Gracias a Cars Gallery, concesionario Bentley Barcelona, tenemos la oportunidad de probar una de las nuevas motorizaciones disponibles para le Bentley Bentayga. Se trata de un propulsor V8 de gasolina, con 550 CV de potencia, que ya os adelanto que le sienta como anillo al dedo. Turno para ponernos el traje y disfrutar del primer SUV de lujo de la firma británica.
A Bentley parece que la jugada maestra de lanzar al mercado un SUV de superlujo le está saliendo la mar de bien. Tanto es así que en pasado Salón de Ginebra, presentó dos nuevas variantes mecánicas para el Bentayga: un propulsor híbrido y un nuevo motor de gasolina V8, que llegan para complementar la oferta disponible que estaba compuesta hasta la fecha tan sólo por un W12 de gasolina y un V8 diésel.
Bentley es el máximo exponente del lujo dentro de la gran familia del Grupo Volkswagen, y el Bentayga es el primer SUV de la historia de la firma británica. Es un modelo construido tomando prestada la estructura de un Audi Q7 a la que se le añade una nueva carrocería y todo el encanto y el lujo tan característicos de Bentley.
Otra de las grandes señas de identidad de la marca es la posibilidad que brinda a sus clientes de personalizar su vehículo al gusto mediante un sinfín de materiales, opciones y colores para conseguir que su coche sea prácticamente único en el mundo. La única pega para la gran mayoría de los mortales es que cada uno de estos elementos opcionales digamos que es un poco caro. Como el coche en sí.
Para poneros en situación, un pequeño ejemplo: esta pintura amarilla de dudoso gusto estético llamada Monaco Yellow tan sólo cuesta el módico precio de 5.600 euros. Y eso que no es metalizada…
Reconocible a simple vista
Este mastodonte mide 5,14 metros de longitud, 2 metros de anchura, 1,74 de altura y ofrece una distancia entre ejes que se extiende hasta prácticamente los 3 metros. Podrás reconocerlo a simple vista por su esbelta carrocería redondeada tanto en sus líneas como en la gran mayoría de elementos que la componen y por una apariencia bastante imponente y musculosa.
El frontal está claro que es puramente Bentley, con típicos faros circulares, con tecnología de alumbrado LED y el grabado Bentley en su interior, así como por la enorme parrilla negra de el logotipo alado se sitúa justo encima de ésta.
De costado destacan esos grandes pasos de rueda, las llantas de 21 pulgadas tipo Seven Twin Spoke Wheel que son serie, unos enormes frenos de disco delanteros de 440 milímetros con pinzas de 10 pistones y traseros de 370 milímetros, así como los detalles laterales también en negro a juego con la parrilla.
La trasera, en cambio, es bastante sosa en mi opinión. Apenas aporta el toque distintivo de los grupos ópticos con su firma lumínica en forma de B y el enorme portón eléctrico donde encontramos un discreto spoiler justo en la parte superior. Este V8 de gasolina reafirma su estampa deportiva con la doble salida de escape doble con unas formas que recuerdan a las que también monta algunos deportivos italianos…
Calidad suprema
La estampa exterior de este Bentley es bastante imponente, pero no tiene ni punto de comparación con lo que nos podemos encontrar en su interior. Aquí es donde la mano de la firma británica saca a relucir todo su potencial ofreciendo un interior a la altura de lo esperado.
Bentley ofrece a sus clientes la posibilidad de elegir entre muchísimos tipos de acabados tanto para los asientos, los revestimientos de las puertas, para las molduras del salpicadero o de la consola central. No faltarán distintas variedades de maderas, fibra de carbono, aluminio, así como los cueros más lujosos que podamos encontrar en el mercado.
El diseño de la parte delantera es bastante clásico, con unas formas muy bien definidas en la zona del salpicadero que delimitan los tres espacios hábiles: la zona del conductor, la de la consola central y la del acompañante. Es un estilo muy agradable que ofrece la sensación de que en este interior todo está muy bien ordenado.
Gracias a sus dos metros de anchura el espacio resultante en el habitáculo es más que generoso en la zona delantera, y pese a que el túnel central tiene una anchura considerable los dos ocupantes de la primera fila gozarán de una amplitud muy generosa.
En este coche los pequeños detalles son los que marcan la diferencia. El nivel de los ajustes de las distintas piezas es perfecto y la calidad de los materiales empleados es de primer nivel. Aquí no hay plásticos cromados, aquí hay aluminio de verdad con una terminación perfecta. Podemos encontrarlo distribuido por todo el interior, desde los mandos del sistema multimedia hasta en los tiradores de las puertas, en los aireadores o en los mandos dosificadores del aire que tienen una precisión excelente.
Los dos asientos delanteros son una auténtica maravilla tanto por comodidad como por el grado de agarre del cuerpo. Cuentan con regulación eléctrica con memoria y varios programas de masaje. El volante puede regularse en altura y profundidad lo que nos brinda la posibilidad de elegir sin dificultad la posición de conducción óptima.
Curiosamente, el cuero marrón de los asientos no tiene coste alguno, no así todo el pespunte y los bordados con el logotipo de la marca en los respaldos, que se factura a casi 1.500 euros, la madera Dark Stained Madrona presente en el salpicadero, en las pertas y en la consola central que cuesta otros 1.500 euros o el bonito reloj analógico firmado por Breitling que, en este caso, nos sale por el módico precio de 3.000 euros.
Pese a que todo parece sencillamente perfecto, y poco le falta, también hay algunos aspectos que a mí personalmente no han acabado de convencerme del todo. El primero de ellos tiene que ver con el sistema de infoentretenimiento empleado, el cual considero que está un poco desfasado para un coche de superlujo. Actualmente muchos modelos generalistas ya montan pantallas capacitivas y de un tamaño superior, la del Bentley no lo es. Además, se espera una mayor resolución, unos grafismos más depurados y una velocidad de procesamiento superior. Nada que reprochar de las opciones que ofrece y del estupendo sistema de sonido opcional Naim que suena espectacular.
El cuadro de instrumentos no es digital, sino que combina las dos típicas esferas del cuentarrevoluciones y velocímetro con una pantalla a color en el centro. Este aspecto va a gustos y en este caso a mí no me desagrada, pero le resta un gran aporte tecnológico más visual que funcional.
Tampoco me ha gustado encontrarme elementos de Audi Q7. Vale que este Bentayga se construye sobre la base del alemán, pero la excelencia de Bentley debería ir más allá y no recurrir a algunos accesorios o piezas que ya monta el Q7. O al menos, si yo fuese el propietario no me gustaría pagar más por un coche que monta las mismas piezas que uno de la competencia de una categoría inferior. Y no poco más, no, pagar tres veces más. Me refiero a que el Bentayga también toma prestados del Audi el volante, la mayoría de los mandos, los retrovisores son los mismos o la propia consola del techo que también comparten.
Para 4, 5 o 7 ocupantes
El Bentaya puede elegirse con 4, 5 o 7 plazas. La unidad de pruebas que nos han cedido estaba configurada con la opción de sólo cuatro plazas, es decir, con dos asientos individuales en la segunda fila y una consola en la parte central. Esta configuración tiene un sobrecoste de unos 9.000 euros adicionales.
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La entrada a la segunda fila es generosa, así como también lo es el espacio para las piernas como la altura disponible hasta el techo. Al disponer de dos asientos individuales el grado de confort en las plazas traseras es prácticamente el mismo que el de los ocupantes de dos plazas delanteras. Estos asientos también cuentan con regulación eléctrica que permite abatir ligeramente el respaldo hacia atrás y los distintos programas de masaje que controlaremos mediante un mando tipo tablet. Este control también sirve para modificar la temperatura o gestionar el sistema multimedia con dos pantallas en los reposacabezas delanteros.
Con la configuración de cuatro plazas el maletero ofrece una capacidad de carga fija 430 litros sin opción de ampliarlos ya que los respaldos no pueden abatirse. Bajo el piso tampoco hay huecos extra, en su lugar disponemos de una rueda de repuesto de tipo temporal muy útil en caso de pinchazo, el amplificador del sistema de sonido, el gato para elevar el vehículo y algunos accesorios.
También disponemos de algunas soluciones que nos ayudarán a cargar y distribuir de forma más fácil la carga que queramos llevar. Mediante un pulsador podemos rebajar la altura de las suspensiones y que el umbral de carga quede en una posición más baja. También disponemos de argollas para sujetar una red y unos prácticos raíles para deslizar una cinta y separar los bultos que hayamos cargado. Con otro pulsador desplegaremos el gancho para tirar de un remolque.
Un motor para disfrutar
La nueva mecánica V8 de gasolina está compuesta por un motor de 4.0 litros biturbo, con 550 CV de potencia y 770 Nm de par máximo disponibles antes de las 2.000 vueltas. Asociado a un cambio automático de 8 relaciones y a la tracción total, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan sólo 4,5 segundos y podría alcanzar los 290 km/h de velocidad máxima. Estas cifras aún sorprenden más si tenemos en cuenta que el peso del conjunto en orden de marcha ronda las dos toneladas y media.
El comportamiento de este motor es intachable, ofrece lo que uno espera de él: aceleración, contundencia, muy buenas recuperaciones y un sonido monstruoso cuando lo hacemos rabiar.
En cuanto al consumo, homologa una cifra combinada de 11,4 litros. Se trata de un consumo que sólo alcanzaremos si realizamos mucha autopista. Durante todo el día de pruebas del que dispuse el Bentayga V8, y tras probarlo por todo tipo de carreteras y vías a velocidades legales, el ordenador de a bordo reflejó un consumo muy cercano a los 15 l/100 km.
Viajes en "first class"
El comportamiento en general es muy bueno, prácticamente el mismo que el del Audi SQ7 con el que comparte todo lo que no se ve. No llega a la deportividad de un Porsche Cayenne pero se desenvuelve bastante bien en cualquier tipo de circunstancia.
En vías rápidas es donde saca a relucir todo su potencial mostrándose como uno de los mejores coches que he probado para realizar largos trayectos. La visibilidad que aporta el ir sentado más alto se agradece y la suavidad con la que se comporta la suspensión neumática hace que desaparezcan todos los pequeños baches que nos vayamos encontrando. Obviamente, con este “motorazo” podremos circular en marchas largas a bajas vueltas y mantener cruceros a altas velocidades sin ningún problema.
En carretera, y sobre todo, en carreteras de montaña saltan a relucir algunos puntos flacos que la ley de la física puede explicar fácilmente: altura elevada, suspensión confortable y 2.500 kg. de peso se traducen en inercias y algunos balanceos más o menos acusados según el ritmo empleado. En este sentido la tracción a las cuatro ruedas consigue que ante una conducción más deportiva apenas exista pérdida de tracción al abrir gas con contundencia pero el Bentayga se muestra un poco torpe en la entrada al viraje.
Por su parte, la dirección es precisa, tiene un guiado muy bueno pero quizás se echa en falta una mayor información de lo que pasa bajo los neumáticos.
Monta unos frenos sobredimensionados para garantizar un frenado contundente. Los delanteros son de 440 mm con pinzas de 10 pistones y los traseros de 370 mm. En opción la firma ofrece uno de alto rendimiento de carbono que, si el bolsillo lo permite, es una de las opciones más interesantes que le podemos instalar a este gran mastodonte. Tras un esfuerzo intenso los frenos de serie pueden empezar a flaquear. Son 2.500 kg de peso, y hay que pararlos...
¿Puede el Bentayga hacer off road? Sí, y lo cierto es que no se desenvuelve nada mal. Pero, ¿de verdad un propietario de un Bentayga de más de 300.000 euros se atreverá a poner en apuros a este lujoso SUV? Lo dudo…
Aún y así, gracias a la excelente gestión del sistema de tracción a las cuatro ruedas, a la generosa altura libre al suelo que proporciona la suspensión neumática, a los modos de conducción off-road que gestionan el reparto del par y la entrega de potencia, así como el control de descenso automático, las posibilidades que ofrece el Bentayga fuera de carretera cuanto menos… sorprenden.
No ofrece las garantías de un todoterreno, básicamente porque ya de entrada monta neumáticos deportivos de carretera, pero llega a sorprender la gestión del sistema electrónico de distribución del par entre las cuatro ruedas para ayudarnos a superar obstáculos de bajo y medio nivel. En este sentido el nivel de tracción es realmente bueno.
Equipamiento y precio
Bentley Barcelona nos ha cedido este Bentaya configurado de una forma similar a lo que lo haría alguno de sus clientes. Se pueden elegir equipamientos más costosos y por supuesto también podemos renunciar a muchos de ellos para ajustar un poco el precio final.
El Bentley Bentayga V8 de gasolina tiene un precio base de 224.685 euros. Sin embargo, esta unidad de pruebas añade 77.785 euros de equipamiento opcional entre los que encontramos como algunos de los más destacados la cámara de visión nocturna, el techo panorámico de cristal, cuero, inserciones de madera, sistema multimedia, audio Naim, pantallas en las plazas traseras, tren de rodaje específico o el reloj Breitling, entre muchísimos otros.
Finalmente hablamos de 302.470 euros…, que se dice pronto, casi el triple que un Audi SQ7 de serie. ¿Lo vale? A mí me parece demasiada diferencia entre uno y otro, pero lo que sí es cierto es que la calidad de este Bentley está bastante por encima de la de su compañero alemán, que ya es muy buena de por sí. A partir de ahí, que cada uno saque sus propias conclusiones.
Por dentro es impresionante, pero el diseño exterior es simple y vulgar, no me gusta nada.