El nuevo BMW Serie 4 Cabrio llega al mercado con muchos cambios respecto a la generación anterior. El más importante es, sin duda, el abandono de la capota rígida por una capota de lona como en tiempos anteriores. Lo probamos en su versión 430i con motor de gasolina de 258 CV.
El BMW Serie 4 Cabrio es un capricho. Y no de los baratos: el modelo de acceso es el 420i Cabrio, que arranca en 57.300 euros, pero si hablamos del 430i Cabrio que probamos la cifra asciende hasta los 61.400 euros. Y si además le añadimos el acabado M Sport, las llantas de 19 pulgadas con neumáticos Michelin Pilot Sport 4 S, la pintura Tanzanite Blue, la capota de antracita con efecto plata, los paquetes convertible e Innovation, el ajuste lumbar para los asientos, el sistema de sonido Harman/Kardon, el cuero para el salpicadero y las puertas, los acabados galvanizados para los elevalunas y los botones, los frenos deportivos M Sport, el diferencial M Sport, la suspensión adaptativa M y el paquete exterior M de fibra de carbono (todo lo que lleva la unidad que nos ha dejado BMW España), habrá que desembolsar ni más ni menos que 87.214 euros.
Es un precio bastante elevado, pero ya sabes que en coches.net igual lo encuentras un poco más barato. Incluso te puedes decantar por uno de km0, o de la generación anterior, que de segunda mano tenemos unos cuantos a buenos precios.
La nueva generación de los Serie 3 y Serie 4 ha traído consigo un extenso debate sobre la parrilla frontal. Una parrilla que te puede gustar o no, pero lo que está claro es que ha venido para quedarse. Con el cabrio hay que sumarle otro plus al debate, y es que la nueva generación se deshace del techo rígido plegable, para regresar al concepto original con capota de lona. ¿Acierto o error? Nos podéis dejar vuestra opinión en los comentarios.
Hay que reconocer que el Serie 4 Cabrio era uno de los descapotables con techo rígido más bonitos del mercado. Pero para mí, la capota de lona le aporta un toque clásico y mítico difícil de superar. Para gustos… capotas.
Es cierto que la capota de lona tiene algunas desventajas frente el techo rígido, como por ejemplo que por muchas capas de aislante que monte, la insonorización del interior no es tan buena. Y luego está el riesgo de que algún gracioso decida que podría ser divertido rajarla con una navaja o destrozarla con unas llaves. Pero también tiene una ventaja: que pesa menos.
El BMW Serie 4 Cabrio mide 4,77 metros de largo, 1,85 de ancho, 1,38 de alto y tiene una distancia entre ejes de 2,85 metros. Y tiene otra particularidad: el ancho de vías trasero es mayor que el delantero, casi medio centímetro.
En cuanto al peso, no es muy liviano que digamos. Sobre la báscula declara 1.790 kg, aunque al volante no lo parece. Pero eso os lo cuento más adelante.
Otro aspecto del que sale beneficiado a la hora de montar una capota de lona, es que ganamos en capacidad de carga del maletero. Un factor crítico en este tipo de coches. Ahora disponemos de 300 litros cuando circulamos a cielo abierto y de 385 litros cuando vamos capotados. Una cifras discretas, pero un poco mejores que en la generación anterior. Tiene una boca de carga y unas formas poco favorables para cargar objetos. Tampoco nos lo pone fácil el espacio que resta el hueco donde se repliega la capota. Los asientos también pueden reclinarse, así que a malas, si vamos sólo 2, tenemos un poco más de capacidad.
Volvemos al diseño, muy rápido. El frontal, típico de los Serie 3 y 4, añade la parrilla vertical, entradas de aire y canalizaciones laterales y unos faros bien estilizados con una mirada incluso agresiva. Como curiosidad, si veis detalles en azul en los faros significa que son los láser.
El maletero termina en un pequeño alerón que forma parte de la carrocería. Tenemos pilotos LED, un difusor que en esta unidad es de carbono y dos salidas de escape verdaderas. Tan simple, como efectivo.
El interior es exactamente igual al del Serie 4 que probé hace un tiempo (Prueba en vídeo del BMW Serie 4 420i Coupé). Hablamos de un habitáculo bien acabado, con materiales de buen tacto, y una posición de conducción muy deportiva. Los asientos son cómodos, sujetan muy bien el cuerpo y tienen un montón de regulaciones eléctricas para encontrar la postura más confortable posible. Incluso de forma opcional, se pueden ajustar las aletas laterales para que recojan más o menos la espalda.
El cuadro de instrumentos es completamente digital. Es el mismo que el de todos los BMW de última generación, pero a mi me gusta. Ofrece gráficos muy entendibles, buena resolución de pantalla, mucha información y, como única pega, que a mi no me importa la verdad, que el cuentarrevoluciones va hacia la izquierda.
El sistema de infoentretenimiento es magnífico. Muy fácil de usar, es táctil, también se puede usar con el dial giratorio de la consola, y se muestra súper completo en cuanto a las opciones que propone: navegación conectividad Android Auto y Apple CarPlay inalámbricas, música en streaming, spotify, mucha información sobre la conducción e incluso, en este caso, los servicios conectados de BMW con asistente personal.
El climatizador está fuera de la pantalla y eso nos gusta. Tenemos un cargador inalámbrico para el smartphone y una consola central bien ordenada donde encontramos, además, los botones con los modos de conducción Sport, Comfort, EcoPro y Adaptive.
En la consola central también tenemos el botón para abrir y cerrar la capota. Un proceso que se realiza en 18 segundos y que se puede realizar en marcha hasta una velocidad máxima de 50 km/h.
Además, el Serie 4 Cabrio permite ser conducido a cielo abierto incluso en los meses más frescos. Podemos poner el climatizador bien calentito, contamos con calefacción en el volante, en los asientos e incluso también incorpora una bufanda de aire que nos envuelve el cuello con aire caliente que sale directamente por el reposacabezas.
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El Serie 4 Cabrio está homologado para 4 ocupantes, pero habrá que elegir bien quién va detrás, porque las plazas traseras son igual de justas que incómodas. La distancia para las piernas es poca, lo mismo que la altura libre al techo, y los respaldos están situados en una posición muy vertical. Si no viaja nadie con nosotros podemos adquirir de forma opcional un deflector de aire que va situado encima de la segunda fila, de esta manera podremos aliviar las turbulencias que se generan en el habitáculo, si así lo queremos.
El 430i Cabrio monta un motor de gasolina de 2.0 litros, 4 cilindros turbo, de 258 CV y 400 Nm de par motor. Todo ello va asociado a una caja de cambios de tipo convertidor de par de 8 relaciones que envía toda la potencia a las ruedas traseras. Y además, pese a tratarse de un 4 cilindros, suena bastante bien.
Este propulsor es capaz de ofrecer una aceleración de 0 a 100 en 6,2 segundos y una velocidad máxima de 250 km/h. Unas cifras bastante buenas sobre el papel. Pero que a cielo abierto se magnifican por el viento y el sonido, que multiplican las sensaciones al volante.
El motor empuja con brío, incluso a bajas vueltas. Cuando probé el 420i de 184 CV dije que me parecía un motor más que suficiente. Pues bien, los 258 CV del 430i le sientan como anillo al dedo. No es nada exagerado, pero permiten pasarlo muy pero que muy bien…
Gracias a la capota de lona, que es un 40% más ligera en comparación al techo rígido de la generación anterior, se ha conseguido ahorrar peso, rebajar el centro de gravedad del vehículo, y a la vez mejorar la distribución de pesos hasta lograr el tan ansiado reparto de peso del 50:50 entre los dos ejes. Además, también se ha reforzado la rigidez estructural, para que la falta de techo no afecte negativamente ante una conducción más dinámica.
Si el presupuesto llega para montar la suspensión variable, será un gran acierto. Gracias a ella tendremos dos coches en uno. Por un lado, con los modos Comfort o EcoPro todo se suaviza y tenemos un Serie 4 perfecto para desplazamientos diarios o para pasear disfrutando de una conducción bien tranquila. Si queremos más picante tenemos los modos Sport y Sport Plus, que transforman por completo el temperamento de este coche. La suspensión se vuelve más rígida, el coche balancea menos, la dirección se endurece y la respuesta del motor es mucho más viva. Si queremos que sea todavía más deportivo, sólo habrá que poner el cambio en modo Sport o secuencial y rebajar o quitar por completo el control de estabilidad.
No es un coche que en esta motorización media destaque por ofrecer una deportividad extrema. En realidad, lo que transmite está incluso más cerca de un automóvil tipo gran turismo que de un descapotable deportivo.
Es un coche para todo tipo de conductores: bien aplomado, nada radical en su puesta a punto, pero con ese carácter Sport tan característico de BMW. Eso no significa que no lo podamos pasar realmente bien con este 430i Cabrio. Yo que soy más de ir alegre, me ofrece todo lo necesario para que pueda disfrutar conduciendo por una de mis carreteras favoritas.
La suspensión filtra muy bien las irregularidades, la dirección es directa, rápida y transmite mucha información, pero si hay algo que destacar, pese a esos casi 1.800 kg de peso que declara, es la agilidad que ofrece. El tren delantero aporta mucha confianza a la hora de inscribir el coche en el viraje, mientras que la trasera se presenta lo suficientemente estable como para ofrecer un paso por curva rápido y seguro.
A su vez, contamos con una potencia más que razonable para que los más habilidosos al volante puedan incluso hacerlo sobrevirar a propósito si quieren acabar de redondear el viraje.
Otro elemento opcional por el que yo apostaría serían los frenos deportivos M. Montan pinzas de cuatro pistones delante y de un pistón detrás, y además de ofrecer una frenada un poco más contundente, también resisten mejor la fatiga en conducción deportiva.
Con la capota cerrada el nivel de insonorización del habitáculo es bueno. Me esperaba algo más de ruido, pero no, está bastante bien. Sí que es verdad que a altas velocidades se llega a percibir que se cuela algo de viento por algún sitio, y que el nivel de rumorosidad también se eleva exponencialmente, pero siempre dentro de unos niveles muy aceptables. En este aspecto también me ha sorprendido.
Su ficha técnica declara un consumo medio combinado de 6,9 l/100 km según el ciclo WLTP. Es una cifra un poco optimista, ya que, incluso en modo EcoPro, no tuve la sensación en ningún momento de poder acercarme a ella. Mi consumo acabó siendo de 8,4 l/100 km, 1 litro y medio superior, pero es que el coche se presta a llevarlo alegre. Por como suena y por las sensaciones que transmite a cielo abierto.
Para mí es uno de los mejores descapotables de este segmento que he podido probar en años. Está muy bien acabado, el nivel de confort que ofrece es muy elevado, el comportamiento dinámico de primera y si puedes añadir esos 4.000 euros de diferencia entre el 420i y el 430i, no te vas a arrepentir, porque este motor cumple sobradamente con las expectativas.
Ahora bien, ya habéis visto que si lo queréis bien equipado, como el que hemos probado, tocará pasar por caja. En BMW lo bueno… se paga.
En esta generación ha ido a peor... este coche no debería medir más de 4,60m, el techo es mejor rígido (he tenido los dos), el cambio ya no puede ser manual, el cuadro de instrumentos digital es pésimo (cuenta-revoluciones al revés incluido), parrilla frontal para llorar.... etc etc etc OS HAB?IS LUCIDO, BMW............
pues yo lo veo muy exclusivo. Quizás tendrías que ofrecerte a la BMW como buen español. Seguro que del so dos cabrios uno o dos son diésel.