Viajamos de Barcelona a Bilbao y otra vez a Barcelona sin repostar al volante de un Skoda Superb 2.0 TDI de 150 CV. Todo un reto de autonomía, realizar un trayecto de más de 1.200 kilómetros sin repostar. Además aprovechamos el viaje para vendimiar en La Rioja Alavesa, visitar la exposición de coches clásicos MOTION AUTOS ART ARCHITECTURE en el Museo Guggenheim y descubrir la gastronomía bilbaína.
El Skoda Superb 2.0 TDI 150 CV DSG7 está a la venta en España con acabado Ambition desde 39.800 euros. Ahora bien, con el acabado tope de gama Laurin & Klement asciende hasta la friolera de 53.400 euros. Y ya con todos los extras el precio va hasta los 63.770 euros.
¿Por qué escogimos el el Superb?
Escogimos este modelo para la prueba dado que recientemente había tenido la oportunidad de probarlo y me sorprendieron mucho sus bajísimos consumos. Lo mejor del caso es que se trata de un coche normal, equipado a tope, con un motor normal.
Este Skoda Superb está animado por un motor 2.0 TDI de 150 CV, se trata de la versión de tracción delantera con lo que su consumo es más ajustado que la otra opción diésel de 200 CV y tracción integral.
Además, va asociado a la caja de cambios automática DSG con doble embrague y 7 relaciones. Una caja que cuando seleccionas el modo Eco de conducción permite activar el modo inercia o vela y así se ahorra todavía más.
A diferencia de un SUV, una carrocería sedán como la de este Superb es mucho más aerodinámica, con lo que también contribuye a la hora de contener los consumos. Y eso que lleva llantas de gran diámetro, 19” para ser más exactos.
Pero ojo, que no se trata de la configuración más ligera de la gama. Estamos ante el acabado Laurin & Klement, el más lujoso. Vclav Laurin y Vclav Klement fueron los fundadores de Skoda, ahora estos apellidos ilustres dan nombre a la versión más lujosa del Superb, que a su vez es el buque insignia de la marca checa.
Según la ficha técnica sin extras declara un peso en vacío de 1.592 kilos. Y hay que tener en cuenta que estamos ante una limusina de casi 5 metros de largo, 4,87 metros para ser más exactos.
Para el viaje opté por poner las presiones de carga máxima a los neumáticos Pirelli Cinturato P7 con medidas 235/40 R19. Lo que significa 2,8 Bar en el tren delantero y 3,2 Bar en el tren trasero. Con esta elección se consigue aportar un poco menos de resistencia al avance y ya de paso mejorar un poco los consumos. Ahora bien, pese a ello el confort de marcha sigue siendo óptimo, y eso que monta llantas de gran diámetro de 19”.
66 litros de depósito
Nada más empezar llenamos el depósito de 66 litros de gasoil de este Superb. Homologa un consuno medio de 4,8 l/100 km. Si sumamos a la ecuación un depósito de gasóleo de 66 litros el resultado es una autonomía teórica de 1.375 kilómetros.
Tras el repostaje el ordenador del coche declaraba una autonomía de 980 kilómetros. Hay que decir que éste se rige por los últimos trayectos, y al haber hecho ciudad en los días anteriores influía.
Lo normal en un coche es que cuantos más kilómetros de viaje haces menos autonomía tienes, lo que viene siendo la lógica. Sin embargo, este Skoda cuantos más kilómetros hace, la autonomía no para de aumentar y aumentar.
Su motor de 4 cilindros en línea turbodiésel entrega 150 CV de 3.000 a 4.200 rpm y 360 Nm de 1.600 a 2.750 rpm. Lo importante es mantenerlo siempre dentro de la zona de par con la marcha más alta posible. De este modo es como logras los consumos más ajustados. Según Skoda este Superb es capaz de alcanzar una velocidad punta de 223 km/h y parar el cronómetro en 9,1 segundos a la hora de acelerar de 0 a 100 km/h.
Después de 500 kilómetros nos adentrábamos en la Rioja Alavesa. Precisamente en estas fechas la región se encontraba en temporada de máxima actividad, estaban en vendimia. No podíamos pasar de largo sin parar a saludar a Iñaki.
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Al parar en Bodegas Luis Cañas el ordenador del Superb seguía marcando una autonomía estratosférica. 1.190 kilómetros. Aprovechamos el viaje para tomar parte en la vendimia de la Rioja Alavesa.
Ya que estábamos hicimos una prueba de capacidad del maletero del Superb. En configuración de 5 plazas declara 625 litros, un volumen que podemos ampliar hasta los 1.760 litros abatiendo la segunda fila.
Finalmente entraron 13 cajas de 12 botellas de Crianza y 11 cajas más de 6 botellas cada una de Reserva de Bodegas Luis Cañas. En total 222 botellas de vino de la Rioja Alavesa dentro del maletero del Superb. Lamentablemente tanta botella junta suponía una carga de 296 kilos, un exceso que nos podíamos permitir así que volvimos a vaciar el maletero para proseguir la marcha hacia Bilbao.
Visita al Guggenheim
Tras 600 kilómetros llegamos a Bilbao, con un consumo medio de 4,1 l/100 km y una autonomía restante de todavía 1.200 kilómetros. Vamos que todo parecía que podríamos regresar a Barcelona sin tener que repostar.
Al día siguiente el Skoda descansó en el parking del hotel, mientras nosotros visitamos la exposición de coches clásicos MOTION AUTOS ART ARCHITECTURE en el Museo Guggenheim. Una exposición organizada por el reconocido arquitecto británico Lord Norman Foster.
Esta muestra especial que ocupó las salas del Museo Guggenheim de Bilbao entre el 8 de abril y el 18 de septiembre de 2022 será recordada como una de las mejores exposiciones de automóviles de los últimos tiempos. En ella se exhibieron piezas muy especiales cedidas tanto por coleccionistas privados, como por fondos de museos de marcas de automóviles que rara vez ven la luz.
Una selección ecléctica, pero que al mismo tiempo ofrecía una muestra representativa de toda la historia del automóvil. Desde piezas únicas como el Alfa Romeo BAT-7 diseñado por Bertone o el Pegaso Z-102 Cúpula que perteneció al General Trujillo, hasta uno de los tres Aston Martin DB5 que se usaron en el rodaje de la película Goldfinger de la saga James Bond.
Regreso a Barcelona
En el viaje de vuelta la autonomía siguió siempre estando muy por encima del camino que teníamos por delante. El consumo aumentó muy poco debido a la orografía del terreno. Optamos por parar en Zaragoza para retomar fuerzas tras los tres días de viaje.
Llegamos a destino sin ningún tipo de problema, justo a la gasolinera que hay en frente de la que salimos al iniciar el viaje. Precisamente ambas gasolineras fueron proyectadas por el arquitecto Lord Norman Foster en 1996, quien a su vez organizó la muestra del Museo Guggenheim. Cosas del destino.
El indicador de autonomía del Superb seguía indicando casi 400 kilómetros de autonomía extra y esto que habíamos hecho más de 1.200 kilómetros de viaje. Un viaje en el que usamos sin miramientos el aire acondicionado, el masaje integrado en el asiento del conductor, encima realizando una conducción normal.
En consumo final fueron 50,6 litros de gasoil, un registro bajísimo para un trayecto de semejante envergadura. Con un coche de casi 5 metros de largo, 1,6 toneladas de peso y encima cargado con todos los extras posibles.
En resumidas cuentas
La verdad del diésel es que a día de hoy sigue siendo la opción más económica a la hora de realizar largos viajes. El trayecto Barcelona-Bilbao-Barcelona nos costó 101,5 euros de gasoil, con un coche eléctrico cargando en estaciones Ionity sin ningún tipo de descuento de usuario frecuente habría supuesto unos 197,5 euros en función del tipo de coche y del consumo. Este precio podría ser inferior si tenemos en cuenta que el primer repostaje se podría haber hecho en casa (en tarifa valle) y el de Bilbao en algún punto gratuito (hoteles, por ejemplo). Hay que considerar, asimismo, que las marcas que ofrecen coches eléctricos tienen acuerdos para que los cargadores de Ionity resulten más baratos (0,35 euros por kWh en el caso de Skoda con una suscripción de 10 euros mensual) que igualarían el precio de un viaje en eléctrico al del diésel e incluso podría llegar a ser más barato. Eso sí, con la obligación de detenerse, al menos una vez en cada sentido y buscar un punto de rearga en Bilbao, con la consiguiente pérdida de tiempo a que un diésel no obliga.
Preciosa presentación.