El BMW 320d xDrive Touring es la versión más interesante de la gama del Serie 3 con carrocería break para quienes busquen un modelo familiar con espacio, buen maletero y consumo bajo, gracias a su motor diésel con hibridación ligera. Lo hemos probado en versión de cuatro ruedas motrices y con el elegante acabado Luxury. El precio arranca en los 51.350 euros.
Este es un familiar que mide 4,70 metros de largo por 1,82 de ancho y 1,44 de alto y pesa 1.765 kilos. Y como buen familiar tiene un maletero grande y práctico, con 500 litros y algunos gadgets interesantes. Por ejemplo, la apertura es eléctrica de serie, tiene una bandeja enrollable que sube y baja y que podemos enviar hacia arriba para que no moleste al cargar, aunque hay que tener cuidado ya que tiene tendencia a soltarse y a quedarse arriba, reduciendo la visibilidad.
También tiene una red de separación de carga y la apertura independiente de la luneta trasera para cuando hemos aparcado cerca de otro coche y solo necesitamos dejar o coger un abrigo, por ejemplo. La capacidad total es de 1.510 litros si abatimos los respaldos traseros y el maletero dispone de guías en la base para mover los bultos y dos dobles fondos, no muy profundos pero perfectos para dejar pequeños objetos.
Las plazas traseras son amplias, pero solo para dos. La distancia entre filas es muy correcta y la distancia hasta el techo también ya que el diseño de la parte trasera prolonga el techo y mantiene la habitabilidad. La plaza central es poco utilizable (respaldo duro, túnel de transmisión muy invasivo y banqueta estrecha en las plazas exteriores si desplazamos a sus “inquilinos” hacia la puerta). El techo de cristal eléctrico, los cristales traseros oscurecidos, las cortinillas parasol y el abatido de los asientos desde el maletero van en un paquete llamado Travel que cuesta 2.027 euros.
Y finalmente, las plazas delanteras. El diseño es el habitual en BMW, con el mantenimiento de una palanca para el cambio digna de ese nombre y del mando giratorio para el control de la pantalla que, aunque es táctil, se maneja mucho mejor desde el mando citado. Los aireadores pasan a una posición inferior, por debajo de la pantalla y los mandos del climatizador se mantienen fuera de la pantalla, lo que es todo un alivio.
La pantalla central nos permite, como es habitual, gestionar teléfono, equipo de audio, navegador y las ayudas a la conducción que, en este coche son, la mayoría de ellas, opcionales. Y ver las cámaras de marcha atrás y perimetrales que también hay que pagar aparte. El navegador es de serie y el coche tiene un punto de acceso wifi y preparación para Apple Car Play y Android Auto.
Hemos repasado, por lo tanto, un habitáculo de calidad, en el que, no obstante, hay muchos elementos opcionales, sobre todo en el apartado de ayudas a la conducción. Nuestra unidad, por ejemplo, llevaba el paquete Innovation que incluye un montón de elementos como el aviso de cambio de carril, el mantenimiento de carril, el aviso de tráfico cruzado trasero, el control de crucero con stop and go, los faros láser autoadaptables y con cambio automático de cortas a largas, el head-up display, los retrovisores plegables y la pantalla central de 10,25 pulgadas.
Este paquete con todo lo que hemos citado vale 7.067 euros y añade, además, la instrumentación digital, muy completa, configurable y con el cuentarrevoluciones invertido y el control gestual que puede estar muy bien pero que, si alguno de los ocupantes, conductor o acompañante, habla de manera vehemente usando las manos, cambia de emisora o sube el volumen sin venir a cuento.
También son opcionales las mencionadas cámaras perimetrales y el aparcamiento asistido (1.243 euros), el paquete confort, que incluye acceso sin llave, cristales acústicos, asiento del conductor con memoria y asientos eléctricos y con calefacción (2.234 euros) y los acabados interiores y exteriores. Esta unidad llevaba el acabado Luxury que cuesta 4.127 euros e incluye, entre otros elementos, faros antiniebla de LED, marcos de ventanillas cromados, revestimiento interior en madera, tablero de instrumentos en tejido Sensatec, tapicería de cuero y llantas de 17 pulgadas de radios dobles.
Un buen motor de los de antes
El motor, delantero longitudinal de 4 cilindros en línea rinde 190 CV de gasoil, es decir, con mucho par: 400 Nm. Tiene inyección directa, admisión variable, turbocompresor de geometría variable y un sistema de hibridación ligera con una batería de 48 voltios y una pequeña máquina eléctrica que genera 11 CV extra con una capacidad de 0,53 kwh. Este sistema micro-híbrido es el que le proporciona la etiqueta Eco de la DGT.
Este dos litros es uno de esos motores que hace 5 años eran los grandes protagonistas de la industria y que hoy están casi defenestrados simplemente por ser diésel. Lo cierto es que mantiene todas las virtudes de los diésel de dos litros. Es muy utilizable, con muchos bajos, buena cifra de par, un motor muy lleno, que responde bien al acelerador y que encaja muy bien con este coche.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
Puede parecer que 190 CV son pocos para un coche de este porte y, sobre todo, de este peso, pero tiene tanto par abajo que rinde muy bien al acelerar y al recuperar. En alta ya es otra historia puesto que no tiene la brillantez de un motor de gasolina ni su musicalidad, pero para un coche como este, el motor diésel de 190 CV es posiblemente, el que mejor encaja con la filosofía de un familiar de viaje.
La hibridación ligera de la que os he hablado al principio permite reducir ligeramente el consumo. En ciudad desconecta el motor cuando no aceleramos y el coche pierde velocidad -lo típico cuando llegamos a un semáforo- y en carretera, en las bajadas, desconecta también el motor cuando entiende que el coche puede ir en modo vela. De este modo, no se pierde velocidad, algo que sí sucede con una marcha insertada, y no se gasta combustible, algo que sí sucedería si el motor se quedara al ralentí. BMW declara una velocidad máxima de 225 km/h., una aceleración de 0 a 100 km/h. en 7,4 segundos y un consumo medio de 5,1 litros a los 100 km.
El cambio es automático, de 8 velocidades (el habitual ZF que monta la marca) con convertidor de par. Es un cambio agradable de usar, rápido subiendo, no tanto bajando, y que puede usarse en modo manual mediante las levas al volante o a través de la propia palanca. Para un coche destinado a la autopista en la mayor parte de su vida es un cambio ideal.
Como todos los Serie 3, este coche recurre a una suspensión delantera de tipo McPherson, que no es la mejor para un eje frontal, pero sí la que mejor equilibra el rendimiento con el espacio que ocupa, y una suspensión trasera de doble cuadrilátero que sí es la que mejor rinde, sobre todo teniendo en cuenta que el eje motriz principal es el posterior.
Este no es un coche rabiosamente deportivo, pero tiene el tacto deportivo, el toque de deportividad de todos los BMW de la Serie 3, un coche que se ha convertido, tras el paso del Serie 1 a la tracción delantera, en el guardián de las esencias de la conducción tradicional de BMW.
La suspensión es bastante blanda, para conseguir un comportamiento en carretera que le ofrezca un elevado confort de marcha, pero controla muy bien las inclinaciones laterales de la carrocería salvo que circulemos a degüello en una carretera comarcal. En los últimos años, BMW ha optado por “dulcificar” sus suspensiones en sus modelos de gran volumen de ventas pero dejando siempre tanto la suspensión deportiva, más firme, como la suspensión pilotada, que se adapta a diferentes usos, en la lista de opcionales.
Por lo demás, frenos correctos sin que sean una maravilla (el coche pesa y se nota) y la dirección con la precisión habitual en los coches de la marca, que ya sabéis que es de las mejores en este apartado. En mi opinión solo un Alfa Romeo Giulia (prueba en vídeo en este enlace) entre las berlinas de este segmento tiene una dirección más precisa e informativa que la del Serie 3 que es, insisto, muy buena.
20.000 euros en opciones
Con todas las opciones que lleva nuestra unidad, el precio de venta es de 71.300 euros. Sin todas las opciones citadas y con pintura no metalizada, cuesta 51.350 euros. ¿20.000 euros en opciones? Pues sí, oiga. Es un BMW.
Los BMW no cambian. Siguen siendo coches que apetece conducir. Y estos familiares nos gustan más que los SUV. Gastan menos, tienen un maletero similar, no son tan caros… son coches realmente familiares, aunque es verdad que los SUV suelen ser más espaciosos. Este 320d xDrive es más que suficiente. No hace falta más motor tal como están las cosas. Este corre de sobras y los que no vivan en regiones donde llueva y nieve a menudo o no esquíen, por ejemplo, pueden ahorrarse la tracción integral que lo encarece 2.500 euros. Sin las cuatro ruedas motrices se queda en 48.850 euros, un precio ya más razonable para un familiar que sería perfecto si fuera un poco más asequible.
Este comentario ha sido eliminado.
los depósitos de adblue ya redujeron la capacidad de los depósitos de gasoil, y ahora las baterías han vuelto a hacer lo mismo. Recuerdo mi passat del 2008 que lo llenaba y me marcaba 1200km de autonomía que luego se quedaban en 1000, pero qué gozada era aquello...