esos coches de los que cada vez quedan menos, que se conducen con la cabeza, con las manos y sí, también con el culo.

Si se marcan bien los tiempos, frenando en línea recta y alargando un poco la frenada, bajando la intensidad para ayudar al cambio de peso, girando cuando toca, acelerando con progresividad, siguiendo el radio de la curva y a fondo cuando el coche ya vuelve a estar recto, el Alpine A 110 R es uno de los deportivos más eficaces que existen. No tiene la perfección germana de un Porsche Cayman, lo admito, pero se disfruta tanto o más, porqué en mi opinión, su conducción es más pura.

El Alpine A 110 R es un coche de pequeño formato

Pequeño, bajo y poco discreto. En el Alpine A110 R no pasas desapercibido.
Pequeño, bajo y poco discreto. En el Alpine A110 R no pasas desapercibido.

El Alpine es pequeño. 4,18, más corto que un Captur, solo que casi dos palmos más bajo: 1,23. Pesa 1.157 kilos, 37 menos que un A 110 S. Se ha reducido el material insonorizador, por eso hace más ruido y medio coche es de carbono: capó delantero, techo, capó trasero (es evidente que esto pesa menos que el cristal), faldones, con un no pisar como en las alas de los aviones, difusor, alerón y, lo más trascendente, las llantas de 18 pulgadas que rebajan 12,5 kilos con respecto de las de aleación ligera. En total, no cada una. Y el color. Solo en azul mate, como los Alpine de Fórmula 1. Los del año pasado.

Aerodinámica: El parachoques delantero es diferente, los faldones laterales son más grandes, el alerón se ha modificado, el carenado de bajos es diferente, la refrigeración de frenos cambia a mejor, el difusor es también distinto… todo pensado más para un uso en circuito, pero que se aprovecha en carretera. Alpine habla de hasta 30 kilos más de carga sobre el eje trasero a velocidad elevada.

Los principales problemas del Alpine A110 R en uso cotidiano son los arneses y la ausencia de retrovisores.
Los principales problemas del Alpine A110 R en uso cotidiano son los arneses y la ausencia de retrovisores.

Lo de dentro os lo cuento rápido. Asientos Sabelt con estructura de fibra de carbono y arneses (que son un agobio en el uso diario), volante, salpicadero y los propios asientos tapizados en Alcantara, pedales de aluminio y la pantallita del Espace de hace una década en el salpicadero. Aquí no hay R-Link ni servicios de Google, sino un Tom Tom y arreando. Y no hay cargador inalámbrico, ni iluminación ambiental, ni asientos con masaje. Ni gaitas. Lo que sí tenemos son dos maleteros. Uno minúsculo, de 100 litros y otro, otro de 95.

Precio y equipamiento del Alpine A110 R

El Alpine A110 R es el más extremo y radical de la gama y, por supuesto... el más caro.
El Alpine A110 R es el más extremo y radical de la gama y, por supuesto... el más caro.

¿Pagaríais 114.000 euros por un coche sin retrovisor interior y con el motor de un Espace de segunda mano? Respecto de un Alpine A 110 S, esta sala de torturas tiene un comedido plus de 34.000 euros; bueno, 33.900 para ser exactos.

Es incómodo, muy incómodo. En un uso cotidiano es terrible. No tiene visibilidad, vas a la altura del tubo de escape de los autobuses, tienes que soltarte cuando quieres pagar un peaje o pillar el tiquet de un parking, te pasas la vida metiéndolo en diagonal en todas partes, para que no rasque, te mira todo el mundo, todo el rato…

Pero claro, te bajas y dices… ¡que bueno es!

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ET
Eladio Toledo

114.000 euros por un Renault automático? Póngame dos!

jm
juan manuel segarra

Esta chulo pero caro.

BR
Borja RA

Hacer este coche sin opción a manual, es un indicativo claro de como está el mundo.