El Audi A1 citycarver cumple con los gustos camperos de un comprador que no necesitará nunca un vehículo con cualidades off-road. Se trata de un A1 Sportback, como el que pudimos comparar junto a Gerard Farre y un Mini en este vídeo, pero con 4 centímetros más de altura respecto al suelo. Esta distancia nos permitirá circular por terrenos no asfaltados pero ni siquiera tiene tracción a las cuatro ruedas, de ahí que no se llame AllRoad como las versiones del A4 o A6. Para enfatizar ese carácter aventurero, Audi le ha dotado de una decoración específica, cercana a la gama Q de todocaminos. Además, la unidad probada es un Edition One, con elementos únicos de diseño y mayor equipamiento. La pregunta lógica antes de arrancar con esta prueba es: ¿Vale la pena esos centímetros de más?
Antes de ponerlos la miel en los labios, iremos al quid de la cuestión. ¿Cuánto cuesta este A1 levantado? A igualdad de motorizaciones y acabados, porque el citycarver llega más equipado, este modelo cuesta unos 1.500 euros más. Una diferencia de precio asumible, a mi parecer, teniendo en cuenta los retoques estéticos que también acompañan a esta versión.
La diferencia de altura sería detectable si ponemos juntos a un Audi A1 Sportback junto a un Citycarver. De lo contrario, deberás fijarte en los detalles que lo diferencian a la vista. Para empezar, el modelo que nos incumbe luce una parrilla octogonal con un tramado de panel de abeja, como la de los Audi Q, y no de de seis lados como el A1 original. También podrás ver que tiene dos entradas de aire “falsas” por encima de dicha rejilla, cuando el Sportback tiene tres entradas reales. El spoiler inferior, acabado en un tono aluminio, también es específico de esta versión.
Comparte con los modelos Q los pasos de rueda, un recurso típico de modelos todocamino. Audi ha conseguido elevar la carrocería 4 centímetros mediante un perfil de rueda 0,5 centímetros más alto y 3,5 centímetros más de recorrido de suspensión.
Los neumáticos, en este caso, son de 215 / 45 debido al paquete de lanzamiento. Si pasamos a la zona trasera, volveremos a ver el detalle en aluminio del paragolpes y, por suerte, no se han entretenido con unas molduras de escape falsas. La palabra citycarver no tiene una traducción directa al español pero vendría a significar un “rompeciudades”.
Una edición con mucha equipación
Eso sí, no olvidéis que estamos ante una unidad Edition One. Esta edición incorpora faros LED oscurecidos delante y detrás, donde además los intermitentes son dinámicos, y elementos específicos en tono negro como las carcasas de los retrovisores, los aros de Audi, la nomenclatura y los stickers de las puertas. Las llantas de aluminio fundido de 18 pulgadas, diseñadas por el equipo de Audi Sport, tampoco pasan desapercibidas. Todo lo bonito cuesta dinero así que, si os habéis enamorado de este modelo en concreto, preparar 7.320 euros más.
Los cambios en el interior son mínimos y vendría a ser el mismo habitáculo que el de un Audi A1 S Line, de ahí que tenga un mayor equipamiento. Encontramos, entonces, los asientos de corte deportivo tapizados en tela y cuero sintético pero con la combinación acorde con el acabado Edition One. En el volante identificamos las inserciones del S Line con una estructura achatada en la zona baja y el cuero perforado en la zona de agarre.
En cuanto al equipamiento tecnológico, de serie, en el Audi A1 citycarver disfrutaremos del Audi virtual cockpit configurable junto a la pantalla multifunción con MMI Navegación plus, incluida en el paquete del Edition One. Un sistema que sigue sorprendiendo por su calidad y su usabilidad, con una imagen más realista que la de muchos teléfonos móviles actuales. Smartphone que podremos guardar en el espacio frente a la palanca de cambios (automática) que, pese a no tener carga inalámbrica, sí cuenta con puerto USB y USB-C.
El techo en tela negro y las láminas decorativas de las puertas vienen con el paquete Edition One pero la moldura en tono aluminio claro es un extra de 82 euros. Como también lo es el Audi Sound System, el paquete de iluminación ambiente y el retrovisor interior con ajuste antideslumbrante automático.
Un Audi A1 levantado
Los cambios del Audi A1 citycarver no han afectado apenas a sus cotas. El frontal sobresale 1 centímetro más que en el modelo original, por lo que tenemos un tamaño final de 4,04 metros de largo por 1,75 de ancho y 1,48 de alto. La distancia entre ejes se mantiene en los 2,56 metros pero pesa casi 40 kilogramos más. La habitabilidad es idéntica así que nos encontramos con el mismo espacio para plazas delanteras y traseras. Por suerte, ya pudimos comprobar qué tal se circulaba como pasajero de un A1 Sportback durante la comparativa con Gerard Farre y el Mini Cooper. También mantiene los 335 litros de capacidad del maletero, que pasarían a ser 1.090 en caso de abatir los asientos de atrás.
Toca ponerse al volante de este A1 citycarver. La unidad probada montaba el bloque denominado 30 TFSI y que lejos está de tratarse de un 3.0 litros. Es un pequeño gasolina 1.0 tricilíndrico de 116 CV unido al cambio automático S tronic de siete velocidades. Es un motor bastante completo para un comprador, o compradora, sin demasiadas expectativas en cuanto a la potencia y la aceleración. Su par máximo de 200 Nm se entrega entre las 2.000 y 3.500 revoluciones por minuto por lo que tiene un buen comportamiento en la zona baja del cuentavueltas. La entrega es muy continua, sin ser espectacular, por lo que permite una conducción relajada y sin complicaciones.
Más alto pero igual de eficaz
La gran mayoría podría pensar que el mayor recorrido de las suspensiones (3,5 centímetros más) se traduciría en una amortiguación más blanda. Ha pasado todo lo contrario. El tarado se ha endurecido y eso que ya era bastante firme en el A1 Sportback. Pese a este detalle, no llega a ser un modelo incómodo y mejora las sensaciones al volante en un tramo de curvas.
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Es un coche que mantiene el tipo en todos los entornos posibles pero sin ser alucinante en ninguno de ellos. Por suerte, Audi mantiene esa esencia deportiva en todos sus modelos, incluso en el citycarver. Por eso nos lanzamos pronto a una carretera secundaria y vemos que es capaz de defenderse durante un buen rato. Al final, los frenos acabaron algo fatigados pero es que tampoco está pensado para eso.
Como ya comentábamos anteriormente, los 4 centímetros de más no han invitado a la marca a montar otros sistemas convenientes para la circulación off-road. Es más, ni siquiera contamos con la tracción total por lo que deberemos ir con tiento cuando queramos adentrarnos en un tramo sin asfaltar.
Lo que sí tenemos son modos de conducción, que modifican la respuesta del motor y la actuación sobre la dirección o la suspensión del A1 citycarver. Como detalle curioso, este paquete incorpora una solución muy odiado por los auténticos petrolheads: el sonido amplificado a través de los altavoces del coche. A cambio, tenemos las pinzas de freno pintadas en color rojo.
De estilo deportivo pero SUV
Estos tres sistemas se incluyen dentro del Paquete Dynamic que llega en el Edition One. Por lo que empieza a tener más sentido la inversión de siete mil euros de la que hablábamos al principio. Más aún si tenemos en cuenta que no modificará algunos de los aspectos acertados del A1 Sportback, como puede ser su dirección más firme en cuanto empiezas a exigir cierto dinamismo en un tramo de montaña. Su paso por curva sigue siendo estable, la altura no ha afectado ni un ápice a su aplomo. Sigue siendo un modelo realmente fácil de conducir gracias al cambio automático, casi imperceptible si nos mantenemos dentro de los límites legales de circulación.
La posición de conducción ayuda. Es bastante deportiva pese a tratarse de un modelo de uso diario. Los asientos de corte deportivo tienen un buen agarre, incluso para personas más pequeñas como es mi caso. La visibilidad es correcta, lo que será muy necesario dado que se usará principalmente en ciudad.
Uno de los puntos flacos del Audi A1 citycarver es que, con esa altura de más y un peso algo mayor, los consumos son más elevados. Durante el tramo de curvas se disparó por encima de los 15 l/100 km pero a lo largo de la semana se mantuvo sobre los 7,2 litros a los cien, algo más alto de los 6,4 litros que homologa la firma en ciclo WLTP.
Si tuviera que buscarle las cosquillas al A1 citycarver lo haría por aspectos que no esperas encontrar en un coche premium. Para empezar, la insonorización es buena siempre y cuando no exijas demasiado del motor, momento en el que empezará a sonar como lo hacen los tricilíndricos. Un ruidito algo feo que también se deja notar durante el arranque y que no es digno de un Audi.
¿Cuánto cuesta este Audi A1 Citycarver?
El fallo del sonido parece ser recurrente ante la moda de motores pequeños pero sigue sin encajar en marcas premium. Más aún si tenemos en cuenta que, la unidad probada, cuesta 40.695 euros con el paquete Edition One. Su precio de partida ronda los 28.000 euros para el motor 30 TFSI así que podéis haceros una idea de la cantidad de opciones que podéis ir añadiendo sin pensar.
A la pregunta de si vale la pena pagar la diferencia por un citycarver, respondería que sí. Si me preguntan por el paquete Edition One, también sería afirmativo. Sobre si lo haría yo, más bien al contrario. Como siempre, todo depende de los ceros que tengamos en nuestra cuenta corriente. Creo que los 4 centímetros de altura ayudarán a cualquiera a superar inconvenientes urbanos, y no urbanos, sin afectar un ápice a su comportamiento dinámico. Además, los retoques estéticos de la carrocería me parecen todo un acierto para aquellos que nos sentimos atraídos por la estética campera pero siguen gustándonos más los modelos compactos. Y seamos claros, este último argumento será el más importante dado que la compra de un coche también es un acto emocional. El citycarver emociona, gusta y convence al conducirse.
Llega a ser ridículo el precio que piden por este cochecillo, cuando aún valiendo la mitad sería caro para el coche que es, o esa es mi opinión al menos