Probamos un coche muy exclusivo: El BMW XM, el BMW más potente jamás fabricado, con 653 CV y motor V8 híbrido enchufable. Es un SUV de más de 5 metros de largo, equipado a la última y con un precio acorde a su nivel.
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Ver oferta de BMW de renting en Coches.net El BMW XM tiene el honor de ser el segundo modelo de la gama M, después del BMW M1 de 1978, un deportivo con motor central de seis cilindros en línea y tracción trasera, con 273 CV, que no tuvo el éxito en competición esperado pero que se convirtió con el tiempo en una codiciada pieza de coleccionista, con menos de 500 unidades construidas. Es evidente que el XM no tiene nada que ver con él, excepto el apellido: M. Podría haberse llamado M2, pero se confundiría con el actual compacto deportivo con las mismas siglas, y además, es un SUV. De ahí lo de X. El XM es un modelo fabricado en exclusiva, coincidiendo con la celebración del 50 aniversario de la marca. Es un SUV superlativo, de gran tamaño, de gran potencia, de gran lujo… un poco al estilo de SUVs deportivos como el Bentley Bentayga o el Lamborghini Urus, por citar algunos.
El BMW XM es un coche dirigido sobre todo a clientes de mercados como estadounidense o el chino. Por dimensiones, potencia y estilo, no acaba de encajar en el mercado europeo. De hecho, se fabrica en Spartanburg, Estados Unidos, en la misma planta de donde salen el BMW X5 y el X6. Pero siempre hay clientes para este tipo de vehículos. Y es que, estéticamente gustará más o menos, pero de lo que no cabe duda es que es un espectáculo de SUV: despierta admiración, y hace girar cabezas. Mide 5,11 metros de largo, 2 de ancho y 1,75 de alto, y su batalla es de 3,10 metros: Pesa casi 2,8 toneladas. El volumen es considerable, lo que le da una presencia que no pasa inadvertida.
Visto de frente destaca por su gran parrilla, con los dos “riñones” característicos de la marca alemana. Es una parrilla iluminada, algo muy del agrado de clientes de otros mercados, y que aquí no estamos acostumbrados a ver. Esta parrilla se acompaña de un paragolpes con grandes tomas de aire laterales, una de ellas real, otra falsa. También llaman la atención los faros partidos, algo nada habitual en BMW. En el lateral, hay una franja negra que recorre todo el coche, al estilo de la franja dorada del BMW M1, y destacan las manetas de las puertas, acabadas con un diseño en forma diamantada, y no integradas. Los diseñadores de este SUV han introducido unos pasos de rueda muy cuadrados, y grandes, para dar cabida a las llantas de nada menos que 23 pulgadas, opcionales. El XM luce una línea cupé con un capó alargado y muy esculpido y con el techo en caída. También contribuyen a este aspecto cupé los cristales traseros muy oscurecidos.
La zaga se ve algo extraña. Se parece a la del BMW iX. pero tiene el logo a media altura y descentrado. Hay dos logos más en los extremos de la luna, que no son adhesivos, son grabados al láser. Recuerdan al del M1 deportivo. Los escapes son originales. Tiene cuatro salidas con forma hexagonal, colocadas en vertical, y dos de ellas muestran la válvula de escape sin disimulo. Se usa mucho piano black para acabar las partes inferiores de la carrocería. Es algo que queda muy bien a la vista, pero también es un material delicado. A la mínima se ven manchas y a la larga, ralladas.
BMW XM: Interior familiar
Después de repasar exterior, el interior hasta puede parecernos convencional, muy en la línea de lo visto últimamente en BMW. Hay dos pantallas digitales, una para el cuadro de instrumentos de 12,3 pulgadas, y otra en el centro del salpicadero, de 14,9. Están enmarcadas en un único vidrio, y adoptan una forma ligeramente curva. La pantalla de detrás del volante ofrece información específica para la conducción deportiva, desde el control de la presión de los neumáticos hasta datos de fuerza G o los ajustes de los programas M de conducción. La pantalla central se maneja mediante un sistema de menús parecido al de un smartphone, y si activamos Apple Carplay o Android Auto, de forma inalámbrica, podemos utilizar aplicaciones de todo tipo.
El climatizador en este SUV se controla por pantalla, no hay botones ni diales. En este habitáculo hay logos M por todas partes. En el paso de la puerta, en el volante, en los asientos, en la parte superior del salpicadero, en el pomo del cambio… También abunda el cuero, de tipo envejecido en el salpicadero y el interior de las puertas. Por cierto, si bien en la consola los huecos son algo pequeños, queda compensado por el espacio para colocar cosas en el interior de las puertas. Entre el equipamiento opcional se ofrece el equipo Bover & Wilkins Diamond con amplificador de 1.500 vatios y cuatro altavoces adicionales en el techo. Con toda la insonorización y el tapizado integral que tiene este coche en todo el habitáculo, el equipo suena a las mil maravillas.
Las plazas traseras del BMW XM: de berlina de lujo
Estas plazas son propias de un coche de alto lujo. No solo por el espacio, sino también por los acabados. Las butacas son muy confortables, y cuentan con cojines de apoyo. El revestimiento del techo es único, muestra una estructura prismática tridimensional e iluminación a base de 100 unidades LED. También hay soportes para ipad y tomas usb c en los respaldos. Los pasajeros de estas plazas pueden manejar el climatizador, cuentan con reposabrazos y hay una trampilla porta skis. Los acabados son impecables. Por ejemplo, el hueco que hay entre las plazas y el pilar C se termina todo forrado en cuero, que es de tipo envejecido; Y hay detalles como el de la doble costura a color del cinturón de seguridad. En estas plazas traseras es donde más se disfruta del efecto de las luces de ambiente, que podemos cambiar de color según nuestros gustos. La combinación de esta luz con el forrado en forma de diamante del techo es exquisita.
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Maletero un poco pequeño
Al abrir el maletero sorprende la bolsa para colocar los cables, una auténtica monada. La capacidad del maletero es de 527 litros, un poco pequeña para un coche de su tamaño. Es un maletero con poca altura al techo, y que tiene el plano de carga muy alto. La capacidad total de carga, una vez abatidos los respaldos de la segunda fila, es de 1.820 litros. El piso no queda del todo plano, y no hay donde guardar la bandeja cubremaletero.
Un BMW M híbrido enchufable
Bajo el capó del BMW XM hay un motor motor V8 biturbo de gasolina de 4,4 litros con 489 CV y aunque no se ve, se acompaña de un motor eléctrico de 197 CV. La potencia conjunta de este propulsor híbrido es de 653 CV, suficientes para hacer que este SUV acelere de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos, un buen registro para su tamaño y peso. Pero si os parece poco, que sepáis que BMW vende una versión más potente, llamada Label Red, con 748 CV y 1000 Nm de par, que hace el 0 a 100 en 3,8 segundos. Ese sí tiene el honor de ser el BMW de serie más potente jamás fabricado. En carretera destaca por ser un SUV cómodo, pero no es lo cómodo que esperas debido a las reacciones de la suspensión, muy seca, y a las llantas de 23 pulgadas con neumáticos de bajo perfil. Hay que evitar posibles golpes. Está muy bien insonorizado, no se oye ruido de rodadura, es un coche muy apto para largo desplazamientos por carretera. El consumo en un coche así es casi una anécdota. Pero os diré que durante esta prueba me dio de media 10,7 litros a los 100. Puede parecer alto, pero es un buen registro para la potencia que tiene, que logra gracias a la ayuda de la energía eléctrica. Es el consumo que dio con el modo híbrido activado. También permite rodar en modo exclusivamente eléctrico, que se activa por la pantalla. La autonomía que ofrece, en teoría, es de 88 kilómetros, y la real, según lo que pude comprobar, se queda en 70.
Cómo va el BMW XM en carretera
Hay otros dos programas de conducción: Road, para un uso general, y Sport, para uso deportivo. Este último ofrece todo el potencial del motor y la cadena cinemática del coche, que es todo menos sencilla: tiene tracción integral XDrive, suspensión M adaptativa, dirección en las ruedas traseras que acortan el radio de giro y aumentan la estabilidad a alta velocidad, estabilizadoras activas y diferencial M Sport para el eje trasero. 653 CV son una considerable potencia. El coche empuja con fuerza desde abajo, aunque se nota un pequeño retardo si damos fuerte al acelerador. Es cuestión de acostumbrarse. El cambio es un M Steptronic de 8 velocidades, que podemos usar de forma manual. La aceleración y recuperación son buenas. Es el BMW de serie más potente, y se nota.
Todavía hay más, porque podemos configurar la respuesta del chasis, el motor, la dirección, la suspensión, la tracción integral y la electrónica de control según nuestros gustos o necesidades. Hay a disposición dos programas M configurables, que se activan pulsando una tecla en el volante. También hay un pulsador, éste en la consola central, para activar el sonido del escape, más deportivo. Este es un SUV, cómo no, con tracción total M xDrive, cuya configuración prioriza la propulsión trasera, especialmente en el modo 4WD Sport. Se lleva bien en curva, va muy sujeto por la tracción integral y por el diferencial M Sport en el eje trasero. Monta suspension M adaptativa y estabilizadoras activas que reducen el balanceo. La transferencia de masas al enlazar curvas esté bastante presente, aunque el nivel de estabilidad y tracción que ofrece es excelente. Por otro lado, frena de forma correcta, muy bien para ser un híbrido enchufable, con buen tacto y con buena resistencia a la fatiga. En definitiva, aunque este es un SUV que se encuentra mejor en autopista y vías rápidas, por su tamaño, peso y filosofía rutera, se defiende muy bien en carretera de curvas, por lo visto en la prueba. El equilibrio que han logrado en este coche los ingenieros de BMW es admirable. Mejor de lo esperado en un primer momento.
¿Qué precio tiene el BMW XM?
Acabo el análisis con el precio: El XM se vende a partir de 179.700 euros. Esta unidad que os he presentado ya viene bien equipada de serie, pero cuenta con algunos extras, como el equipo de música Bower & Wilkins (5.067 euros) o las llantas de 23 pulgadas (3.370 euros), entre otros, que suben su precio hasta los 194.459 euros. Equipado a tope se acerca a lo que cuesta la versión Label Red, con 748 CV, cuya tarifa empieza en 201.500 euros. Son precios que resultan estratosféricos para una mayoría, aunque es muy posible que el año que viene BMW lance una versión más barata, de entrada a la gama, con motor de seis cilindros en lugar de 8, llamada XM 50e, que hará algo más asequible este buque insignia de la marca bávara.
Que cosa mas fea madre mia, suerte que aun tenemos BMW bonitos de segunda mano mas asequibles, supongo que esto debe ir para los mercados snops...